Mi esposa con un compañero de trabajo
Por aquéllos tiempos mi esposa y yo aun éramos novios, esta es una historia real que ocurrió y escribo aquí, basándome en lo que me conto ella.
María había empezado a trabajar en verano en las suplencias de una empresa de reparto, allí estaba en los muelles descargando sacas, un trabajo bastante duro para ella. Acababa de terminar su carrera y le suponía unos ingresos, por lo que estaba contenta.
Al cabo de unos días se empezó a quejarse de que había un grupo de compañeros que se ponían a mirarla cuando trabajaba, para ver como se le movían sus grandes tetas con los movimientos de acarrear las sacas, les escuchaba los comentarios que hacían sobre sus pechos hasta que ya harta les empezó a plantar cara y mandar a paseo.
Ella solía llevar a trabajar camisetas sin mangas y anchas, pues por el esfuerzo y calor que hacía, era con lo que mejor estaba, esto hacia, que muchas veces podían verle a través de las aperturas de los brazos el sujetador y parte de sus tetas, que por los movimientos y el tamaño de estas, no se le sujetaban bien y sobresalían por encima de las copas, incluso en alguna ocasión se le habían salido de algún sujetador no muy bueno. Como estaba en una cinta continua, no podía parar cuando ella quisiese, pues se le acumulaban las sacas, por lo que tenía que seguir trabajando con las tetas fuera del sujetador, bailando estas, con entera libertad por debajo de su camiseta, hasta que había un parón, así, todo el que estuviese a su lado, podía ver por la abertura de los brazos o por el cuello de la camiseta al agacharse sus senos perfectamente, de aquí, que en muy poco tiempo se hiciese bastante popular en los muelles y se corriera la voz. Por lo que empezó haber personal, que en sus tiempos libres se acercaba por allí para echar una ojeada, aparte de los propios compañeros que trabajaban con ella en la cinta, pues entre las pocas mujeres que allí trabajaban y las tetas talla 110de ellas, era un espectáculo muy agradable.
Yo iba todas las tardes a buscarla a la salida del trabajo, excepto algún que otro día que por motivos de trabajo me iba de viaje. Algunos de esos días, se le ofrecía un compañero suyo, que le pillaba de camino nuestro barrio para traerla a casa, también la defendía en el trabajo de algunos pesados que la molestaban, por lo que empezó hacer amistad con él. Yo le decía que lo que buscaba su amigo era follársela, pero ella me decía que no todos los hombres tienen la misma idea en la cabeza.
Una noche que andábamos liados en el coche y saque el tema de Miguel, su compañero del trabajo, le empecé por morbo a preguntar que si no le gustaría enrollarse con él, que la tocará sus tetas, su coño y luego se la follara. Esto correspondía a una fantasía que de vez en cuando, surgía en nuestras relaciones sexuales, era hablar de que si la gustaría follar con otros, que la tocarán, chuparan se corrieran dentro de ella y eso la ponía muy caliente, al igual que a mí.
Pasaron unos días de esto, cuando me surgió un viaje de un fin de semana fuera de Madrid. Ella me dijo que Miguel le había dicho de quedar algún día para tomar algo y que ya, que yo marchaba, se verían entonces el viernes o el sábado, para no aburrirse, la idea me pareció bien, pero le dije que quería que se enrollase con él, a lo que me alego que eso sería difícil, pues él, tenia novia y se iba a casar en unos meses, la insistí y me dijo que bueno, que lo intentaría pero discretamente, para no quedar como una puta delante de su amigo.
Llego el viernes y yo tenía que marchar esa tarde, ella había quedado esa noche para ir a tomar algo con Miguel, baje a su casa para despedirme, ella vivía en casa de sus padres todavía, pero se encontraban esos días fuera de vacaciones y no estaban en casa, se puso arreglarse para su cita, la indique que se vistiera sexy y entre los dos elegimos su vestimenta, se puso una falda corta elástica que le marcaba su precioso culo y le dejaba la mitad de los muslos al aire, arriba una camiseta ajustada con botones, algo escotada que marcaba sus espectaculares tetas y mostraba su canalillo, rematando su conjunto con unas sandalias de tacón.
