Mi cuñadita Laurita (13)
La Kimberly y el Brayan
Si Laurita no me oyó cuando entre a la casa y al baño, me imagino que nosotros embebidos en un lujurioso acto anal, tampoco escucharíamos si mi suegra llegaba… menos aun si se acercaba al baño… es el fin, me dije…
Ya me imaginaba recorriendo desnudo las polvorientas calles de ese barrio, con todos los vecinos saliendo a sus puertas y ventanas a ver como mi suegra, escoba en mano me perseguía… y Laurita detrás de ella intentando detenerla…
Nos quedamos helados… y casi de manera sincronizada, volteamos lentamente a ver quién nos había descubierto… no vimos a nadie… caraj… acá hay fantasmas, pensé.
Luego bajamos la mirada, y descubrimos al intruso que nos había importunado.
- Es mi gatooo… pelusaa… dijo aliviada Laurita, mientras el gato ronroneaba engreído.
Cualquier amago de erección desapareció en segundos. Sabía que no había que tentar mucho la suerte, ayude a Laurita a enjuagarse el semen de su ano y piernas. Prácticamente la tuve que sacar de la ducha, ella quería seguir acaramelada conmigo.
Gato de mierd… casi me da un infarto, pensé mientras terminaba de ducharme. Si veo de nuevo a ese gato le doy una patada, me dije furioso… pero al final… en realidad el gato había sido nuestra salvación… un par de minutos después apareció mi suegra en la puerta con las compras.
Nos habíamos salvado de esta… pero cuanto más soportaríamos así, con estos encuentros furtivos sin que nadie se dé cuenta… aparte recordé la historia inventada del día anterior, respecto a la virginidad perdida de Laurita… ¿Qué diría Vale cuando se entere?... algo se me ocurrirá, pensé terminando de bañarme.
Al salir de la ducha, vi a mi suegra y a mi cuñadita, llevando las cosas a la cocina. Laurita me lanzo una mirada cómplice, incluso se pasó la lengua por la boca, quizás se quedó con ganas de mamarme la verga o limpiar mi leche con su lengua… más bien mi suegra me dio una mirada de reproche, por salir de la ducha solo con la toalla en la cintura.
Justamente, minutos después, mi suegrita me llamo la atención a su manera… porque Laurita nunca había visto un hombre con tan poca ropa paseando por su casa. Pobre mi suegrita, pensaba que mi semi desnudez era lo más que había visto mi inocente cuñadita en su corta vida… si supiera que esa jovencita era una fiera anal.
Almorzamos bajo la mirada atenta y oídos parados de mi suegra, conversamos cosas triviales y bromeamos de su estadía en la ciudad y las cosas que vio (cosas que se podían contar obviamente). A mi suegra le emociono que Laurita haya visitado mi universidad.
Ya por la tarde regresé a hacer seguimiento al avance del proyecto, tenía una reunión con el encargado local, Brayan. Así que, decidí llevar mi laptop y avanzar en las oficinas de la constructora que ejecutaba la obra. Regresar a casa, era tener a Laurita paseando en ropa cortísima y bajo la mirada amenazante de mi suegra.
Aunque en la oficina tampoco estuve libre de tentaciones… después de la reunión con Brayan, me dejo con su asistente administrativa al lado, que cada cierto tiempo pasaba para saber si estaba todo bien. Creo que Brayan casi la conmino a que me trate como cliente Vip… sabía que, de mi evaluación del avance del proyecto, dependía su permanencia como encargado.
La asistente de Brayan era de piel bronceada, también por el calor de su ciudad, no tenía el cuerpo fenomenal de mi cuñadita, pero no estaba nada mal, y lo que tenía lo sabía lucir. Llevaba una minifalda oscura y blusa blanca escotada… la última vez que se acercó y me dijo…
- Cualquier cosa que se le ofrezca, me avisa… insinuó sugerentemente.
