Mi cuñadita Laurita (08)
La vieja escuela
A la mierd… todo… Vale regreso antes de tiempo… mientras Laurita estaba pálida y desnuda medio metida en el closet…
- ¿Danny? ¿Dónde estás?... replico Vale.
Empecé a sudar frio, mientras Laurita comenzaba temblar. No había tiempo para que se cambie, nos iba a atrapar en el cuarto con ella desnuda y yo con mi verga llena de líquidos… mientras escuchaba los pasos de Vale en la escalera…
- Se jodio todo… resople, mientras Laurita adoptaba posición fetal dentro del closet.
Eso es… viendo a mi cuñadita en esa posición, solo me quedo meterla a la mala en el closet, taparla con una camisa y cerrar la puerta. Cogí una media suelta y me limpié como pude, metiendo mi verga en el buzo que tenía.
Segundos después Vale aparecía en la puerta del dormitorio…
- ¿Por qué no me contestabas?... me recrimino Vale.
- A esteee… subí a buscar el cargador de mi laptop y me quedé dormido… si… dijo tratando de verme soñoliento.
- Pero si tu cargador esta abajo…
- ¿ah sí? ¿Dónde?... muéstrame… le dije, procurando sacarla de la habitación.
Me llevo a la sala, y me mostro el cargador a un lado del mueble… es como cuando buscas algo y no lo encuentras, viene tu mama y aparece como por arte de magia…
- Pero aún es temprano… ¿no deberías estar en el trabajo?... pregunte, aun no era hora de almuerzo.
- Ahhh… si, yo también soy volada… me olvide mi disco con la información… dijo apenada, aunque sentía que era un pretexto para supervisarme según lo dispuesto por mi suegra.
Bueno, efectivamente encontró su memoria portátil en el estuche de su laptop. Ya se estaba despidiendo presurosa, me dijo que con el tiempo que perdió, tendría que comer en su trabajo, que no la esperemos...
- Y hablando de eso ¿Dónde está Laurita?... pregunto extrañada.
- Buenooo… no se… oí que lavaba la ropa… luego no la vi… me imagino que habrá ido al mercado… dije sudando.
- Ay… esa niña… bueno, si no regresa rápido, la vas a buscar… no vaya ser que se pierda… ah y otra cosa…
- ¿Sí?... dije, tratando de dirigirla a la puerta.
- Pensé si por la tarde la podías llevar a tu universidad… para que vaya viendo que le interesa… de paso averiguas tus tramites… me recomendó.
- Claro… no es mala idea… respondí despidiéndola.
Cerré la puerta tras ella, escuche sus pasos en el pasillo y eche llave por si acaso se le ocurría volver. La vi por las cortinas mientras se alejaba por el parque… ufff… se fue al fin… me va dar un infarto con esto… sentí que envejecí al menos 10 años…
Subí al dormitorio… encontré a Laurita poniéndose la ropa despacio, para no hacer ruido. La muy descuidada se había puesto un top sin el brassiere debajo… esas puntas de sus pezones endurecían por el frio y por mi presencia, temiendo que viniera con Vale… pero ¡qué ricas tetas tiene esta diabla!...
Reaccione automáticamente, ya era suficiente por ese día… dos exprimidas y Vale dando vueltas… no debía tentar mi suerte más. Le hice caso Vale, le pedí a Laurita que se aliste mejor para ir a mi universidad… así me distraía yo y a ella.
Esto de estar encerrados en el depa no estaba funcionando, era una tentación continua, e ir al cine tampoco era buena opción en la oscuridad. Mejor era ir a un espacio abierto y con gente para evitar los continuos roces… de mi verga con su ano principalmente.
Hice vestir a Laurita lo menos provocadora posible, para evitarme líos con tanto milenial mañoso. La ropa en si fue una lucha, ella quería ir en shorts apretados y top, cosa que en su ciudad calurosa es normal, en mi ciudad eso hacía que hasta los viejos volteeen…
Al final la convencí de ponerse un vestido suelto de Vale, le dije que se vería con una aire más académico y formal para la visita universitaria. Así enrumbamos a mi viejo campus. No pude evitar llenarme de recuerdos en el camino y más aun dentro de la universidad.
Ya en el campus, deje el auto en el estacionamiento, mientras caminamos por el área de ingeniera. Muchos curiosos asomaron por la ventana, y a pesar de la ropa suelta de mi cuñada, la comían con la vista, y ella se sintió un poco intimidada.
Para calmarla, le explique que en algunas carreras de ingeniería era poco común que haya chicas estudiando. Por eso no estaban acostumbrados a ver chicas guapas y cuando veían una, se ponían como perro en celo. Por suerte ni había mucha gente, era fin de año, solo quedaban algunos estudiantes buscando un examen adicional que les permite pasar de ciclo. Al final mi cuñadita se sintió orgullosa solo por decir que era guapa.
Llegando a la facultad, me encuentro con Guille, un viejo amigo de universidad, seguro también venia de hacer sus trámites. Hicimos la platica típica, preguntando por las parejas, familia… le presente a Laurita, la miro extrañado. Luego, para tener algo de privacidad, mande a mi cuñadita a comprar un refresco….
