Mi Cuñada Me Comparte A Mi Hermano
Trio MHM Sofia disfruta de la familia. Roberto cabalga a su esposa y a su hermana. Isabel realiza su fantasia.
Hola a todos mis lectores, antiguos o nuevos; estoy por relatar en secuencia otro de mis encuentros sexuales. Para los que me leen por primera vez, mi nombre es María Sofía tengo 34 años soy Psicóloga industrial, bisexual, madre de dos niños; en teoría una mujer felizmente casada. Soy Alta, cabello castaño, delgada, poco culo, pero con muchas tetas; las cuales fueron mayores durante mis embarazos.
Algunos podrán decir que antes de casarme era una mujer normal, pero yo digo que era una mujer reprimida, y gran culpa fue la serie de exigencias en nuestra crianza. Nunca hubiera imaginado que un día iba a vivir todo lo que estaba viviendo, y mucho menos algo como lo que estoy por contarles.
Mi hermano Roberto tiene 2 hermosas niñas, a quienes amo tanto como a mi hijo e hija, probablemente por la relación que hemos consumado desde que comenzamos a hacer el amor el día de mi boda. Esta unido con su bellísima esposa, su novia de la universidad, Lucia Isabel; una mujer de origen argentino; diseñadora grafica; de cara delgada; piel trigueña y tersa; cabello rubio oscuro y ondulado; mas o menos de mi estatura; cuerpo esbelto; con unas tetas de tamaño mediano; culo respingón; labios pequeños; caderas abiertas; y muy femenina. Mi cuñada era una belleza de mujer, aunque ahora mismo pienso que Roberto y yo tenemos los mismos gustos de chicas. Obviamente en ese momento, Isabel no sabia de nuestra relación, pues tanto Roberto como yo nos la arreglábamos para que nuestras parejas no sospecharan de nada, y nos encontrábamos en hoteles de otras ciudades, donde a pesar de nuestro parecido, actuábamos como cualquier pareja abiertamente libre. De esa forma pase mucho tiempo cometiendo incesto con mi guapísimo hermano, y experimentando también con otras mujeres, donde comprendí que era bisexual.
Todo comenzó en la primera fiesta de cumpleaños de mi sobrina pequeña, yo tenía alrededor de 30 años, llegamos a casa de mi hermano con mi esposo y mis hijos. Ese día Gozamos, reímos, y nos divertimos toda la tarde, en especial mi hija que estaba ya un poco mas grande. Al finalizar la fiesta, mi hermano y mi cuñada despidieron a sus invitados y nosotros ayudamos a ordenar un poco la casa. Mi hija y mi sobrina eran muy pequeñas y jugaban de forma tranquila y distraída en el salón, el lugar se estaba poniendo frio y de inmediato me dieron ganas de orinar, fui directo al baño a descargar toda la soda del cumpleaños, cuando sentí que la puerta se abrió. Mi susto fue inevitable y de inmediato me alarme cuando vi a mi hermano tratándome de besar; no porque no quisiera, si no, porque sabía que dentro de la casa se encontraba mi marido y mi cuñada, y en cualquier momento podían pillarnos, pero la tentación gano cuando su mano me toco mi mojado coño por el pis que había hecho. Un beso basto para controlarme nuevamente e intentar que Roberto recobrara la cordura, cuando lamia su mano mojada por mi pis.
Salimos de inmediato, y nos dimos cuenta que habíamos sido pasados por alto; estábamos por irnos cuando se dejo venir una tormenta muy recia. De inmediato mi cuñada nos invito a quedarnos, los niños no tardaron mucho tiempo despiertos, y mi hermano nos ofreció unos vinos y una película de comedia, que todos disfrutamos. Cuando termino la película, la tormenta se veía mas intensa, así que mi cuñada Isabel propuso un juego de mímicas donde debíamos adivinar lo que estábamos actuando; ya llevábamos una serie de rondas, y era el turno de Isabel, saco la tarjeta y de inmediato comenzó a interpretar su personaje. Al mismo tiempo sonó el teléfono de mi marido, quien se salió del salón, con la excusa de que iba a ver a los niños arriba, mientras hablaba por teléfono. Mi cuñada era mala actuando y ninguno de nosotros atino; cuando mostro su tarjeta era sobre primeros auxilios; ella reprocho que no tenia ni la mas mínima idea para interpretarlo, yo le dije que le mostraría como se hacia, y le pedí que se acostara en la alfombra. Sin ningún deterioro me acerque a ella, y me coloque hincada a la par de su cuerpo que tenia los ojos cerrados, coloque una mano en su boca en forma de tubo, y comencé a sopar dentro de su boca, de inmediato pensé
“-dios, que belleza de mujer.” Y sin darme cuenta quite mi mano de su boca, y acerque mis labios, hasta que estos se encontraron con los labios de Isabel, automáticamente Isabel entreabrió sus labios, y correspondió de una forma maravillosa en donde me introdujo la lengua, yo saboree la suavidad de sus labios humectados y me separe de mi hermosa cuñada quien, siguió el movimiento de su boca sin darse cuenta qué el beso había terminado, mostrando así el gusto por lo que había completado. Rápidamente voltee a ver a mi hermano quien estaba alucinado con lo que había visto, mi cuñada abrió los ojos y de inmediato soltó una carcajada nerviosa, debido a que su esposo la veía de forma increíble. Los tres no echamos a reír, mi cuñada estaba roja como tomate, aun no se si por los nervios o por excitación. Mi marido regreso al salón, y el juego termino sin darse por enterado de lo que había pasado. Todos nos despedimos y regresamos a casa.
