Mi cuñadita Laurita (11)

Vale todo...

En el viaje de regreso del aeropuerto, Vale estaba triste, a pesar de lo caprichosa y engreída de su hermanita, la iba a extrañar. Noto que yo también estaba un poco triste… como no estarlo, después de todo, Laurita trajo algo de locura a mis días de sosiego, ese condimento que faltaba para recordarme las locuras que hice años atras…

-        ¿La vas a extrañar?... me pregunto, para hacer conversación.

-        Si… era como una hermanita… repuse suspirando para guardar apariencias.

-        Si… Danny te portaste excelente con Laurita… te mereces un premio… me dijo intrigante.

-        Y… ¿qué será?... pregunte animándome.

-        Puede ser que… que te de algo que siempre me pediste… repuso

A estas alturas mi cabeza sumida en muchos recuerdos, no estaba para adivinanzas, más aún con el tráfico pesado de regreso, estaba también concentrado en eso… ¿Qué me daría?... ¿un playstation?… al ver por mi expresión que no atinaba, ella decidió proseguir…

-        Quizás no te haga esperar hasta casarnos para dártelo… agrego seductoramente.

-        ¿Sexo anal?... replique efusivamente.

-        Si… pero no grites, te va oír hasta mi mama… repuso avergonzada, luego… Cuidado…

Frene en seco… por la emoción de su propuesta, casi me paso una luz roja y atropello un ciclista… Vale, se rio de mi reacción y de lo emocionado que me ponía, como niño en navidad. Me saco de mi trance en una.

-        ¿En serio?... no bromees… le dije.

-        Claro que si… has sido muy lindo y paciente con Laurita… ahora solo te queda esperar un poco más… que pasen mis días rojos y lo intentamos… ¿te parece?... dijo Vale.

-        Claro… claro… son unos días nomas… dije emocionado.

Ya había inaugurado el culito de mi cuñadita… solo faltaba el de mi novia, era excitante la propuesta. Quizás era lo que necesitaba para dejar de enredarme con Laurita, que estaría lejos por mucho tiempo y que cada vez sería más complicado, si se enamoraba más de mí, podía complicar todo lo que había construido con Vale en los últimos años.

Tal vez esto era lo único que faltaba para terminar de engancharme en mi relación con Vale… que la enganche por el ano, satisfacer ese viejo anhelo… tiempo soñé con esto. Ya hasta estaba fantaseando como, en donde, que posición sería la mejor…

Pensaran que rápido olvidé a mi cuñadita, pero creí que en el fondo era mejor para todos... lo de Laurita era un arranque pasional de juventud para ella, de descubrimiento sexual, de ahí en adelante podría practicar lo aprendido con quien quisiera.

Yo por mi parte sentía había sumado una aventura espectacular, con mi cuñadita, por momentos inocente, por momentos ninfómana. Una aventura que alimento mi morbo a mas no poder, que una jovencita quiera que la inaugures, alimenta el ego también… pero sentía que ya era momento de continuar con mi vida.

Como les decía Vale tenía piel clara, pero formas de morena, unas nalgas que nada tenían que envidiarles, una cintura estrecha y me hacía llegar como caballo cuando le daba por atrás viendo sus gordas nalgas rebotar en mi ingle… imagínense si lo hacíamos por donde siempre quise hacerle… ahora sí, con Valeria vale todo, le haría de todo.

-        Hey… aterriza… reacciona… que ya está en verde… me dijo Vale, viendo que no reaccionaba ante el cambio del semáforo.

Esos días yo parecía un cobrador de renta… todos los días le preguntaba a Vale… ¿Ya paso (¿tu menstruación)?... al principio le pareció gracioso, luego se iba enojando ante la insistencia, así que no quise decirle más… vaya ser que se arrepienta.

Vinieron las fiestas navideñas, la pasamos en casa de mis padres… pensar que días antes había sometido analmente por última vez a mi cuñadita en esa casa… pensándolo bien, a otras parejas también (una prima y un ex de universidad) … si esas paredes hablaran, Vale me mataría….

Tras compartir regalos, mientras mis padres estaban entretenidos con servir la cena. Vale me dio un regalo más, envuelto en un pequeño estuche… con curiosidad abrí… creo que me voy a casar con esta mujer… era un pequeño cojín de lubricante…

-        Justo lo que faltaba… repuse alegre sonriendo.

