Mi cuñadita Laurita (15)
Inversión a futuro
Retorné a casa de mi suegra, mojado por la lluvia que no cesaba aun… la más alegre en recibirme fui obviamente mi cuñadita, que prácticamente saltó encima mío. Tuve que alejarla un poco para que mi suegrita no sospeche.
Les explique lo sucedido y me dijeron que era normal que a veces suspendan los vuelos por esas fechas. Acto seguido oí el estruendo de un rayo a lo lejos, en las montañas… diablos era cierto… Luego llame a Vale para explicarle, ya que seguramente me esperaría despierta.
- Ah bueno amor, a veces, esas cosas pasan… quizás sea por algo bueno… me dijo
Algo bueno para su hermanita y su curiosidad sexual, pero nada bueno para nuestra relación, pensé. Luego me explico que había estado viendo por internet que se vendían terrenos en la periferia de su pequeña ciudad, estaban lotizando grandes terrenos agrícolas para vivienda.
Su madre vivía en una casita alquilada y Vale, pensaba que con sus ahorros podría comprar un terreno y quizás, de a pocos, construirle una casa donde pudieran vivir más cómoda. En parte me dijo que se inspiró un poco en mí, que ya tenía mi depa, Vale quería tener también algo para ella y su familia… por esas cosas me enamoraba esa mujer, nunca pensaba en depender de mí, quería sus propias cosas, también pensaba en su mama y hermanita.
Mi novia era muy noble… me recordaba como fui yo en las épocas de vacas flacas de mi familia, en que tuve que trabajar para mantener a flote mi hogar, hasta que tras unos años mejoro la economía familiar. Aun así, mensualmente los apoyaba económicamente, para que solventaran sus cuentas tranquilamente o que ahorraran algo en caso de emergencia.
Vale también era así, desde que llego a la capital, mantenía a su madre, quien ahora solo trabajaba eventualmente. En un mundo donde muchos hijos se desentienden de sus padres o ven como una carga apoyarlos… ver una actitud así, responsable y de cariño… era reconfortante.
Por eso, a veces me sentía muy mierda por ponerle los cuernos con su hermanita Laurita. Solo me perdonaba mi actuar pensando que… todo quedaba en familia… como dijo Laurita, solo me podía compartir con Vale y con nadie más…
- No es mala idea… le dije, volviendo de mi nebulosa.
- Si, de paso cuando vayamos de visita, tendremos un lugar donde quedarnos… agrego emocionada Valeria.
Diablos ahora cada que visite esta ciudad, estaría bajo el mismo techo con mi novia y mi amante, como lo había definido Laurita… agréguenle mi suegra y la tortura seria completa… bien dicen que el cielo y el infierno están aquí en la tierra.
- Mas bien, ya que estas por allá quizás puedas aprovechar en ir a ver esos terrenos… dijo.
- Está bien… aunque no conozco mucho la zona… repuse excusándome.
- No te preocupes… que Laurita te acompañe… me indico.
Así no se podía mantener la cordura y fidelidad. Si su propia hermana me la ponía en bandeja, para que me la lleve a parajes alejados, donde cualquier cosa puede pasar. Recordé la playa… aunque no era necesario un paraje desolado para abusar de Laurita, cualquier lugar bastaba…
Vale me saco de esos pensamientos, pidió hablar con su mama y con Laurita. Así tendría carta libre para llevarme a pasear en solitario a mi cuñadita al día siguiente. De nuevo la más emocionada fue Laurita, que tuvo los mismos pensamientos impuros que a mí se me ocurrieron.
Al menos esa noche me salve de ser acosado y exprimido por Laurita. Su mama se la llevo casi a arrastras a dormir temprano, bajo el pretexto que el día siguiente sería muy largo, buscando esos terrenos que quería Valeria, así que había que descansar bien.
Con lo que me ahorré de gastos de hotel, conseguí que me alquilaran una camioneta para ir a buscar las 3 opciones de terreno que había visto Vale. Graciosamente todas estaban en lugares opuestos de la ciudad... como para tenernos ocupados todo el día.
En realidad, conseguí el dato del alquiler de vehículo con Kimberly, ya que ella andaba en contacto con proveedores para el proyecto y sabia a quienes llamar. Agradecí su ayuda, incluso ella casi se ofrece a guiarme, dada su “experiencia”…
Mierd… tuve que excusarme una vez más de no hacer uso de sus “servicios”… me dio a entender que todo bien, con algo de coquetería… como diciendo que yo me lo perdía. Tampoco me imaginaba a Kimberly con mi cuñadita al lado, iba ser una pelea de fieras… menos aún le dije a mi cuñadita quien me ayudo, quería evitarme otra escenita de celos.
