Mi despertar

Me desnudaron completamente y tirándome literalmente en la cama.

MI DESPERTAR

Tenía 24 años. Yo me fui a vivir con Conchi, mi chica de toda la vida.

Eramos felices. Hacíamos el amor al menos 4 veces en semana y aunque éramos pareja desinhibida Conchi nunca me permitió correrme en su boca, ni me permitió petrarle el culo.

Yo pensaba que tenía una verga inmensa y que esta era capaz de dar todo el placer del mundo

Conchi conoció a Verónica, una chica mayor que ella con un tipazo de escándalo . Ella, mi chica, cada vez se veía mas con Vero y yo, pese a que continuamos con nuestros actos de amor, llegue a ponerme celoso. Estaría Conchi liada con la Vero?

En estas estábamos cuando un sábado mientras comíamos Conchi me dijo

Oye, he invitado a Vero a tomar café hoy a las 4, ¿Qué te parece si nos tumbamos después la siesta?

Pero que dices? Tu sabes lo que me estas proponiendo? Si nos acostamos los tres creo que tú no podrás aceptar que te ponga cuernos.

Tonto, lo hago por ti. Se que Vero te gusta y yo deseo tener una relación con una chica estando tu presente.

Yo pensé que a nadie la amarga un dulce, la Vero estaba buenísima y si mi chica me la ponía en bandeja pues adelante.

Estaba en el salón y a las cuatro con puntualidad germana sonó el timbre de la puerta. Abre que será Vero y yo me estoy lavando, dijo Conchi

Abrí la puerta y me encontré con una Verónica esplendorosa. Su mini era mas un cinturón que una falda y a través de su camisa se apreciaban dos pezones preciosos.

Hola me dijo dándome dos besos en la cara, y Conchi?

Esta en el baño. Ahora sale.

Termine de decir esto y mi Conchi salió preciosa. Su descarada blusa dejaba ver dos trozos de unas tetas que yo conocía preciosas, y una falda casi tan mini como la de Vero.

Creo que yo debería ponerme en calzoncillos para estar en igualdad con vosotras, dije.

Riéndose Conchi preparó el café y Vero abrió el paquetito de pasteles que había traído. Son de una confitería que está al lado de mi casa y que hace unos pasteles eróticos maravillosos dijo. Los pastelillos tenían formas de penes, teticas, vaginas y culos.

Las dos tomaron una polla cada una y yo por no ser menos me trague una linda y sabrosa vagina. Los tres reíamos.

Tomado el café, serví unas copas. Para mi brandy y para ellas un oporto.

Oye, ¿Por qué no cogemos las copas y nos la tomamos en el dormitorio?, propuse. Ambas accedieron de inmediato.

Me desnudaron completamente y tirándome literalmente en la cama, me hicieron una mamada de cine. Ambas se disputaban mi falo que yo pensaba enorme, y después de un rato de chupeteo, excitado al máximo dije

Quitaros que me voy. Entonces Vero se tragó mi pete a fondo, succionándolo hasta hacerme explotar. Ella compartió mi corrida con Conchi que por primera vez saboreo mi esperma.

Después de esta corrida, y desnudas totalmente salvo su tanguita, las dos me rodearon y besaron en la boca. Olían a sexo. No era tan desagradable el olor y el sabor de su boca. Vero se fundió con migo en un beso como nunca nadie me había dado. Mi vista se nubló, mi voluntad desapareció y yo quede sin fuerzas. Solo mis manos bajaron por su cuerpo, adentrándose en su braguita en busca de su cuevecita caliente y húmeda, pero lo que encontré fue una señora verga. La mía a su lado era una pichita.

Mis manos palparon y recorrieron esa vargota y mi mente pensó

Porque no probar a que sabe. A ellas les gusta por lo que tiene que estar buena y si su sabor es como lo que he gustado en su beso no está mal.

Con este pensamiento y sabiendo que aquello cambiaría mi vida para siempre, me incorporé y mientras ellas se besaban, yo venciendo mis ascos, engullí aquella polla metiéndomela a fondo en la boca.

Su gusto y tacto no me defraudó. Su capullo era aterciopelado y de un sabor diferenta a todo cuanto yo había gustado antes.

Fui mamándosela, haciendo aquello que a mi tanto me gustaba me hicieran, mientras le hacia una paja.

Conchi se separó de Verónica y poniéndose bajo mi, se introdujo mi pene en su cuevecita. Se movía de arriba abajo mientras yo mamaba el sable de Vero. Las palabras de vero fueron haciéndose cada vez mas confusas y así los que bien la mamas, chupamela, así bien, bien , se transformaron en Sii, siii, mas,mas ufff, Asggggg, agggg. En estas Conchi fallándose con mi verga suspiraba y gritaba.

