Mi despertar sexual: mi padrino.

Experiencia real de mis inicios en el sexo con mi padrino: cómo vi su polla por primera vez y cómo me tocó hasta que me corrí. A partir de entonces, descubriría lo que es el placer con él.

¡Hola a todos! Hoy, después de mucho tiempo meditándolo, vengo a contaros mi experiencia real.

Todos me llaman Shule, y tengo 25 años (en breve ¡26!) y soy de España. Lo que os vengo a contar pasó hace ya mucho tiempo (unos nueve años) y marcó mi vida (sobre todo en el plano sexual).  Desde pequeña he sido una chica gordita, y cuando fui adolescente, no fue menos. Era la gorda de la clase, y por tanto, la que menos opciones tenía por ese entonces de estar con un chico. Cuando mis amigas hablaban de cómo lo hacían, con quién o cómo fue su primera vez, yo me quedaba callada y no podía decir nada. Pero todo eso, ¡un día cambió! Primero, dejadme que me describa: actualmente sigo siendo gorda, tengo el pelo largo, castaño, ojos verdes y soy muy blanquita de piel. Tengo unas piernas muy blancas, largas y gorditas, al igual que mi culo (que es grande). Mis tetas siempre he pensado que son perfectas, son igual de blancas que yo con unos pezones muy rosaditos y que se erizan de nada.

Como decía, cuando era adolescente era la única de mi grupo que todavía no había follado (sólo me habían besado una vez), lo que para mí era muy raro hablar de sexo, me sentía muy tímida. Siempre he tenido una buena relación con mi padrino, se mostraba cercano y amable y siempre estaba pendiente de mí (si necesitaba algo para el instituto, si necesitaba ropa, algún juego, libross...) Es un hombre alto, con un poco de barriga, pelo negro corto, moreno de piel y ojos negros.

A veces mi padrino me ayudaba a estudiar o me prestaba su ordenador para hacer algunos deberes (mis padres eran anti-tecnologías y me acuerdo que mi primera BlackBerry me la regaló él también a pesar de que mis padres no querían). Así que pasábamos mucho tiempo juntos. Él, yo y su mujer. Él es funcionario y ella es enfermera así que mi padrino siempre tenía las tardes libres mientras que ella, tenía guardia muchas veces por la tarde y/o noche.

Un día, estando yo en su casa, mi padrino me preguntó si ya tenía novio y le dije que no. Me hizo sonrojar y me preguntaba que cómo era posible que no tuviera novio con lo guapa que era. Le dije que no, que ningún chico quería estar conmigo por ser la gorda de la clase y mi padrino me dijo que me dejara de tonterías, que era una chica muy guapa y que no estaba tan gorda.

  • ¡Anda! levántate la camiseta, a ver.

Me dio verguenza pero me levanté la camiseta y me dijo:

  • ¡Ves! No estás tan gorda, estás bien. Qué chicos más tontos.

Me hizo sonrojar. Me bajé la camiseta y yo seguí en el ordenador haciendo cosas de clase, pero mi padrino siguió insistiendo:

  • Entonces, ¿todavía no has hecho nada con ningún chico?

  • No, padrino... todavía no he estado con ninguno.

  • Bueno, ¡mejor! si te hacen algo se la verán conmigo.

Me hizo reír y le pregunté que qué le haría al chico que me hiciera daño. Así que se levantó (él estaba sentado enfrente de mí, y yo estaba sentada enfrente del ordenador), giró mi silla hacia él, me levantó y me tiró hacia el sofá:

  • Mira, lo tiraré así y le daré muy fuerte - me dijo mientras se subía encima mío a horcajadas y me hacía cosquillas.

Yo no podía parar de reír y le pedía que parara, pero él estaba sentado encima de mí mientras me hacía cosquillas y cosquillas. Me metía la mano por debajo de la camiseta para hacerme cosquillas y yo me revolvía toda de la risa, así que la camisa se levantó hasta que se podían ver mi sujetador. Él siguió y me preguntaba:

  • ¿Y por aquí también tienes cosquillas? - me decía mientras me tocaba el cuello. Siguió tocándome hasta llegar a mis tetas, y entonces las tocó.

  • ¿Y aquí no tienes? - y pasó su dedo pulgar por mis pezones por encima del sujetador.

En ese momento me quedé paralizada porque no lo esperaba y porque mi cuerpo estaba reaccionado. Notaba como se me ponían los pezones duros y él también lo estaba notando. Siguió tocándome con los dedos pulgares mis pezones mientras me agarraba bien las tetas y se reía. Era la primera vez que alguien me tocaba así. Le pedí que parara y se quitara de encima. Me hizo caso y se bajó del sofá. Se puso de pie y me dio la mano para que me incorporara yo también. Me ayudó a levantarme y nos quedamos de pie uno frente al otro.

  • Lo siento Shule, era sólo un juego. Nos estábamos divirtiendo.

  • Ya... no pasa nada. Es que nunca... nada, no importa. - dije mientras me iba hacia la cocina a por agua.

  • ¿Nunca te han tocado? No me lo creo. Si tienes unas tetas perfectas y eso que no las he visto.

