Mi cuñada psicóloga (1)
De como logré mis negras intenciones con una de mis cuñadas
Mi cuñada la psicóloga
Hola a todos quiero comenzar diciendo que desde hace tiempo he seguido de cerca el desarrollo de esta página y me parecen fascinantes algunos de los relatos y aportaciones, a diferencia de algunos de los participantes no me ocurres cosas excepcionales de manera tan frecuente, sin embargo esta experiencia me parece pertinente relatarla.
Comenzaré por situarlos en el contexto, soy un joven de 27 años, casado desde hace un tiempo, mi esposa tiene varias hermanas, de las que únicamente queda una soltera de nombre Reyna que se acerca ya a la tercera década, es una mujer guapa, un poco ancha en sus medidas sin caer en sobrepeso, su cuerpo no tiene mucha evidencia de que haya tenido relaciones sexuales (aunque yo no apostaría mi cabeza) y el paso de los años empiezan a ser evidentes en su rostro.
Su hermana Teresa por el contrario es un poco más joven que yo de piel clara complexión delgada (tal vez talla 5) su altura no rebasa los 1.60mts, sus ojos son de color verde-azul y en general en el tiempo que tengo de conocerla jamás consideré tuviera un cuerpo deseable. No puede decir nada bueno de su carácter más bien me irrita su presencia, tiene como profesión la psicología y no imaginé que hasta cierto punto eso la pudiera hacer un tanto de moral relajada. Resulta que hace apenas unos meses ella decidió casarse con su novio después de casi 3 años de relación; si nos unimos en el club de los mal pensados resulta bastante crédulo pensar que no habían disfrutado ya de las mieles del sexo; lo cierto es que repentinamente y por efectos de la naturaleza el cuerpo de Tere empezó a embarnecer, sus caderas se enancharon ligeramente lo que hizo un contraste interesante con su reducida cintura que casi quedó intacta; sus pechos más bien pequeños tomaron unas dimensiones notables en comparación al tamaño anterior; los glúteos se alzaron y tomaron un volumen exacto para la combinación de cadera y cintura. Curiosamente después de casada su vestimenta empezó a ser más ligera para mi gusto y sorpresa, debo decir que con pantalón ajustado y colores claros (principalmente blanco) ofrece una visión alentadora.
Si hago estas referencias no quiere decir que se haya ganado mi simpatía. Como fenómeno contradictorio a todos los matrimonios nuevos Tere frecuentemente pasa la noche en casa de mi suegra (lo que afirma la hipótesis de su sexo pre-marital, no es normal que los recién casados quieran dormir separados) Posteriormente supe que en el aspecto sexual mi cuñada es un poco más inquieta y "moderna" (en lo que no compaginaba tanto con su esposo) Al ver todos esos cambios positivos (Meramente corporales) en ella el azote de la lujuria empezó a flagelarme y eventualmente pensaba en poseerla a como diera lugar.
Por último, de vez en cuando mi esposa y yo nos quedamos a dormir en casa de mi suegra dado los horarios de mi trabajo y como ya mencioné Tere también dormía allí con frecuencia. Y fue así como ayudado por la casualidad puede saciar mi más bajo instinto carnal sentido hasta ese momento.
Cierto día que por mi horario tendríamos que pasar la noche en casa de mi suegra compré el regalo de cumpleaños de mi esposa, una cámara digital y una tarjeta de memoria; en esos días una de mis cuñadas acababa de dar a luz y mi suegra debía pasar un tiempo con ella para cuidarla, ocurrió que otra de mis cuñadas sufrió un accidente doméstico y Reyna junto con mi esposa fueron a brindarle apoyo. Ignorando el asunto llegué a casa de mi suegra y no encontré señales de habitante alguno, fue entonces que llamé a mi esposa y tras contarme lo sucedido mencionó se desocuparía hasta la mañana siguiente, no mencioné lo de su regalo y preferí empezar a hacer pruebas para en caso de haber desperfecto poder reclamar garantía lo antes posible. La casa de mi suegra tiene un pasillo angosto que conduce a un patio intermedio, tras ese patio hay 3 recamaras más; percibí entonces un luz tenue al fondo del pasillo, dentro de una habitación, me acerqué pensando que alguien había olvidado apagar la luz, la puerta estaba emparejada y la poca iluminación la proporcionaba una pequeña lámpara de buró. Sorpresa mayúscula me lleve al ver el menudo espectáculo que se reveló ente mis ojos: tendida sobre la cama frente al tocador, Tere vestida únicamente con una diminuta panty y los muslos separados frotaba su vagina por encima de su prenda con una mano, mientras con la otra masajeaba sus senos firmes aún con los ojos cerrados en gesto de placer y con un morbo endiablado, tal vez por estar frente a la luna del tocador. Como testigo mudo presencié todo aquello. Llegó el momento que con sus dedos hizo a un lado su panty para podes pasar sus dedos por sus ya húmedos labios vaginales; (su vulva sólo tenía una breve mata de vellos en el monte de venus y entre sus carnosidades unos vellitos incipientes, muestra de que gustaba afeitarse su intimidad con cierta frecuencia) su dedo índice llegaron a su clítoris meneándolo con fuerza y poco a poco su dedo medio se introducía en su túnel de placer, un leve gemido escapó de sus labios. Sus pezones eran pequeños de color rosa tenue que crecían a medida de su excitación, Me quedé oculto sin hacer ruido mientras disfrutaba el evento, de pronto fueron dos los dedos introducidos en su vagina, cada vez más fuertemente haciendo un chasquido morboso gracias a la lubricación de su vulva, por extraño que parezca sus gemidos no eran nada exagerado, solo se limitaba a respiraciones intensas; de verdad su cara reflejaba un gusto excesivo por aquel acto que enseguida supuse no era poco común para ella. Sentí un impulso por correr a masturbarme enseguida, pero consideré que valía más la pena quedarme a observarla.
Sus piernas realmente se veían seductoras al permanecer abiertas prácticamente para mí. Soltó sus senos y con ambas manos abrió completamente su concha y fueron tres dedos los que metió dentro suyo, y empezó a respirar más intensamente y más rápido; cerró sus piernas bruscamente y levantó sus caderas con enorme vigor, las abrió con rapidez para cerrarlas nuevamente con sus dedos entrando y saliendo de su vagina mientras con la otra mano daba meneos a su rosado botón vaginal; su monte de venus estaba empapado y brillaba lujuriosamente a la luz de la lámpara de buró. Y fue del buró de sonde salió mi siguiente sorpresa . Continuará.