Por si no me quedaba claro, se inclinó apoyándose en el escritorio, como para mostrarme su escote y sus apetitosos senos... mis ojos se perdieron entre sus melones… así que ella viendo que hacía efecto su treta, agrego.
- Le dejo mi número… ya sabe, por si necesita algo fuera de la oficina… no dude en llamarme… dijo guiñándome un ojo.
Solo atine a recibir el papel con el número que me ofrecía, con una sonrisa cómplice. Tampoco quería desairar a la señorita que tan gentilmente me ofrecía sus servicios “profesionales” … abrí el papel y pude leer “Kimberly”, con un corazón en la i…
Después de pensar en sus nombres, Brayan y Kimberly, pensé que a sus viejos les gustaba las series o películas gringas. Años después vendrían los memes sobre el Brayan y la Kimberly... parecía chiste, pero es anécdota…
Volviendo al tema… me entro la disyuntiva: olvidar a mi cuñadita y mantenerme seco de semen con esta chica que me ofrecía todo… o mantenerme a raya y no sucumbir a una posible treta del Brayan y Kimberly. Una cosa era cogerme a Laurita y que el lio quede en privado, en familia… otra cosa era propasarme con esta chica y que luego me pueda acusar en el trabajo…
Llame a mi nueva conciencia… Rubén… antes Guille había sido mi confidente, pero tras casarse y formar su familia, cada vez lo veía menos cómodo conversando de estas cosas… así que llame a Rubén… su sabio consejo, rápido y conciso fue…
- Tíratela… dijo tajantemente.
- ¿Cómo?... repuse perplejo.
- Cógetela, fóllala, métesela… o como le llames… solo hazlo… dijo emocionado.
- Pero… quise objetar.
- Nada de peros… ya estas casi cazado… ¿sabes cuantas oportunidades tendrás de aquí en adelante para cosas así?… ah… y otra cosa…
- ¿Qué?...
- Si puedes… tírate de nuevo a tu cuñadita… me dijo riendo.
Entre broma y broma, me explico que, como parte del inicio de su carrera médica, le toco hacer servicio en esas ciudades calurosas del interior del país. Me explico como las chicas eran más desinhibidas, algunas solo querían pasar el rato… pero otras si veían a los jóvenes profesionales como una oportunidad para salir de ahí… así que si quería algo con esa chica… debía tantear el terreno, no vaya ser que tenga otras expectativas y termine en un lio laboral.
Bueno, me dije… solo en caso de emergencia… y guardé el papel en el bolsillo de mi camisa. Ya estaba anocheciendo, así que me dispuse a salir… a la distancia la chica, me hizo un gesto con los dedos como para que la llame. Yo que quería mantener mi relación con Vale libre de estas cosas… y vine a parar a la ciudad del pecado… pensé.
Retorne a la casa de mi suegra, mi cuñadita hacia sus gestos de dolor sobándose el trasero cada que mi suegra estaba distraída, luego la bandida sonreía, recordando como la sodomice en la ducha.
Laurita, traía una blusa suelta, pero una mini suelta que apenas llegaba unos centímetros debajo de su pubis… se excusó con su mama de que hacía mucho calor y que así se vestía normalmente en casa… mi suegra de mala gana la dejo así, porque me dijo que seguramente en la calle yo ya había visto chicas con menos ropa.
Cenamos entre conversación del trabajo, clima, etc. También recibí una llamada de Vale, para saber cómo iba todo… “de maravilla”, respondí, como el culo de tu hermanita, pensé. No quise entrar en detalles de trabajo y de mis compañeros… menos aun de la ofrecida de la Kimberly.
Luego fui a la sala a ver un poco de televisión… mi cuñadita me acompaño. Estábamos con la luz apagada y solo iluminaba la habitación la luz de la tv.
Con mi suegra rondando, pensé que estaríamos vigilados y no tendría que preocuparme por las calenturas de mi cuñadita. Ella se mantenía a prudente distancia en su sillón y yo en el mío, no era como en mi depa, que se acaramelaba conmigo y Vale no lo tomaba a mal.
