Mi Cuñado

Al ir a visitar a su hermana recientemente casada, nuestro protagonista se lleva la agradable sorpresa de la tendencia gay de su cuñado.

Al pasar la boda de mi hermana todo fue felicidad ya que ella es la mayor de las mujeres y la primera que se casaba, por mi parte yo era el hombre mayor de la casa, y la verdad fue una gran fiesta, lamentablemente ella y su esposo se tuvieron que ir a vivir a una ciudad al otro lado del país, y por consiguiente sólo los podía ver una o dos veces al año; y claro ella y yo siempre hablábamos por teléfono, pero resulta que después de dos años de trabajo duro, decidí ir de vacaciones y ella me invitó a su casa, para que estuviera un mes.

La verdad yo siempre vi un poco extraño a mi cuñado, y la verdad no sé por qué, pensé muchas veces que eran tonterías mías, pero en fin hice maletas y después de un largo viaje de mas de 24 horas, llegué a la ciudad donde vive mi hermana, y fui recibido con muchos cariños de parte de los dos.

Mi hermana es enfermera, entonces me dijo que la primera semana que yo estaba en su casa le tocaba guardia todas las noches, y ni modo me tenía que quedar con mi cuñado.

La primera noche caí en la cama como muerto después de tan largo viaje; pero la segunda noche no podía dormir, entonces me dispuse a ver la televisión, pero como es mi costumbre con el volumen lo más bajo posible, oí llegar tarde a mi cuñado y escuché que se encontraba en su recámara, pero después empecé a oír algo que no estaba normal, y me di cuenta que los ruidos salían de la habitación de ellos, entonces me dirigí a ver, y vaya sorpresa que me llevé mi cuñado se encontraba tendido en la cama masturbándose, viendo unas películas gay; que por qué no decirlo estaban muy buenas; entonces se me ocurrió la idea de que él mostrara toda su sexualidad conmigo, pero poco a poco, entonces empecé a planear todo.

La siguiente noche como hacía un calor infernal me metí a darme un baño, pero dejé la puerta abierta, después de estarme enjabonando, sentí que alguien me miraba y vi que era él, entonces le dije hace mucho calor, él sin dejar de verme me dijo que sí, lo jalé y lo metí a la regadera entonces él se desnudó, entonces me llené las manos de jabón y le empecé a lavar el pene, que por cierto no estaba nada mal y muy duro; después de salir de la regadera le dije tengo que hacer la prueba de que estaba bien limpio, así que me hinqué y tomé su pene lo empecé a besar después de un rato recorrí su piel toda hacia atrás, y lo apreté con mi mano, entonces salió una gota de su líquido, era brillante, y yo con la punta de la lengua la recogí y me la comí, en ese momento le dije que sí estaba bien limpio me puse de pie y me fui a mi habitación diciéndole hasta mañana y cerrando mi cuarto por dentro.

Y así pasaron los días, a veces compraba paletas y delante de él las chupaba como desesperado, y al igual que la paleta él se derretía, y me daba mucha risa, pero también me estaba excitando.

Entonces una noche que hacía un calor infernal, tomé mi baño, y me fui a mi recámara, entonces oí que él llegó, y lo llamé, al entrar al cuarto lo que vio lo dejó estupefacto, me encontraba en cuatro patas en el centro de la cama y bien abiertas mis nalgas para que viera mi ano y con mi pene todo parado, él se acercó mientras se quitaba toda la ropa y yo arqueé mi espalda y de un solo golpe me la metió, yo lo recibí tan profundamente como podía, la verdad que al entrar sentí un dolor tan rico que casi eyaculo, pero me mantuve, él pareció perro en brama, me embestía, hasta que giré mi cabeza y le dije házmelo despacio quiero disfrutarlo y así fue, bajó el ritmo de sus embestidas y la verdad yo sentía riquísimo, después de un rato él empezó a eyacular dentro de mí, sentí como mis intestinos se llenaba de su semen, él cayó a un lado de mí, giré mi cuerpo y le puse mi pene enfrente de su cara, él sólo se acercó un poco y en su boca desapareció todo mi pene, no me podía imaginar me hacía una garganta profunda envidiable, hasta que no pude más y eyaculé, no dejó salir ni una sola gota se comió todo mi semen, y después de eso nos quedamos dormidos.

Así pasaron las noches, hacíamos de todo, un día él sacó un consolador que tenía mi hermana y nos fuimos dándonos, él me lo metía, y después yo se lo metía, por ultimo hicimos un 69, eyaculando ambos en la boca de cada uno, y después nos besamos apasionadamente intercambiando nuestro semen.

Pero como todo lo bueno siempre tiene su final, primeramente mi hermana terminó su turno de guardia, y después se terminaron las vacaciones, y tuve que regresar a casa.

marin_29@yahoo.com