Mi diario 2

Mi historia de lo que pasó en la universidad, mis amistades y mis aventuras a lo largo de 4 años

--Todos los personajes son mayores de edad—

Soledad es el nombre de la calle donde se encuentra el departamento y me pareció lindo que el departamento reciba ese nombre, de hoy en adelante soledad será mi hogar.

-          Entonces dijiste Hana ¿verdad? – Dijo una chica que me miraba del lado de mi en el sillón donde estaba sentada

-          Si, Hana

-          ¿De dónde es? – Me contestó

-          Es japonés – Contesté algo apenada de no recordar su nombre

-          Significa “Flor” ¿Cierto? – Dijo otra chica que estaba incluida en la conversación.

-          Me llamo Ana, どうぞよろしくお願いいたします。

Me tomó por sorpresa que me hablaran en japonés, mi cerebro se pausó un segundo.

-          Jajaja どうぞよろしくお願いいたします, no se hablar mucho japonés – Respondí-

-          Lo siento, pero tus rasgos japoneses se notan, tampoco se hablar mucho. – Dijo Ana acercándose a mí

-          Eres la primera persona que se da cuenta, me parezco mucho más a mi papá. – Respondí genuinamente asombrada

-          ¡Jajaja! Mentí vi a tu mamá y tu hermana y lo supuse – Dijo Ana confesándose

Estaba genuinamente disfrutando de la conversación cuando un chico se acercó y nos saludo de beso, cuando me saludó a mi sentí la comisura de nuestros labios tocarse me dio vergüenza sentir la humedad de sus labios y me inhibí, sentí que la persona que mantenía la conversación con Ana hacía apenas 30 segundos no era yo.

-          Un gusto, me llamo Alan – Me dijo mirándome a los ojos, lo cual me intimidó mas

Alan era un chico de unos 175 cm, fresco con un cabello castaño obscuro, una piel morena clara y una sensación de masculinidad emanaba de él, su sonrisa era bonita, y sus ojos cafés claro me dieron mucha curiosidad al verlo.

-          Hola, yo soy Hana – Le dije sacando una seguridad falsa.

-          Genial, ¿Y tú? – Volteó a ver a Gaby mientras ella estaba distraída.

-          Creo que su nombre es “Mary” – Dijo la tercera chica de la cual no recordaba su nombre

Reí en ese momento de imaginar que Gaby podría llamarse Mary.

-          No, no. – Dijo Astrid con cierta decepción en la cara.

-          Gaby, se llama Gaby, – Dijo Astrid gritando

Un chico escuchó y bajó el volumen de la música en la cual sonaba “Yendo a la Casa de Damián de El Cuarteto de Nos”

-          Así es - contesté calladamente viendo hacia el suelo

El chico que bajó el volumen se acercó para integrarse a la conversación.

-          Como puede ser que te hayas equivocado Carolina – me miro a los ojos

-          Yo soy Jorge, Hana y Gaby ¿verdad?, ¿Si te gustan los mojitos? – Preguntó mientras me ofrecía un vaso de vidrio con bebida, lo acepté Gaby volteaba para integrarse a la conversación de la cual no tenía ni idea de que estaba pasando.

-          Correcto Jorge, eres muy alto – Contestó Gaby

-          Ya sabemos quien va a pasarte los cereales – Le dije a Gaby bromeando, todos rieron.

La chica con la que Gaby estaba platicando camino por una bebida, sirvió y se integró con nosotros

-          Por cierto, ella es Andy – Dijo Gaby presentándomela directamente

-          Hana, un gusto – Dije

-          Un gustazo, que emoción vamos a tener mayoría de mujeres en la casa.

-          Nadie dijo que esto iba a ser una democracia – Expresó Alan jugando.

La platica entre nosotros siguió nos sentamos en el suelo alrededor de la mesa de centro cada uno habló de sus películas favoritas o comidas preferidas, aunque Francisco no estaba con nosotros, lo cual me puso un poco triste, me hubiera gustado mucho conocer esos datos de él, de ratos volteaba a verlo, estaba platicando con el último chico de la casa, en la esquina de la sala.

-          Lo vas a gastar – Me dijo carolina atrapándome en el acto de voltear a verlos.

-          No es eso – respondí riendo, ¿Quién es el chico con el que habla?

-          Es Christian, es un poco tímido, pero muy amable – Me contestó carolina.

-          Hey, vengan, vamos a jugar algo – Les gritó Jorge

Ambos se pusieron de pie y se integraron, Christian se sentó a lado de mí

-          Hola, Christian – Me dijo con una voz suave como el terciopelo

-          Hola soy Hana – le contesté

-          Mi vecina, ¿no?, estoy en el 7 – Me respondió

-          Oh cierto, sí somos vecinos

-          Hey, Hana ¿Otra igual? – Me habló Jorge desde el otro extremo de la habitación sosteniendo una botella de alcohol, respondí asintiendo la cabeza.

Christian era una persona increíblemente amable con las palabras, parecía que hablabas con la realeza cuando se expresaba, era elegante. Jorge me pasó un vaso con bebida en el acepte mi segundo trago cuando lo probé para ver que la cantidad de alcohol fuera la correcta voltee a ver la cámara de seguridad que apuntaba directo a donde estábamos sentados con culpa.

