Mi cuñada y yo nos corremos en mi boda
- Uff! Como lo necesitaba ya- dije mirando a Carmen, que sujetándome el vestido tenía clavados sus ojos azules en mi chocho. Tras un breve silencio, yo ya había terminado me coloqué todo y era su turno. Cuando ella se subió la falda, y se bajó unas tangas de encaje negro, pude contemplar que ella si tenía bastante vello en su chocho
Mi cuñada y yo nos corremos en mi boda
Un matrimonio concertado es lo que siempre mi madre quiso para mi, ella viuda la única honra que le "quedaba" era bien casar a sus dos hijas. A mi me toco con 25 años, un socio de mi padre cuarentón y solterón, o sea, feo y con pasta. No tardé mucho en divorciarme, asegurándome un buen coche y una casita bastante buena y bien situada y unos ahorrillos. Suena a materialismo, pero es lo menos que podía llevarme de ese tipo.
Ahora tengo 32, hace 2 conocí a Pedro, un hombre bueno, guapo, amable también está bien situado pero es mucho mas humilde que mi ex, creo que es el hombre de mi vida, me quiere mucho, yo lo quiero a mi manera, en el amor no creo después de lo vivido, pero se que el me va cuidar siempre.
Pedro tiene 28, recién acabó la carrera cuando lo conocí, yo ya vengo de vuelta de muchas cosas en las que el es muy inocente y así nos complementamos.
Hace dos meses fijamos la fecha de nuestra boda para este sábado. Parece mentira que ya esté aquí la fecha, y que después de lo vivido yo me vuelva a casar, eso si es increíble, pero era su ilusión, y al fin y al cabo es un papel mas,
Por fin llegó el sábado, a toda prisa la peluquería, manicura, maquillaje y vestido. Lo cierto es que cuando acabó el estrés y me mire al espejo, me vi linda y me emocioné.
Mi pelo negro caía acaracolado por mis hombros desnudos, un escote de palabra de honor ceñía mis pechos, que parecía que se iban a salir de allí, el color blanco hacía ver mi piel aun mas morena y mas brillante, el traje era muy normal liso y ceñido hasta los pies, resaltaba mis curvas y a la vez me veía elegante y guapa. Solo llevaba un tanga blanco, para que no se notara nada con el color blanco, y por arriba nada, para que no se viese el sujetador, mis tetas son grandes, pero aun están en su sitio redondas y firmes apuntando al frente, mis pezones oscuros se notaban un poco pero te tenias que fijar demasiado para darte cuenta.
Al entrar en el juzgado mi marido guapísimo me esperaba, con su traje y su corbata azul parecía un príncipe. Al caminar hacía él vi a mi madre llorando, mi hermana también, al otro lado mi cuñado con su esposa y sus dos hijas guapísimas.
David es el único hermano de mi novio, como un padre para él, es algo mas mayor que Pedro,38 mas o menos y esposa igual, pero ella se conserva como una de 18 y eso que tiene dos hijas, iba muy exuberante con un traje rojo, que me llamó la atención, no era un vestido como para una boda, era demasiado sexy, espalda al aire, mucho escote, muy pegado, corto y eso que esta de nuevo embarazada, pues a penas se le notaba y tiene ya 5 meses, que envidia de tipazo.
Durante la ceremonia todo fue dulce y precioso.
Luego nos fuimos al banquete después de unas típicas fotos, llegamos y con un brindis comenzó la cena.
A mitad de la cena mi hermana, mis primas, demás invitados iban viniendo a saludarme lo típico Las sobrinitas de Pedro vienieron con papá y mamá, se quedaron con mi marido y mientras él las lleva en brazos habla con su hermano. Carmen, mi cuñada, me saluda:
Oye Marta vas monisima, que guapa muy sencilla pero muy linda y Pedro guapísimo también,
Gracias Carmen, el traje lo busqué cómodo sobre todo ya sabes .
¡Uy! Si el mío era un tiesto luego para guardarlo y todo
¿Cómo llevas el embarazo?
Bien, muy bien...las molestias normales
Oye, ¿Me acompañas al baño? No se si con este vestido de novia aich! Pero que digo Nada, nada no me hagas caso ¡¿cómo me vas a ayudar tú en tu estado?!, ya llamó a mi hermana .
Anda mujer! Si ya te digo que estoy bien, además yo también tengo que ir, con el embarazo ya sabes cada 5 min.
Tras varios saludos conseguimos llegar al baño, Carmen me levantó el vestido mientras ella me lo sujetaba me bajé las medias y el tanga y por fin me desahogué:
Uff! Como lo necesitaba ya- dije mirando a Carmen, que sujetándome el vestido tenía clavados sus ojos azules en mi chocho.