Se suponía que saldríamos a las 9am, eran casi las 10am y mi suegra con mi cuñadita estaban metidas en el dormitorio buen rato… ¿que se traerían entre manos?… llegue a pensar que quizás mi suegra le estaba poniendo un calzón de castidad de fierro a Laurita.
Luego de unos minutos salieron… Laurita llevaba uno short pequeño que apenas contenían sus nalgas, junto con una blusa pequeña, pegada que dejaba a la vista su estrecha cintura y ombligo: Temía que como en la playa esa tela no contuviera sus senos… pero no demoraron por eso…
- ¿Te gusta?… pregunto Laurita mientras su madre iba a la cocina.
Mi cuñadita tenía 2 trenzas apuntando a sus redondos senos. Con el cabello largo que tenía, se habían demorado en hacerle las trenzas. Como estaríamos en campo abierto, el viento sería un problema para su cabello suelto… así que optaron por esa solución.
De más está decir… que esa imagen de niña con trenzas, esa mirada y actitud ingenua, despertaron mi morbo nuevamente. Si no fuera por la presencia de mi suegra, se me ponía dura ahí mismo. Tuve que disimular también, por la poca ropa que traía, me la comía con la mirada.
Mi suegra salió de la cocina con algunas raciones de comida y fruta, para comer en el camino… nos echó la bendición y nos dejó salir en nuestra búsqueda de las tierras prometidas.
La primera parada fue una lotización de terrenos cerca del aeropuerto. Tome fotos y sobre todo grabe, pero estaba descartado. Conociendo a Vale, con sueño ligero y los aviones pasando con el ruido que hacen, no podría dormir, me imagino que mi suegra tampoco. Y en caso de que siguiera en mi régimen de adiestramiento anal a mi cuñadita, me convenia que durmieran.
El segundo terreno estaba en un descampado, cerca de una carretera entre la ciudad y un distrito aledaño… mucho tránsito pesado, también se me hacía ruidoso y el precio no me parecía acorde a la zona, sobre todo estaba muy lejos de los servicios básicos. Segundo descarte.
Laurita estaba emocionada eso de tener un lugar propio, de oírme hablar con los dueños y como ya en el carro mientras manejábamos, le explicaba porque era una buena o mala opción. Nos mantenía distraídos de pensar solo en sexo… solo que me hizo una pregunta que me descuadro…
- ¿Te vas a casar con mi hermana?... dijo de golpe.
- Ah… no se… es muy pronto para saberlo o decirlo… respondí esquivando la respuesta, Laurita aun no sabía que estaba viviendo con Vale, o quizás ya le había dicho.
- Serias un tonto si no te casas con ella… es una buena chica… me dijo defendiéndola.
- Pero… ¿y tú?... ¿no te piensas casar?... pregunte más en confianza.
- No… yo no quiero casarme… me dijo tajantemente.
- Bueno… eres muy joven… aun no estas para pensar en esas cosas… le dije.
- No ya lo decidí… no me interesa casarme o tener hijos… me dijo seria.
Intente entender a mi cuñadita, desde muy pequeña había vivido penurias, materiales y emocionales. Su papa la abandono, su mama trabajo todo el día para mantenerlas y apenas si les alcanzaba para comer. Vale también las dejo para ir a la capital en busca de sustento.
Laurita creció prácticamente sola en un hogar disfuncional, no tenía la imagen de lo que es una familia unida. Se le hacía extraño el matrimonio, los hijos… quizás lo había visto en otras familias digamos normales… pero no lo había experimentado, no lo sentía suyo… solo conocía la soledad de su madre y aspiraba a algo similar para ella… mejor sola que mal acompañada.
Algunos matices similares vi en Vale: al principio muy desconfiada luego, a pesar del tiempo juntos, muy reacia a querer convivir o tener algo más estable. El miedo a la ruptura o abandono. Cada hermana lo asimilo y cada una reaccionaba de manera diferente con miras al futuro…
Parecía que por el momento Laurita solo quería vivir el momento… disfrutar de su incipiente descubrir sexual con alguien de confianza… y después de todo, por lo que me decía, no me caía mal eso… no interfería en mis planes con Vale… pensé egoístamente.
