Mi cuñada sensual

Con mi lengua, comencé a lamerla toda, desde su cara bajando por sus senos, cada vez que le succionaba sus pezones, Gaby se retorcía de placer, le pasaba la lengua por todo su rededor. Seguí bajando, su vientre firme invitaba a lamerlo todo, bajé más y pasé por alto su zona vaginal y comencé a mordisquearle y besarle las piernas a la vez que con una mano le...

Este relato es verdadero, sucedió ya hace varios años con Gabriela, cariñosamente llamada Gaby, quien es la hermana de mi ex-exposa. A Gaby la conocí desde bien joven, su hermana, mayor que ella, le lleva 6 años y nos conocimos mientras estudiábamos abogacía en la Universidad. Todo se desarrolló muy bien entre nosotros hasta que ya estando graduado, me casé y mientras estaba esperando por vivienda propia, me fui a vivir en su casa, la cual era habitada por mi suegra, ya divorciada, mi esposa Mariana y por supuesto, su hermana Gaby. Tanto Gaby como mi esposa Mariana, son muy hermosas, agraciadas, muy parecidas, salvo por Gaby quien posee un rostro muy angelical, con unas pequeñas pecas que le dan siempre un aire juvenil. Cuando me mudo a casa de mi suegra, yo tengo 27 años y Gaby cuenta con 19, debo confesar que hasta entonces, nunca tuve ningún pensamiento erótico hacia ella, pues, si bien es muy atractiva, la consideraba como mi cuñadita, la hermanita de mi esposa. Todo cambió el día en que mi esposa y su madre tuvieron que viajar hacia el interior a arreglar unos asuntos legales de una finca que poseen, yo no las acompañé por cuanto estaba pendiente de mis propios asuntos laborales y Gaby, estaba en etapa previa a exámenes en la Universidad y quien igualmente estaba cursando estudios de derecho. Recuerdo que fue un miércoles cuando llegué a casa y estaba Gaby estudiando con dos compañeras de curso, a quienes ya conocía por cuanto eran del grupo de amigas de Gaby; después de saludarnos, me piden que les explique ciertos temas, lo cual hago de buena gana, sentados todos en la mesa. Todo se desarrollaba de lo más normal, salvo por las contínuas frases con doble intención que pronunciaban hacia mí y que hacía que se rieran cuando me ponían en una situación comprometedora. En eso estuvimos creo hasta la medianoche, que fue cuando las amigas de Gaby decidieron irse y ésta las acompañó hacia sus vehículos; mientras, yo me quité la corbata, abrí los botones de la camisa, me subí las mangas y me dirigí a la cocina para prepararme algo que comer. Estando en la cocina, llega Gaby y con sorpresa exclama: ¡Cuña... pero si no has comido nada! Perdóname, no me dí cuenta de la hora... a lo cual le contesto que perdiera cuidado, que me iba a preparar un sándwich. En entonces se me acerca, me abraza y me dice: "Gracias por ayudarnos" No es nada, le contesto a la vez que suavemente le retribuyo un corto abrazo, pero veo que ella más bien lo que hace es juntarse más hacia mí y coloca su rostro pegado a mi pecho, sintiendo su exhalación. Hasta ese momento aún no percibía nada anormal en su comportamiento, pues, siempre desde que la conocía era muy cariñosa, hasta que siento que me da unos suaves besos en mi pecho, en ese instante es cuando me sorprendo, pues, ya no era normal y trato de separarme sutilmente de ella a la vez que lo único que se me ocurrió fueron unas pequeñas risas nerviosas. Gaby mas bien me apretaba más y con sus manos me acariciaba la espalda y me pasaba la lengua por el pecho, sintiendo ahora que su respiración se aceleraba. Le digo "Gaby, tranquila, quédate tranquila" pero ella hacía caso omiso y juntando su cuerpo hacia el mío, comenzó a realizar movimientos pélvicos y circulares con su cadera, que invariablemente me produjo