Mi cuñadita Laurita (07)
Los trapitos sucios se lavan en casa
Antes de regresar a casa, le di un paseo por un centro comercial, le invité un helado… en el fondo quería sacarle el olor y sabor de mi verga que Laurita debía tener en la boca.
Creo que nos tomamos más tiempo de la cuenta, pero quería que la niña se distraiga y conozca algo más que mi pene en sus agujeros, y que tenga algo que contarle a mi suegra al volver a su ciudad… al volver al depa, me pegue un susto al ver a Vale adentro.
- ¿Qué tal la película?... pregunte Vale.
- Bien… bien… respondí, no queriendo entrar en detalles.
- Me la pase con la boca abierta… respondió intrigante Laurita.
Sude frio al oír su respuesta y recordar que efectivamente estuvo con la boca abierta succionando mi verga… Esta maldita niña… un día se le va pasar la mano con sus bromas y va terminar confesando lo que hacemos o su hermana terminara adivinándolo…
- ¿Cómo así?... pregunto curiosa Vale.
- Es que… respondió Laurita nerviosa, por sus juegos e indirectas ya nos estaba metiendo en líos.
- Bueno… es que era una película de terror… tu hermana no dejaba de sorprenderse y paraba con la boca abierta.
- Ahhh… si es de terror, no me digan más… sabes que odio esas películas… dijo Vale aburrida, aunque en realidad era muy miedosa para ver esas películas.
Ufff… Vale se fue a la cocina y Laurita me miro aliviada. A su vez le di una mirada de reproche y le hice un gesto como para que no hable más de la cuenta. Ella también regañada se fue a la cocina, mientras yo me tiraba al sofá a reponerme de la succión que me dio mi cuñadita.
Las chicas prepararon algo de cenar rápido… estábamos terminando y bebiendo un refresco, cuando Laurita va a la cocina y saca el yogurt. ¿Que se traerá esta niña ahora entre manos?... porque ya no tenía mi verga en sus manos, pero sentía que con esta situación la estaba apretando.
- Eso te puede caer pesado con la cena… Vale le reprocho.
- No no… me encanta… dijo Laurita mirándome, dejando que un chorro de yogurt se derramara de sus labios.
Aquella imagen mi hizo recordar mi leche en sus labios y ella lo sabía. Comencé a creer que esta jovencita se moría de ganas por contar como había perdido su virginidad y las cosas que había experimentado… como no tenía a quien contarle sus secretos, estaba siendo muy imprudente y dejándole pistas a su hermana y eso podía acabar mal…
Un punto aparte era, que esa imagen si me excito bastante, mi verga estaba por pararse, solo recordando lo sucedido en el cine, afortunadamente volví a mis cabales al oír la voz de Vale…
- Ay… Laurita… pareces un bebe… todo se te derrama… dijo Vale limpiándola.
Vale cariñosa, limpiaba los rezagos de yogurt en los melosos y carnosos labios de su hermana… mierd… por un momento pensé en lo genial que seria un trio con esas 2… una morena escultural y una blancona sensual… pero… soñar no cuesta nada… Vale me mataría solo con proponerle que me tire a ella y su hermanita, a la que supuestamente quería como una hija.
Tras esa pequeña indirecta de Laurita que me puso en aprietos, puse una expresión de cansancio… era suficiente por ese dia. Vale entendio mi gesto y mando a su hermanita a dormir… se fue a regañadientes… una vez que estuvimos solos…
- Ayyy Danny… sé que te ofrecí intimidad cuando estuviéramos solos… pero… dijo Vale.
- Pero… que…
- Estoy muerta… con todo el trabajo que me dejaron en la oficina… agrego apenada.
- No te preocupes… yo también estoy molido… tu hermanita quita energías… dije, en realidad luego me di cuenta que no son tan bien, y Vale también lo pensó.
- ¿Cómo asi?... repuso desconfiada.
- Bueno… es que… ya sabes… mantenerla entretenida… sacarla a pasear… eso de ser niñero también consume energías.
- Estas viejo… me dijo risueña… ¿Qué pasara si tenemos hijos?...
- Bueno, esto es ya un entrenamiento… le dije.
