Mi Cuñado

Vi a mi cuñado bañandose y me hice una paja de antologia.

Mi cuñado

Como vi a mi cuñado bañándose y masturbándose

Hola, me llamo Iru y voy a platicarles una aventura que me sucedió a los 18 años y que se prolongo por algunos meses.

Primero voy a describirme, soy una chica de 26 años, muy alta (mido 1.83m), blanca, pelo castaño claro, ojos verdes y un poco pasada de peso (pero en mi familia todos somos así, pues peso 90 Kg), aunque no es muy notorio por mi altura, tengo un enorme par de tetas de las que estoy orgullosa, pues sus medidas son 44 D (también es de familia) y como las cosas deben ser proporcionales, también mi clítoris es grande, pues es un poco mayor que la ultima parte de mi dedo meñique y cuando me caliento crece todavía mas. Por supuesto que batallo mucho para encontrar pareja, pues todos los galanes me quedan chicos, y los pocos altos ya los tienen mis hermanas.

A los 18 años para ingresar a la universidad tuve que irme a vivir a otra ciudad, donde afortunadamente vive la mayor de mis hermanas con su esposo, ambos prestigiados médicos, en una enorme y lujosa casa, y ellos con mucho gusto me recibieron y de inmediato me instalaron en el cuarto de huéspedes que tenia todas las comodidades posibles, mi cuñado me llevo a conocer la casa, el estudio, la biblioteca, etc., con todos los libros posibles y la tecnología para estudiar (computadora, Internet, etc.)

Mi cuñado, al que había visto la ultima vez 5 años atrás, me recibió con mucho gusto, me abrazo muy efusivamente y me dijo que estaba convertida en toda una mujer y que haría todo lo posible por ayudarme en mis estudios siempre que tuviera tiempo libre en su apretada agenda. Dicho sea de paso, mi cuñado es todo un Adonis, es alto, musculoso, bronceado, ojos y pelo negros y alto, además de ser un prestigiado medico, ya desde adolescente cada vez que lo veía sentía que me latía el clítoris y se me mojaba mi panochita sin poder evitarlo, también los pezones se me ponían duros, y ahora volvió a sucederme lo mismo.

Una vez instalada y para distraerme y no pensar en mi cuñado, me dedique de lleno a mis estudios, a mi hermana y a mi cuñado solo los veía los fines de semana, pues ellos también tenían sus horarios muy ocupados con su trabajo y reuniones sociales, pues son sumamente populares, a veces llegaba tan cansada que me quedaba dormida de inmediato hasta que un día me invitaron a salir unas amigas, así que llegue a casa mas temprano que de costumbre y me prepare para bañarme, me desnude, me puse la bata y me dirigí al baño, me iba a meter a la ducha cuando recordé que se me había acabado el shampoo y se me ocurrió que podía ir al baño de mi hermana y tomar un poco del suyo.

Me dirigí hacia su habitación y al encaminarme al baño me di cuenta que mi cuñado se estaba preparando para bañarse después de llegar del gimnasio al que acudía todas las tardes, la regadera es muy moderna, toda de cristal y la puerta se encontraba entreabierta, así que me coloque detrás de la puerta y vi como se despojaba de su ropa interior, primero la camiseta de tirantes blanca que hacia contraste con su bronceada espalda y marcaba sus musculosos brazos, después su calzoncillo, también blanco y tipo bikini, dejando al descubierto todos sus atributos, sus musculosas nalgas y al darse vuelta vi lo que cargaba entre las piernas, con razón mi hermana lo quería tanto, al mismo tiempo que sentía que me mojaba y la cabeza me daba vueltas observe el enorme pene de mi cuñado, era un animal enorme y eso que esta dormido, fácilmente colgaba 20 cms no estaba circuncidado y era muy grueso, vi que tenia su negro vello púbico cuidadosamente recortado y que sus bolas estaban impecablemente afeitadas, lo cual lo hacia todavía más deseable, además toda la zona del calzón se encontraba más pálida, pues el resto del cuerpo lucia un maravilloso bronceado.

Casi sin darme cuenta me abrí la bata y me toque entre las piernas, estaba completamente mojada, y tenia el clítoris bien parado y de un tamaño enorme, incluso sobresalía entre los labios de mi panochita, con la otra mano me toque los pezones que estaban duros y erectos, no lo podía creer, el objeto de todos mis sueños eróticos estaba frente a mí, desnudo en todo su esplendor, ignorando que yo lo observaba y yo me encontraba desnuda, en la recamara obscura de mi cuñado, viendo como se bañaba y el ni siquiera sabia que yo estaba ahí, era como una función de cine privado para mi sola.