- Laurita… a dormir… le ordeno mi suegra.
- Un ratito más… que termine la película… le rogo como niña caprichosa.
Mi suegra no le dijo nada, tácitamente acepto, la dejo y se fue a dormir… a los pocos minutos oía sus ronquidos de ventilador malogrado. Como si fuera una señal los ruidos de mi suegra… mi cuñadita rápidamente se acercó, seguro quería una culeadita..
Se sentó en mis piernas y empezó a acariciarme y besarme, no me quedo otra, le correspondí sus caricias… se había portado muy bien conmigo, me atendió de maravillas, hasta en la ducha… la mano de Laurita, se fue metiendo en mi camisa, hasta que su vista y sus dedos, repararon en el papel que tenía en el bolsillo…
Como son las mujeres, que mientras te besan y distraen con caricias, se dan maña de rebuscarte sin que te des cuenta… hasta que finalmente abrió el papelito, y de reojo pudo ver su contenido…
- ¿Quién es Kimberly?... pregunto un poco malhumorada.
- Ah… no es nadie… una compañera de trabajo… dije sin darle importancia.
Aunque sabía que había despertado los celos de mi cuñadita, que me hizo una escena tras el coqueteo de una vendedora en un supermercado… y no me equivoque…
- Y ¿Por qué pone un corazón en su nombre?... replico molestándose aún más.
- Ni idea… repuse, sin dejar de acariciarla, intentando que se olvide de eso, pero no lo haría tan fácilmente.
- No me mientas Danny… prácticamente me amenazo, mirándome seria a los ojos.
Mierd… ni Vale había llegado a tanto, esta niña era terrible, tenía peor carácter y celos… me hacía recordar a mi ex de universidad… Mili… diablos… ojalá no me arme una escenita, con mi suegra en la casa.
- Vamosss… por que pensar en otra si te tengo a ti… le dije zalamero, acariciando con una mano su seno por encima de la blusa y con la otra apretando sus nalgas.
- Mas te vale… me recrimino, cediendo… acuérdate, solo conmigo… Uhmmm.
Antes que dijera algo más, ya había pasado mi mano por entre sus piernas y le hundí un dedo en su vagina. A pesar de todo este amago de pelea, su conchita se había humedecido con mis caricias a sus redondas formas.
Laurita se fue retorciendo de placer y llenándome de besos con lengua… luego se fue dejando deslizar, hasta terminar arrodillada frente a mí, liberar mi duro miembro y comenzar a mamarlo, cosa que no había podido hacer en la mañana.
- Uhmmm… te extrañe… suspiro, pasándole la lengua.
Una vez que sintió que había saboreado suficiente mi verga, se paró y aparto un poco su suelta mini falda, mientras yo sentado en el sillón la contemplaba. Quiso quitarse la ropa interior pero no la deje, solo le dije que la haga a un lado… no sabíamos si es que mi suegra podía despertar… y que tenga el calzón tirado en el piso, podría desbaratar cualquier coartada.
Como Laurita no sabía cómo acomodarse, me toco guiarla. Aun mi cuñadita estaba en su etapa de aprendizaje, no se sabía todas las posiciones. Así que tuve que darle la vuelta, para que se siente en mi tieso mástil, dándome la espalda.
- Ohhh…. ufff…. gimió al sentir como se abría su ano lentamente.
- No hagas ruido… le susurre, había que evitar despertar a la suegra.
Hasta que… el ronroneo del gato nos desconcentro… gato hijo de put… casi nos mata del susto, más bien casi mato a mi cuñada, quien perdió el equilibrio y concentración… termino empalada salvajemente por mi verga…
- Auuu... mierd… se quejó, tapándose la boca.