una erección tan grande, que Gaby se percató de ello y riéndose pícaramente, comenzó a acariciármelo por encima del pantalón. En eso, dirige su bello rostro hacia mí con sus ojos cerrados, lamiendo en forma ascendente mi cuello hasta que sentí sus labios junto a los míos y nos dimos un beso muy apasionado, agarrándola por sus nalgas fuertemente bajo su corta falda, las tenía muy firmes y duras, mientras ella tan solo profería sonidos de satisfacción y de vez en cuando decía "así... así... así". No recuerdo cuántos minutos duramos en eso, pero fueron muchos, hasta que la cargué y me dirigí con ella hasta su habitación, la posé en su cama muy suavemente y seguimos besándonos y acariciándonos a la vez que nos desnudábamos mutuamente. Verdaderamente que Gaby posee un cuerpo espectacular, su piel muy blanca es firme, sin ninguna estría o celulitis, sus senos son medianos, con unos pequeños pezones rosados y rodeados de una aureola como hinchada, las piernas son muy bellas y su pompis, como dije anteriormente es firme y duro, la zona púbica la tenía depilada, con tan solo un pequeño rectángulo delicadamente contorneado por encima del clítoris, sus labios vaginales estaban ya henchidos, rosados y al acariciarlos con la mano, sentía que estaban húmedos. Con mi lengua, comencé a lamerla toda, desde su cara bajando por sus senos, cada vez que le succionaba sus pezones, Gaby se retorcía de placer, le pasaba la lengua por todo su rededor. Seguí bajando, su vientre firme invitaba a lamerlo todo, bajé más y pasé por alto su zona vaginal y comencé a mordisquearle y besarle las piernas a la vez que con una mano le hacía suaves movimientos a su clítoris y le penetraba sutilmente el dedo medio. Gaby se retorcía, hacía movimientos pélvicos incontrolables, hasta que lamiendo por la parte interna de sus muslos, posé mi lengua en su intimidad... ¡Qué divino! Sentía un olor suave y exquisito, muy propio de ella, a hembra tierna. Le lamí los labios vaginales por su exterior y Gaby me tomó con sus manos la cabeza y me la apretaba hacia ella, haciendo que mi lengua penetrara toda hacia adentro de su ser... que líquidos tan ricos y excitantes, tan solo recordarlo produce una erección en mí. Luego, comencé a lamer y rodear con la lengua su clítoris, lo tenía duro a cada lamida Gaby emitía pequeños gritos y se retorcía pidiéndome que la penetrara. Cuando sentí que estaba a punto de venirse, me retiré de ella, quien se quedó perpleja y sorprendida me preguntó: ¿Qué pasó mi amor... qué pasó? Dame más por favor" a lo que le respondí: "Espera mi cielo, poco a poco". Seguí lamiéndola ahora hacia arriba a la vez que entrelazamos nuestras manos y ya en posición de frente a ella, la suelto, la abrazo y comienzo a penetrarla. Tan solo Gaby decía "Mas... mas... dale mas" Tenía la vagina un tanto estrecha, estaba sumamente húmeda y cálida, era una sensación tan rica sentir esa estrechez, comencé a acelerar mis movimientos de vaivén mientras ella hacía lo propio a la vez que me pasaba su lengua por el cuello y me mordía suavemente, apretando sus brazos por mi espalda, gritando ahora cada vez más fuerte de placer. Sentía que me venía, pero deseaba que llegara ella primero, lo cual ocurrió al tiempo que dando un fuerte grito de placer y bordeando mi cuerpo con sus piernas, hizo que inmediatamente me viniera yo, empujando mi pene hacia lo más adentro de su vagina y abrazándonos fuertemente ambos, al tiempo que nuestra respiración comenzaba ahora a decaer y mi pene dentro de su vagina se contraía como un reloj... Así estuvimos un buen rato, hasta que completamente exhaustos nos separamos y acostados de lado seguimos besándonos y acariciándonos.