Mi cuñado (Musculos y Sexo 2)

JOrdi conoce a Rodrigo, su cuñado, cuando su relacion Sergio se deteriora. Rodrigo seduce a Jordi.

MUSCULOS Y SEXO 2 ( MI CUÑADO)

Recuerdo bien que desde el primer día que mi hermana nos presentó a su novio a toda la familia, Rodrigo ( así se llamaba ) me quedó mirando de una manera extraña que parecía la combinación de la mirada de un hermano mayor con la de alguien que quisiera desnudarme y lanzarse sobre mi.

Traté de ignorar su mirada, no sólo esa primera vez, sino cada vez que lo veía en la sala esperando a que mi hermana terminara de arreglarse para salir. Sin embargo, debo decir que en el fondo, me agradaba que me mirara así y casi sin querer empecé a hablar con el más allá del simple saludo y luego de algún tiempo, me había hecho su amigo.

Rodrigo tenía 36 años ( catorce más que yo), era ingeniero y tenía un trabajo muy bien pagado. Yo por entonces estudiaba en la universidad y me dedicaba con pasión al fisicoculturismo. A él parecía interesarle también todo lo relacionado con el desarrollo muscular y ,aunque no acudía con regularidad al gimnasio por falta de tiempo, si tenía un cuerpo bastante bien proporcionado y fuerte. Con frecuencia me regalaba los últimos números de revistas como "Muscle & Fitness" y me traía vitaminas, suplementos y ropa de sus frecuentes viajes a Miami .

El interés que demostraba Rodrigo me hacía sentir muy bien, ya que ni mi hermana ni mis padres tomaban en serio mi pasión por los músculos, aunque—para ser honestos-- me facilitaban sin hacer problemas los medios económicos que me permitían adquirir lo necesario y seguir adelante.

Para entonces, mi relación con Sergio , mi instructor y amante, ya tenía más de un año y medio y yo me sentía muy bien con él, aunque empecé a notar que había empezado a ponerse celoso y a molestarse, llegando a gritarme, cuando se daba cuenta que yo miraba a alguien más o no me concentraba en los ejercicios. Y es que la imagen de Rodrigo ( y su mirada perturbadora) no salía de mi mente . Al parecer los esteroides habían tornado a Sergio más irritable, además de haberle hecho ganar varios kilos de muy bien trabajada masa muscular. En mi, no había sentido que tuvieran el efecto de hacerme más agresivo.

Luego de estar algunos meses en esta situación, para mi sorpresa, un día encontré a Rodrigo esperándome a la salida del gimnasio así que me fui con él a casa. Como esta situación empezó a repetirse con bastante frecuencia, ocasionó que Sergio tuviera más ataques de celos.

Recuerdo que fue un Sábado por la tarde, al día siguiente de la sexta o séptima vez que Rodrigo me había recogido del gimnasio. Fui al departamento de Sergio, con al intención de salir con el y luego quedarme a pasar la noche. Todo estaba muy bien, los dos estábamos casi desnudos acariciándonos, cuando se me ocurrió mencionar que Rodrigo había prometido traerme algunas trusas "Speedo" de su próximo viaje para que las usara en la playa el próximo verano . Sergio se puso furioso. Me dijo que no debía andar aceptando regalos de mi cuñado, que seguramente el quería algo conmigo. No era la primera vez que discutíamos, pero nunca lo había visto así, estaba fuera de si. Traté de no hacerle caso pero eso lo molestó más y se lanzó sobre mi dispuesto a golpearme. Yo no podía creer lo que estaba pasando. Traté de defenderme pero, a decir verdad nunca supe pelear. Luego de lanzarme un par de puñetazos que esquivé a medias, Sergio me dio un golpe en los testículos, mis piernas se doblaran por el dolor y caí al suelo. Me inmovilizó aplicándome una llave en la garganta mientras con su otra mano estrujaba mis huevos. Nunca había sentido un dolor tan grande, pero inexplicablemente, sentí a la vez, placer también.