Como es muy cuidada se arreglo su sexo, dejando solo una pequeña tira de pelo cortita arriba y sus labios completamente depilados por si ocurría algo, ir preparada para la ocasión lo mejor posible. Yo la observaba, sentada en el suelo del baño completamente desnuda, con un pequeño espejo enfrente de su vagina como se iba pasando la maquinilla alrededor de sus labios, dejando estos sin ningún pelo alrededor, cosa que me puso como un verraco y cuando termino de arreglarse el coño, no pude remediar las ganas de penetrarla, sin más demora, le ayuda a incorporarse y apoyándola en el lavabo se la metí de un golpe, ya estaba húmeda y caliente, pero solo me dejo follármela un poco, lo suficiente para terminar de ponerla cachonda. Me separo y me dijo que no continuará, que si no, le quitaría ganas y prefería quedarse así caliente, para tener más ganas de follar con su amigo. Se giro, sentándose en la taza del wc y se metió mi polla en la boca, empezando hacerme una mamada soberbia, con las excitación del espectáculo de su depilación que acababa de ver, que por cierto era la primera vez que dejaba su coño tan desnudo, pues siempre lo llevaba arregladito pero no tanto y la idea de lo que podía suceder, tarde muy poco en terminar, se trago mi corrida y siguió chupando hasta dejarme la polla completamente limpia.
Salimos del baño y ya para terminar, le ayude también, a elegir su ropa interior escogiendo un conjunto negro de tanga y sujetador bastante transparente, que dejaba ver su hilera de pelos. El sujetador era igual por lo que las aureolas de sus pezones también se le veían, este se abrochaba por delante, muy práctico y rápido de quitar.
Me marche, pensando todo el viaje lo que pudiese ocurrir.
Ella por su parte había quedado a las 21:00 con Miguel que pasaría a buscarla. La recogió y fueron a picar algo, él se quedo boquiabierto cuando la vio, estaba acostumbrado a verla con ropa de trabajo y con la ropa normal que iba a trabajar y no tan provocativa como se había puesto. He de decir que María es espectacular, 1,70 de altura, delgada y con un cuerpo lleno de curvas.
Estuvieron cenando algo, bebieron algo de vino y luego fueron a un disco bar a tomar una copa, allí estuvieron bailando y charlando, sin que ocurriese nada, pero Miguel con la euforia del alcohol empezaba a comérsela con los ojos, ella a sabiendo de ello y por el plan que habíamos trazado, disimuladamente dejaba que su falda se le subiese, cruzando sus piernas para así, dejarle ver a su amigo, fugazmente el triangulo de sus braguitas. También se inclinaba hacia él para charlar y dejar ver mejor su canalillo, salieron a bailar, cosa que le encanta a ella y en la pista siguió su juego de seducción, se acercaba a él, frotando sus enormes tetas contra él a la menor ocasión, se contoneaba sensualmente al ritmo de la música frente a él, cosa que hace de maravilla. Pero como dije, no ocurrió nada ahí.
Después de un par de copas, dijeron de irse, eran cerca de las 02:00 y ambos iban un poco contentos. Fueron hacia su coche, al llegar a él, Miguel muy caballeroso, le abrió la puerta del coche, aprovechando ella para al entrar, abrir sus piernas y dejarle ver sus bragas, esta vez con más detalle, el pudo ver su coño a través del tanga.
Comenzaron el regreso para dejarla en casa y durante el trayecto fueron charlando y bromeando. María poco a poco se dejaba escurrir su culo hacia delante del asiento, para así, ir dejando poco a poco, al descubierto sus muslos, también había desabrochado un par de botones de su camiseta disimuladamente, por lo que se le salían también, una buena porción de sus tetas. Todo esto no paso desapercibido a Miguel, pues sus ojos viajaban desde los muslos de ella hasta sus pechos cada vez con menos disimulo.
Por fin se arranco y empezó a decir lo guapa y alabar su formidable cuerpo, María puso su rodilla pegada a la palanca de cambios, para así rozarla contra la mano de él cuando cambiaba de marchas y con su falda ya subida casi hasta el borde de sus ingles empezó a abrir y cerrar sus piernas muy sensualmente, de esta forma, ayudaba a que su falda se deslizara más hacia arriba, esto empezó a calentar a Miguel bastante.
Ya cuando estaban acercándose a su casa, la mano de él, pasó de la palanca de cambios a la rodilla de ella, empezando a acariciarla suavemente, luego empezó a subirla acariciando el interior de su muslo, hasta llegar al borde de su braga, María no le puso ningún impedimento, ni dijo nada, se rio, abrió del todo las piernas, subiendo la derecha encima del salpicadero, para así, facilitar la maniobra.