- Discúlpame que haya mirado así a tu cuñadita… tuve un deja vu… o algo así… me dijo.
- No te preocupes… ¿se parecen no?... repuse.
- Si, pero no se si a Anita… o Mili… ¿Dónde las encuentras?... me bromeo.
- No se Guille… me las mandan, no las busco… es mi karma creo… repuse resignado.
- Y ¿Vale sabe?… me pregunto intrigado
- ¿Qué cosa?... replique aturdido.
- Vamos, soy tu amigo… conozco tus debilidades… me imagino que ya caíste con tu cuñadita… respondio en confidencia.
- ¿Es tan obvio?… pregunte.
- Bueno… no por ti… pero por como te mira esa niña… ten cuidado… me advirtió.
- No todos tenemos la suerte de casarnos con nuestra novia de universidad… le dije.
- Bueno… ya te tocara… ya caerás (cazado o casado)… me bromeo.
Ante el regreso de mi cuñadita, retomamos la conversación de los tramites de universidad. Guille no me dio mucha esperanza de conseguir algo, los administrativos ya estaban en modo fiestas navideñas y algunas autoridades de vacaciones. En fin, tendría que regresar en unas semanas para averiguar.
Paseamos por la semi-vacia facultad, Laurita me hacia preguntas, mientras yo recordaba con nostalgia lo años que pasé ahí, los amores y desamores que viví. Hasta que recalamos en la placa conmemorativa de mi promoción de universidad.
- Mira tu nombre esta ahí… me dijo animosa mi cuñadita.
- Si… y de algunos amigos y… respondí, dudando de sincerarme más.
- ¿Alguna novia?... pregunto curiosa.
- Si, pero ya no está aquí… repuse nostálgico.
- ¿Estas triste?...
- No… es solo que… bueno… son tantos recuerdos… dije para no dar más explicaciones.
Luego anduvimos en silencio, Laurita también se notaba cabizbaja, quizás mi actitud la había contagiado. En realidad, si me había movido un poco el piso recordar a un amor universitario y a una aventura familiar… creo que hablar con Guille me lo trajo más a la memoria, sobre todo mi novia de universidad y las locuras que hicimos por doquier.
- No me gusta verte triste… ven… me dijo Laurita sacándome de mi trance.
Me tomo de la mano y prácticamente, me jaloneaba, como una niña que quiere llevar a su papa a la tienda para que le compre algo. Yo sumido en mis pensamientos y recuerdo, la seguía como zombi… hasta que… cruzamos una puerta…
- ¿Qué hacemos aquí?:.. pregunte sorprendido.
- Esta vacío… ya vi… cuando fui a comprar mi refresco… no había nadie…
Me percate que Laurita me había metido a un cuarto de servicio, me resultaba familiar el lugar… antes que pudiera decir algo o protestar… Laurita ya se había arrodillado frente a mi, me estaba bajando el cierre del pantalón y rebuscando en mi ropa interior.
- Yo se como animarte… me dijo concentrada.
- No… Laurita… no creo que… ufff... repuse sorprendido.
Mi cuñadita no me dejo hablar más… ya me había pajeado un poco y mientras intentaba alejarla, se había engullido mi verga que iba endureciendo. Sentir sus carnosos y lubricados labios, me saco de mi abstracción… cerré los ojos unos segundos, pero me invadieron recuerdos de situaciones similares, con otras morenas, que me pusieron a mil también…
- Espera, espera… no te vengas aun… me recrimino Laurita alejándose un poco.
Instintivamente había cogido la cabeza de mi cuñadita, no permitiéndole respirar casi, me estaba pajeando con sus labios. Pero Laurita no quería que acabe en su boca… ella también tenía deseos por satisfacer….
- Y si me acomodo aquí… me dijo, nuevamente jalándome de la mano.
En ese pequeño ambiente me llevo, casi guio, a una pequeña mesa contra la pared. Ella se subió, levantando su falda. Fue abriendo las piernas para que me acomode entre ellas… quise penetrarla por su húmeda vagina…
- Ya sabes que conmigo no es por ahí… me dijo intrigante.
Luego agarro mi dura verga y la dirigió a su ano… ella quería exclusividad, no quería que hiciera lo mismo con ella que lo que hacia con su hermana. Entendí sus apetitos y enrumbé a su arrugado anillo.
- Uhmmm… despacio porfa… me dijo como niña regañada.
Mi verga se iba incrustando en su joven cuerpo, mientras ella se iba contrayendo contra la pared, sus piernas abiertas y levantadas. Mientras en su mirada, dolor y ansiedad… hasta que no aguanto y me jalo de la camisa, me dio un jugoso beso, mientras mi verga terminaba de llenar su cavidad anal.
- Ohhhh…. Uhmmm… suspiro adolorida y agradecida.
Se relajo un poco y se fue hacia atrás, apoyándose entre la mesa y la pared. Ahora sus piernas prácticamente estaban sobre mis hombros, mientras sus manos tomaban como podían mi pantalón y camisa, para mantenerme en esa posición y que no me despegue.
