Mi esposa, ahora disponible (3)

Cuando un colega comienza a usar a pleno a mi esposa no puedo disfrutarlo porque aparece...

Por error la 2ª parte de "Mi esposa ahora disponible" aparece como autor nico33, está también en Confesiones

En realidad pensaba continuar narrando lo sucedido el resto de la semana que pasamos mi señora, su primo y yo, pero... Eso sucedió hace ya algunos años; comencé a contarlo en un momento de "tranquilidad" en nuestras relaciones cuando uno se siente inducido a recordar aquellos momentos que significaron intensa carga de adrenalina y cuyo recuerdo continuara motivando intensos encuentros con mi querida esposa.

Pero han sucedido cosas que me hacen alterar el orden pensado. No sólo no me siento impulsado a continuar ese relato sino que otras circunstancias que acaecieron desde abril del año pasado y que me sacudian también intensamente las voy a dejar asimismo de lado. Me limitaré a exponerlas sólo suscintamente para ubicar el contexto en que se produce esto que me conmociona.

La situación era así: a fines de abril del año pasado mi mujer por primera vez tomó un macho sin consultar para nada conmigo. Cuando me lo contó ya se había encamado, por primera vez, tambíen, no tomó las precauciones que habíamos venido observando en el sentido de no exponernos con nuestros nombres, quiero significar que su calentura la llevó a convertirse en una de las hembras de un colega suyo.

MI esposa es profesora de colegio secundario, el que la convirtió en una de sus hembras es el profesor de educación física, un tipo que se ha bajado por lo menos a otras tres colegas también casadas. Pensar que mi mujer me comentaba divertida esos chismes de las otras...

Debo reconocer que envidio a ese tipo; a mi mujer le dijo un día que la iba a cojer el sábado siguiente- era mediados de semana- y mi mujer agarró viaje.

Entre otras cosas después del primer polvo le dijo que ella era una más y que la iba a usar cuando a él se le diera la gana, que seguramente al principio la iba a cojer seguido pero después sólo de tanto en tanto siempre que ella se comportara en esos primeros tiempos de forma que pudiera calentarlo de vez en cuando y le dijo que podía corroborar eso comentándolo con las otras colegas a que se había cepillado; a una ya no la llamaba más pero a las otras dos cada tanto las pasaba por la piedra.

Despues de esos primeros polvos mi mujer se ganó su atención cuando introdujo que yo consentía y entonces empezó a llamarme y a contarme y hacer que ella me contara que le hacia, etc etc. en fin una historia muy morbosa que en este momento no estoy tentado a contar porque siento el imperativo ineludible de comunicarles lo que denominaría mi ... redención, mi volver a experimentar sensaciones que ya no creía posibles.

Hace algún tiempo, un sábado por la tarde en que estaba solo, apareció mi sobrina mayor por casa. Parecía que se había producido una confusión, mi esposa la esperaba pasada las 5 de la tarde y mi sobrina dijo haber entendido las 15 horas. Hora imposible que la hubiera citado porque esa tarde mi mujer se había ido a cojer con su macho hasta alrededor de las 5 dado que a esa hora él se iba de la ciudad.Mi sobrina me preguntó si podía quedarse a esperarla y por supuesto asentí.

Con mis sobrinas teníamos un trato afectuoso,cordial pero no somos de vernos muy a menudo, diría que sólo unas pocas veces al año .

Por esa época Lisa tenía 23 años y llevaba casi 2 años de casada.- Es de físico muy menudo diría que su cuerpo parece de quinceañera. Ahora que ya he recorrido con mi lengua cada centimetro de su cuerpo todavía me asombra ese aspecto tan juvenil, aunque quizás no sea un buen juez porque nunca había estado con una fémina de esa edad. Es de pechos pequeñitos y lo que más me atrae es su culito, pequeño, redondito y duro, la otra cosa que me subyuga es el color de su piel y su carita de nena.

Antes que se produjera lo que voy a relatar jamás había formado parte de mis fantasias, nunca me había inspirado el más mínimo deseo.

Una vez acomodados en el living, esta situación de estar por primera vez solo con mi sobrina hizo que brotaran mis fantasias. Cuando se sacó el largo y elegante abrigo, mostró una falda escocesa que acentuaba su aire de colegiala, sus piernas delgadas no diré que me excitaban pero se me ocurría que la atmosfera se estaba espesando.

