Mi esposa, ahora disponible (5)

El macho de mi mujer la usa ahora con apreciable morbo, me parece.

Esta confesión estaba  terminada, el 27 de octubre del 2007 según veo en el borrador. Había decidido insertar una foto de mi mujer, después me entraron las dudas y distintas circunstancias me alejaron de este sitio, Ahora decido publicarlo sin foto. Lo lamento por mí; me produciría gran placer exponerla pero un vistazo a los relatos con fotos me desalentó.Me parece que las fotos bastardean el relato, una lástima porque mi esposa está muy bien. A mi modesto entender, quizás resulta mejor imaginarse a la propia esposa en aquella situación que pueda resultarle a uno excitante.-

He comenzado estos relatos desde mi posición de marido consentidor y he sometido a mis sufridos cofrades a la narración de otras circunstancias que no tienen gran relación con este tema principal pero las cosas se dieron de esa manera y muy satisfecho estoy de que así hayan sucedido. Lisa es uno de los mejores recuerdos que me llevaré de esta vida.

Pero volvamos a mi mujercita  Para los que por primera vez se arriesgan a mi aridez narrativa les diré que mi esposa de 40 largos aparenta  diez menos, es pequeña pero su talla de brassier es 95,  su colita todavía bastante dura y parada roza esas dimensiones y si bien su cintura no coquetea con los 60 clásicos tampoco se aleja escandalosamente. Ojos celestes, inquisitivos e inteligentes, pelo castaño claro,que cuanto mas corto más me atrae ; voz suave  que cuando gime por una pija bien enterrada eleva al máximo mi calentura.

En la parte primera yo les contaba de como había logrado, de a poco y lentamente inducir a mi mujer a que empezara a cojer con otro, en la segunda conté lo nuestro con su primo y les diré que en vacaciones posteriores mi mujer tuvo un par de experiencias con otros dos tipos y que nos resultaron frustrantes a ambos. No vale la pena contarlas y, los que en realidad han vivido estas cosas, bien saben que un alto porcentaje de situaciones resultan desafortunadas.

Los remito a la 3ª parte (sobrina) donde cuento como empezó la relación de Eli con Daniel

Eliana, sin consultarme empezó a cojer con él y a manejar por su cuenta mi integración a ese juego, suponía y con razón, que me anotaría

Me interesó saber como era el que se cojia a mi mujer y le dije a ella que me gustaría verlos alguna vez que se reunieran,

.-¿En dónde?, me preguntó, con cierta prevención.-

-Por ahora alguna vez que estén tomando un café o algo así.- Más adelante veremos, repuse con tenue sonrisa burlona de superado.

Mi mujer me dijo que no se reunían fuera del departamento de él. Ella iba directamente a cojer, no obstante vería que podía hacer.

Unos días después me informó que para el sábado próximo había arreglado que se encontraran en una confitería céntrica.

Eli llegó primero, él tardó mas de 15 minutos. Una vez que los tuve ubicados busqué una adecuada posición desde la que podía observarlos de costado, no me atreví a hacerlo desde muy cerca. Me quedaría con los gestos a lo sumo. El tipo era en realidad bastante pintón y muy seguro de si mismo.

Me frustré rápidamente porque él le dió un beso rápido de salutación y cuando se acercó el mozo pidió la cuenta de mi mujer y se la llevó rápidamente con el aire de quien no quiere perder tiempo. Se pararon justo enfrente mío, en la vereda mientras esperaban un taxi y pude confirmar que la trataba sin demostrarle ninguna manifestación de afecto. Me trasmitía una sensación como que la manejaba a su antojo sin demasiada consideración. Mi esposa intentó tomarle la mano y él se desprendió prontamente, diría que casi empujándola dentro del taxi. Ahí los perdí de vista.

Poco tiempo más tarde parece que en alguna conversación a Eli se le escapó o a lo mejor lo hizo a propósito; a esta altura de las cosas ya creo que ella está empezando a disfrutar de la "perversión" a la que tanto me costó introducirla. Ella, decía, permitió inferir algo de mis gustos.

El tipo no  dijo nada pero a partir de ese momento, comenzó a llamar a casa.