-          No debes preocuparte por las cámaras – Dijo Christian.

-          ¿Por qué? – Pregunté

-          Puedo borrar y alterar su contenido a voluntad, ahora mismo si don Pablo quiere ver las cámaras solo verá una sala solitaria, don Pablo normalmente revisa las cámaras y el archivo del día como a las 19 horas, si necesitas que borre algo que pasó en el día dime antes de esa hora, y si ocupas una coartada para hacer una fiesta después de las 19 horas yo me encargo de poner la sala vacía.

-          Wow gracias ¿Y como lo haces? – Exclamé

-          Es algo muy técnico, pero puedo explicarte otro día a detalle si te interesa

Con un conjunto de habilidades como las de Christian podíamos hacer literalmente todo en este lugar, la única cosa que no me gustaba acerca de soledad fue eliminada, me sentí completamente tranquila, sonreí mientras volteaba a ver a Astrid quien se ponía de pie.

  • Propongo un brindis por las nuevas integrantes. Que su estancia aquí sea de lo mejor, ya verán que se la van a pasar muy bien. ¡Salud! – Escuche decir a Astrid.

  • Salud – Se escucho al unísono.

  • Salud por esta nueva etapa juntos. – Dijo Francisco al aire, pero vi que se me quedo mirando y me guiñó al terminar la frase.

En verdad me había hecho un guiño o solo era mi mente jugando porque Francisco me había llamado mucho la atención.

El tiempo pasó muy rápido o al menos eso fue para mí, hicimos una competencia de quien podía balancear una vieja pelota de basquetbol sobre nuestra cabeza la cual hizo que me mareara un poco, me sentí feliz de estar compartiendo una noche con personas que hacia unas horas eran completos extraños y ahora los veía como un equipo de amigos con una sola meta, pasarla súper.

A medida que la noche fue progresando, algunos integrantes abandonaron la sala para refugiarse en sus cuartos.

Terminamos solo Astrid, Francisco, Gaby y yo, con algunas copas encima podía sentirme un poco mareada, pero podía acompañarlos para unas últimas cervezas, pasado un tiempo y algunas historias de nuestro pasado comenzamos a recoger la sala, comencé a recoger el vidrio de las cervezas la mano de Francisco y la mía rozaron al recoger un par de botellas, pude sentir su mano cálida y un pequeño y rápido escalofrió me paso por mi cuerpo. Alce la mirada y él solo hizo una pequeña sonrisa y dijo -Perdón – Me tendió la mano señalando el envase que tenía para poder ir a dejarlo a la cocina.

Al irse a dejar las botellas a la cocina no pude evitar mirarlo de espalda, por mi estado actual lo hice sin pena ni pudor ignorando que dos mujeres me veían fijamente. Al regresar continuamos nuestra plática y no me despegué del lado de Francisco, no le quitaba la vista de encima, era como un imán para mi mirada, sus ojos de color café que parecía que se quería comer al mundo y sus brazos, aunque no se veían tan marcados se podía apreciar que eran fuertes, sexys. Además, durante toda la velada que estuvimos platicando, su voz era hipnotizante con un tono grave y sobre todo denotaba seguridad. Era algo que hacía que despertara deseo en mí.

Quería que notará mi deseo y creo que lo logré, un par de veces me lanzo miradas donde sentí como me derretía por dentro, pero la noche ahora pasaba as rápido y se hizo muy tarde, Francisco se levantó y dijo:

-          Yo creo que hasta aquí llegamos por esta noche, ya es tarde – Tenía toda la razón.

Todos nos levantamos y dijimos algo entre las líneas de “Si creo que yo igual”, me fui a mi cuarto a mi primera noche en Soledad, muchas cosas pasaron esta noche, conocí grandes personas, me emocionó un chico, y salí deseándolo por esta noche, que quizá sea por sólo una noche o culpa del alcohol, pero estaba segura de que no hubo otro hombre en mi vida que me pusiera así más que el, mi mente divagó con el recordando su rostro, sus brazos, su voz y eso despertó mi deseo, lo imaginé tocando tímidamente a mi cuarto, yo abriría y me preguntaría si puede pasar, lo jalaría con fuerza adentro, y cerraría la puerta, a ojos de alguien ve desde afuera sería raptado por el deseo que le tengo, lo desnudaría aquí en mi cuarto, apreciaría su cuerpo completamente desnudo, y dejaría que me hiciera cualquier cosa, no quería evitarlo, baje mis pantalones, me desabotoné la blusa, saque mi ropa interior y finalmente comencé a masturbarme, las pequeñas interacciones con Francisco me habían calentado aunque no tenía sentido, mi imaginación ya me hacía con su boca pegada a la mía mientras lo sentía dentro de mí, comencé a gemir, me encanta hacer ruido cuando tengo placer, no tardó mucho tiempo en alcanzarme el orgasmo

-          Ay, que rico… - Dije con la voz casi gritando.

Una corriente eléctrica me recorrió todo el cuerpo mientras una ola de placer hacia a todos mis músculos contraerse.

Mientras mi agitación disminuía el sueño me consumía, no tuve ni idea cuando cerré los ojos para quedarme dormida.


Muchas gracias a todos por su apoyo y sus lecturas en el primer episodio, voy a estar actualizando este relato constantemente, los leo en los comentarios! responderé todos los que vea

-E.