Contesté parco, a las comunes preguntas acerca de la familia y cosas por el estilo mientras trataba de pensar una forma de iniciar un diálogo más acorde a mi fantasía.

¿Jorge siempre tiene que hacer esas guardias de 24 horas? Pregunté como para llenar el vacio.-

-Si, una y a veces dos por semana

-Eso debe ser molesto para uds

  • Y los días que no hace guardia entre los estudios, sus amigos y el futbol y el piano...

  • Hum, me parece que hay un tono de fastidio en la voz de mi sobrinita.

-Uds, los hombres son tan raros, tio

-Estás generalizando

-A amigas mias les pasa lo mismo

-Será un problema generacional, a mi siempre me gustó estar en casa con tu tía aún cuando estemos cada uno en sus cosas pero sentir al otro cerca, en la misma onda nos resulta muy gratificante.

Si, me acuerdo que cuando pasé vacaciones con Uds. siempre estaban muy mimosos-

-Las vacaciones son propicias para los mimos-

-Si, vaya si lo sabré, tio. Uds estaban todas las noche de fiesta, no me dejaban dormir-

¿En serio?

Si, tio, como hacia calor estaban las ventanas abiertas y se oía todo.

  • Me vas a hacer avergonzar

-No te debe dar verguenza, a la tía se la veía siempre muy contenta

Intentemos, me dije. La miré a los ojos y me lanzé del trapecio

-Disculpame, sobrinita, me parece advertir una cierta precupación o malestar hasta arriesgaria que algo no anda demasiado bien en tu matrimonio.

¿Se me nota, tio?

-Si en algo te puedo ser util. A veces los matrimonios suelen tener problemas a los dos o tres años.

-Yo algo he hablado con mi mamá y mis amigas. Hoy pensaba hablar con la tía pero me gustaría conocer el punto de vista de un hombre. Con papá me da cosa y con algún amigo o está en lo mismo que Jorge o me quiere levantar.-

-Un hombre que no sienta deseos de levantarte no me resultaría muy normal.-

-Me aburren, tio

¿Querés hablar conmigo? Pero te advierto que debo ser franco, puedo tener que conocer un poco de tu intimidad de tu relación matrimonial

-Me da un poco de verguenza..

-Bueno, si es por eso acordate que una vez cuando tenías doce o trece años tuve que limpiarte una cortadura que te hiciste en la ingle así que tenés pocos secretos para mi.

-Ay tio,no seas tonto

  • Es para que te aflojes un poquito

Fui por un refresco y volví, sentándome en un sillón mucho más cercano a Lisa.-

¿Tenés problemas en tu matrimonio?

-Siento como que Jorge no me da bolilla

-Voy a ser un poco bruto en las preguntas, si no querés no me las contestás y te pido que las olvidemos

No me contestó, como invitándome a que las formulara

  • Una es ¿Cuántas veces por semana tenés sexo con tu marido? y la otra es ¿Con cuantos hombres te has acostado?

-¡Tio¡

-¿..?

-Una o dos veces por semana. Sólo con tres

-De haberle comentado esto a tu madre o a otros ¿Que opinan de tu frecuencia?

-Generalmente digo que tres veces por semana. Vos sos el primero al que le digo la verdad-

-Realmente me satisface mucho tu confianza- Gracias por eso. E inclinándome hacia ella le apreté suavemente el brazo y la solté

-Y en los primeros meses, el primer medio año ¿cojian mucho más?

Si, bastante más

-¿Están los dos desmotivados? o es alguno en particular?

-Yo lo quiero, es él que no me busca

A mí, me parecés una hembrita muy atractiva y no és sólo mi opinión. Alguna vez en esas reuniones mas o menos grandes los hombres nos ponemos a evaluar a las mujeres y recuerdo que varios compartian mi apreciación.-

-¿En serio me lo decís?. Si yo no tengo casi tetas, todos se mueren por las tetonas

-No todos y si bien a mi me enloquecieron los pechos de tu tía, tambien he tenido ,apreciado y disfrutado de hembras de pechos como los tuyos. Por lo demás, ya que sos tan directa te diré que tienes un culito divino, un color de piel de los que uno lamería centimetro a centimetro. Tienes además un aire tan juvenil, tan de nenita que provocas mil ratones.

