Mi despertar sexual 3

Locura o cordura. (hecho real que me ocurrió en mi juventud)

Viernes 19 de marzo de 1999

El examen de tecnología de primera hora me fue bien pero, desde el miércoles por la tarde que estaba intranquilo, ese encuentro con la profesora Merche en la biblioteca primero y la charla en su coche después. Entre clase y clase salí a ver si pasaba por el pasillo pero no, en el bar de profesores la vi de lejos hablando y tomando café con leche con otros maestros.

Ya quedaba menos, eran las 12:55 y terminó la clase de administración y gestión de empresa. Quedaban pocos minutos para ver a la Srta. Merche, ¿sonreiría o seguiría seria? Otra de las preguntas que estaba sin respuesta.

Entró diciendo bona tarda, levanté la cabeza y la vi, iba vestida  con un jersey de canalé rosa con las costuras de puños y cuello en azul marino, la falda era azul marino también con zapatos de tacón pequeño. Empezó dictando un texto el cual tuvimos que hacer un resumen, durante el dictado nos miramos, pero ella no hacia ninguna mueca ni sonrisa, pero si aguantaba la mirada. Pasó la hora y sonó el timbre, mientras estábamos recogiendo me llamo y me dijo que antes de salir pasara por su mesa, mostrando el dossier de vacaciones.

Me acerqué y me enseñó el dossier, había algunos fallos que me explicó al momento, nos debimos retrasar porque pasó el conserje y dijo que en 5 minutos cerraba el hall del instituto. Salimos y me dijo;

-¿Hoy también vas en bus?

-Puede… si no me lleva usted si

-¿Campo Claro dijiste?

-Exacto

Nos montamos en el coche y nos dirigimos hasta mi barrio, la charla fue amena y divertida, la indiqué por donde se entraba y estacionó, casi al lado de mi portal. Nos pusimos a hablar de la clase, parecía que no tuviera prisa por irse, me preguntó por los gamberros de la clase y quien era el líder de todos. Cuando llevábamos un buen rato me dice que los errores los repase y que si tengo alguna dura que el ultimo folio esta su número de teléfono. Que si tengo alguna duda que la llame durante el fin de semana. Nos despedimos y me dijo gracias por este rato.

Por la tarde revisé el dossier y vi que algunos ejercicios no entendía como los había corregido, así que llame el mismo vienes por la tarde. Me explicó la solución, pero seguía sin entenderla, así que me dijo si el domingo podía quedar, ya que ella solía ir todos los domingos  por la tarde a una cafetería céntrica de Tarragona. Dije que Ok y que el domingo a las 6 en el Jamaica de Tarragona.

Esa tarde me estuve masturbando como un loco, no me podía creer que la profesora Merche me hubiese dado su teléfono particular de casa y que habíamos quedado en 48 horas para solucionar un dossier. El domingo me arregle como nunca, iba hecho un pincel, llegué a las 17:30, me puse en una mesa de 4 para estar más anchos, ella llegó puntual, iba con una falda estampada y una blusa blanca. Me levanté y nos saludamos con dos besos en las mejillas, me puse rojo de vergüenza, me encantaba su perfume y toda ella, me pidió que le enseñara el dossier, lo hablamos y ella reconoció que se había equivocado al corregir. Nos sirvieron los dos capuchinos que pedimos y nos pusimos a charlar del instituto y de hobbies. Yo me daba cuenta que esa cita estaba pensada, tu no quedas con un alumno para corregir un dossier que has evaluado mal a propósito, que inocente que fui. Pero me lo pasé muy bien charlando con ella esa tarde. Eran las 20:30 ya, dos  horas y media hablando que habían parecido 30 minutos. Discutimos  por ver quien pagaba , aceptó que yo pagara y me llevaba ella en coche hasta casa.

Tenía el coche en una calle cercana, a apenas 5 minutos a pie. Nos montamos y me llevo hasta mi casa por segunda vez en dos días. Cuando llegamos ella inició la maniobra para estacionar, yo le dije que no hacía falta pero ella siguió con la maniobra diciendo que tenía que decirme una cosa. El corazón me iba a mil por hora, aquello parecía una cita que una quedada para un malentendido, paró el motor y nos miramos… ella me dijo que lo había pasado muy bien, que hacía tiempo que no se había sentido tan a gusto con alguien tomando un capuchino.

-yo también lo he pasado bien, y me alegra haberla visto reírse por primera vez en dos años.

-La compañía ayuda.

Nos miramos y ninguno de los dos hizo nada. Yo estaba intimidado por estar con esa mujer en un coche, si por mi fuera la hubiera besado… pero no me atreví.

-Creo que es mejor que te vayas a casa.

-Sí, nos vemos el martes en clase.

-sí, hasta el martes.

Nos dimos un abrazo y nos quedamos un par de segundos así. Luego salí del coche y me fui para casa, bajo la atenta mirada de la profesora.

Lunes 22 de marzo de 1999

Estábamos en mitad de clase de lengua castellana cuando llamaron a la puerta , la profesora Jiménez indicó adelante y la profesora Merche se asomó a la puerta, le pidió si yo podía salir unos minutos, mi cara de desconcierto ayudó a que el gracioso de clase dijera en voz alta;

-Alejandro, suspendido –

Ante la risa general de toda el aula, la profesora Jiménez hizo callar a todos mientras yo salía del aula, la profesora Merche me dijo que la acompañase y me llevó a un despacho de los que usan los profesores para reunirse con padres y alumnos. Entramos y cerró la puerta, se colocó enfrente y dijo:

-Esto será complicado…

-¿el que profesora?

Me cogió la mano y la colocó sobre el pecho, notaba su corazón palpitar con fuerza, nos abrazamos,  y empezamos a darnos pequeños besos en los labios, así durante unos 5 minutos.

-Es mejor volver – dijo

Llámanos a la puerta de clase y entre, Agustí empezó de nuevo con la frase;

-Alejandro, suspendido-

-Vaya – le dije yo.

Me preguntaron qué pasaba y dije que había de rellenar unas hojas de la matrícula. Al terminar la clase la profesora Merche y yo nos cruzamos y esta vez me miró pero iba sonriendo.