La primera vez atendió uno de mis hijos y el tipo cortó y así varias veces hasta que atendí yo  y en tono muy correcto me dijo algo así como:

-Podría decirle a su señora que nos reunimos el sábado próximo por el problema que estamos debatiendo con los colegas.-

-Un momento ya le doy con ella..

-No, está bien, disculpame pero no tengo tiempo,  cortó

Le comenté a Eliana y entre evasiva y divertida me dijo: Querrá conocerte...

Al día siguiente llamó hacia las 11 de la noche, atendió Eli y por la forma como ella respondía, turbada y con monosílabos, sentí que mi morbo se incrementaba, me calenté:

-Era tu macho...

Asintió con la cabeza.-

-Cuénteme.- Le dijo tiernamente, acariciando su espalda.-

-Dame tiempo, de a poco...

Esa semana llamó todos los días hasta el viernes.

El miércoles cuando llamó, le pedí a Eliana que me dejara escuchar, así lo hizo

-¿Estés en la cama con tu maridito?

-Si

-¿Te cojió, desde el sábado?

-Anoche

-¿Y como quedaste, putoncita?.-¿Hambrienta de un macho de verdad?

-Si, el sábado nos reunimos, va a venir la Directora de Asuntos Institucionales..-

-¿Lo tenés al lado al cornudo?

-Si, quedamos así, gracias por llamar

Abracé a mi mujer, se acurrucó como evitando mirarme.-

-¿Así que te dejo con hambre de otro macho, putoncita?

Me hubiese gustado sentirme como con energía para cojerla pero sentí como que no me daba para eso. De todas formas como pintaba la cosa prometía mucho morbo.-

El jueves, el muy turro se hizo esperar, llamó a las 11 y media pasadas. Atendí yo.

-¿Que tal ¿Podés darme con tu mujer?

La puse a Eli y le indiqué que me dejara escuchar.

-Hola,¿Sabés una cosa? Quiero conocer a tu cornudo, arreglà las cosas  como para que yo los encuentre casualmente y me lo presentas.

-Bueno, dejame pensarlo

-Pensarlo un corno, profesora.- Organizalo y rápido.-

Llamó el viernes.-Mi esposa me ganó  de mano

-Entonces mañana antes de que vengas a cojer, me presentás a tu maridito?

-No habíamos quedado en eso, tan pronto...

-Te empeñas en entender mal, cuando yo digo rápido es ya. Por desobediente te comunico que mañana te quedás sin pija, no te veo.-

  • No, no era así...

No, putita, era en broma.- Sucede que tengo que irme mañana temprano a Rosario, es algo que surgió de pronto.

-Bueno...

-Ah y arreglá que nos encontremos cerca de las tres y de allí te llevo directamente a la cama. Pero eso si, ni la vas poder mamar si no me presentas a tu marido. Chau.- y colgó.

Eliana me miró, interrogante

  • Y bueno, vamos mañana a conocerlo- dije

Al ratito volvió a llamar.

Mañana ponete ese calzoncito de encaje rosa y hacé que tu marido vea que te ponés eso.-

-Vas muy rápido, te estás excediendo...

  • Voy todo lo rápido que se me antoja, vos sabés que donde no voy rápido es cuando te la entierro. chau.

Eli arregló las cosas y el sábado pasadas las 2 nos pusimos a dar una vuelta por un shopping y de repente nos encontramos con Daniel.

Se produjo el simulacro de encuentro casual. En lo que sigue reproduzco casi tan sólo las expresiones de Daniel por cuanto las intervenciones de mi esposa y mía eran casi puras respuestas convencionales.

-Permitime que te felicite por tu esposa, te envidio sinceramente

-Les confieso algo, en privado, los profesores hombres establecemos una especie de ranking entre las profesoras y Eliana es la que consideramos más sexy.

-¿Sexy, yo?

Si,  detrás de ese aire de seriecita, no te privás de unos escotes que nos.. bueno, digamos nos llaman poderosamente la atención.

De pronto Daniel le dijo a Eliana, -Tenés un poquito corrido el maquillaje,¿No querés retocarte un poquito? Tomate tu tiempo, no hay apuro

Apenas Eli nos dió la espalda Daniel comenzó:

-!Que bien se viste tu mujer¡ Ese vestido de jersey es elegante y discreto pero le marca bien las formas. Es discreto pero calienta.