Tras un breve silencio, yo ya había terminado me coloqué todo y era su turno. Cuando ella se subió la falda, y se bajó unas tangas de encaje negro, pude contemplar que ella si tenía bastante vello en su chocho, no era algo exagerado pero no lo llevaba arregladito
-Ah! Por eso me miraste cuando hice pis, porque llevo el chocho muy arregladito ¿no?
Ejem, bueno, lo cierto es que a mi no me lo depilan tanto, y solo lo he visto en las películas, y sí me ha llamado la atención. No se que diferencia puede haber.
Es mucho mas cómodo y gusta mas a los hombres, es mas agradable de tocar y de chupar sin tanto vello.
Te importa que te lo mire de nuevo dijo, colocándose su ropa.
No que va.
Me volví a subir el traje me saqué las tangas y se lo enseñé:
Ves solo llevo un hilito de vello para adornar.
Si queda bonito, la verdad.
Quedamos una frente a la otra, y ella no paraba de mirarlo. Cerré la tapa del W.C subí una pierna apoyándola en la taza y le dije:
Lo ves bien, por abajo nada de vello.
Ah! Ya veo .
Toca si quieres ¡todas tenemos lo mismo!
Sus ojos clavados en mi coño y su mano se extendió a tocarlo, una caricia por encima de los labios con mucha delicadeza, y sin esperármelo me mojé. Ella vio salir mi flujo, lo cogió con la yema de su dedo y ante mi sorpresa se metió el dedo en la boca
Sí,está suave- Ella misma estaba flipando con lo que acababa de hacer. Y yo no podía creerlo.
Carmen volvió a mi sexo y esta vez abrió bien mi coño y comenzó a comérselo, me daba lametones, mordiscos en el clítoris, lo chupaba, lo apretaba con sus labios su carmín rojo se había extendido por todo mi sexo. Al principio yo me quedé paralizada, luego la cogí de la cabeza y quería hundirla en mi rajita. La guarra de mi cuñada me daba la mamada de mi vida el día de mi boda.
De un momento a otro se paró, pensé que se había arrepentido, pero sin embargo me miró y me dijo:
Apoya tus manos en la puerta.
Yo le hice caso, ella se sentó sobre la tapa del w.c, quedándole yo de espaldas, con mi culo en su cara. Sujetando mi vestido me daba lametones desde mi rajita hasta mi culo, me metía la lengua en el coño luego por el culo, y todo mi jugo manchaba su cara. Yo extasiada, seguía sus movimientos pidiendo mas entre gemidos, saltaba sobre su cara, mientras me comía el culo. Tras un breve descanso sus dedo corazón entró en mi coño, despacio, yo lo acompañaba dejándole ver a mi cuñada como me penetraba, su lengua estaba pegada a mi culo, tanto que comenzó a meterla dentro también. Me penetraba por delante con sus dedos y por detrás a la vez.
Y se le daba muy bien. Tanto que me corrí en toda su cara.
No me dejó descansar cuando se sacó las tetas, hinchadas por el embarazo, con los pezones enormes, preparados para dar de mamar, y me puso su pezón en la boca. Tímidamente asomé la lengua, y con ella acaricié su teta una vez, aquel tacto suave y calido, me enganchó y volví a darle una lamida, ella me sujetó la cara, introdujo su pezón entre mis labios, y me dio de mamar cual experta, en ese momento comencé a succionarlo mientras se endurecía cada vez mas en mi boca, y ella gozaba de cada chupada que yo le hacía. Alternaba las dos tetas, como un bebé hambriento, mi mano busco su coño, me encontré con su tanga, metí el dedo rompiendo el encaje, y me encontré con una concha peludita, grande y dilatada, y mientras le comía los pechos, mi dedo entraba y salía de ella, acompañado de gemidos. Alternando mis dedos, conseguí meterle 4, miré su cara a punto de correrse y fue entonces cuando me adueñé de su culo. Con sus propios flujos, entraron mis dedos en su culito, y ni si quiera protestó. Cuando la vi muy excitadas masajeé su clítoris haciendo que se corriese, gimiendo sin acordarse de la gente que había fuera. Saqué su teta lentamente de mi boca, la miré a los ojos y me dio un pico.
Vamos, fuera te esperan
Salimos del W.C, intenté retocarme en los lavabos, pero no me dejó. Me arrastró hacía afuera, caminando hacía Pedro me di cuenta que había perdido las tangas.
Pedro: - Cariño, cuanto tardaste .
Ya sabes amor, las mujeres en el baño
Je,je,je si nunca entenderé porque vais al baño de dos en dos.
De repente sonó el vals, y ahí estaba yo, abriendo el baile con mi recién marido, con los muslos aun empapados gracias a la guarra de mi cuñada. Carmen se acercó a mi y me dijo al oído:
- Si quieres que te devuelva las tangas, cuando vuelvas de la luna de miel pasa a verme por casa