Vale sonrió ante la posibilidad de una familia, y de lo bien que me llevaba con la niña de su hermanita… si supiera, que esa pequeña diabla me succionaba la energía de otras maneras no tan santas… incluso de maneras que la misma Vale no se atrevía a realizarme…
No sé si Laurita nos vigilaba, o me celaba para que no tuviera relaciones con su hermana, lo cierto es que bajo en pijama…
- ¿Qué haces?... le reprocho Vale, que la había mandado a dormir.
- Vine a lavarme los dientes… dijo sumisa.
- Arriba también hay baño… replico Vale.
- Es que… mi cepillo está aquí… dijo como niña regañada Laurita.
- Ok, ok… dijo Vale calmándose… discúlpala… agrego Vale mirándome.
Lo cierto es que el baño estaba de espaldas al asiento de Vale, ósea que no la veía lavándose los dientes… pero yo si… Mientras Vale, me contaba de su día, como le había ido en la oficina, yo de reojo veía el espectáculo que me daba Laurita.
Sabiendo que su hermana no la veía, primero se bajó el pijama mostrándome las nalgas, tuve que contener la saliva, mientras ella en 4 volteaba a verme burlonamente. Luego, ya para no tentar la suerte, se subió el pijama, pero se empezó a cepillar de perfil hacia mí, quebrando la espalda, en 4, avanzando y retrocediendo… como si me estuviera culeandome cuando le daba por atrás.
- Mierd… se me escapo, mientras mi verga quería endurecer.
- Si mi amor… es una mierd… esa gente que no colabora, es nuestro trabajo… decía Vale, ya ni sabia de que me hablaba, pero creía que le estaba siguiendo la ilación de su conversación.
Por último, Laurita dejo caer la blanca espuma de la crema dental de sus labios… refrescando la imagen de mi semen en sus labios, parecía que no lo olvidaba, o le había fascinado, ya que insistía en repetirme aquella imagen.
Vale se dio cuenta que estaba distraído por lo que sucedía en el baño… volteo rápidamente y Laurita casi se ahoga con la espuma de la crema dental.
- Ya Laurita, deja de payasear… no dejas conversar a los adultos… ve a dormir…
- Está bien… respondió ella y se fue regañada.
- Ay amorrr… esa niña a veces me hace renegar… me decía Vale.
- Es una niña, quiere atención… solo le gusta hacer muecas y ya… dije calmándola.
Tras eso se fue a dormir. Yo me acomodé en la sala plácidamente, al menos no soñé nada, a pesar de todo, ningún remordimiento… me estaba volviendo tan cínico… seguía creyendo que no era enteramente mi culpa, que solo me estaba dejando llevar, sabiendo que esto era solo temporal… una fantasía más por cumplir… y hablando de eso…
- Pero… ¿Qué haces?... desperté perplejo.
No sabía si era un sueño, lo cierto que vi unos cabellos en mi entrepierna, subiendo y bajando… afuera ya estaba claro, quizás Vale quiso congraciarse conmigo por el tiempo sin tener relaciones… pero un momento… a ella no le gustaba hacer estas cosas.
- Ya se fue mi hermana… dijo jadeante la voz infantil de Laurita.
Desde mi posición solo lograba ver como mi verga desaparecía en su boca mientras sus dedos me pajeaban cada vez más armoniosamente. Todo mi pene humedecido y estimulado por su joven lengua. Laurita estaba fascinada con aquella nueva maniobra aprendida, que no dudo en aplicarla nuevamente ni bien tuvo oportunidad.
- ¿Estas loca?… le recrimine.
En principio quise alejar su cabeza con mis manos, pero sus caricias ya hacían efecto en mi semi dormido cuerpo, que al final terminé por acariciarle los cabellos.
- Ves que te gusta cuñadito… dijo ahogadamente sin dejar de succionar.
- Ay caraj… lo haces genial… dije empujando su cabeza.
El torrente de leche era inminente, no quería manchar el mueble o las sabanas… solo me quedo mantener la cabeza de la niña en su posición. Laurita quiso alejarse porque sentía que se ahogaba, mientras yo le clavaba mi verga en la garganta… ella quiso esto, ahora que se aguante…
- Ohhh… uggg… resoplaba ella entre borbotones de leche.
