Mi deseo oculto. Tres son suficientes?

Soy una mujer amante del sexo y tenía un deseo oculto que no había podido satisfacer hasta que un día decidi cumplirlo y no me arrepientopor que lo disfrute mucho y lo que vino despues fue mayor.

Debo de reconocer que soy una mujer sumamente aficionada al placer sexual y la naturaleza me favoreció al hacerme una mujer bastante atractiva y sensual. Por lo menos así lo creo Yo y para afirmar mi creencia me baso en como me miran y los piropos que me dicen. Perdonen mi farsantes.

Tengo una buena estatura, mis medidas sin dejarlas por escrito les puedo contar que no me es fácil encontrar sostenes, y generalmente debo buscar. Me gusta la gimnasia y como me gusta verme atractiva y sensual recurro a la gimnasia tres veces por semana como mínimo. Esta rutina me permite ser y verme firme. Mantener mis pechos erguidos y firmes, al igual que mis glúteos y piernas. En lo que respecta a mi ropa me gusta vestirme sensual inclusive en el trabajo, ya que me gusta que me miren con ojos de deseo.

He disfrutado del sexo tanto con mujeres como con hombres, pero siempre en pareja y nunca lo había hecho en tríos o en grupo, pero lo deseaba firmemente.

Un día viernes después de haber llegado de un extenuante viaje de trabajo y recostada sobre la cama en pieza me dio la idea de mirar una película porno que había comprado  días atrás y trataba de sexo grupal. Me gusto mucho una escena donde una rubia, yo soy morena, tenía sexo con tres tipos a la vez. En pocas palabras un pene en su vagina, otro en la cola y el tercero en su boca.

Honestamente les cuento que me humedecí mirando la escena y pensé porque no Yo. Soy mejor que la mujer en la película, pensé Yo. De caliente y atrevida ni hablar. Sólo debo arreglarme y vestirme adecuadamente y partir, me dije a mi misma y apague la película y me senté frente  a mi laptop para buscar en la ciudad la existencia de algún club que se prestara para estas situaciones. Navegue buscando, encontré varios y revise cada una de las paginas para ver cual me parecía el más adecuado y seleccionar.

Finalizada la tarea y con la selección hecha, me recosté a dormitar un rato.

Alrededor de la 19:30 me levante como una lechuga y comencé a prepararme para la aventura de esa noche. La primera tarea era seleccionar la ropa. Busque lo más sensual dentro de mi guardarropía y encontré para mi sorpresa un enterito (me explico; pantalón y top todo una pieza) que me había obsequiada Sandra y que nunca antes lo había utilizado.

La prenda en cuestión estaba hecha en un bellísimo encaje negro totalmente transparente, muy escotado en la parte de adelante y absolutamente sin espaldas. Además, contaba con una minúscula tanga de satín negro y un sostén del mismo material e igual color para cubrir las partes más intimas.

Antes de vestirme aproveche de repasar mi depilado para retirarme cualquier bello que existiese sin mi autorización tanto alrededor de mi vagina como en los alrededores de mi ano. Estaba libre de cualquier bello, al igual que un bebe recién nacido. Repose durante media hora en la tina de baño con sales y especies relajantes y perfumadas. Luego de secada, me maquille bien maquillada haciendo resaltar mis ojos y boca. Peine mi nuevo corte de pelo a lo muchachito, que entre paréntesis agrego lo sensual que me hace ver,  con gel para mantener mi cabello en su lugar. Me perfume y vestí.

Hechas las tareas y antes de partir  me mire al espejo y prometo que me vía exquisita (perdónenme). El vestido o pantalón enterito su translucides dejaba ver todo mi cuerpo a excepción lo que cubría la tanga y el sostén o top. El escote delantero terminaba como cuatro dedos más abajo del ombligo, lo que me llevo a colocarme, con un pegamento una fantasía imitación brillante justo en él y que le daba un toque más sensual. Al mirar mi espalda n el espejo pude darme cuenta que el escote llegaba a mitad de mis nalgas. Yo creo personalmente y perdonen que lo diga, que me vía espectacular. Giro una y otra vez, tratando de darme el visto bueno, cuando por mi mente se cruza una idea. Frente al espejo me suelto los tirantes abrochados detrás de mi nuca y retiro el sostén, bajo la prenda hasta permitirme sacarme la tanga. Subo mi prenda, la abrocho atrás de mi nuca y vuelvo a mirarme en el espejo. Veía a través de mi encaje podía distinguir perfectamente como brillaba mi desnuda vulva libre de todo pelito, giro mi cuerpo y admiro mi perfecta colita. Quede maravillada al ver mi desnudes.