-!Que suertudo sos, macho¡ Los polvos que te debés echar¡

-¿NO te molesta, verdad? Yo te digo que a mí me gustan las minas te diría que lo más jovencitas posibles o las minas casadas cuarentonas.

-Las de 40 son muy agradecidas, generalmente si son casadas están mal cojidas y entonces cuando les das maza con todo, se mueren por pija

-No lo digo por vos pero generalmente ya un tipo con varios años de casado no les da toda la bola que ellas quieren

-Si, puede ser, sucede también que el marido tiene alguna otra que atender-acoté yo

-Realmente tengo muy buenos recuerdos de las de 40, incluso de una chiquita como tu mujer y eso que con mucho menos tetas, así que no quiero imaginarme lo que será tu mujer.

Al sentarse Eliana, Daniel la miró  y dijo !Bomboncito¡ y se rió buscando mi complicidad, mi mujer se sonrojó.

Hora de irnos dijo él. Amagamos los dos con pagar y él me cedió rápidamente el privilegio diciendo:

- Pagá vos que yo le pago el taxi hasta el "telo a tu mujer" y se río expansivamente como celebrando su gracia y  añadió: No, a ver si te lo crees, desgraciadamente vamos a una reunión de trabajo.-

Cuando ya Eli estaba en el taxi y él se aprestaba a hacer lo mismo, Daniel me dijo en vos suficientemente alta como para que escuchara ella: Hoy me voy a comer un bomboncito envuelto en encaje.

Lo habitual era que, cuando los sábados se encontraban mi mujer y Daniel cojian hasta alrededor de las 5 de la tarde pues él partía un poco después de esa hora a Rosario donde vivía su familia.

Ese sábado, alrededor de las cinco y media sonó el teléfono, atendió uno de mis hijos y me pasó: Es mamá

La voz de ella sonaba agitada: Te llamaba para avisarte que me voy a demorar hasta cerca de las siete.-

¿Estás bien?

-Si, me dijo Daniel que te llamara para que no te preocuparas.- su voz seguía muy agitada y como si el móvil no estuviera quieto.-

Un beso, mi amor, espérame, creo que antes de las ocho estoy en casa

¿Y saben que, cofrades? Esto que hubiese tenido que haberme puesto a mil, me resbalaba, lo vivía como de novela, este buen juego que me abrían Daniel y  mi esposa lo desdibujaba lo que yo estaba viviendo con mi sobrina. Mas que pensar en lo que hacía Eli todo  mi yo anhelaba el canelo dulzor del cuerpo de Lisi. ¡Que piel! No recuerdo otra así, lamer sus axilas, lengüetear su transpiración. Tío, ese vocablo que con cualquier entonación me galvanizaba, me hacía envolverla como un pulpo, comerla por donde pudiera.-

Estas son confesiones y diré que me avergüenza el desinterés que de alguna manera sentía en ese  momento hacia mi mujer ¿Por qué no sentía necesidad

de disfrutar de ese cuerpo que ahora, por fin, usaba un macho que la había hecho dejar de lado la prudencia con que siempre se había manejado. En otro momento me hubiera enloquecido  pensando en oler sus braguitas, en suponer que podrían volver todavía húmedas.-

Mas que regodearme imaginándome a mi esposa sometida, usada, jadeante, seguramente hollado sin compasión su esfínter; yo pensaba en el próximo martes  en el cuerpo desnudo, joven, juncal, de mi sobrina, en mi boca absorbiendo todos sus jugos.

Cuando regresó mi esposa intenté disimular mi desinterés, la besé, levanté el vestido, busqué si había humedad en sus braguitas, no era así, bajé hasta hundir mi cabeza en su cueva.

-Tiene carita de extenuada, mi amor.-¿Le dieron mucha pija, mi amor?

-Hmmm...

Cuando luego por la noche después de hacer el amor. Ella me dijo que me notaba raro

-Raro-¿Cómo?

-Como distante, no te noto tan caliente como algunas otras veces después que cojo con otro.

-Puede ser que lo de hoy me haya sobrepasado un poco, tal vez no esperaba que tu macho se zarpara tanto

Silencio, por parte de ella.