- Eso… trágatela toda… le decía yo.
- Aufff… ohhh…. Es mucho… ufff… se quejó ella.
- Buena chica… la calmaba viendo que había engullido todo.
- Ves que aprendo rápido… me decía orgullosa aun con los labios melosos por mi semen.
- Siii… eres una experta ahora… le dije… pero déjame dormir otro poco.
Lengüeteo mi verga para limpiarla y la devolvió donde la encontró, y se fue satisfecha sonriendo, orgullosa de su nueva proeza… quien era yo para reprocharle… solo me dormí un rato más.
Al despertar, en la mesita había un café, unas tostadas, algo de yogurt y cereal… vaya encima me atiende como rey. Parece que amaestrarla en las artes sexuales, me era recompensado por ella… yo que ya me sentía afortunado por haberle desflorado todos sus agujeros…
Luego vi pasar a Laurita, con un cesto de mi ropa, llevándola a lavar… cabe aclarar que era la única ropa que llevaba encima… la lolita esta, andaba desnuda… sonriéndome satisfecha por la impresión que me causo… se me cayo la tostada, la quijada y la baba…
- ¿y tu ropa?... apenas si pude decir.
- La estoy lavando…
- No tienes más… repuse, no es que me encantara verla así, era que luego de la visita intempestiva de Vale ayer, quería evitar sorpresas.
- Si perooo…. hace calorrr… dijo coqueta.
- Ok… ok… pero solo un rato… si tu hermana regresa y te pilla así… se acaba todo… le advertí.
Me hizo un gesto de que le daba igual, esta niña estaba jugando al borde… por suerte ya quedaban pocos días para que retorne a su ciudad. Estaba bien aprovechar su ingenuidad, fogosa entrega… pero ya estábamos al límite.
Así un poco preocupado, tras ver pasar nuevamente a Laurita, ahora de espaldas y con todas las gordas y bronceadas nalgas al aire, decidí ponerme a trabajar mi tesis, no se redactaría sola, debía aprovechar en avanzar en estas mini vacaciones… pero…
- La put… madr… laptop sin batería… ¿y el cargador?...
Recordé que Laurita estuvo ordenando la mesa la noche anterior. La llame, pero nada, no respondía… esta niña se habrá quedado dormida, pensé y subí a buscarla. Oí algo de ruido, parecía que Laurita había subido a ordenar la ropa seca.
- ¿Laurita? ¿Dónde está mi cargador?… pregunte desde la escalera sin obtener respuesta.
Al entrar a mi dormitorio… solo vi un par de redondas nalgas saliendo del closet. Laurita tenía todo el cuerpo metido en el mueble acomodando camisas en el colgador… y claro, con audífonos oyendo su música, por eso no me escuchaba.
La veía menear su jugoso rabo inconscientemente, como parte de su labor… mierd… como se desarrollo mi cuñadita… o es que el despertar sexual que ha tenido le ha engordado las nalgas, el continuo martilleo que le daba a su joven trasero, había surtido efecto.
Me debatía en esas apreciaciones, cuando mi verga, para variar… cobro vida propia… uno que quiere ser cuerdo y la verga que no ayuda… piensa de otra manera… ay caraj… ¿Qué hacer?... que diablos… una raya mas al tigre… igual ya no volverá virgen… me dije.
Desenvaine mi herramienta, que salió tiesa y disparada… me acomode detrás de ella sin hacer mayor ruido, hice puntería… cuando creí que estaba bien perfilado… zummm…
- ¿Qué?... ohhh… ouuu… se quejó Laurita al recibirme.
Se contrajo bruscamente, en realidad no estaba lubricada ni preparada para recibirme, solo le quedo asirse a los bordes del closet para soportar mi incursión y no caer dentro del mueble.
- Ayyy… cuñaditooo… ayyyy… resoplaba Laurita saliendo de su asombro.