Me eché el último retoque de perfume y maquillaje y partí en busca de mi automóvil.

Llegue al lugar elegido alrededor de la 23:30 horas, buena hora para no ser la primera ni la última. El lugar era una casona antigua refaccionada como discote, luz baja y típica,  en la plata baja una gran barra  con pequeños grupos de pequeños sillones y mesitas para permitir que grupitos se conformen sin molestarse unos con otro. Más tarde en la velada pude conocer el segundo piso que constaba de pequeños ambientes independientes unos de otros donde subían los grupos a intimidar más en privado. Volvamos al primer piso.

Entre y me dirigí al bar y como era mi intención pasando y colocándome a la vista de un grupo de tres tipos que charlaban animadamente. No diré el acostumbrado relatado de decir que todos descendían de Adonis. No, eran comunes y corrientes. Sólo había que esperar a que fueran ardientes y fogosos. Nada más.

Parada muy cerca de ellos, me movía y giraba con la sola intención de que me vieran. Esa actitud me excitaba, estaba siendo carnada. Giraba, levantaba mis pechos y llevaba mis brazos atrás con el único objetivo  de relucir pechos y que los observaran. Con mis manos agarraba mis nalgas y giraba, Pero al girar no clavaba mi vista en ellos, no quería ser tan directa. Solo insinuar.

En ese juego estaba cuando siento una mano que me toma por la espalda para llamar mi atención, giro y me encuentro con un tipo alto, delgado y de cara no mal perecido que me pregunta sí espero a alguien. Le contesto que no, y él me agrega sí puede con sus amigos acompañarme. Le respondo que si pueden hacerlo y en segundos me encuentro afirmada de espalda a la barra, uno a cada lado y el tercero, el delgado frente a mí.

Conversación inicial digámoslo honestamente tonta. Las tonterías de siempre; viniste sola?, primera vez?,  etc., etc.

El tipo flaco, que llamaré por razones obvias como el flaco era el que llevaba la batuta, era simpático y divertido. Los otros dos eran los más favorecidos por la naturaleza. A uno lo llamare Claudio, alto, supe en la conversación que jugaba rugby, bien fornido y su cabeza completamente rasurada. Estos siempre me han excitado.  El tercero Luis, más callado, de contextura normal, de cara agradable y su forma de ser muy dulce.

Estábamos en amena conversación cuando por los altos parlantes llamaron  al dueño del auto patente XXXX y que resulto ser Luis. Pide las excusas y se dirige a donde le indicaron, quedándome Yo con los otros dos y uno a cada lado mío y continuamos con la conversación.

Ya más en confianza, producto de los temas de conversación, siento que desde el lado donde estaba Claudio una mano me toma de la cintura. Yo me quedo tranquila y me acomodo para que me tome con más seguridad. El nota mi movimiento y me acerca a su cuerpo quedando bien encajada a él. El “Flaco” nota la movida de su amigo y se mueve como para irse y dejarnos solos. Para que no se retire estiro mi brazo, tomo su mano y lo acerco a mí. Se acerco más de lo que pensé y quedo pegado a mi y su cara frente a la mía. Mantuve su mirada y él mantuvo la suya. Esto fue por varios segundos hasta que su boca dio con la mía y me beso. Claudio viendo la movida de su amigo y que Yo no me despegaba de él, rápidamente subió su mano hasta agarrar uno de mis pechos y apretar entre sus dedos semi engarfados mi pezón. Por mi pronunciadísimo escote y la traslucidez de mi vestido el Flaco nota la movida de su amigo, me agarra de la nuca y presiona nuestras bocas empujando su lengua para abrir y empujarla dentro de mi boca. Un fuerte y apasionado beso y el agarron de Claudio bastaron para dar el vamos y en segundos encontrarme con Claudio atrás mío agarrando ambos pechos con firmeza y al Flaco enfrente besándome apasionadamente. Yo entre mis manos aferraba la berga del Flaco, que en esos momentos iba en aumento y ganando rigidez.