Abrió la ducha y se metió, se empezó a mojar el cabello y yo aproveche y me tire de espaldas en la cama, desde donde lo veía en todo momento, se notaba que estaba disfrutando la ducha pues se apoyo con ambas manos en la pared y dejo que el agua corriera por todo su cuerpo; al mismo tiempo yo abrí las piernas y empecé a tocarme los labios de mi panochita, que estaban destilando sus jugos al máximo, el clítoris se encontraba enorme y no podía evitar tocarlo cada vez que pasaba mi mano por la panochita, pues prácticamente se me salía de entre los labios, los pezones se me pusieron duros y hasta me dolían.

Mientras mi cuñado empezó a enjabonarse con cuidado lavaba sus enormes y musculosos brazos, su bronceada espalda brillaba con la mezcla de jabón y agua, al llegar a sus genitales se empezó a enjabonar y su enorme verga también empezó a crecer, casi no podía creer cuando de repente dejo el jabón y empezó a masturbarse lentamente, bajo el chorro del agua; yo estaba a mil por hora, no me daba abasto con las manos, los pezones me dolían de tan duros que estaban y los jugos me estilaban y se dirigían hacia mi ano.

Baje ambas manos y con las piernas bien abiertas, metía un dedo dentro de mi vagina y con la otra frotaba y movía el clítoris, primero en un sentido y luego en el otro, entreabría los ojos veía como la mano de mi cuñado se movía con mas velocidad, ayudada por el agua y el jabón, estaba parado, con la cabeza echada hacia atrás, los ojos cerrados y parecía un dios griego dando este espectáculo para mi sola. Me hinque en la cama y empecé a frotarme el clítoris sobre la mano con movimientos circulares de mi cadera, como si estuviera cabalgando a mi cuñado, al mismo tiempo con la otra mano me pellizcaba los pezones, primero de un lado y después del otro, la verdad me hacían falta manos, pues sentía un hormigueo por todo el cuerpo y quería tocarme por todos lados. No podía introducirme otro dedo mas en la vagina, pues en ese tiempo aun era virgen y el himen me estorbaba, pero deseaba sentir esa cosota metida dentro de mí.

De repente empecé a sentir que el orgasmo llegaba, en ese momento era la sensación mas poderosa que había tenido en mi vida, los otros orgasmos que había sentido anteriormente al masturbarme quedaron reducidos a nada, sentía que la cabeza me daba vueltas, casi no lograba contener mis gemidos, cuando me hinque en la cama sentí como los jugos vaginales se escurrían por mis piernas, el clítoris alcanzo un tamaño que nunca antes había tenido, abrí los ojos justo a tiempo para ver como mi cuñado lanzaba un gemido y disparaba su semen a la pared de la ducha, uno, dos, tres, cuatro, cinco disparos de leche fueron a parar a la pared y al mismo tiempo sentí que me hundía en un profundo pozo, la vista se me nublo y empezaron los espasmos vaginales mas potentes que había sentido un mi vida, tuve que dejar de mover los dedos para prolongar mas la sensación, sentí un hormigueo que me subió por toda la espalda y se unió con la sensación que provenía de mis erectos pezones, sentía atrapado el dedo que estaba dentro de mi vagina, los espasmos vaginales eran largos y exquisitos, poco a poco el hormigueo y el espasmo fue desapareciendo y pude retirar mi dedo de la vagina, el clítoris seguía grande y los pezones habían perdido su dureza, me encontraba bañada en sudor y apenas tuve tiempo para poner en orden la cama y salir de la habitación pues mi cuñado después de enjuagarse ya había tomado la toalla y se estaba empezando a secar.

Como pude salí de la habitación y con la cabeza aun dando vueltas me dirigí a mi recamara, me acosté en la cama a recuperar la respiración normal y seque el sudor de mi cara con una toalla, toque mi clítoris y sentí que ya había recuperado su tamaño normal, no podía creer como no solamente había visto desnudo a mi cuñado, sino que había sido testigo de una intima expresión de su sexualidad en una función para mi sola; me iba a meter a la ducha cuando caí en cuenta de que seguía sin shampoo para lavarme el cabello, me puse la bata y me dirigí a la habitación de mi hermana con toda la intención de tocar y pedir el shampoo decentemente.

Apenas iba a tocar la puerta cuando esta se abrió y vi a mi cuñado impecablemente vestido listo para salir, balbuceando le explique lo del shampoo y me dijo que tomara lo que quisiera y antes de salir me dijo, "Cuando gustes otra vez, estoy para servirte, tu sabes a que me refiero" y se fue silbando por el corredor rumbo a la planta baja.

Si les gusta este relato, escríbanme y les platicare como le entregue la virginidad a mi cuñado y todas las cosas ricas que me enseño a hacer respecto al sexo.

irudays@yahoo.com