- Solo vas a pensar en mi cuando me lo haces… me recrimino, tratando de devolverme a la realidad y matar mis recuerdos.
- Si… solo en ti… repuse excitado, viendo la entrega de mi cuñadita.
Comencé a bombear sus redondas nalgas y bien formadas piernas, mientras Laurita ahora buscaba que asirse de la mesa, para no resbalarse o caerse… cada vez la penetraba con mas fuerza… su mirada de reproche, se fue tornando temerosa por mi fuerza… luego febril de placer…
- Así cuñadito… asiii… rómpeme mi culito… Uhmmm… clamaba satisfecha.
Con el transcurrir de los minutos, sus senos que saltaban, fueron quedando a mi vista, jalonee su brassiere y estruje sus senos bruscamente…
- Ohhh… te gustan mis tetas… uhmmm… repuso lujuriosa.
- Están bien ricas… dije extasiado viendo como saltaban sus pezones.
- ¿Son mejores que las de mi hermana?... pregunto excitada.
- Los mejores que vi… repliqué morbosamente.
Se acomodo nuevamente y me jalo, para robarme un beso… mientras en esa incómoda posición seguía castigando su estrecho ano… sonreía por momentos, entre besos febriles con nuestras lenguas jugueteando… hasta que…
- No Cuñadito… no… esto no está bien... me dijo enseriándose y alejándome.
Vaya, después de haberle inaugurado todos sus agujeros de las maneras más salvajes posibles, recién le entro un ataque de conciencia, justo cuando la tengo enganchada hasta las tripas y al borde de una eyaculación bestial… pensé que al fin se había dado cuanto que esta relación no era sana… que se estaba cogiendo al novio de su hermana… pero no fue así…
- Esta es la manera correcta… me indico morbosamente excitada.
Se había puesto en cuatro, contra la mesa… dejándome sus bronceadas y redondas nalgas a la vista… como para que las castigue sin piedad, como para hacerme de su estrecha cintura y olvidarme de todo lo demás.
- Vamosss… me rogo tras unos segundos, tratando de hacerme reaccionar e intentando jalonear mi cintura para que la someta de nuevo.
Nuevamente la enganche por el ano, salvajemente, se le contrajo la espalda y las piernas se abrieron a mas no poder…. Soporto mi embestida como una experimentada…
- Ouuuu…. Uhmmm… siii… asi debe ser…. Uhmmm… gimió complacida, tras unos segundos, parecía más repuesta y deseosa de seguir con su suplicio.
Comencé a estampar sus nalgas contra esa vetusta mesa, mientras sus manos me jalaban a que estrujé sus senos… sus piernas comenzaban a temblar, mientras el sudor me invadía… esta pequeña diabla me tenia aluciando a mil con sus gordas nalgas vibrando con mi entrepierna.
- Ayyy… cuñadito… Ayyy…. Que rico… Ayyy…. Ahhhh…..
En un ultimo esfuerzo giro y me jalo para que la bese, nuevamente nuestras lenguas se entrelazaron y fue el ultimo aliciente que necesite… mientras sus jadeos se perdían en mi garganta, mi verga comenzó a escupir semen hirviendo en sus entrañas.
- Ohhh… siii… ohhh… exclamo triunfal Laurita, retorciéndose de placer.
Ella también había llegado en un brutal orgasmo… casi soltó un alarido de felicidad… Laurita se sorprendió y se tapo la boca, mientras su cuerpo descansaba sobre la mesa, con algunos pequeños espasmos provocados por las descargas de leche que aun daba mi verga.
- Ufff…. que rico… gracias… le dije complacido.
- ¿Te gusto?... pregunto desfalleciente.
- Me encanto… dije casi sin aire.
Laurita sonrió orgullosa, una vez que mi verga se desinflo en sus tripas, se alejo y procedió a limpiarme con su lengua. Algunas gotas de mas salieron… pero ella las engullo de buena gana, con gratitud.
Luego salimos de aquel cuarto, abrazados, mas bien apoyados el uno en el otro, cansados y casi acalambrados por lo brutal e incómodo de aquel encuentro…
- ¿Qué hacen ahí?... nos gritaron desde el fondo del pasillo.
En esas situaciones, uno piensa que va actuar como adulto… pero la primera reacción fue ponernos a correr como niños descubiertos en plena travesura…
- Malditos muchachos… oí a la distancia.
No voltee, pero parecía la voz del viejo portero… diablos… unos minutos antes y nos atrapaba en plena faena. Nos detuvimos en un jardín, nos miramos y pusimos a reír de nuestra reacción.
- ¿Estas mejor?... me pregunto Laurita.
- Mejor que nunca… repuse, intentando ser optimista.
Ya el pasado es pasado, no puedo resolverlo… él ahora es disfrutar (de mi cuñadita hasta donde pueda)… el futuro aun es incierto… veremos qué pasa con Vale, Laurita, etc… me dije.
Continuara…