Estaba fascinada, sentía la fuerza de Claudio tras mío con su miembro empujando mi cola y sus manos exprimiendo mis pechos. Al frente el Flaco empujaba con fuerza su lengua dentro de mi boca y sus manos apretaban las mías contra su berga que ya estaba mostrando su verdadero tamaño y firmeza. Trate en varias oportunidades en dimensionar el largo y ancho de lo que iba a encontrar después, pero no pude. Vaya los dolores que me ocasionó.

Disfrutando las caricias de Claudio en mis pechos y sus pinchazos en mi cola, y los fervientes besos del Flaco llego Luis. Tosió para llamarnos la atención. El Flaco dejo de besarme pero Claudio no me soltó. Luis movió al Flaco a un lado, tomo las manos de Claudio y las retiro de mis pechos, dirigiéndose a nosotros nos dice que de regreso del estacionamiento había reservado un privado y tomándome de la mano nos guía al lugar.

En esos momentos el saber donde me dirigían me excitaba de sobremanera. Había probado la forma de besar del Flaco y las dimensiones de su barga, había sentido la fuerza de Claudio en mis pechos y el empuje de pene. Sólo faltaba Luis.

Subimos las escalas con Luis tomados de las manos y el Flaco y Claudio detrás de nosotros. Luis abrió la puerta del privado, entramos seguidos del Flaco y Claudio sin cerrar la puerta.

Parada en el medio de la sala y rodeada por los tres amigos. Luis enfrente de mí se acerca y comienza a retirarme el enterito para dejarme completamente desnuda. Parado frente a mí estira sus manos e inicia un dulce recorrido por mi desnudez. Yo trato de acercarme pero no me deja. Sus amigos se retiran a ocupar un sillón y observar. Las manos de Luis recorren cada lugar de mi cuerpo produciendo un escalofriante cosquilleo de placer. Siento como una electricidad recorre el interior de mi cuerpo. Me toca todo el cuerpo menos cerca de mi vulva. Recorre mis muslos y busca el interior de ellos. Instintivamente abro las piernas esperanzada de que sus dedos vayan a mi vulva. La empujo adelante para que vea su limpieza, pero nada. Ese ignorar mis deseos más me excitan. Me gira y ahora de espalda a él comienza la misma tarea, recorre cada pulgada de mí y se detiene en mis nalgas. La pellizca, las palmea.

Me hace girar lentamente y al hacerlo veo que sus dos amigos están desnudos jugando con sus miembros y sentados en sendas sillas. Sentirme objeto de masturbación me excita descabelladamente. Quiero nuevamente sentir sus caricias pero veo que se retira y comienza a desnudarse.

Ahora están los tres desnudos  conformando una especie de círculo alrededor mío. Se juntan y se acercan quedando cuerpos contra cuerpos y me hacen giran circulando. Este movimiento me hace estar en un momento con la cola pegada a Claudio y de frente al Flaco, sintiendo ambos miembro. Giro circulando y cambio de pareja y sigo así. Esto permite sentirlos en distinto momentos y no perderme ninguno. Estaba muy excitada, deseaba locamente ser reventada por los tres a la vez.

Lentamente se abrieron un poco el círculo y Yo al medio. Los tres estaban con sus miembros como mástiles de bandera. Los miraba y no sabía con cual quedarme. Sólo me asustaba un poco del Flaco por su tamaño. Con voz serena Luis me pregunta con cual de los tres inicio, sin entender bien la pregunta le respondo; contigo. Se acerca Luis y tomándome de las manos vuelve a tomar su lugar conmigo al frente y poniendo sus manos sobre mis hombres me empuja hasta llevarme a ponerme de rodillas frente a él. De rodillas frente a él, miró su preciosa berga y me abalanzo a tragármela.