Pararon en un semáforo en rojo y él, se volteo para besarla, sus lenguas se entrelazaron y acompañando esto con la subida total de su mano, agarro su pubis por completo por encima de las bragas y se lo apretó. María emitió un suspiro de placer, al sentir como agarraban y estrujaban su ya encharcado coño. Los dedos de él, apartaron el tanga hacia un lado, para empezar a pasárselos por entre sus depilados labios, encontró su coño totalmente empapado y María dio otro suspiro cuando él, separándoselos la introdujo los dedos en la vagina.
El semáforo se puso verde y Miguel sacando sus dedos mojados por los jugos vaginales de ella, los acerco a la boca de María, esta los agarro y chupo despacito, pero con mucho vicio. Continuaron la marcha, él entre cambio y cambio de marcha, llevaba ya su mano entre sus muslos y hurgaba su coño, por su parte, ella recostada hacia su lado, empezó a masajearle el paquete por encima del pantalón. Pasaron al lado de un parque y paro el coche, bajaron de él abrazados, besándose apasionadamente y metiéndose mano ambos. Se adentraron en el parque y apoyándose en un árbol, continuaron con sus tocamientos.
Miguel la subió la falda y empezó a magrearle el culo, abriéndole sus glúteos, dándola cachetes, luego subió una mano y empezó a estrujarla las tetas, su mano inferior aparto el tanga hacia un lado y comenzó a meterle los dedos en el coño, empezó a pasar un dedo por el ano de ella suavemente, hasta hacerla relajarse, introdujo este en la vagina, para mojarlo en los flujos que desprendía esté y así conseguir metérselo en su culo. María empezó a resoplar, mientras él la penetraba su ano y su coño con sus dedos gordos y ásperos, pues por el trabajo que desempeñaba, no tenía unas manos muy delicadas.
Ella, ya le había sacado su miembro por la bragueta y empezaba a masturbárselo lentamente pero agarrándolo con fuerza. El la había sacado sus gordas tetas por encima de la camiseta y el sujetador, empezándoselas a chupar y morder con ansia, mientras que continuaba con sus dedos metidos en sus dos agujeros. Pero como el sitio no era muy cómodo ni seguro, María le paro y arreglándose la ropa, le dijo que regresaran al coche para irse a otro sitio mejor.
Continuaron hacia casa y volvió a parar el coche, esta vez en un acceso a una avenida en construcción, por donde no pasaban vehículos. Miguel reclino los asientos delanteros del coche y se lanzo hacia ella, desabrochándole toda su camiseta y abriendo el broche delantero de su sujetador, sus sabrosos pechos saltaron de las copas de este y el agarrándolos con sus dos manos volvió a empezar a estrujárselos y morderlos, pellizcaba sus pezones y tiraba de ellos con fuerza, haciéndola gemir de placer.
María había perdido ya todas sus inhibiciones, estaba como una perra en celo, le saco la polla, esta por cierto, bastante gorda, como le gustan a ella y continúo masturbándolo. Miguel la empezó a remangar la falda hasta dejársela enrollada en la cintura y bruscamente le quito el tanga, quedando su coño completamente desnudo, le empezó a meter los dedos en él y comenzó a propinarla una terrible masturbación que acabo con el primer orgasmo de María, esta jadeante, le empujo hacia su asiento, desabotono su camisa y empezó a lamerle el pecho, mientras bajaba su boca hacia su ya más que erecto pene, cuando llego a él, empezó a recorrer todo su tronco desde los huevos hasta la punta con su lengua, recreándose en los testículos de este, chupándolos y metiéndoselos en la boca. Luego, subiendo, corrió hacia abajo la piel de su glande, este ya húmedo por haber empezado a segregar alguna gota de esperma y metiéndolo en su boca empezó a chuparlo y pasar su lengua por el, poco a poco fue engullendo toda su polla y le empezó a propinar una mamada de lujo, hasta que este, se corrió sin que le diera tiempo a retirarse, llenándole la boca de borbotones de semen, que trago hasta la última gota.
Pararon un poco y se encendieron un pitillo, cuando terminaron de fumar, Miguel se volvió a tirar hacia ella y agarrando sus piernas, la giro hacia él, la espatarro e introduciendo su dedo índice en su vagina, la empezó a pajear violentamente, metiendo y sacando su dedo con fuerza, el removía el dedo dentro, llegando a todos los rincones del interior de su coño. María jadeaba de placer, él, paso de un dedo a dos continuando su mete y saca, hasta conseguir abrirla del todo e introducir cuatro de sus dedos y siguió su tremenda masturbación. Paro, la trajo más hacia él, quedando su espalda sobre la banqueta del asiento y sus nalgas elevadas, encendió la luz interior del techo del coche, para poder recrearse con la visión de su vulva y ano, acercando su cara se puso a comerle su chorreante coño, estuvo así un rato, metiendo su lengua en su raja, chupando su escroto y introduciendo su lengua en el, cambiando de un orifico al otro, hasta que María empezó a gemir más fuerte y agarrando su cabeza, apretó su vulva contra su cara y se volvió a correr de nuevo.