-Pero no se preocupe, mi amor, ya me sobrepondré, la quiero mucho.-

A continuación hablamos un rato largo, dándonos mutuas garantías de que nada afectaba nuestro amor.-En determinado momento me preguntó si quería que dejara y le dije que no, que mientras ella disfrutara siguiera adelante, que su placer me hacía feliz.-

El lunes por la noche llamó Daniel, por la hora supuse que podría ser él y me apresuré a atender.-

-¿Que tal? ¿Cómo te va? !¡Que tarde la del sábado con tu mujercita! Llegó cansada pero satisfecha ¿Verdad?

.....

-Me gusta hablar con doble sentido.-Por que me doy cuenta que vos sos un tipo con sentido del humor, por eso te hablo así

-¿Querías hablar con Eli?

  • Bueno, a la distancia es lo único que puedo hacer con ella. Si la tuviera como vos en la cama, seguramente haría otras cosas que sé que le gustan más...

  • Te doy con ella...

Como de costumbre  oí la conversación. Lo relevante fue:

-Tu marido se hace el boludo, le dejo claro que te cojo y ni bola.-

Y hacia el final de la conversación dijo:

Ya se me va a ocurrir una manera de que se por enterado.-

Durante el resto de la semana no se vieron y el lunes siguiente volvió a llamar. Yo la notaba un poco rara a mi  esposa. Ella, como expectante, me pasó el teléfono.

¿Que tal? ¿Estás en la cama con tu mujercita?

-Si-

¿Ya la viste desnuda?

-No

-Decile que, boca arriba se baje un poco la braguita, no mucho.

-Bajate un poco la braguita.-

Ella lo hizo.-

_¿Ya se la bajó?

-Si

¿Que ves?

-Nada

¿Cómo nada? ¿No está acaso depilada?

Sí, tenés razón.-

¿Quién te  parece que le ordenó depilarse? Para saber la respuesta que se ponga  primero boca abajo, se baje las bragas y luego que se vuelta y te muestre bien la concha

-Ponete boca abajo, bajate la braguita

Cuando lo hizo, observé algo que me pareció un tatuaje, de color violáceo sobre el cachete izquierdo. Me acerqué a mirarlo detenidamente. No era un tatuaje, era algo así como un sello de esos que se les ponen a las reses, estaba como borroso, movido pero se podía leer `PROPIEDAD DE y abajo se adivinaba Daniel Shervd.

Me  puse  totalmente al palo y  sentía un nudo en la garganta, parecía que me faltaba el aire. Eli se dió vuelta, flexionó la pierna derecha y la abrió, mientras su mano me agarraba la pija y con una mirada entre cómplice e interrogante.

Era el mismo mismo sello pero apenas se podía leer.

Dudé pero sentí que debía seguir.-

-Ya la vi.-

-Decididamente te gusta, cornudito.-¿Qué te parece?

-Te escucho

Cuando colgó le pregunté a Eli, que era lo que tenía que comunicarme.-

-Daniel dice que para terminar con esta  penitencia(nunca me comunicó por que le había sido impuesta) tenés que acompañarme  el sábado a que el viejo me ponga por última vez los sellos. le pagues y le agradezcas.- Es poco, tenés que pagarle lo que cuesta aplicar una inyección.-

-¿Y después te vas a cojer con él?

-No, Daniel se va el viernes a Rosario.

-¿A qué hora tenemos que ir?

  • A las tres, dice que es para que recuerde que a esa hora es cuando me coje, así me consuelo un poco, dice.-

-Que todo sea por vos, mi vida

-¿Estás seguro que es por mi sola? Me pidió también que me acompañaras a comprar un calzoncito de encaje ya que el viejo le pidió que quiere verme con uno así, color carne.-

-Y por qué tengo que acompañarte también a comprarlo?-

-Él dice que a vos te va a gustar, me dijo incluso que te obligara, sino la penitencia no termina. Además eso tengo que comprarlo en "Feyvis" donde trabaja una mina que él también se coje y que le va a contar si voy con vos o no.-

En honor a la verdad debo decir que pese al relativo interés con que estaba viviendo esto, la situación me excitó sobremanera y simulando resignación accedí