La tomo entre mis manos al igual que un objeto precioso, la contemplo con placer y comienzo a lamerla. Luis esta completamente depilado, lo que me lleva a lamerla de su inicio hasta el final de su cabeza. Bajo a sus testículos y primero chupo uno y después el otro, en repetidas ocasiones. Paro y trato de tragarme ambos a la vez y mamar de ellos. Los sueltos lamo su berga y lentamente empiezo a pasar mi lengua desde sus testículos hasta llegar arriba, avanzo cubriendo todo su miembro. Lamo, lamo y lamo hasta que descontrolada por el calor me lanzo a chuparlo lentamente para después imprimir velocidad. Deseo que me chorreen. Me para, me levanta y me gira para quedar frente al Flaco quién me toma de los hombres y me arrodilla quedado frente a su monstruo. Lo sujeto entre mis manos y lo contemplo y veo que de éstas sobresale más de la mitad y me vuelvo loca y abalanzo a mamarlo. Me lo retiro de la boca porque me ahogo. Chupo la mitad, pero lo lamo entero. Gozo.

La misma operación hago con Claudio. Me los mamé a los tres, los goce a los tres, y para terminar,  arrodillada al medio de los tres a la misma vez comienzan a masturbarse producto de la calentura de mis chupadas rápidamente sus miembros lanzas sendos chorros de semen cubriéndome completamente y por tres lados mi cabeza. Correo semen, desesperadamente lo recojo entre mis manos y lo bebo y esparzo por mi cara, pelo, cuello y senos. Siento los penes que golpean mi cara. Disfruto como una loca. Los tres tratan de meterme sus respectivos penes en la boca la vez. No me caben, pero tratan igual ahogándome, forcejean para entrar como perros hambrientos una y otra vez. Desesperadamente escapo por miedo ahogarme y me tiro al suelo. Tirada en el suelo sigo recibiendo chorros de semen en mi cara. Me tiran del pelo para que se los chupe. Me cubro la cara con mis manos y les pido tranquilidad. Al rato la consigo.

Creí que la sesión había terminado, particularmente Yo no quería, había gozado pero al clímax no había llegado. Realmente deseaba más. Deseaba ser fornicada por los tres y gracias que llego.

Me levantan del suelo y entre Luis y el Flaco me comienzan a acariciar. El Flaco se coloca detrás de mí y Luis me acaricia mis pechos. Siento el enorme miembro del Flaco pegado a mi cola, mientras Luis juega con mis pechos y vulva, esos juegos me hacen olvidar lo pasado e inician nuevamente mi calentura. Calentura que se eleva cada vez que Luis muerde mis pezones y/o Luis abre mis nalgas y acerca su pene a mi ano y sin querer meterlo hace como sí fuera hacerlo. Ese juego me excita.

Jugamos los tres durante largos ratos. Me siente fascinada al tener delante de mí dos hombres que me desean. El Flaco empuja su miembro contra mi ano y me hace sentir su glande o cabeza abrir mi orificio pero no lo penetra. Esa sensación te hace desear que lo empuje más  adentro y pero a la vez te alivia el que no lo haga porque sabes que sufrirás un enorme dolor. Es contradictorio; esperas que suceda, pero te alegras que no suceda. Las maravillosas caricias de Luis me trastornan, sus dedos corren por mi cuerpo. Paran en mis pechos, los exprime y engarfando sus dedos aprieta entre ellos mis pezones fuertemente y los estiras. Ese dolor me produce una sensación difícil de describir. Gozo y vuelvo a gozar. Gimo por más placer. Deseo y quiero ser el objeto sexual de los tres y entre sollozos llamo a Claudio. Deseo darle placer, deseo sentir su fuerza exprimiendo mi cuerpo. Deseo ser el objeto de placer para los tres. Luis al fin comienza a recorrer los lados de mi vulva con ambos

Después de un largo rato en que Luis disfruta acariciando mi vulva con ambos dedos índices y mayor, frotando los labios y a veces introduciéndolos en mi vagina, mientras el Flaco introduce y saca la cabeza de su miembro en ano. Ambos elevan mi temperatura haciendo gemir cada vez con más ansiedad y exigiendo más acción, pero no les importo. Sólo están preocupado de su placer y como me di cuenta después en prepararme en lo que vendría.