En un AGGGG, mas fuerte y profundo, sentí como las venas de aquel mástil se abultaban y en un estertor, note como una lava caliente, espesa y con un salobre sabor me inundaba mi boca produciéndome arcadas pues estaba metido tan dentro que no me permitía tragar.

Esta explosión de jadeos se confundieron con jadeos que provenían de Conchi, confundiéndole en una cacofonía de gritos suspiros de satisfacción y espasmos de placer a los cuales se unieron los míos, al descargar mi esperma en la concha de Conchi.

Que tarde, yo ya me había corrido dos veces.

Después de esto compartí en un prolongado beso, la carga de esperma depositada en mi boca con mis dos chicas, y después de limpiarnos los restos con nuestras lenguas, nos quedamos abrazados.

Yo me adormecí mecido por los brazos de mis dos putitas

Mi despertar fue maravilloso.

Dos lenguas y bocas recorrían de nuevo desde mi capullo hasta mi culo. Notaba como unos trozos de carne sin hueso, se introducían en mi ano, después fue un dedo, dos y creo que tres. Notaba algo raro pero no desagradable en mi ano. Me lo embadurnaron de saliva y jugaban con el. Yo sabía desde que palpe la verga de Verónica, que eso podía pasar, y aunque tenía una gran aprensión deseaba que sucediera.

Conchi elevó mis piernas apretándome mis muslos contra mi tripa. En esa postura, note como un gran dedo sin uña, se ponía sobre mi entrada, apretándose contra ella.

Poco a poco fue introduciéndome su polla.

Cuando estaba pasando su capullo, note que se me abría mi culo como si se rajara en dirección a mis huevos. Un chillido de NOOOOO salio de mi garganta.

Quita, Quita, no lo hagas por favor.

Grandes lágrimas rodaron por mis mejillas

Vero paro diciéndome. Tranquilo amor, lo peor ya paso, ya tienes mi capullo dentro y en cuanto te acostumbre ya veras como disfrutas,

Mi verga había desaparecido, como si al forzarme mi culo se hubiera metido dentro.

Notaba la lengua de Conchi al rededor de mi ano, dándome una sensación de bálsamo suavizante.

Verónica saco ligeramente su picha y la introdujo de nuevo suavemente, Yo notaba como el dolor en el ano se iba pasando cambiándose por un escozor nada desagradable, incrementado por el roce de la lengua de Conchi

Poco a poco la presión que sobre mi ejercía Verónica, hacia que aquel falo se fuese introduciendo en mi. Pronto note todo dentro y un fuerte dolor, una presión dentro de mi intestino hacia que aquello me molestara más que dar placer.

Ella saco nuevamente su falo y lo introdujo con suavidad. Después de varias veces, noté que la presión había pasado y notaba un suave y rico roce en el interior de mi esfínter, lo cual obligo nuevamente a que mi pichita se enderezara y diera señales de vida.

Las acometidas de Vero se hacían cada vez mas rápidas. Sus testículos golpeaban mis nalgas con un sonido como de aplausos cada vez que entraba hasta el fondo. Plas, Plas, Plas.

Los aplausos en mi culo cada vez fueron mas rápidos hasta que en un estertor definitivo, ella empujo su miembro con toda su fuerza como si sus dos bolas quisieran también entrar dentro. Note una fuerte oleada de magma caliente inundando mis intestinos. Era fabuloso. Mi falo estaba rojo y más tieso que lo que nunca había notado.

Cuando verónica me la sacó, Conchi se puso a cuatro patas, limpiando con su lengua el pene de Vero.

Yo me levante con su leche escurriendo entre mis piernas y con un guiño de Vero, apunte mi polla en el culo de Conchi. Igual que tú me has hecho yo te follo perra. Y se la metí de un empujón.

Chillo, lloro suplicó pero al fin se acostumbro y ambos disfrutamos de un nuevo orgasmo. Yo en su culo y ella en la boca de vero que le lamió su concha mientras yo la follaba.

Después de esto, otras siestas siguieron. Conchi y yo nos casamos y nuestra noche de bodas, compartida con nuestra Verónica, fue un trío como no os podéis imaginar

Al final Vero se marcho de la ciudad. A ella siguieron muchas Verónicas, muchos Pepes. Etc.

La única condición es que tengan un falo superior al mío. Para pichita basta la que yo tengo, y que los coñitos que nos comemos estén afeitados.

Si algun@ después de este relato quiere conocernos, ya conocéis las características que pedimos.

Podéis escribirnos al email pepepepone@hotmail.es . Describiéndoos y si es posible enviando foto. No nos interesa vuestro rostro, pero si vuestros atributos.

OS ESPERAMOS