Mi encuentro con hetero famoso (II). Un masaje...

Recibo un mensaje de mi nuevo amigo reclamando su masaje

Aquí estoy otra vez para contaros lo que sucedió con el tío con el que quedé para un rato de morbo en mi casa. La verdad es que aunque al principio estaba un poco nervioso todo salió muy bien y estaba encantado. Justo antes de despedirse me pidió el teléfono para el masaje al que  me había comprometido. Me dijo que se llamaba Juan, yo sabía perfectamente cómo se llamaba pero me hice el loco para no estropear la situación.

Tengo que reconocer que cuando se fue no las tenía todas conmigo  con eso de que me fuera a escribir. Por lo que me contó, su novia trabajaba fuera los fines de semana y por la semana estaban casi todo el día juntos.  Se despidió de mí vacilandome un poco con que no quedara con nadie más y cuando se fue me metí en la ducha. Confieso que no conseguía dejar de pensar en todo lo que había pasado esa tarde y claro se me volvió a poner el rabo como una piedra. Con el agua caliente cayendo por mi cuerpo y el empalme que tenía cerré los ojos y ahí estaba sentado sobre sus piernas mientras él me abrazaba y yo me rozaba contra él. Nunca me había puesto tan cachondo con otro tío y evidentemente me hice un pajote a su salud.

Cuando acabé de secarme y vestirme miré el móvil y tenía un mensaje suyo:

  • Menudo morbo nachito, me lo he pasado muy bien y no paro de pensar en ese masaje que me debes. Esta noche tengo una fiesta en una discoteca de Madrid y acabará tarde, pero mañana por la mañana podría pasarme. ¿Cómo lo ves?

Tengo reconocer que nada más leerlo se me volvió a poner morcillona. Tardé un poco en contestarle y aproveché para vacilarle y así seguir el buen rollo que habíamos tenido en mi casa. La conversación fue de puta madre:

  • Jjajajaja. Bueno si no te vas con ninguno de tu edad esta noche en esa fiesta... yo te espero mañana para que aprendas lo que es un buen masaje.

  • jajajajajaja qué cabrón... si he tardado tanto tiempo en atreverme ahora no me voy a ir con cualquiera XDDD y tú me debes un masaje te lo recuerdo

  • Muy bien... así me gusta, pero ten en cuenta que a lo mejor te flipa tanto que luego no quieres marcharte

  • jajajajajaja tranqui tranqui, no te flipes que mi piva llega a las 16.00 y tendré que rendir con ella también. Intentaré estar por tu casa a las 11.30, ok?

  • bufff con lo mayor que eres no sé si aguantarás tanto trote pero aquí te espero...

  • jajajajajaa te vas a enterar enano.

La verdad es que después de charlar con él la volvía a tener durísima, pero esta vez me quise reservar para el domingo.

Al día siguiente me desperté pronto porque estaba algo nervioso y vi en el móvil que me había mandado una foto de la discoteca llena de gente a las 5,30 de la mañana. Al ver la hora me hice a la idea de que no iba a tener noticias suyas pero a las 10.30 me volvió a escribir para preguntar si estaba despierto y si podía ir a mi casa. Yo no me había ni duchado, le pedí media ahora y a las 11.00 estaba allí como un clavo. Tengo que reconocer que venía impresionante: camiseta blanca ajustada, jeans y recién duchado.

-Era aquí la clínica esa de masajes del que todo mundo habla

  • jajajaja, pero y qué haces aquí tan pronto. ¿Cuánto has dormido?

  • tres horillas pero no paraba de pensar en ese masaje

  • venga va, qué prefieres cama o camilla

Se lo pensó un poco pero al ver que tenía una cama gigante decidió que  allí. Le pedí que se fuera poniendo cómodo mientras fui a buscar la crema y los aceites para el masaje. Cuando llegué allí estaba con unos boxers blancos viendo las fotos que había en mi cuarto. Me quedé un rato mirándolo de arriba abajo. Su piernas fuertes, sus pectorales... bufff ya empezaba a ponerme cachondo. Puse un toalla en la cama y le pedí que se tumbara, me miró y me preguntó si con boxer o sin ellos a lo que le respondí: -Lo que prefieras. Rápidamente se los quitó y se tumbó boca abajo en la cama.

Me quité la camiseta y empecé por ponerle un poco de aceite y comencé el masaje por sus hombros y brazos. La verdad es que la posición era un poco incómoda así que decidí sentarme en sus glúteos para poder llegar mejor. Yo estaba en la gloria y él no paraba de resoplar y de decir que qué gusto. Empecé por los hombros y fui bajando por toda la espalda hasta llegar al comienzo de su culo, masajeando bien, fuerte, destensionando. La verdad es que tenía la espalda fatal. Cada vez que subía de nuevo a sus hombros me apoyaba un poco más para sentirlo bien cerca (en esos momentos yo ya estaba muy cachondo). Él gemía y decía que estaba de lujo, varias veces noté como movía un poco las caderas para colocarse bien el rabo, estaba convencido que estaba tan cachondo como yo.

Cuando terminé la espalda y después de sobarle un poco los glúteos, bajé a sus piernas. A pesar de los años que tenía, su cuerpo parecía de un treintañero, sus muslos estaban muy fuertes y fue un placer poder masajearlos bien. Cuando ya estaba terminando con las piernas, decidí ir un poco más allá y pedirle que se diera la vuelta, pero ocurrió algo inesperado. Cuando me quise dar cuenta se había quedado dormido. Menudo bajonazo me entró porque yo estaba cachondísimo y creía que él también. Pensé en despertarlo pero se le veía tan relajado que lo dejé allí para que descansara. Me volví al salón megarrallado. Por una parte me sentía un poco ridículo por pensar que allí iba  a pasar de todo para que luego se durmiera y por otra me hice a la idea de que había malinterpretado la situación y que en realidad lo que el tío este quería era un simple masaje.