Ratos largos, no me recuerdo cuanto pasaron en este juego, sólo recuerdo cuando Luis que estaba al frente mío se corre a un lado para Yo ver a Claudio tendido en suelo con su gruesa verga erguida como un mástil, esperando a que me sentara sobre ella para ser ensartada como un picaron. El Flaco comenzó a empujarme para que Yo avanzara y Luis tomándome de la mano me guiaba y como ardía de calentura y deseo seguí las indicaciones que me daban y avance hasta quedar con las piernas abiertas justo con mi cola arriba de la gruesa verga de Claudio.

Lenta y temblorosamente comencé a flectar mis piernas. Estaba deseosa y temblorosa de absorber esa gruesa y firme verga. Era ancha, no tan larga pero si extremadamente ancha y cabezona. Mientras flectaba mis piernas pensaba en todo el dolor que iba a recibir del grueso miembro de Claudio y me aterraba más aún en lo que el Flaco haría con mi ano cuando insertara su largísimo y extremadamente ancho pene. Pero sobre mi terror dominaba mis ansias de placer. Sabía que el dolor al final produce un placer indescriptible. Cerré los ojos y seguí flectando mis rodillas.

Baje lentamente hasta sentir  su verga tocar los labios de mi vagina. Pare y me acomode para que su pene erguido abriera los labios de ésta,  y una vez acomodado su pene seguí flectando mis rodillas lentamente. Lentamente fue abriendo y penetrando. Lentamente el fuego fue creciendo en mí y seguí flectando hasta darle total cabida. Al sentirlo completamente dentro de mi, una total satisfacción lleno mi cuerpo y un calor recorrió cada centímetro mío. Era una satisfacción enorme para mí poder comerme ese grueso pene. Inicie un movimiento medio circular lento y cadencioso para  su pene hurgara cada recoveco de mi vagina. Claudio me tomo de la cintura y me empujo hacia abajo y tiraba su pelvis hacia arriba cosa que entrara todo, todo. Me estaba siendo sentir toda una hembra. Reconozco que soy caliente, así que poco tiempo tomo para comenzar a gemir de placer. Claudio elevaba su pelvis empujando como para meter sus testículos en mi vagina y me daba un placer enorme que solamente se lo podía demostrar lanzando gemidos y rogándole que lo metiera más. Sollozaba de placer y de alegría.  Comencé a tomar un movimiento de vaivén y más placer obtuve. Este lento movimiento de vaivén me hacia que su pena se salía y luego volvía a entrar. Uf!!!!, que delicia, gorgoreaba como un canario de placer y también lo veía en las expresiones de Claudio. Ambos gozábamos y ambos queríamos seguir gozando.

Entregándonos placer estábamos  cuando siento que dos manos me toman de los hombros y comienzan a empujarme hacia abajo mientras otro par de manos estiran mis piernas para dejarme recostada sobre Claudio. En un principio no entendí nada, pero luego sentí que unas mano abrían primero mis piernas, y luego una mano abría mis nalgas y otra comenzaba a jugar con mi ano. Claudio me tenía fuertemente abrazada y me besaba fuertemente, no podía resistirme.

Un dedo se introdujo en mi ano y luego comenzó a girar como en círculos. Me di cuenta que me estaban por introducirme un pene por el culo. Esta sensación me volvió loca y nació en mi un deseo irracional de ser fornicada por dos tipos a la vez. Lleve mis brazos hacia atrás y utilizando ambas manos abrí mis nalgas  todo lo que pude y deje mi ano libre de todo pelo al completo descubierto para ser violada por él.

Busque desesperadamente con mis manos el pene que estaba atrás mío para colocarlo frente a mi ano. Una mano tomo mi brazo y deposito su miembro en mi mano. Era enormemente grueso, deduje que era el Flaco pero mi calentura me hacía ser irracional, después sufriría.