El la agarro y la hizo salir del coche, quería ver su cuerpo desnudo completamente, la quito las pocas prendas que la quedaban la tumbo sobre el capo del vehículo y con la luz proveniente de las farolas y la luna la observo, entonces agarro su piernas, se la abrió y la empezó a pasar su hinchado prepucio entre sus labios vaginales, daba pequeños envites y le introducía la punta de su polla dentro, volviéndola a sacar, se la volvía a refregar por sus labios, para volver a introducirla, este juego le hacía perder el sentido a María y Miguel de un golpe le metió su gorda polla hasta el fondo, ella grito y le empujo con sus brazos hacia atrás, haciéndole sacar su polla de dentro de ella. Le dijo que se pusiera un preservativo, a lo que el alego, que no llevaba. La volvió agarrar con fuerza y violentamente le metió su polla hasta lo más hondo, María se resistía, pero al cuarto o quinto envite, ceso en su resistencia, enrosco sus piernas a la cintura de él y comenzaron a follarse frenéticamente al compas, ella sobre el capó y el de pie.
Estuvo un rato bombeando su polla hasta el fondo del coño de María, mientras la manoseaba las tetas, que no paraban de bambolearse por los empujones, pellizcaba sus pezones retorciéndoselos y tirando de ellos, hasta que estrujándole los senos y dando un gran empujón se la clavo hasta lo más hondo, se vino dentro de ella, esto provoco el tercer orgasmo de María. Ambos se quedaron un rato unidos por sus sexos, ella sentía el miembro de él aun palpitando y arrojando semen dentro su vagina, así estuvieron hasta que poco a poco se le fue bajando la erección y se le escurrió fuera de su vagina.
Regresaron al coche, María saco un pañuelito de papel, se limpio el semen que emanaba de su vagina y se vistió. El la llevo hasta la puerta de su casa, al llegar enfrente del portal de ella, ya eran como las 4:00 de la madrugada, Miguel empezó a besarla y tocarla otra vez. María que ya una vez encendida es una gran puta folladora y para no andar mucho tiempo ahí parados, le saco de nuevo su polla y dando ágilmente un brinco se situó a horcajadas encima de él, aparto su braga de la entrada de su vagina y agarro su miembro, lo guio hasta la entrada de su coño y dejándose caer, se lo clavo de golpe hasta los huevos, empezó a brincar como una loca sobre su polla, Miguel le alzo la camiseta y el sujetador, agarrando sus tetas le acompañaba los movimientos de subida y bajada de ella, masajeándolas con fuerza, mordiendo sus pezones y estrujándoselos como si la estuviese ordeñando, hasta que exhausto se arqueo hacia arriba y ensartando totalmente a María, se volvió a correr, dejando por segunda vez su coño lleno de leche.
María se recompuso la ropa, sin ponerse ya por pereza el sujetador, que guardo en el bolso, le dio un besito de despedida y se fue para su portal, con tan mala suerte de coincidir con un vecino que regresaba a casa, se le cayó la cara de vergüenza, pues esta, delataba a todas creces, junto al estado de su ropa y el olor a sexo que desprendía, de donde venia ella. Entraron en el ascensor el vecino mirándole descaradamente sus pezones, que se la medio transparentaban y marcaban en la camiseta, le dijo “¿qué, de fiesta? A lo que María sonrojada, sonrió y asintió, mientras notaba como por sus muslos empezaba a escurrírsele desde su coño, toda la leche que le habían echado dentro.
El domingo regrese por la tarde de viaje, recogí a María en su casa y nos fuimos a un pub a tomar una cervecita, la pregunte qué tal y ella me empezó a contar toda la historia con pelos y señales, me puse súper cachondo, apure rápido la cerveza, nos fuimos del pub, fuimos hasta la calle donde se la habían follado el viernes y allí termino de contarme esta historia, estuvimos hasta altas horas recordando todo y follando como locos. Tenía todavía sus tetas y pezones hinchados y algo rojos del sobeteó que habían recibido y su coño escocido y dolorido por todo el ajetreo que había pasado.