Mi Cuñado Favorito II
La puerta del baño se abrió y sorprendídos vímosfrente a nosotros a aquel muchacho negro de aspectomusculoso, alto y fuerte. Salieron de mi boca las primeras palabras
…La puerta del baño se abrió y sorprendídos vímosfrente a nosotros a aquel muchacho negro de aspectomusculoso, alto y fuerte. Salieron de mi boca las primeras palabras…Qué haces aquí Yunier? (Era un vecino Cubano que generalmente nos hacíaalgunos trabajos que se requerían en la casa, era fisicoculturista y atendís aparte el gimnasio cercano) traía una camiseta de lycra de tirantes que dejabanver muy mercado su pecho y abdomen asi como sus brazos, un short grande de basquetbolista que al caminar se veía que no traía nada abajo, pues se le marcaba muy bien colgando de su lado derecho un buen pedazo de carne, donde se distinguía la cabeza de su verga, solo calzaba unos tenis que lo haciaverse desenfadado. Los dos nos levantámos de dondeestábamos sentados y nos caía el agua de la regadera. John tenia clavada la mirada en aquelloque le colgaba a Yunier bajo el short que traía, mientras yo trataba de disimular todavía mi erección. Yunier sólo atinó a decir…wow tremendasmacanas las que se cargan ustedes coño y bajo el agua con este calor se antoja por lo menosrefrescarse!!!
Perdón, perdón jeje yo solo venía a ver si algo se ofrecia por traer de la tienda o hay algo que tenganque reparar en la casa. Los tres sin querer fijamoslas miradas en las vergas unos de los otros, tanto la de John como la mía ya esteban firmes apuntando al techo y moviéndose como buscando culito dondemeterse, y oh el short de Yunier era una carpaenorme que dibujaba muy bien la cabeza de suverga queriendo salir de donde estaba atrapada. Traté de romper el hielo diciéndoles que tenؙíamosproblemas con algunas cosas en el sótano de la casa, entre ellas la regadera extra que estaba ahí y que siera posible podríamos ver, si se podría arreglar o usar de alguna manera. El iba enfrente de nosotroscaminando, ibamos tras de el todavia con nuestroschorizos moviendose de un lado a otro bien parados, vimos muy bien sus espaldas bien anchas y brazosllenos de musculos, unos chamorros bien marcadosambos con tatuajes y el movimiento de sus nalgasbajo sus shorts.
Llegamos al sótano y Yunier preguntó en que parte se encontraba el baño ahí? a lo que le respondíque al fondo a la izquierda donde se alcanzaba a mirar una puerta blanca, seguimos caminando y le hice señas a John que le jugaramos una broma a Yunier bajándole el short y así lo hicimos, antes de llegar a la puerta que le habia indicado, el se volteósorprendido y riendo de una forma jocosa y sin sentir ninguna pena jaja, sacó sus pies del shorts quedádose solo con su camiseta y tenis los cuales enun momento se despejó de ellos diciendo, ahora siestamos todos iguales.
Y vaya que así era, solo que con la sorpresamayúscula que el moreno no tenia una garrote comoverga sino tremendo poste negro, brillante y lleno de venas con una cabeza rosada que soltaba ya precum del rose que habia tenido con su short al caminar y de ir pensando no se que cosas o imaginando que es lo que pasaría. Le colgaban tremendas bolas, estabatodo razurado lo que lo hacia verse diferente a nosotros que luciamos nuestros toletes con algo de vello púbico pero con el miembro bien depilado, John sugirió que sería buena idea de meternos los tres a la regadera para saber cuál era el problemaque tenía y del cual Yunier se tendría que hacercargo. Ese espacio era muy reducido sinembargo no importándonos entramos a la regadera sin cerrar la cortina, nuestros cuerpos esteban pegadostotalmente, Yunier sudaba intensamente y nosotrosno perdiamos tiempo en toquetearlo, John pasabasus manos por las preciosas nalgas que tenía, bien paraditas y fuertes con una cintura estrecha de la cual John no perdió tiempo para agarrarse y recorrer. Yo me fuí acomodando frente a él, cara a cara, mientras Yunier intentaba pasar sus brazos a los lados de mi cuerpo para abrir las llaves del agua, nuestras vergas quedaron topándote, sintiéndotremendo animalón en mi abdomen, asi como supecho en el mío, intentaba agarrarse de las tomas de agua pero nada, en un momento nuestros labios se toparon a lo cual sin perder tiempo me prendíintroduciéndole mi lengua a lo que no se resistió enningún momentos, en unos instantes el tambiénharía los mismo mientras sus manos recorrían mi espalda hasta bajar y agarrar con fuerza mis nalgas, tratando de abrirlas, al ver lo que estaba hacienda John, me fije que no habia perdido tiempo pues yase encontraba en cuclillas abriéndole el culo y metiéndole su lengua en el culazo que tenia Yunier, el cual al sentir como lo preparaban, metió en mi ano primero un dedo y luego dos para abrírmelohaciéndome gritar al introducer el tercero, sin dejarde comerme la boca, morder mi cuello y decirme al oído que quería cogerme con su negra verga.
De un solo golpe me volteó frente a la pared y de igual manera, el quedaría dándole la espalda a John que ya preparaba su cosa ensalibándola para buscarel agujero de Yunier, los dos fueron acomodándo sus cuerpos en el momento menos pensado, clavaron sus espadas de carne. Yunier como yo, gritamos entre el dolor y el placer de sentirnos penetrados, mientrasJohn gozaba tanto del panorama como el de haberentrado en tremendo culo. Empezaron a bombearcon fuerza con un ritmo frenético pero que daba un goce nunca sentido, a media verga le daban a los culos. Yunier ya demasiado caliente le pide a John que la queria toda y fuerte, adentro y afuera toda y sin decir más los tres jadeando y sudando comolocos golpeabamos nuestros cuerpos, nalgas y vergasentraban y salían de una forma salvaje, mas de quince minutos cogiendo desesperados y sin saber cuanto tiempo y placer se sentía.
El negro me rompia no solamente mi culo sino mi cuerpo, resentía cada movimiento que hacia, no pude mas que pedir a gritos que quería leche, que necesitaba sentir aquello caliente dentro de mi, puesno podia más que estaba a punto de venirme. Los tres soltamos los chorros de leche, los adentros de Yunier y los mios se llenaban de mecos con cuatro o cinco trallazos calientes, John con sus brazos nostenia atrapados a los dos, sintiendo cada uno la riquisima venida que tuvimos y sentimos. Sacaronsus vergas llenas de lefa y Yunier con sus brazos y manos nos fue acomodando para quedar los tres enuna unión de bocas que intentaban trabarse las lenguas unos de otros, asi como las tres vergastodavia temblando y cubiertas escurriendo leche. Ahí quedamos entrlazados siguiendo aquel ritual que nunca pensabos que sucedería. Con mi mano derecha abrí a el agua que cayó en nuestras cabezas, en voz baja solo atiné a decirles a John, mi cuñadofavorito que sería nuestro secreto, así como a Yunierque ya no tendría escapatoria en este triángulo. Que siempre que lo quisieramos volveríamos a estarjuntos y que nunca de los nuncas mi hermano se podría enterar.
Sonreímos y volvimos a unir nuestras bocas y rozarlas tres vergas.
…Siempre puede existir una nueva Aventura!!!