Él me siguió hasta la cocina y mientras yo cogía el vaso para ponerme agua, se puso detrás de mí. Se pegó bien y me dijo:

  • Anda, déjame verlas. Mira cómo estás... - y me volvió a tocar los pezones mientras él se pegaba cada vez más a mí. - Además, mira como estoy yo... - noté su polla dura en mi culo y me paralicé. No sabía qué hacer, ni qué decir. Dejé el vaso en la mesa y entonces, él me levantó la camisa. Por inercia, levanté las manos para que le fuera más fácil quitármela.

  • Buena chica... - me dijo mientras me besaba el cuello por detrás.

Me seguía tocando los pezones mientras me besaba y a mí se me escapó un pequeño gemido. Entonces estiró la mano hasta mi coño y me tocó por encima del pantalón. Me atraía fuerte hacia él para que notara su polla mientras no debaja de tocarme y besarme.

  • ¿Quieres verla? ¿Quieres ver mi polla? Si no quieres... podemos parar.

No hablé. No sabía qué decir. Simplemente me giré y asentí con la cabeza. Quería verla porque nunca había visto ninguna polla y porque era la única que no había tenido ninguna experiencia sexual todavía. Quería ser como el resto. Sabía que era mi padrino y que estaba mal, pero no me importaba.

  • Mira Shule, toca... - y me cogió la mano y me la llevó a su paquete. Yo no sabía que hacer, notaba su bulto muy duro. Él mismo empezó a dirigirme con su propia mano. Hacía que la tocara de arriba a abajo despacito.

Me agarró de la mano y me dirigió al salón. Nos quedamos de pie frente al sofá mientras él se desabrochaba el pantalón. Después me desabrochó a mí el sujetador y mi primer instinto fue taparme con las manos. Me las quitó lentamente de mis tetas y me dijo que era preciosa. Que nunca había visto unos pechos tan bonitos. Me sonrojé y me sentí muy especial en ese momento. Él se desnudó y se sentó en el sofá. Era la primera vez que veía una polla y sin embargo, ahí estaba... una polla dura de unos 16cm. Era la primera vez que veía una y no sé qué esperaba de cómo era una polla pero sé que en ese momento me dio entre placer y asco. Él estaba sentado en el sofá con la polla dura y tocándonse. Me pidió que me desnudara yo también. Que quería verme en braguitas. Y eso hice. Me quedé en bragutias mientras él se tocaba mientras me veía. Me decía que se la ponía muy dura, que era preciosa, que quería más de mí...

  • Ven, acércate.

Me subí encima de él con las braguitas puestas y él comenzó a besarme por el cuello hasta llegar a mi boca. Era la segunda vez que un chico me besaba y esta vez estaba siendo con lengua. Me siguió besando y tocando mis pezones. Cada vez los tenía yo más duros y me era imposible no gemir mientras me besaba y tocaba. Notaba su polla dura contra mi coñito, y me mojaba cada vez más. Mi padrino bajó la mano hasta mis braguitas y empezó a tocar por encima de las braguitas. Yo no podía dejar de gemir...

  • Uuff, padrino...

  • Si, mi amor. Mira cómo estás... quieres más, ¿no? Pídeme más...

  • Sí, quiero más...

  • Chúpamela. Bájate y arrodíllate. - me ordenó seriamente.

Me bajé y me arrodillé.

  • ¿Es tu primera vez chupando una polla? Ven, que te voy a enseñar, cariño..

Me introdujo su polla en la boca. Me pidió que abriera bien la boca y que chupara bien. Que moviera la lengua. Me cogía bien de la cabeza y me empujaba de vez en cuando, guiando el ritmo.

  • Mmm, no pares Shule... quiero correrme contigo.

Seguí chupando hasta que mi padrino se corrió. Se corrió en mi boca y pensé que me iba a ahogar. Me asusté y me levanté corriendo queriendo ir al baño a escupir. Me fui al baño y mi padrino me siguió. Estaba yo en el lavabo, abriendo el grifo y escupiendo cuando él llegó y se volvió a pegar a mí por detrás. Me pidió perdón por no haberme avisado y volvió a tocarme los pezones. Yo seguía mojada así que me bajó las bragas mientras él seguia por detrás. Me tocó el culo, me decía lo grande y bonito que era. Y entonces tocó mi coñito. Me tocaba superficialmente. Yo seguía mojada. Volví a gemir.

  • ¿Quieres correrte? Dímelo. - dijo él.

  • Ss... ssí.

  • No. Pídemelo bien. Dime "quiero correrme, padrino".

  • Quiero correrme, padrino...

Metió un poco el dedo mientras seguía pegado a mí. Me comenzó a tocar ahí, en medio del baño, mientras estábamos pegados al lavabo. Buscó mi clítoris y comenzó a tocarlo en círculos. Yo me volví loca, me estaba dando un placer que nunca me habían dado.

  • Uuff, sí, siigue padrino, Dios...

Siguió tocándome hasta que me corrí en el baño. Mis piernas me temblaban y pensé que me iba a caer. Mi padrino se arrodilló y comenzó a besarme el culo por todas partes... me pidió que me girara y me besó en mi coñito... lo lamió y me dijo que la próxima vez, sino le decía nada a nadie, me lo comería así...

Así que esa no fue la última vez que pasó algo con mi padrino...

Continuará...

Si quieres saber más sobre mí o mis experiencias, escríbeme a: shuleila@hotmail.com