Ella me miraba como agradeciendo mis elogios, algo turbada, diría que esperando que siguiera diciéndole esas cosas durante largo rato.

Arriesgué más, me levanté y colocándome detrás suyo le acaricié la cabeza al tiempo que le decía:

-Nenita,me vas a hacer olvidar que soy un viejo tío pero no puedo permitir que no tengas conciencia de lo bien que estás, de cuanto podés enloquecer a cualquier hombre

Ella se dejó acariciar la cabeza, la echó hacia atrás buscando mi mirada y trás breves instantes intenté alzarla hacia mí, notó mi intención y se dejo elevar y unimos nuestras bocas. Apenas mi lengua buscó la suya la respuesta fue intensa, total.

Tras un par de minutos me detuve. ¿A que estaba jugando? Yo parecía un enamorado y mi idea había sido simplemente intentar calentarla para después cojérmela bien cojida como hace mucho había hecho con su madre. No debía

mimarla sino someterla.-

Nos volvimos a mirar y nuevamente me tenté y nuestras bocas se volvieron a encontrar pero esta vez mi mano bajó decididamente hacia su pierna y se metió bajo su vestido y se introdujo sin resistencia entre su braguita, apreté con firmeza el hemisferio derecho de un culito que cumplia con lo que prometía, duro y suave; luego de un instante llevé mi mano bordeando suavemente con el dedo el contorno de su calzoncito hasta rozar con mis yemas su dorada cuevita; ella seguía prendida a mi boca y me facilitó incluso la exploración, abriendo sus piernas.

Me sorprendía la total aceptación de Lisi, seguramente yo la estaba queriendo sentir como una quinceañera y ella era una hembra hecha y derecha.

Me aparté.Consideré que quedaba mas que caliente y sería cuestión de disfrutarla a pleno pero mientras me alejaba e iba dejando resbalar mi mano desde su antebrazo hasta la punta de los dedos la miré y su carita con esa expresión tan especial pudo más que mi cálculo y la tome nuevamente del brazo:

-Vení, chiquita.-

-No, tio ¿Que queres hacer..?

-Nada, un momentito nada mas...

-Va a llegar la tía...

Todavía falta y está puesta la llave...

Vení, chiquita, sólo un momentito, confiá en mi

La llevé hasta nuestro dormitorio, la puse sobre la cama, doblegando una escasa resistencia, las piernas apoyadas sobre el piso, la besé reteniéndola con el peso de mi cuerpo, le abrí los brazos; cuando note que su cuerpo y sus brazos se aflojaban me arrodillé rapidamente subí su falda y le bajé energicamente la braguitas.- Por supuesto hubo como una falsa resistencia por parte de ella pero claramente "Pour la galerie" lo único que lamenté es que sus braguitas fueran negras. No se si comparten mi experiencia pero diría que casi siempre que he ido a la cama con una mujer por primera vez y cuando la mujer es sabedora que es muy posible que vaya a tener sexo, casi siempre digo, visten ropa interior negra.- Por supuesto que el negro es sexy pero... siempre sopa, aunque sea de tortuga... Esas piernitas exigian un algodón blanco, un color claro.

En realidad yo actuaba como olvidado que estaba con una mujer de veintitantos años, yo veía a una puber, veía a una sobrina de quince años.

Apenas si tuve oposición para sacar una pierna de la braguita para poder abrirle las piernas y hundí mi cabeza entre sus muslos. No pude mantener mi dominio y comerla como se debe, haciéndole desear lo mas posible que la lengua acaricie su botoncito. Me hundí en ella y cuando mi lengua se vió aun mas excitada por la intensa humedad de su cueva comencé a devorarla como si fuera la última fruta de mi vida. Ya ella había arqueado las piernas para facilitar mi acción y se movía buscando su placer. Me aparté, decidido a terminar con eso, la volví a besar en la boca restregándole mi cara impregnada de sus jugos y finalmente me separé con un supremo esfuerzo.

-Terminado, mamita.-

Por que?, tio, ahora dame...

No, chiquita, si me decís que esperaste tanto, ahora vamos a hacerlo con todo el tiempo del mundo.

-Yo no estoy en condiciones de ver ahora a la tía.-

-Le digo que la esperaste por si volvía antes pero que como te equivocaste de hora debiste partir-

Pensás en todo, tio.-

¿Cuándo querés que nos encontremos?