Laurita ya no podía hacer nada, la tenia asida de la cintura para evitar que desfallezca, mientras golpeaba sus núbiles nalgas y notaba como su vagina comenzaba a humedecerse rápidamente, lubricando el ingreso y salida de verga.
Sus piernas que antes parecían trastabillar por falta de equilibrio, ahora comenzaban a retorcerse de placer. Laurita, ya se había acomodado en el interior del mueble, ahora comenzaba a oír sus gemidos que hacían eco en el closet...
- No cuñadito… no… comenzó a negarse Laurita, moviendo la cabeza y alejándose.
Parecía que había recobrado sus cabales, en estricto, estaba violando a Laurita, quizás lo que le gusto al inicio, comenzó a disgustarle… no era lo mismo algunas de mis ex, que les gustaba ser cogidas como perras… que esta niña que podía ser cambiante… quizás la espanté…
Volteo a mirarme sudorosa, jadeante… casi sin aire… me aleje un poco para darle su espacio… hasta que pudo hablar…
- Por ahí no cuñadito… por aquí… me susurro, señalando su arrugado anillo.
Me quede perplejo, pero recordé que me dijo que solo a ella le haga esas perversiones, que solo a ella quería que la enganche analmente… aun sin reaccionar, fue Laurita la que tomo la iniciativa, agarro mi verga casi jaloneándola hacia su esfínter.
Mierd… si eso quiere… a darle… me dije despertando de mi abstracción… si mi cuñadita se creía dueña de mi verga para sus placeres anales, que la diferenciaban de su hermana, entonces quien era yo para negarme….
- Ouuuu… nuuu… ayyy…. Uhmmm… se quejo Laurita al recibir mi brusca clavada.
Nuevamente se retorció de dolor. Sin embargo, en poco tiempo ya se estaba acomodando mejor y resistiendo mis embates, comenzó a quebrar su cintura para recibirme mejor. Morboseado por sus caderas que veía cada vez mas anchas y sus nalgas cada vez mas gordas (en mi ego era gracias a mi), agarré sus voluminosos cachetes y los abrí más.
- Uhmmmm siii… asiii cuñaditooo… uhmmm…. exclamo ella aprobando mi obrar.
Creo que alimentaba mas mi fantasía el acento de su región, su voz infantil y el hecho que me llamara cuñadito, daba unos tintes incestuosos que me ponían a mil. Aquella fruta prohibida que me reprimí años de tomar, ahora la saboreaba sin limitaciones.
- No grites tan fuerte… le susurre, sus gemidos más sonoros hacían eco en el closet.
- Siii… sii… pero no pares… que esta ricooo… me decía suplicante.
Temía que los vecinos nos oyeran y le fueran con el chisme a Vale. Este leve pensamiento detuvo un poco mi accionar. Pero Laurita no me dejaría hasta que me dejara seco, ante mi bajón de revoluciones, esta lolita empezó a culearme con fuerza para recobrar el ritmo.
Para demostrarle quien mandaba, le di un palmazo en sus enormes nalgas y ella se estremeció, volteo a verme excitada y sorprendida a la vez, mientras yo le castigaba el ano cada vez con mas fuerza… hasta que Laurita empezó a retorcerse…
- Ayyy… nooo… uhmmm…. Ohhhh…. Soltó un quejido, mordiéndose los labios para no hacer más ruido.
- Ohhhh…. Uffff… que ricooo… exclame satisfecho.
Aquellos temblorcillos fueron el aliciente que necesitaba para llegar finalmente, mi verga comenzó a escupir semen en sus intestinos. Recordaba que Vale con sus gordas y blancas nalgas me hacían llegar como caballo… pero esta niña cada vez más, me hacían recordar esa sensación… mierd… se estaba convirtiendo en una experta.
Laurita se dejo caer entre la ropa, mientras mi verga ya deshinchada salía de su agujero… solo escuchaba sus leves quejidos, casi al borde del calambre. Entre su maraña de cabellos la veía saborear su orgasmo y sonreír como una niña traviesa.
Y en realidad esa travesura nos iba a salir caro… oi el ruido de la puerta abriéndose… caraj… ¿un ladron?
- Danny… ya llegué…
A la put… madr… era la voz de Vale.
Continuara…