Sabía que estaba mal… pero no identificaba una manera de salir de eso o ayudar a Laurita. Por otro lado, pensaba que era mejor conmigo que con algún tipo que la use y la abandone… como le paso a mi suegra, dos veces… por más duro que suene…
Al final, me di cuenta que tenía sentido… yo era la elección segura para mi cuñadita… no la iba abandonar porque no era mi pareja… sabía que no se podía enamorar de mi porque era novio de su hermana, así Laurita se protegía a de involucrarse y disfrutaba de su aprendizaje conmigo por mi experiencia... Pequeña diabla… lo tenía todo fríamente calculado…
- Llegamos… este es el último… me dijo emocionada, sacándome de mis reflexiones.
Nuestra última opción parecía ser la indicada, buena ubicación, no tan cerca a la carretera ni tan lejos de la ciudad… cerca había una pequeña laguna natural y un bosque. El único problema, era que el dueño solo podía atendernos en la tarde.
Aprovechamos el tiempo disponible para ir a almorzar, mi cuñadita me indico que había un club campestre no muy lejos, nos podíamos distraer un rato. Almorzamos al pie de una piscina, por momentos nos dio ganas de entrar, pero no teníamos ropa de baño.
Un poco enternecido por la declaración de mi cuñadita, de no querer casarse, intente ser más cariñoso con ella… quizás le falto un poco de eso, para que también lo quiera para su vida futura, pensé… solo que no quería ser tan amoroso como para que se enamore… un equilibrio difícil.
- Mira… ¿no son esos?... me dijo sorprendida.
- Kimberly y Brayan… dije sin sorprenderme tanto.
Parecía que mi instinto estaba en lo cierto… ambos estaban en la piscina entre abrazos y besos… ¿pensar que Kimberly se me ofrecía? ¿sería por indicación de Brayan? ¿Qué tramarían si caía en su treta? ¿tenerme chantajeado para dejar pasar algunas irregularidades en el proyecto?... o quizás solo eran una pareja de amigos con derecho, en busca de sobrevivencia ante mi llegada.
- ¿Ves cuñadito?... te dije que aquí tienes suficiente conmigo… dijo besándome.
- Obvio que no iba a caer con ella… no me gustan las ofrecidas… le respondí.
- Cuñadito… ¿tú crees que yo fui una regalona?... me dijo quizás se creyó aludida.
- No Laurita, contigo las cosas se dieron con el tiempo y ya… desde que te vi con los senos al aire en el mini-depa de tu hermana… me tenías… ufff…. le dije para confortarla.
- ¿en serio?... a mí también me gusto como me mirabas, luego en la playa… si las cosas se dieron… aunque si presione un poco… dijo apenada.
- Si, pero me gusto que lo hicieras… dije, robándole un beso.
Nos percatamos que Kimberly y Brayan se dieron cuenta de nuestra presencia, se miraban incomodos, intentando huir de nuestra presencia. Nosotros seguimos en lo nuestro, terminando el almuerzo y con caricias, pretendiendo que no los vimos.
Luego fuimos a hablar con el dueño de los terrenos, conseguimos un lote a buen precio con vista a la laguna. El terreno estaba más alejado de la ciudad, pero cerca de un pueblo más tranquilo, con vistas a tener más desarrollo en los próximos años… era una buena inversión a futuro.
Laurita estaba emocionada, el dueño pensó que éramos una pareja de esposos. No era nada del otro mundo en esa zona ver chicas jóvenes con parejas mayores… Nos iba enviar los documentos, luego coordinar el tema de pagos y contratos.
Nos dejó, por si queríamos seguir viendo la zona. Laurita se me abalanzo, llenándome de besos y abrazándome feliz. En realidad, yo me estaba llevando los créditos, la que pagaría el lote y firmaría los papeles seria Vale… pero, en fin, era notoria su alegría. Habían vivido mucho tiempo mudándose de lugar en lugar, al fin parecía que tendrían un hogar propio.
Nos animamos a recorrer el lugar, bajamos a la laguna y nos quedamos a la orilla contemplando el paisaje. Aun hacía calor, a mi cuñadita se le antojo entrar a la laguna, aprovecharía también en ver sus redondas formas. Como no había nadie cerca, nos metimos en ropa interior.
Anduvimos jugando, entre caricias y besos. Sin quererlo los besos se tornaban cariñosos, las caricias más amorosas, su mirada más enamoradiza… mierd… intente llevar esto de nuevo por el lado de la lujuria, al libere uno de sus senos y engullir su pezón… Laurita enloqueció...
- No cuñadito… aquí nooo… puede venir alguien… que vergüenza… me dijo con lo poco de cordura que le quedaba.