-No se, algún día que Jorge esté de guardia.-

-Y eso, ¿Cuándo es?

-El jueves o el viernes que viene

¿A que hora?

Yo termino en la facultad a las 4 y media

-Cinco y medía estoy en tu casa

No, en casa, no

-Si, en casa, si. En tu cama de matrimonio

Sos un perverso, tio...

Te repito: Pasión y perversión le faltan a tu vida, sobrinita.

En mi casa me comprometés

-Ya me han visto alguna vez ir con tu tía, soy un viejo inofensivo

De viejo no tenés nada, estás muy bien

-Gracias, mi amor, nos vemos en tu casa.

No, es muy peligroso.-

-Chiquita, tu te sabrás arreglar. Esto te lo pido por única vez, necesito conocer toda tu intimidad, lo que te rodea.- por única vez

-Sos perverso y fetichista

-Perverso, fetichista y mil cosas más pero todo eso de alguna forma vos lo presentiste en mi y te agrada aunque no te des cuenta.

Como ven estaba jugando fuerte y estaba dispuesto a jugar mas fuerte y lo hice, agregando

-Si querés nos encontramos en tu casa, es allí o en ninguna otra parte-

La verdad es que mientras profería esa exigencia tenía un miedo bárbaro de que ella no aceptara y que la perdiera pero parece que los hados estaban de mi parte porque se limitó a decir:

Bueno, pero sólo una vez.-

Me doy entre asco y risa por el compromiso a que la sometía, yo metido a galán recio. En fin, se gana y se pierde y yo tengo muchas perdidas. A veces tambien se me tiene que dar cara.

-Bueno, tío, te llamo entonces.-

Como yo no mostraba intenciones de seguir la cosa, Lisa fue al baño a arreglarse. Cuando ya estaba por abrirle la puerta de calle no pude contenerme y arrodillándome busqué introducir mi lengua en su panal.- Esta vez si opuso resistencia pero al cabo de un tiempo abrió las piernas y me permitió acceder, estuve poco mas de un instante y al reincorporarme me pareció advertir una expresión como de fastidio en Lisi. La despedida fue el momento más frío desde que entrara.

Quedé preocupado por como había sido la despedida y con el correr de las horas, de los días, mi temor a que no llamase fue en aumento. Me reprochaba a mi mismo haber dado un final que me parecía de viejo verde a eso que tan bien se habia desarrollado. Al propio tiempo mi calentura iba en aumento, constantemente pensaba en ella. Llegó el jueves, transcurrió sin llamadas. El viernes sucedió lo mismo. ¡Que bronca, que desilusión¡ Maldije mi comportamiento, debí haberla cojido o no haber tenido esa recaída en el final.

Para mejor el domingo fue el cumpleaños de su hermana menor y tuvimos que ir a su festejo. Lisa estaba espectacularmente vestida, blusa elegante y un pantalon de algo así como raso, que daba la impresión que se lo habia puesto con gel, su culito lucía en todo su esplendor e inclusive podía notarse su escueta tanga. Se comportó conmigo sin dar la más mínima señal de que algo hubiera sucedido. Yo buscaba no mirarla porque sentía que en mí se trasluciría algo de mi calentura. Algo me pareció destinado especialmente: Lisi estuvo todo el tiempo haciendo arrumacos con su marido, tanto que llamaron la atención de casi todos y algún comentario respecto a lo enamorados que estaban se deslizó entre los familiares. Recuerdo que pensé: ¡Tan turra como su madre¡ Si se me llega a dar le voy a propinar el mismo tratamiento que en su oportunidad brindara a mi cuñada. Otra cosa que sucedió, y que en ese momento pensé era pura imaginación mía, fueron las miradas medio especiales que me pareció me dirigía su hermanita, diría como si estuviera enterada de lo sucedido.

A la semana siguiente por supuesto tampoco me llamó y habran pasado otras 2 o 3. El olvido fue cicatrizando mi amargura, mi bronca por no haber aprovechado el momento, eso no debió pasarme, ya tenía en el pasado varios otros fallos de ese estilo, a esta altura de mi vida era imperdonable.

Fué un martes cuando alrededor de las dos de la tarde sonó el teléfono.

-Hola tío...

-Hola-

-Vení ahora, tengo tiempo hasta alrededor de las 5

La muy pendeja reaparecía y disponía de mi tiempo sin la más mínima consulta. Igualita en eso a su madre.