-        Creo que nos hará falta… para… ya sabes… dijo intentando ser discreta, en el fondo serviría para ayudar a inaugurar su estrecho ano.

-        ¿ósea que ya?... pregunte ansioso.

-        Si… ya paso la temporada de veda… me dijo bromeando.

Regresaron mis padres con la cena, comí de buena gana y casi celebre por adelantado la apertura del gran trasero de mi novia, algo que anhelaba hace tiempo. Estaba emocionado de más, como niño en navidad y, a decir verdad, se me paso la mano con las copas, me embriague de felicidad.

Mis padres preocupados, no me dejaron manejar en ese estado, nos pidieron que pasemos la noche ahí, y al día siguiente más repuestos volvamos al depa. A estas alturas mis padres no se hacían problemas en que durmiéramos juntos en mi antigua habitación.

Me puse algo de ropa suelta que aún conservaba en mi closet mi madre, a Vale le di una vieja remera, me dijo que con eso le bastaba. Mi novia siempre fue calurosa en todo sentido, solo en los últimos tiempos por el estrés del trabajo y la presencia de la pequeña arpía de su hermanita, nos habíamos distanciado de tener relaciones.

Aun lujurioso y alegre por la situación, el regalo de mi novia que ya me daba luz verde para desflorar su ultimo agujero virgen. Algo excitado me acomode para dormir detrás de Vale, presionando sus gordas nalgas, mientras mi embriagada verga iba endureciendo.

-        No Danny… aquí nooo… tus padres están en el otro cuarto… que vergüenza… me dijo apenada.

-        Están dormidos… dije sin importarme, estaba aún embriagado.

-        Ay amor… no seas así…. Uhmmm… repuso Vale, contrayéndose.

Mi verga se había deslizado silenciosamente por sus labios vaginales, aunque Vale no lo quería aceptar, la situación le había despertado el morbo. Solo tuve que besarla en el cuello para que termine de ceder... el punto débil de algunas mujeres.

Si bien sus labios seguían negándose, su cuerpo ya había cedido… sus nalgas al principio contraídas, negándose a la penetración, ahora se soltaban esperando que las invadiera. Ella sola fue abriendo las piernas, para permitir que mi verga invadiera su húmeda vagina.

-        Ay amorrr… que sea rápido… que no nos escuchen… me suplico aun con pudor.

En poco tiempo sus nalgas comenzaron a rebotar en mi ingle, primero lentamente, luego con mayor fuerza. Mientras ella se agarraba de las sabanas para contener mi ímpetu, por momentos se tapaba la boca para que sus gemidos no fueran tan sonoros. Era una delicia su forma de entregarse siempre… no tan puta… ni tan santa.

A decir verdad, Vale también estaba un poco embriagada, en la cena ante la presión de mis padres, entre broma y broma, se deslizo la posibilidad de un compromiso… cosa que la puso mas alegre de la cuenta… yo me alegre por su ofrecimiento de sexo anal… y ella con lo de un compromiso… cada quien elige su tortura…

-        Amorrr…  y si… uhmm… dijo gimiendo, mientras estrujaba uno de sus senos.

-        ¿Qué amor?...

-        Si… intentamos… dijo volteando y mirándome con ansias.

No tuvo que decir más… solo la bese efusivamente… era ahora o nunca… como previendo la situación, había dejado el sobre de lubricante cerca de mi almohada. Sin dejar de bombear sus nalgas, para evitar que decayera su fogosidad, me apure en abrir el sobre… en pocos segundos, me lo estaba untando en la verga y lo pase por encima de su esfínter.

-        Uyyy… esta fría… se quejó, mientras la piel se erizaba, lo que también era causado por uno de mis dedos invadiendo su ano con el lubricante.

Ya antes habíamos intentado tener sexo anal, había hecho la previa de dilatar su esfínter, meter mis dedos… pero al momento de la verdad, siempre se acobardaba… apenas pude meter la cabeza de mi pene un par de veces, antes que huyera asustada.

-        Despacito… por favor… me rogaba, mirándome desde atrás y buscando mis labios, como para soportar esa incursión con efusivos besos.

Mi verga fue entrando en su virgen cavidad anal, mientras Vale se iba contrayendo por reflejo, yo no dejaba de besarla ni de acariciar sus senos, para relajarla. Ya había entrado la cabeza de mi verga, ella nuevamente se erizo, entrecerró los ojos y su mano araño la sabana.

-        Ouuuu…. Uhmmm… se quejó unos segundos, luego de aquel impacto inicial, se relajó.