El parecía estar disfrutando mi sufrimiento y mi impotencia. Dejó por un momento de apretar mis huevos y tomó mi pene. Primero lo acarició suavemente y luego empezó a tirar de el, como si quisiera arrancármelo. Yo intentaba gritar pero tenía el brazo de Sergio alrededor de mi cuello y ya casi no podía respirar. Las lagrimas empezaron a resbalar de mis ojos. Entonces aflojó a llave y me dejó tirado en el suelo. No había tenido tiempo de recuperarme aún cuando sentí su cuerpo sobre el mío y noté su verga tiesa intentar abrirse paso entre mis nalgas. No podía defenderme y me penetró de un golpe, sin usar lubricante, ni preservativo, causándome un terrible dolor. Luego que terminó se fue a la ducha dejándome en el suelo, humillado y adolorido. Para mi sorpresa noté que, a pesar de todo, yo también había tenido un orgasmo.

Al día siguiente. Domingo, mis padres y mi hermana se fueron a misa y de allí a almorzar con la abuela. Después de lo que había pasado con Sergio, no me sentía con ganas de ir con ellos así que me quedé solo en la casa. Al rato llegó Rodrigo y le dije que todos estaban donde la abuela, el me preguntó si podía pasar para conversar un rato. Un poco sorprendido le dije que si, pero como yo había bajado de mi cuarto, solo con un boxer el me dijo que mejor subiéramos para que no me vaya a resfriar.

El me dijo que había notado cuando llegué la noche anterior que algo me pasaba. Le conté todo. Luego de oírme, hizo algunos comentarios "con ese cuerpo tan grande deberías saber defenderte mejor, pero claro si te dan un golpe en los huevos, no hay músculos que valgan", además me dijo varias veces "ese tipo es peligroso, debes tener mucho cuidado con el".

Hablando con el, me sentía como envuelto en una atmósfera tibia y adormecedora, era como hablar con mi hermano mayor. Pero, en ese momento antes que pudiera decir nada, Rodrigó empezó a frotar mis huevos y me preguntó "¿todavía e duele? . Tuve una erección. Sonrió dijo "creo que ya no" y me empujó suavemente sobre la cama. Empezó a acariciarme y decir cosas como "que bonito eres cuñadito". Sus manos recorrían mi pecho, mis muslos, mis brazos. Me quitó e boxer y me chupó la verga , luego siguió corriéndomela hasta que eyaculé. Pasamos unos minutos quietos, sin decir nada . Solo sentía sus dedos moviéndose rítmicamente sobre mi pecho, jugueteando con el semen. Pero yo quería más y al poco tiempo había vuelto a tener una erección. Me coloqué sobre el y con una sonrisa empecé a desnudarlo. No se opuso.

Su pecho era amplio, fuerte y velludo, al igual que todo su cuerpo. Estaba ligeramente excedido de peso pero eso no lo hacia menos atractivo. Cuando le quité los pantalones pude notar que tenia una verga enorme y gruesa que se presentaba frente a mi erecta y húmeda invitándome a sentirla dentro de mi boca. Acepté la invitación y empecé a lamerla con fruición. Rodrigo sujetaba mi cabeza y jugaba con mi pelo mientras yo se la mamaba.

Después de eso, el tomó la iniciativa. Se paró dejándome atravesado sobre al cama, levantó mis piernas y empezó a golpear mi ano con la punta de su pene. Yo me moría de las ganas de sentirlo dentro de mi. Pero se detuvo, buscó en sus pantalones y sacó un preservativo, rápidamente se lo colocó y volvió al carga. Esta vez si lo introdujo haciéndome sentir una intensa ola de placer. Mientras me penetraba sus manos apretaban mi pecho o jugueteaban con mis huevos.

Luego lo hicimos de pie y estábamos así ensartados cuando sonó el teléfono. Sin separarnos tomé el auricular y respondí. Era mi abuela que preguntaba si me sentía mejor y si quería que me mandara el almuerzo. Le dije que no se preocupe, que ya me sentía mucho mejor y que iría a su casa en un rato más. Colgué y continuamos hasta que Rodrigo y yo terminamos al mismo tiempo.

Luego, fuimos juntos a la casa de la abuela y el resto de la tarde transcurrió "normalmente".

Después de esa vez los encuentros sexuales se repitieron con frecuencia hasta que Rodrigo viajó a Estados Unidos para quedarse luego que mi hermana y el se separaron . No lo volví a ver.