-Bueno,voy, contesté aparentando indiferencia pero dentro mío se mezclaba la calentura con la bronca, con algo que sentía como humillación. ¡Esa pendeja no me podía manejar los tiempos¡ De todas maneras tenía que verla.

En el camino no logré disponer un plan de acción, no pude ordenar mis ideas.Vamos a lo que salga.

Me abrió la puerta. La muy turra tenía puesto un vestido blanco,cortón y que lamento no poder describir con precisión: terminaba arriba de sus rodillas y unos centimetros antes una cinta los ajustaba levemente a sus piernas y le confería un mortal aspecto de lolita. Nos miramos un instante y me besó casi tirándose sobre mi y cerrando con mi espalda la misma puerta. La humedad de sus labios me hizo olvidar todo y volví a sentir la necesidad tremenda de volver a enmelar mi lengua en sus otros labios. Creo que nunca me había gustado tanto un panal.

-¿Estás enojado,tio?

-Suponte lo que más placer te brinde, enojado, triste o indiferente.-

-Te quiero explicar...

Le puse el índice sobre los labios

-No necesito tus explicaciones, te necesito a vos.- y ya la volví a besar ,abriendo su boca y buscando su lengua.- Momentaneamente saciado le pasé el brazo bajo las rodillas, la alcé y...

-Guiame hasta tu cama

-¿En que lado dormís?

-Fetichista, perverso...

-Si, y por supuesto despues lo hacemos entre tus sábanas.-

.Cuando, en medio de los besos desprendí la parte trasera de su vestido, mi mano recorrió su espalda sin encontrar rastro alguno de corpiño Acaricié su pequeño seno como si fuese el mas hermoso del mundo, lo besé delicadamente, seguí con el otro con idéntica devoción. Suponía que no serían sus atributos mas alabados y por otra parte su piel me gustaba mucho tanto en color como textura, como sabor, realmente disfrutaba de cada centimetro de piel que iba descubriendo.

Ya en el dormitorio, al observar en el espejo,mientras la abrazaba, el magnifico contraste entre su piel color de miel oscura, su vestido blanco y su tambíén blanca tanguita me elevé a mil

No está en mis propósitos, quizás tampoco en mis capacidades, la descripción de proezas atlético-sexuales, simplemente recuerdo aquellas cosas que lo hicieron diferente a un encuentro con otra mujer. El rasgo distintivo fue el sabor de su piel, nunca conocí una piel tan dulce, cuando en alguno otro encuentro introduje en su panal algún delicado chocolate eso fue sublime.

En ese primer encuentro fui totalmente tierno, no fue que me lo propusiera, me brotó naturalmente anulando cualquier fantasía de un proceder mas...llamesmósle, brutal, que en algún momento había rondado por mi cabeza en parte por mi bronca ante su silencio y en parte por ese culito que realmente constituía lo mejor de mi sobrina y que presumía sino virgen al menos con poco uso.

Recorrí la parte delantera de su cuerpo y finalizé en su cuevita que recien abandoné cuando ella me lo pidiera por tercera o cuarta vez. La introducción fue magnifica su cueva la sentí como un guante. En alguna charla posterior me dijo que la mía era la más grande de las que había probado (soy normal entre 15 o 16)

Me privé de hacerme chupar la pija, empecé cojiéndola con cuidado, sin brusquedad, haciéndosela sentir pero sin bombearla con demasiada energía; empecé digo, por que al cabo de unos minutos noté que ella se desataba totalmente buscando enterrarsela hasta el fondo, sus caderas se elevaban con desesperación. Entendí que había que darle con todo, lo hice y ahí comprobé que no era una nenita, su voluntad era la de una yegua. Alcanzó un par de orgasmos seguidos, en el segundo me vació totalmente.-

Mientras descansaba todavía con mi pija ya flácida dentro de ella, pensé que el polvo no había estado a la altura de mis espectativas, algo no había cerrado totalmente. Me di cuenta de que me había faltado: Ella no me había dicho nunca tío durante nuestro polvo.Caí en lo tremendamente erotizante que a lo largo nuestro par de encuentros fue esa palabra para mí. Indudablemente ese vocablo tenía un valor mágico, cuando ella lo pronunciaba me la hacia sentir a ella como una puber, yo me abstraía de su presente y cuando esa palabra no brotaba de sus labios tornaba ella a convertirse en lo que en realidad era: una mujer de veintitantos.

