Mi desconocida (17)

...

Mi desconocida 17

  • ¿Qué paso Marcela?

  • Nada.

  • Pero si tu abogada salio casi corriendo de aquí.

  • No paso nada Vanesa

  • Ok. Si tú lo dices...te dejo sola entonces.

  • ¡Espera Vanesa!

  • Dime.

  • Necesito que te hagas cargo de la tienda. No me siento bien.

  • Esta bien....

  • Ok. Me voy casa.

  • Ve tranquila que cualquier cosa que se presente lo resolvemos nosotros.

  • Gracias....adiós.

  • Adiós.

Tenia que salir de la tienda, no iba a ser capaz de trabajar y el ánimo que tenía era nefasto. Nunca pensé que iba a aparecer frente a mí y más encima tener el descaro de preguntarme ¿Por qué estaba enojada con ella? Se me hirvió la sangre y sin siquiera darle tiempo a decir nada...termine con ella. No habría sido capaz de escucharla repetir lo que ya había escuchado...me habría dolido mas....

Salí de mi oficina después de irse Vanesa. No espera ver a Cristina, no esperaba que me buscara, pero lo hizo, y fue solo para decirme lo que ya sabía...que todo era un error ¡que mala suerte la mía! Enamorarme después de tanto tiempo solo para salir lastimada...y de una mujer....pero terminar con ella me dolió tanto....

El viento helado me produce escalofríos. No debí caminar a mi departamento con el aspecto de lluvia que hay, aun estoy a tres cuadras del edificio y comienzan a caer algunas gotas...

Como me reprocho mi sentir por ella, pero es que no debí haberme dejado llevar por mi sentimientos de aquella manera tan impulsiva...pero es que yo soy así y no puedo evitarlo, las ganas que tenia de estar con ella eran tan intensas que nunca se me ocurrió pensar que para ella solo era sexo...un juego nada mas...

  • ¡¡¡Marcela!!!

Doy media vuelta...

  • Hola.

  • Hola...hace dos cuadras que te llamo.

  • Lo siento Daniela...

  • ¿Qué te pasa?

  • Nada...solo no me siento bien.

  • Mmm...Cristina ¿no?

  • Si....ella.

  • ¿Qué paso?

  • Fue a verme a la tienda.

  • ¿Si?

  • Si. Me tomo por sorpresa que supiera donde trabajo.

  • Y ¿Cómo llego ahí?

  • No lo se.... ¿tu no se lo dijiste?

  • No, pero si me lo pregunta se lo digo.

  • Daniela....

  • ¿Qué? es la verdad. ¿Hablaron?

  • Si, pero solo fue para terminar...

  • ¿Terminaron?

  • Si...más bien yo termine con ella.

  • ¿Por qué?

  • Porque estoy segura de que para eso fue a verme.

  • Y preferiste hacerlo tú antes que ella ¿no?

  • Si. No quería escucharla decir que había sido un error.

  • Ya...y no pensarte que quizás ella fue a explicarte lo que escucharte.

  • Pero ¿Qué explicación? Solo me pregunto por que estaba enojada.

  • Y no se te ocurrió contestarle ¿Por qué? Solo terminaste con ella.

  • Si....pero si era así me habría dicho algo y no dijo nada.

  • Esa manía tuya de creer que siempre tienes la razón.

  • ¿Por qué me dices eso?

  • Porque prefieres creer eso antes de pensar que te equivocaste con ella.

Me quede callada....Daniela tenia razón. No quería ni pensar en que quizás estaba equivocada, porque de estarlo...Cristina no me lo va a perdonar. Yo no me lo voy perdonar.

  • ¡Marcela!

  • ¿Que?

  • Caminemos más rápido que nos estamos mojando.

  • ¡Oh! Si, vamos.

Casi corrimos hasta el portal del edificio. Ni cuenta me di, de que comenzó a llover de aquella manera...si hasta parecía diluvio.

En el ascensor no podía dejar de pensar en ella ¿Qué pasaría si Daniela tiene razón y actué por impulso? No me lo perdonaría....perderla así, por mi insensatez, me lo reprocharía toda la vida...

  • ¿En que piensas?

  • En nada.

  • Si claro ¿Tienes llaves?

  • Si...espera y las busco.

  • Ok.

  • ¿Y las tuyas?

  • En mi cuarto.

  • Lindo lo tuyo....salir sin tus llaves.

  • Ya...por eso fui a buscarte a la tienda y Vanesa me dijo que te fuiste a casa.

  • Ya...pero al parecer somos iguales.

  • ¿Por qué?

  • Porque no encuentro las mías.

  • ¿Qué? y por la mañana te las llevaste.

  • Mmm....no me acuerdo, pero...no, se me quedaron en la oficina.

  • Lindo lo tuyo ¿no?

  • Jaja....alguien tiene que ir por ella.

  • A ti se te quedaron.

  • A ti también....pero voy yo.

  • Aquí te espero.

  • Si claro... ¡que cómoda eres!

Deje a Daniela sentada en la puerta del departamento mientras que yo me encaminaba al ascensor. Entre y de nuevo los recuerdos con ella me invadieron la memoria...aquel contacto de manos, de labios...su cuerpo tan cerca del mió....todo se me removió en un segundo y pronto la melancolía me inunda de pesares...ya no volveré a besarla, tocarla, sentirla...la voy a extrañar....a necesitar.

Afuera la lluvia es intensa y no hay ningún taxi vació, lo que obligándome a caminar las cuatro cuadras de distancia y mientras lo hago me reprocho mi despiste por olvidar mis llaves, pero es que en lo único que pensaba en ese momento era en salir de allí...salir y despejarme...no pensar, no sentir....

De pronto me percato de la lluvia y comienzo a correr por las calles. Ya estoy a dos cuadras de mi tienda y estoy comenzando a sentir el agua en mi piel por debajo de mi ropa...me estoy mojando toda pensé antes de casi cruzar la calle sin ver al auto que frene al verme...me disculpo y sigo mi camino, ya estaba a metros de la tiendo y sin darme cuanta choque con alguien en la puerta...

¡Oh! Lo siento, no te vi venir...