Fuimos el sábado por la mañana a comprar el calzoncito. Había cuatro dependientas y cuando nos atendieron la empleada preguntó si nos enviaba Daniel, cuando mi esposa asintió, esa empleada se dirigió a otra y ésta vino a atendernos.-

-Daniel, siempre nos recomienda pero no es habitual que vengan en pareja.-

Realmente no sabía donde meterme, ya me parecía demasiado. Opté por el silencio y los monosílabos.-

A las dos y media le tocamos el timbre al conserje. Tardó unos minutos en venir a abrirnos. Era un tipo viejo, de bigotes, de mirada inexpresiva y como aburrida.- Cuando yo le preguntara por la actitud del que le ponía los sellos, Eli me dijo que era un tipo extraño parecía un eunuco, hacía su trabajo con indiferencia, no mostraba ninguna calentura.

El viejo nos llevó hasta un cuartucho en el sótano, donde su ayudante se cambiaba y que tenía un camastro no precisamente impoluto.

Olvidaba mencionar que otra de las exigencias de Daniel era que Eli llevara entre el calzoncito y su piel un papel firmado por mí donde debí escribir " En agradecimiento por marcar a mi esposa"

-Creo que tiene un papel para mí, démelo, por favor-

Mi mujer se levantó la falda del vestido y le dió el papel. El viejo le echó una mirada distraída al papel y lo dejó sobre la mesa.

-Acuéstese.- le dijo mientras  abría una caja metálica como las que se usan en medicina y procedía a sacar un sello y una de las tres almohadillas que estaban dentro.-

Me llamó la atención que el conserje no  demostrara interesarse  en lo más mínimo en la prenda que había solicitado ver en el cuerpo de mi esposa

Mi mujer se acostó boca abajo subiéndose la falda hasta la cintura. El viejo sin ninguna delicadeza le bajó y quitó el calzoncito.

-Abra las piernas.- dijo.- Doble esta pierna, por favor, indicó.-

Mientras ella tomaba esa posición él abrió la cajita y cargo el sello, esta vez le tocó un sello casi rosado, las dos veces anteriores habían sido violáceo y verde.

La mano del viejo aferró un cachete de mi esposa  y amasó la carne hacia el exterior de manera de poder colocarle el sello bien adentro.

-Dese vuelta, por favor

Mi esposa obedeció y sin indicación alguna arqueó y abrió una de sus piernas para facilitar el sellado.-

Mientras mi esposa se ponía nuevamente su prenda el viejo sacó un móvil y marcó un número, cuando atendieron se limitó a decir: Ya está.-  se quedó escuchando y luego dijo: Mire, eso  por favor digáselo Ud.-

  • Quieren hablar con Ud.- le indicó a mi mujer.

-Hola.- y al cabo de unos segundos repitió: Hola, mi amor. Estaba sonrojándose y eso fue en aumento; al cabo de un tiempo casi balbuceó.-

Es Daniel, no pudo viajar y dice que me puedo quedar a que me coja pero con tres condiciones: Que vos se lo digas, que me acompañes hasta su departamento y que el señor me haga una prueba de humedad...

-¿Y, eso, Que es?

-El te lo explica.- y me dio el móvil

-Hola, mi esposo predilecto.-Vos decidís si querés que tu querida esposa tenga una cojida como la gente. Sólo tenés que preguntarle en vos alta, clara y con las mismas palabras si quiere quedarse a cojer con su macho, acompañarla hasta mi departamento y que Gervasio la toque con uno o dos dedos para que nos diga cuan húmeda se puso.-

-¿Querés quedarte a cojer con tu macho y que Gervasio te toque para ver como estás de caliente?

-Si vos estás de acuerdo, si

  • Por favor, Gervasio, tóquela entre las piernas y dígale al señor Daniel como está de húmeda.- Mientras decía esto yo saqué 20 pesos, se los mostré al viejo y le hice una seña que asintiera. El conserje entendió enseguida y al cabo de unos segundos dijo por el  móvil: -Está bien, está empezando a humedecerse.-

En verdad el vejete era lo más parecido a una planta que uno pueda imaginarse, lo sexual parecía interesarle tanto como la física quántica.-

En el ascensor Ileana se recostó contra mi hombro, la abracé tiernamente, nos besamos de la  misma manera.