Lo coloque rozando mi ano y lancé un grito ahogada por la desesperación y deseos que empujara y lo hizo. Solo un aullido de mi garganta y lagrimas borbotaron de mis ojos producto del dolor cuando apenas su cabeza abrieron mi orificio anal. Pero mi calentura y deseos eran mayores y mis gritos cambiaron a los gritos de; quiero más. Cada empuje era un grito de dolor seguido de; dale más. Más y un grito. Otro más y otro grito. Hasta que Claudio tomando con firmeza mi nuca me llevo a un beso que ahogaría todos mis gritos de dolor pero menos mis lágrimas y el Flaco tomándome firmemente de mis caderas pudo introducir toda su enormidad y grosor dentro de mi ano hasta que sus muslos tocaron mis nalgas y comenzó un vaivén desenfrenado.

Era como el jamón del sándwich, uno empujaba en una dirección y el otro en otra pero ambos terminaban golpeándome a mí. Claudio corcoveaba tratando de penetrarme más y el Flaco me jineteaba tratando de ensartarlo más. Que hacia Yo?,  gemir de dolor y aullar de placer. Siendo honesta acabe como cinco veces seguida y ellos también. Antes de la última llegada  Luis se arrodillo al lado mío y agarrando mi pelos elevo mi cara hasta quedar cerca de cintura e introdujo su pene en mi boca, y chupando y ensartada por mi culo y vagina llegamos los cuatro. Fue el placer más grande que he tenido en mi vida, simultáneamente fui llenado de semen por el culo, vagina y boca. Chirrié por todos los posibles lados. Goce y goce. Espero con ansias hacerlo otra vez.

Terminamos muertos de cansados, al rato nos levantamos y Yo me vestí. Sentados en el privado conversamos y bebimos un rato, y luego nos despedimos como buenos amigos y sin obligaciones.

Me quede un rato sola, escuchando música y pedí por citófono un último trago. En minutos llego mi pedido, al verlo quede boquiabierta. Era un espécimen majestuoso, gracias a la vestimenta de los mozos en ese lugar no tenía necesidad de lucubrar mucho para imaginarme su físico, ya que el uniforme consistía en un estrecho hot pant negro y una diminuta musculosa que dejaban ver sus poderosas piernas, pecho y brazos. El tipo era de raza negra como el azabache, labios gruesos y prominentes, y cabeza rasurada a la perfección.

La sangre se me altero y mis hormonas comenzaron a alterarse.

Casi desnuda como estaba, ya que mi vestimenta poco y nada cubría, y habiéndome peinado y maquillada nuevamente me sabía atractiva, así que me pare y camine por la sala con el propósito de que viera lo que podía obtener. Con mucha cortesía me acerque para que me diera el trago y no lo pusiera sobre una mesita. Eran mentiras, seseaba que sintiera mi perfume y me viera de más cerca. Disimuladamente al acercarme enrede una de mis pulseras en mi escote cosa que al estirar el brazo para recibir el vaso arrastrara mi vestido dejando al descubierto uno de mis senos. Descaradamente me acerque y lo deje ver. Junto con mi sobre pronunciado escote y mi entrecortada voz producto de mi calentura le di las gracias esperando alguna acción de él, pero nada sucedió y se retiro.

Sola me quede pensando y no deseaba perderlo. Llamé nuevamente y esta vez pedí cigarrillos y no fumo, pero a la vez pedí que fuera él que me los trajera. En veinte minutos más o menos llego trayéndome el pedido. Yo nuevamente parada en el medio de la sala esperaba. Entró y se acerco donde Yo estaba mirando los ceniceros que estaban sin utilizar, y parado frente a mí, me preguntó sí fumaba, a lo que le conteste que no lo hacia. Extrañado me pregunto que para que los quería, y Yo le conteste que no los quería y era a él que deseaba. Sorprendido me miró y preguntó que me dijo?, y Yo le conteste es a ti quien deseo. Me miro extrañadamente y estiro su brazo y tomándome de la nuca me llevo hacía él y me beso. No opuse ninguna resistencia, así que su lengua entró en mi boca si resistencia. Manteniendo el beso me soltó y su mano bajo rápidamente y me agarro del culo empujando mi cuerpo hacía el suyo y me apretó firmemente. Me beso largamente y después me dijo que salía a tal hora y que lo esperar afuera para no tener problemas. Yo le respondí que lo espera en mi auto y le di las características de éste.

A la hora convenida llego y Yo lo estaba esperando y deseando.

Esta será otra aventura, ya que soy un perra caliente que no puede vivir sin sexo.