Mi esposa ayudó

Primero con los juguetes y ahora esto, es mucho disfrutar

Mi esposa ayudó

Desde hace bastante tiempo hemos introducido a nuestra cama unos consoladores para que nuestra relación sexual sea más amena, ya que después de varios años de casados la rutina nos va envolviendo y si no hacemos nada, se puede dañar mucho la relación; compré inicialmente, un consolador pequeño para introducírselo a mi esposa por el ano y así dilatarla más y que disfrute la relación anal que tanto me gusta, también compré uno más grande como del tamaño de mi pene con el tiempo empezó a disfrutar mucho de estos juguetes, así que compré un vibrador en forme de pene pero más grande que los que teníamos; a ella le encantaron pero a mí también, ya que desde un principio ella también me penetraba con esos juguetes y me encanta; ya en anteriores relatos les he contado como ella me fue llevando a encontrar ese placer tan grande metiéndome un dedo luego otro y otro hasta meterme todos los dedos en el ano, también me metió el consolador y ahora último me da mucho placer con el vibrador.

Bueno pues ella se ha dado cuenta de lo mucho que disfruto cuando me penetra con el consolador y con el vibrador; ahora tiene la costumbre que cuando me empieza a masajear el ano, me dice al oído cosas muy calientes, por ejemplo me dice que me imagine que estamos en el Club con otra pareja; que la chica me empieza a tocar el pene delante de su esposo; que luego baja la mano para rozarme el ano, que nota como vibro con esa caricia y entonces me mete un dedo muy suavemente, lo mete y lo saca sin quitarme la mirada de mis ojos; al contarme esto, simultáneamente mi esposa va haciendo exactamente lo mismo, penetrando con su dedo mi ano y con la otra mano acaricia mi pene que está a punto de reventar; y sigue contándome al oído: cuando la chica ya me tiene bien excitado, mete otro dedo, moviéndolos hasta dilatarme bien; me dice que la chica tiene un consolador y me lo introduce fuertemente mientras empieza a darme sexo oral; mi esposa hace lo mismo con nuestro vibrador y su boca; sigue diciéndome que la chica me penetra más rápido y cuando ya me tiene bien excitado, me murmura al oído que su esposo quiere penetrarme; eso hace que explote mientras mi esposa recibe todo mi semen en su boca sin parar de mover el vibrador en mi interior; es un placer tan intenso, que quiero que nunca termine; mi esposa disfruta igual o más que yo, tiene unos orgasmos  extraordinarios y seguidos viendo como yo no paro de correrme en su boca; una vez nos vamos relajando, mi esposa me dice que deberíamos realizar esta fantasía, pero yo siempre le digo que no.

Desde ese momento, mi esposa se daba cuanta lo mucho que lográbamos excitarnos; tanto que un día me propuso que fuéramos a un masaje para realizar la fantasía; la sola propuesta me puso supercaliente y le dije que adelante que lo hiciéramos; ella llamó y consiguió una cita de masaje para pareja; al llegar nos preguntaron si queríamos el masaje por separado o simultáneo y en una o dos salas, por supuesto queríamos a la vez y en una sola sala; luego escogimos la pareja nos daría el servicio, eran una chica de unos 25 años y un hombre de unos 30 años, ambos muy respetuosos y de cuerpos muy cuidados; nos acostamos boca abajo en un par de camillas la chica empezó a darme masaje en la espalda, piernas y en las nalgas, mientras el hombre ya le tocaba los muslos a mi esposa que estaba excitándose y tenía los ojos cerrados, de vez en cuando me miraba y me hacía señas hacia el chico que la tocaba como preguntándome si me gustaría; yo estaba con una gran erección, miré al chico y me di cuenta que también estaba erecto y que su pene era bastante grande por el bulto que se hacía en su pantalón, la chica me acarició más las nalgas y rozaba sus dedos por el canal entre ellas cerca del ano, me acarició suavemente el ano y notando que temblé un poco, se acercó a mi oído sin dejar de rosarme y me preguntó: ¿te gusta? yo asentí un poco y entonces me penetró con un dedo procurándome gran placer, lo metía hasta el fondo y lo giraba luego lo sacaba hasta la puntita y lo hacía vibrar en la entrada para luego meterlo más fuerte hasta el fondo bien adentro, era una experta en dar placer; yo la miraba de lado y ella sonreía viendo el placer que me causaba; miré a mi esposa y ella también estaba atenta, el hombre se dio cuenta de nuestros gustos y abriendo un pequeño cajón en un mueble cercano saco un vibrador pequeño pero grueso y se lo entregó a la chica que me acariciaba; ella le colocó un condón y prendiéndolo me empezó a masajear, lo pasaba por entre mis nalgas, lo acercaba y rosaba mi ano; yo levantaba la cadera para que lo hiciera más duro; luego de un interminable y tortuoso momento lo metió un poco pero lo retiró enseguida procurándome más deseo aún; y luego, lo metió todo hasta el fondo; lo empezó a mover adentro y afuera a una gran velocidad, que deliciaaaa.

Mi esposa al darse cuenta el estado de excitación en el que me encontraba se levantó y acercándose a mi camilla empezó a meterme la mano por debajo cogiendo mi duro pene, no me di cuenta que le hizo una seña al hombre para que se acercara y el chico se quitó el pantalón y dejo ver un grueso pene que estaba casi erecto; así se veía muy grande; mi esposa me acariciaba el pene y yo levantaba la cadera para que continuara, sentí que el orgasmo estaba cerca, la chica dejo el vibrador en manos de mi esposa quien continuo metiéndomelo más fuerte aún, entonces la chica tomo el pene del hombre y lo masturbó rápidamente logrando que se pusiera muy duro, me lo acerco al rostro como invitándome a que lo chupara, la verdad en ese momento no me imaginaba dándole sexo oral a otro hombre y no hice ningún intento de tomarlo con la boca aunque sentí un gran calor en mi estómago y mi pene palpitó, mi esposa saco el vibrador de mi ano y metió varios dedos, tratando incluso de empujar la mano toda, el hombre me miró pasando a mi lado en la camilla, me dijo que me pusiera en cuatro y mi esposa me ayudó sin sacarme los dedos del ano; me acercó el grueso y duro pene, sentí su calor antes que me tocara; mi esposa retiró los dedos en el mismo momento en que el tipo puso su glande en la entrada que estando tan dilatada lo aceptó casi sin problema, entonces presionó y me metió poco a poco su rico pene, sentí que me partía de gusto, me sentí súper lleno y mi pene empezó a votar semen de una manera que nunca antes me había ocurrido, era como un pequeño chorro que no terminaba, empuje mis nalgas hacia atrás para que lo metiera más adentro; mi esposa me tomó de las nalgas para abrirme más aún, la chica para no quedarse sin hacer nada, me acariciaba los testículos y el pene tan suave que mi orgasmo seguía y seguía, no terminaba; era mucho el placer, el hombre empujaba con fuerza lo sacaba hasta la mitad y lo enterraba hasta el fondo, sentí que empujó con más fuerza y me llenó de su caliente semen; mi esposa empezó a besarse con el hombre para excitarlo más aún, yo me di cuenta que ella también estaba teniendo un orgasmo viéndome como el placer se había adueñado de mí, ese placer tan intenso que mi esposa me procuró con esa invitación; tendré que pagárselo con creces, fue inmensamente delicioso.