Mi verga también lo sintió, como entro forzadamente casi se dobla… sus gordas nalgas se abrieron a mas no poder, rodeando mi entrepierna… sentí como Laurita tembló de dolor por esa salvaje incursión.
Tras unos segundos se repuso y quiso levantarse, sin embargo, me gustaba esa sensación de su estrecho agujero apretando mi verga y atorándola hasta las tripas. Con mis manos en sus muslos impedí que se levante… la mantuve clavada… en su forcejeo por salir, comenzó a menear su trasero en mi ingle, sin quererlo.
- ¿Qué?... se siente rico esto… Uhmmm… gimió sorprendida.
Descubría que aquellos movimientos, también podían generarle placer. Comenzó a moverse de forma circular y luego a culearme, mientras yo la sostenía ahora de la cintura y veía su cabello hasta casi su cintura, revolotear con cada movimiento. Luego, mi cuñadita más repuesta, comenzó instintivamente a saltar en mi verga
- Ohhh…. siii… me encantaaa… susurro complacida.
Cada vez subía más y bajaba más fuerte, sus nalgas rebotaban en mi ingle con un armonioso sonido... yo solo me dedicaba a guiarla con mis manos en su cintura o nalgas… un mal movimiento y su enorme trasero me fracturaba la verga.
Comencé a sentir el cosquilleo de sus cabellos, que también saltaban en el aire… por otro lado sentí otro cosquilleo en mi pantorrilla… ¿Qué?... gato de mierd… se estaba sobando en mis piernas mientras su dueña sobaba su ano en mi verga… tuve que patear al gato para alejarlo.
- No… michi ahora no… mami está ocupada… Uhmmm…decía graciosamente Laurita, sin dejar de castigarse el ano.
A estas alturas yo ya estaba comiendo el cabello de mi cuñadita, estaba muy largo, no habíamos tenido ese problema en la ducha, porque su cabello mojado no nos interrumpía.
- Ay disculpa cuñadito… dijo dándose cuenta intentando pasar su cabello adelante sin dejar de brincar.
Sin embargo, al poco rato, nuevamente su cabello me cacheteaba… la hice parar y sentarse nuevamente, pero esta vez mirándome… cosa que también podía disfrutar de sus labios y de sus inflados senos.
- Así está mejor… me dijo besándome.
Luego hizo nuevamente a un lado su pequeña ropa interior y comenzó nuevamente a clavarse mi verga. Mientras la veía nuevamente temblar, su piel se le puso como de gallina, sus pezones endurecieron u comenzaron a traslucir en la blusa.
- Ohhh… que placer… dijo entrecerrando los ojos, una vez que la tuvo toda adentro.
Ahora, hizo uso de su nuevo truco aprendido… comenzó a menear su enorme rabo en mi ingle, mientras se deshacía en jugosos besos, por momentos me excitaba tanto que sentía que me vendría… pero estaba dispuesto a aguantar, pensando en mi suegra, el gato, etc.
Una vez que mi cuñadita se sintió en confianza, comenzó a brincar nuevamente sobre mi verga, para que no desfallezca, la agarraba de sus gordos glúteos, cosa que la excitaba más, sentir como estrujaba sus crecidas nalgas.
- Asiii cuñaditooo… asiii… párteme el culo… decía embobada.
Mientras veía como sus senos flotaban en la tela de su blusa… no me quería arriesgar a levantarle la blusa, mientras mas conservara su ropa Laurita, mejor para nosotros… estábamos en alerta por si mi suegra se levantaba… entonces solo me quedo mordisquear sus senos a través de la tela.
- Ohhh… siii… Uhmmm… exclamo Laurita.
Arqueo su espalda, para poner sus senos más al alcance de mi boca, mientras su cabeza iba para atrás y sus cabellos llegaban a mis rodillas… instintivamente comenzó a mover sus nalgas hacia atrás y adelante… mi verga seguía sus movimientos, cada vez más excitantes… mi cuñadita estaba en un trance de placer único, saboreando todas esas sensaciones y nuevos movimientos.