Así como nosotros llegamos a ver el terreno, podrían venir otras visitas. Estábamos en la orilla de la laguna y yo ya estaba casi sobre mi cuñadita. Entonces Laurita me señalo el bosque a unos metros y los arbustos que podrían servir para cubrirnos en una nueva travesura. Rápidamente cogimos nuestras pertenencias y enrumbamos hacia esos árboles.
Tiramos nuestra ropa detrás de unos arbustos, nos echamos encimas. Continuamos con besos y caricias. Mis labios succionaron nuevamente sus redondos senos, mientras ella se retorcía de placer. Solo me quedo hacer a un lado su ropa interior e intentar ubicar su goloso ano…
- No Danny… esta vez no… no lo quiero así… me dijo besándome.
Quizás ya había castigado mucho su ano y quería variar… tal vez la felicidad la hacía desear un encuentro más romántico… no quise oponerme, porque de alguna manera yo también ansiaba algo diferente a un encuentro salvaje.
Adoptamos la clásica posición del misionero… era gracioso, la había poseído en muchas posiciones, pero nunca en esa típica posición… Mi verga se deslizo por su lubricada vagina.
- Uhmmm Danny… siii hazme tuya… Uhmmm… suspiro complacida.
Laurita se contrajo, abrazándome con fuerza con su rostro en mi hombro. Una de sus piernas me rodeo como para no dejarme salir. Luego su rostro busco el mío y me lleno de cariñosos besos, mientras empezaba a moverme lentamente en su interior, con su pierna apresándome.
- Ayyy… Danny… Ayyy… uhmmm… gemía dulcemente en mi oído.
Sentía su pecho inflarse y oprimir los míos, de cuando en cuando acariciaba sus senos y pezones. Luego mi mano acariciaba su pierna que me apresaba, subiendo hasta sus muslos y glúteos. No los jalaba con fuerza como en otras ocasiones, solo los masajeaba, sin embargo, surtía el mismo efecto estimulante. Laurita me devolvía las caricias con jugosos besos…
Por momentos veía cariño en su mirada, en otros momentos confusión… y para que no la viera o descubriera su predicamento, escondía su rostro en mi hombro, gimiendo en mi oído… cada vez me apresaba con más fuerza… hasta que su conciencia le jugó una mala pasada…
- No cuñadito… nooo… esto no me corresponde a mi… nooo… decía entre gimoteos, entendía que ese tipo de acto, hacer el amor, debía reservarlo para Vale.
- Ya falta poco… la animaba, para que no se separe.
- No por favor… nooo… Uhmmm… sigueee… suplicaba Laurita.
Sus labios decían algo, pero su cuerpo no luchaba por separarse, más bien seguía mis movimientos y continuaba besándome con pasión…
- Uhmmmm… nooo… Uhmmm… exclamo, clavándome las uñas en la espalda en un arranque de placer.
Un fuerte orgasmo la sacudió y me arrastro con ella. Mi verga vertió su viscoso liquido en su vagina. Laurita, me acariciaba el rostro, me miraba con cariño y me besaba. Yo le devolvía besos y caricias. Estuvimos así unos minutos, aferrados, sin decir nada. Hasta que Laurita reacciono…
- No… esto no está bien cuñadita… así se lo debes hacer a mi hermana… no a mi… dijo con un halo de culpa.
- ¿No te gusto?... pregunte por reflejo.
- Si… pero… no me corresponde esto… dijo afligida.
- ¿Por qué?... replique, Laurita seguía a mi entender, en negación de no sentirse valorada o que no le correspondía ser amada… pero fue más…
- Porque no me quiero enamorar de ti… no me corresponde… tu eres de Valeria, eso es lo correcto… me dijo casi sollozante.
- Esta bien… esta bien… esta fue la última… le dije guiñándole un ojo, para confortarla.
- Eres un mentiroso… me dijo sonriendo.
Luego nos abrazamos cariñosamente en silencio. Así, sin querer, ya iba atardeciendo… sin querer nos íbamos enganchando más… al día siguiente por la tarde regresaría nuevamente con Vale… y de ahí en adelante… futuro incierto… eso ya lo presagiaba mi cuñadita…
A lo sumo Laurita nos visitaría como aquella vez para fiestas… quizás yo regresaba de visita a su ciudad por trabajo, o por los tramites del terreno… pero no era nada fijo… mi cuñadita ya había dejado claro que mi mejor opción era seguir con su hermana… hasta casarme con Vale…
Debía dejar de pensar así… sino yo también podría estar cayendo en aquello a lo que mi cuñadita se negaba… enamorarme…
Continuara…