El cabrón se pasó durmiendo media hora mientras yo esperaba en el sofá. Hubo un momento que empecé a escuchar que alguien venía por el pasillo y asomó la cabeza riendose y pidiendome perdón. Estaba completamente en bolas y con el rabo un poco empalmado.

  • nachito perdona me he quedado muerto, es que he dormido una mierda y tu pedazo de masaje me ha rematado jajaja

En ese momento yo tenía dos opciones; o me hacía el ofendido o le seguía el rollo y opté por lo segundo porque el tío en el fondo era encantador.

  • si al final tenía yo razón y que con tu edad ya estás para pocos trotes.

El tío se partía y vino a por mí. Se me echó encima y empezamos a pelearnos en broma, pero claro al ser el doble que yo acabó encima mía inmovilizándome y descojonandose de la risa.

-te tengo donde quería ajajajajaa

-sí, sí pero mira la hora cachocabrón, ¿no me dijiste que te tenías que ir pronto?

-ostia... bueno nos puede dar tiempo a una duchita, así me quitas toda esta aceite q me has puesto (mientras me decía eso yo notaba su rabo creciendo contra mi muslo

La verdad es que no me lo pensé dos veces y me lo llevé a la ducha. Mi baño es bastante grande y la ducha es un plato en el que entrábamos bien los dos. Mientras íbamos, él fue despelotándome y al llegar nos metimos juntos. En ese momento pensé que era mi oportunidad, cogí el jabón y empecé a sobarle entero. Él se dejaba, estaba entregadísimo. Le limpie la espalda, los pectorales, las piernas... hasta que me puse de rodillas y después de pasarle  la esponja por las piernas le miré con una sonrisa y le pregunté

-¿qué hacemos con esto? (mientras golpeaba su rabo)

  • ufffff limpialo ¿no?

Le miraba y él echaba la cabeza para atrás mordiéndose el labio y a mí eso me ponía burrísimo. El esperaba que se la comiera pero entre mi falta de práctica y que no quería ponérselo tan fácil empecé a pajearlo apretando el capullo y jugando con él. El tío estaba fuera de sí y yo me aprovechaba para seguir sobándolo entero.

Después de un rato jugando con sus huevos me dijo que ya no podía más y que se iba a correr. De un movimiento me levantó, me dio la vuelta super brusco, me pegó contra la pared y se arrimó mucho contra mí, tanto que tenía su cara en mi mejilla. Con una mano me agarraba mis muñecas y con la otra se estaba masturbando a lo bestia mientras gemía en mi oreja. A los pocos segundos no pudo más y comenzó a lanzar trallazos de lefa contra mi culo. Antes de soltarme me pegó un lametón en la cara super cerdo y morboso

-Qué pasada nachito... te he empapado jajajaja, me dijo descojonándose de la risa. Cuando empecé a limpiarme para salir me paró y me dijo que ahora me tocaba a mí. Yo  seguía empalmadísimo.

Dio unos pasos hacia atrás y se apoyó contra la pared,  me cogió de la mano y me llevó junto a él y cuando estábamos con nuestras caras muy cerca me dio la vuelta, pasó su brazo por mi cintura y me apretó con él. Su rabo que seguía morcillón quedó justo en mi culo. Con la otra mano agarró mi rabo. Yo apoyé la cabeza en su hombro y comenzó a decirme guarradas al oído mientras me pajeaba  y me apretaba contra él. Yo no paraba de rozarme y gemía. Aproveché para pasar mi brazo por detrás para sobarle la cabeza.

Os prometo que nunca había vivido una situación tan morbosa y él estaba entregadísimo para darme placer algo que me pareció muy guay, no solo era yo. Al poco rato estaba aquello tan caliente que empezó a morderme el cuello mientras me pajeaba. Como os podéis imaginar aguanté dos minutos en esa situación para acabar corriéndome como un loco. Menos mal que me estaba aguantando porque me temblaban hasta las piernas. Nos quedamos jadeando así unos minutos, él no me soltaba. Cuando nos recuperamos, acabamos de limpiarnos y seguimos charlando como si tal cosa.  Habíamos creado un buen rollo increíble.

Mientras se secaba me pidió un vaso de agua y le dije que fuera a la cocina. Desde allí empezó a meterse otra vez conmigo porque como  no he cocinado en mi vida mi frigorífico estaba vacío. Después de vacilarme me dijo que él cocinaba muy bien y que para devolverme el favor del masaje podía hacerme la cena un día  (yo casi ni le prestaba atención, solo pensaba en la situación que acababa de vivir). Vino hacia mí completamente en bolas y  me volvió a repetir que si quería que un día hiciera la cena. Le dije que yo feliz, que me encantaba la comida que hacía mi abuela y que por la edad él cocinaría igual. Se empezó a descojonar y me dio un cachetazo en el culo que me quedó la marca de su mano. Mientras seguíamos ahí de risas le tuve que decir que mirara el reloj (me hubiera quedado todo el día con él, pero si se jodía algo con su novia iba a irse todo al carajo) y se dio cuenta de la hora que era y que su piva estaba a punto de llegar. Se vistió a toda ostia y me dijo que  me escribiría. Antes de irse se acercó a mí me dio un abrazo mientras me decía al oído que se lo había pasado de puta madre... continuará

Espero que os guste la historia, puedo aseguraros que fue 100% real. Si os va molando escribiré la tercera. Ya me contáis!