Entonces aproveche para meter un poco más de lubricante en los bordes… la tome por la cintura, y así, de lado, empuje un poco más… ya había entrado casi un tercio… era lo más que había logrados hasta el momento.

-        Ayyy… amorrr… me estas partiendo… se quejó dulcemente, pero sin negarse a que continuara.

Fui haciendo un corto recorrido de ir y venir, para que se fuera acostumbrando a tenerlo adentro e ir empujando cada vez más. Así como jugando tenía más de media verga adentro y Vale soportaba cada vez mejor… por momentos sonriendo, no podía creer que al fin estuviera permitiendo que mi verga le desflore su ultimo agujero virgen.

-        Ouuu… Uhmmm… se quejó Vale, ya que en un arranque de excitación le clave el resto.

Se contrajo las nalgas, aguanto la respiración, me araño la pierna, como para transmitirme todo su dolor…

-        Ya está…. Ya está amor… lo tienes todo adentro… le dije para animarla.

-        Si… lo seee…. Auuu… amorrr… me la metiste toda…. dijo sorprendida.

Su estrecho ano, apresaba dulcemente mi verga… era fascinante ver sus blancas nalgas abiertas por mi mazo de carne. Tenerla empalada tal como aluciné la primera vez que la vi caminando con sus jeans apretados y contoneando sus redondas caderas al andar.

Estuvimos un rato así, entre besos y caricias… de a poco fui bombeando su abultado trasero… había penetrado varios traseros gordos, generalmente de morenas nalgonas, y de alguna blanquiñosa con un trasero firme trabajado en gimnasio… pero este trasero era una delicia en sus formas, como empezaba a engordarse desde las piernas, formar un voluminoso trasero y terminar en una estrecha cintura.

-        Uyyy… Uhmmm… amorrr… no hay forma que duela menos… Uhmmm… se quejó Vale.

-        Si… para que te entre mejor… deberíamos estar… dije.

-        ¿Cómo?... dijo animada.

-        Como perros… dije morbosamente.

-        Si… si… como perros… dijo también lujuriosa.

Como les dije, desde la primera vez que lo hicimos, le gustaba que le diera por detrás, así de lado… pero más le gustaba en 4 patas, lo disfrutaba y me hacía llegar como caballo… vaya que, pensándolo, era algo que compartía con su hermanita Laurita… una perversión que ambas llevaban en la sangre.

Sin decir más, Vale se ubicó automáticamente como perrita en celo… esperando recibirme. Me deleite con el magnífico paisaje de sus redondas nalgas y su recién abierto ano… pensar que días antes, le reventaba el culo a su hermanita en el mueble de al lado.

-        Dannyyy… vamos… me dijo ansiosa Vale.

Procurando dejar de lado los recuerdos de mi cuñadita, exprimí un poco mas de lubricante por si acaso, para impregnar el arrugado anillo de mi novia. Vale tembló nuevamente al sentir ese viscoso liquido… por un momento volteo sorprendida… quizás pensando que había eyaculado en sus nalgas…

-        Ufff… menos mal… dijo aliviada… pero… ¿Qué esperas?... ouuu….

Antes que terminara de decir algo más, la enganche nuevamente por el ano. Esta vez con mayor fiereza… vi como Vale contraía la espalda y su pecho se llenaba de aire contenido, mientras sus brazos se ponían rígidos… al menos ya sabía quién mandaba en ese adiestramiento anal.

-        Amorrr… no seas asiii… Uhmmm… se quejó graciosamente.

Lo último que quería era que esa experiencia fuera traumática para ella y que luego me negara su jugoso trasero… no quería que fuera la primera y la última vez que gozara de su estrecho agujero… con mi cuñadita lejos, Vale era mi salvación para deleitarme de los placeres anales… no quería depender o volverme cautivo de los favores de Laurita.

Sin darle pie a más quejas, fui bombeándola suavemente, hasta que nuevamente se fue relajando, así como su ano fue cediendo y tornándose más flexible… ella empezó a ir y venir a mi ritmo. Sus nalgas chocando con mi ingle comenzaron a llenar progresivamente de un dulce sonido la habitación.

-        Ayyy amorrr… no puede ser… ayyy amorrr… repetía Vale casi ahogándose, ante su propia sorpresa.