Ella descansaba y con un brazo rodeando mi hombro, me besaba de tanto en tanto. Yo me sentía grotesco, viejo, pero sentí que había que disimular y tratar de obtener todo el placer que se pudiera.

Otro problemita que veía es que yo había cojido el fin de semana con mi mujer y si bien hasta aquí habia respondido bien no creía estar en condiciones de poseer nuevamente a Lisi.

Ella se levantó para ir al baño y se cubrió con una especie de manta liviana que estaba por ahí, cuando caminaba hacia el baño su culito cubierto, sus piernas flacas no me resultaban precisamente atractivas.- ¿Y cuando luego me tocara a mí? No soy un tipo gordo pero tenía cincuenta y tantos largos y la práctica deportiva nunca fue de mi devoción. Mientras ella estaba en el baño, sequé mi pija con mi pañuelo y cuando oí que retornaba mi enfundé en los boxer y al levantarme metí el estómago para adentro y me cruzé con ella rapidamente dándole un beso al pasar.

En la sábana había un buen lamparón, fruto de mi semen que se había escurrido de entre las piernas de mi sobrina. Pensé como se las iba a arreglar para disimular eso.

Cuando volví, ella pasaba un papel blanco para tratar de absorber el semen.-

-¿Como vas a hacer, sobrinita?

-Después cambio las sábanas, me dijo, divertida; levanto la sábana y miro el protector del colchón.- Espero que para la noche esté seco.

Se sacó el mantón que la malcubría y se volvió a acostar desnuda, cuando yo lo hice, se acurrucó en mis brazos.

-Estuvo bueno, tio

¿Le pareció, sobrina?- cada vez que pronunciaba la palabra mágica varios años se esfumaban

-Si, me gustó mucho

-Si quiere Ud. ahora explicarme lo que me iba a decir cuando llegué

-No, ahora solo quiero estar con vos.

Se imponía acariciarla, besarla, jugar con ella. Lo hice pero no podía dejar de preguntarme cuan pronto iba estar mi sobrina pidiendo otra sesión.

Decidí seguir jugando fuerte, la iba a calentar lo más que pudiera y si después no conseguía una aceptable erección la dejaría con las ganas diciéndole que lo hacía ex-profeso para vengarme de las semanas de calentura que me había infligido.

Cuando regresó a la cama se acurrucó mimosa y fue pródiga en besos y abrazos pero en ningún momento me agarró la pija ni hizo amago alguno de querer chuparla. Yo disfrutaba de esa actitud y jugaba y besaba sus pechos y rozaba apenas su conchita, ella se fue calentando y cuando empecé a recorrerle su conchita con mi pija ya se aprestaba a tragársela nuevamente, entonces pese a que me parecía que estaba en condiciones de poderle echar un buen polvo decidí negárselo. Me separé un tanto de ella. Me miró interrogativa.

-Ya está bien, sobrinita...

-Por...?

-Prefiero que te quedes con un poco de ganas, multiplicá por diez la molestia que esto te ocasione y te acercaras un poco a la que me provocó tu demora en llamarme.

-Yo te iba a explicar...

-MIrá, no dispongo ahora de tiempo, si nos volvemos a encontrar me explicas, vos tenías tiempo hoy hasta las 5, yo necesitaba estar a las 4 con un cliente.

No me enojo pero creo que es importante que empecemos por respetar nuestros tiempos.

-Eso es culpa tuya porque quisiste que nos viéramos en mi casa.-

  • No me mires así, porque vas a quebrar mi firme determinación, dije acentuando el lugar común.-

Me seguí vistiendo mientras pensaba si no se daría cuenta que simplemente yo estaba con un poco de miedo a no poderla coger bien.

Me despedí de ella besándola intensamente y acariciando su cuerpo desnudo la llevé hasta la puerta. Su mirada seguía mostrando desconcierto.

-¿Te llamo? me preguntó

-Si, preciosa, llamame cuanto antes.- ¿No te das cuenta que me voy porque me enloquecés demasiado?

Mientras esperaba el ascensor me di vuelta miré hacia su puerta y allí asomaba su carita, nuestros labios intercambiaron besos en el aire.

Continuará

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