Hasta que sentí contraerse a Laurita entre mis brazos, parecía que le iba a dar un calambre… tuve que ponerle mi boca en la mano para evitar que se escuche el alarido de placer que dio, casi me muerde los dedos…
- Uhmmm… ohhh… ahhh… que ricooo… suspiro entre mis dedos.
Mi verga que tanto había aguantado, con ese tembloroso movimiento, termino de relajarse y comenzó a escupir su tibia leche en las entrañas de mi cuñadita, que deshecha descansaba en mi hombro… la oía resoplar y resoplar… intentando recuperar la respiración, mientras sus senos se inflaban en mi pecho.
- Graciasss… me dijo dándome un jugoso beso y con una mirada enamorada, que comenzaba a inquietarme.
Una cosa era tener sexo pasionalmente, enseñarle a descubrir estos placeres… otra cosa y mas complicada era caer en enamoramientos… para evitar caer en comentarios melosos, la hice aterrizar en el contexto…
- No… gracias a ti… estuvo delicioso… pero…
- ¿Pero qué?... repuso como niña regañada, quizás pensando que no me gusto del todo.
- Tu mama puede venir en cualquier momento… le dije.
- Cierto… dijo regresando a la realidad.
Limpio como pudo mi verga en apenas unos segundos, se limpió su ano con algunas servilletas… se acomodó su ropa interior… y como invocación al demonio, dejamos de oír ronquidos… solo oímos pasos… mi suegra se acercaba…
Laurita salto a su sillón… yo no tenía cara para enfrentar a mi suegra tras partirle el orto a su menor hija… solo atine a hacerme el dormido, así como hacen en los buses.
- Ya Laurita… a dormir… le increpo su madre.
- Shhh… que se durmió… respondió mi cuñadita, siguiéndome la corriente.
Mi suegra se me acerco, para verificar que dormía… sentía su siniestra presencia cerca de mí... hice mi mejor actuación, recordando mis tiempos de dormir en los buses camino a mi universidad… parecía que estaba siendo convincente… hasta que…
- Aquí huele raro... dijo olfateando mi suegra.
Mierd… huele a semen… mi cuñadita tiene impregnado el olor de mi leche… pensé.
- Ah buenooo… será porque… en la tarde echaste lejía (cloro) para desinfectar el piso ¿te acuerdas?... dijo algo nerviosa mi cuñadita.
- Si… debe ser eso… repuso desconfiada mi suegra, luego agrego… lo despiertas para que vaya a su dormitorio, si duerme en el sillón va amanecer adolorido…
Luego salió, ufff… me dije, recuperando el ritmo normal de mi respiración. Dentro de todo, al menos la suegra se preocupaba por mí.
Laurita me dio un beso y como para no tentar la suerte, se fue. Solo atine a darle un palmazo en sus gordas nalgas a manera de juego, cosa que mi cuñadita me devolvió con una sonrisa. Esto se está tornando cada vez más peligroso, pensé… ya había mucha complicidad entre ambos.
Ya en mi dormitorio… Oi otra pequeña discusión… Laurita no quería irse a dormir sin bañarse, fue lo que entendí… me pareció lógico… traía mi olor a leche, tenía que quitárselo sino mi suegra se daría cuenta que no era la lejía en el piso sino el semen en el ano de su hijita… y ahí si nos jodiamos por completo.
Mientras oía el agua en la ducha, recordaba cómo me clave su magnífico culo en la mañana… al día siguiente por la tarde nuevamente tenía que partir de regreso a mi ciudad, a mi vida con Vale… procurando dejar atrás todas estas aventuras (con mi cuñadita) y las posibilidades (con Kimberly)… y debía tratar de centrarme más en mi relación con Vale.
Nuevamente suena bonita la teoría… lastimosamente en la práctica fue diferente, el destino parecía empecinado en que siga desflorando brutalmente a mi cuñadita…
Continuara…