La cama comenzaba a crujir, ya no nos importaba que mis padres pudieran estar al lado… cada tanto Vale se ponía la mano en la boca para evitar vociferar. Yo la tenia asida de su estrecha cintura y veía como su trasero en forma de corazón se iba abriendo en cada ir y venir, viendo como mi verga desaparecía en su virgen ano.

-        Ayyy amorrr… no puede ser… ay amorrr… repetía Vale casi ahogándose.

Me miraba sorprendida como la sometía con fuerza y como le estaba gustando. Vale por momentos comenzaba a culearme. Veía como arañaba las sabanas, mientras yo arañaba sus infladas nalgas….

-        Ohhh… Uhmmm… ufff… exclamo Vale, estremeció arqueando la espalda, luego dejándose caer desfalleciente en las sabanas.

Llevaba unos instantes aguantando, me había extasiado demasiado viendo el panorama curvilíneo que me ofrecía mi novia, además de la propia ansiedad que tenia de abrirle el culo… aliviado ante el brutal orgasmo de Vale, al fin deje que mi verga escupa su viscoso contenido.

-        Uyyy… que ricooo… suspire complacido.

Vale se contaría con cada borbotón de semen inundándola, hasta que al fin se relajo y se dejo caer de lado, con una pierna contraída, casi acalambrada. Sus nalgas melosas y su ano discurriendo por primera vez mi blanca leche. Miraba orgulloso como Vale había sucumbido a lo que tanto me negó.

-        Ayyy… no pensé que sería así… dijo Vale recuperando el aliento.

-        ¿así como?... pregunte, quizás fui muy salvaje y la asuste.

-        Debo estar borracha, pero… creo que me gusto… confeso Vale, un poco apenada.

Me recosté a su lado, aliviado, Vale también tenía sus reacciones pudorosas de niña, por momentos, se cubrió el rostro en señal de vergüenza…

-        Ahora que ya me hiciste todo… te vas a cansar de mi… murmuro triste.

-        Hey vamosss… me encantas… siempre la pasamos bien… le dije.

-        No, no… tu solo querías mi culito… ahora que te di lo que tanto querías… seguro te iras… decía como niña resentida.

-        ¿Estas bromeando?... pregunte sonriendo.

No sabía si reírme de esa escenita, si hablaba el alcohol en su cuerpo o eran en realidad sus miedos… después de todo, a su madre la abandonaron 2 veces… quizás creció con ese trauma de que podrían abandonarla.

-        Ay amor, estamos bien, las cosas están funcionando… le dije, bueno salvo porque me follé a tu hermana brutalmente, todo está bien, pensé.

-        No se siempre me dio miedo… que te canses de mi y te vayas… me dijo.

-        Oye… recuerda que yo fui el que siempre te propuso avanzar en la relación y tu no querías… dije.

Habíamos congeniado bien desde el inicio de la relación, aunque se me hacia tedioso ir a buscarla al otro lado de la ciudad. En algunas ocasiones hablamos de vivir juntos, incluso se lo propuse o al menos que se mude mas cerca de donde vivo, porque también estaría más cerca del trabajo… pero a Vale le daba miedo que podamos terminar y no tenga a donde ir.

-        Y si aceptara… me dijo.

-        ¿Qué cosa?... le dije, ya me imaginaba por donde iba la cosa.

-        Ya sabes… lo que me propusiste… vivir juntos… dijo animándose un poco… ya sabes, compartiríamos gastos, no perdería tanto tiempo en transportarme, dormiría mejor… y claro, estaría contigo.

-        Ah mira… que bueno… en tu lista de beneficios de vivir conmigo, me incluiste como un plus… le dije bromeando.

-        No seas tonto… eres lo principal… tú sabes… ¿Qué dices?...

Pensar que antes había insistido en que Vale viva conmigo… ahora, después de su hermanita, yo hombre al fin, por un momento sentí que me cortaban las alas… que quizás aun me quedaban aventuras por vivir… pero siendo realistas en los últimos años, lo que me removió mi mundo fue Laurita, lejos de eso, pasaba casi todo el tiempo con Vale…

-        ¿y bien?… si no estás seguro, mejor no… dijo ante mi silencio.

-        Sabes que… hagámoslo… dije más decidido.

Creí que iba siendo momento de sentar cabeza más aún, viendo a mis amigos ya con hijos o casados, yo también comenzaba a desear algo así… vivir juntos era el siguiente paso natural a nuestra relación… Pensé que la historia con mi cuñadita había llegado a su fin… iluso, no me sabía lo que me deparaba el destino…

Continuara…