-Te quiero. ¿Me querés? me preguntó

-Te adoro, mi vida.

Tocamos el timbre, apareció Daniel.-

-Hasta ahora estás cumpliendo con todo, putita. Seguí.- Mi esposa penetró un metro.-

-Vos quedate donde estás. Todavía te quiero dejar con las ganas de ver como se la cojen a la madre de tus hijos.- La miró a Ileana como si tuviese que continuar con algo preestablecido.-

-Mirá, a tu mujer le voy a dar hasta las cinco menos cinco, entre esa hora y antes de las cinco estás esperándola aquí frente a la puerta con el vestido, si te retrasás tu mujer estará como la ves, en el pasillo.

Mientras decía esto mi mujer se sacaba el vestido de jersey por encima de la cabeza y quedaba sólo con la braguita de carne, no había traído corpiño.-

-Llevate el vestido, hoy lo máximo que le permito es la braguita que le compraste para mí. Chau.-

Ileana miraba para otro lado, mientras cerraba pude observar que la atraía hacia sí-

Salí de allí, intentando enrollar el vestido para disimular, entré en un negocio sólo para adquirir una bolsa donde meterlo. Volví a casa y  me encerré en mi cuarto a hacer tiempo.- Realmente si el hijo de puta la cojía con maestría semejante a la que demostraba con el morbo, encontraba las razones por las que mi esposa había perdido todo pudor.

Fui puntual. Me hicieron esperar un par de minutos antes de abrir.-

Aquí la tenés.- Como cumplió tan bien con mis deseos hoy tuvo su recompensa. Fijate, le acabé encima y pudo sacarse el gusto de embadurnarse las tetas, algo del estómago y hasta alguna gota se le nota aquí en el pelo, después de extenderse mi leche se chupó bien los deditos y el calzoncito está re-húmedo de nuestros 2 jugos.-Cuando llegues a tu casa, así como tu mujer me la chupa hasta que la deja limpita vos también lamela toda para dejarla a ella limpita de mi leche...

-Pará un poquito, hermano, vos a mi mujer le podes acabar encima y embadurnarla cuanto quieras y ella te deje y no te diré que no me gustaría verla cuando le hacés eso; pero ese otro asunto no es lo mio, cuando lleguemos a casa si ella quiere quedarse así , así se quedará pero yo no la toco hasta que esté bien bañadita y sin un resto tuyo. Pensé que te habías dado cuenta que el juego es entre tres y cada cual pone sus límites. Chau, pibe.-

Mientras esto decía, mi mujer se ponía el vestido y se prendió en un largo beso de despedida

Diría que los tres nos quedamos sorprendidos. No sé como me brotó tan espontánea y firme la respuesta. El tipo se quedó mudo y nosotros nos dirigimos a tomar el ascensor

En el ascensor miré, admiré, a mi esposa. Estaba hermosa, su rostro parecía extenuado pero feliz, los labios despintados, despeinada, Parecía más joven de lo que habitualmente ya parece para su edad. Le abrí la boca y la besé tiernamente hasta que llegamos.-

-Huí, mira que me tuvo mamando hasta hace poquito.- Me dijo, pícara.-

-Es que Ud. es irresistible mi vida. Estás hermosísima. Ud. desbarajusta cualquier propósito. De todos modos vos sabes que es cierto, eso de entrar en contacto con el semen de otro no es lo mío.

-Me voy a bañar como vos querés, me daré un baño de inmersión, estoy cansadísima, creo que quiero mucho mimo, nada mas...

-Me parece que después de todo lo de hoy, me tocas y yo también té largo todo...

-Entonces con mi mano te hago llegar mientras descanso entre tus brazos...

-¿Por qué? ¿Tensé la boquita cansada? ¿La hicieron trabajar mucho?

-Si, hoy me hizo mamar mucho.-

Por ahora lo dejamos acá, me interesaba compartir con Uds. estos momentos tan morbosos que mi esposa y su macho me hicieron vivir. Creo que ven que el tipo prometía. Posteriormente  ha continuado brindándome otras excitantes situaciones.

polditobloom44@mixmail.com