Al día siguiente mi hermano me escribió contándome que tras el beso entre su esposa y yo habían surgido muchas preguntas, y me advirtió que su gran fantasía era otra mujer a pesar de considerarse heterosexual. A mi me interesaba, entonces le dije a Roberto que la integráramos a nuestra relación en forma de broma, a lo que no dio crédito.
Pasaron tres semanas, hasta que llego el cumpleaños de Roberto, Nuevamente estábamos invitados al delicioso asado que solo Isabel podía preparar, mi marido viajaría a panamá ese mismo día, así que fui a dejar a mi marido al aeropuerto con los niños y luego me dirigí a la casa de mi hermano, donde estaba la mujer que me heredo su belleza y probablemente su capacidad de experimentar. Almorzamos, bebimos, y celebramos, en el jardín trasero, donde varias veces, la mirada de mi cuñada se encontraba con la mía, y en momentos hasta coqueteamos ingenuamente. Pude notar que no llevaba sostén, porque sus pezones se resaltaban en ciertos momentos. Llego la tarde y mi madre propuso llevarse a los niños a su casa y prepararle chocolate y una refacción. La casa de mi madre estaba a tres casas de la casa de mi hermano.
Prácticamente estábamos solos los tres, yo tenía una cerveza en la mano, Isabel estaba sentada en el columpio de las niñas viendo su teléfono, y meciéndose adelante y atrás, entonces me acerque por detrás de mi cuñada, y detuve su columpio, ella levanto su vista, y yo la abrace acercándome, lentamente a su rostro y acariciando sus brazos. Isabel abrió su boca rápidamente antes que nuestros labios se encontraran. Esa pauta me indico que podía seguir, yo comencé a mojarme tiernamente, como cuando bese la primera vez, Isabel salivaba mi boca y yo quería devorarla, nuestros besos ya no eran solo en nuestros labios, si no que nuestras bocas se abrían de una forma que no queríamos perder un espacio entre nosotras, con mis manos recorrí su cuello, baje por sus senos y apreté uno muy duro comencé a levantar su blusa. De repente sentí un tirón a mi cerveza. Era mi hermano que me la arrebato de las manos para que colocara las dos manos en el cuerpo de su esposa, mientras el disfrutaba del espectáculo.
Isabel se paro de inmediato y atrajo a su esposo hacia ella seduciéndolo con un beso muy voraz. Mi cuñada se volteo y le dio la espalda a mi hermano para que con sus manos recorrieran su cuerpo, al tiempo que me atraía hacia ella y volvíamos a fundirnos en un muy mojado beso. Roberto y yo nos juntamos con ella en medio, haciéndole un sadwich mientras tratábamos de disfrutar la lujuria que nos invadía. Isabel estaba como en trance y coloco sus manos detrás de nuestras cabezas y comenzó a juntarnos, para que Roberto y yo nos encontráramos en un beso lleno de incesto, y lujuria. No estaba segura de que estuviera bien lo que estábamos haciendo, pero en ese momento solo quería disfrutar. Isabel desabrocho su blusa y mientras mi hermano y yo nos devorábamos la boca con todo y lengua enfrente de mi cuñada. Isabel como buena esposa de mi hermano bajo y desabrocho el pantalón de Roberto, le bajo el bóxer y comenzó a mamarle la verga. Esa verga incestuosa que tantas veces me había hecho correrme. Yo estaba desesperada y me saque la blusa, y como siempre mi hermano me desabrocho mi sostén, y mientras mi cuñada le hacia una mamada a su marido, su marido le mamaba las tetas a su hermana completamente al aire libre. Mi coño estaba muy mojado y tenso y de inmediato me baje a la verga venuda de Roberto, le arrebate el miembro viril a mi cuñada y me lo coloque entre las tetas, éramos como dos perras en celo pidiendo ser apareadas.
Rápidamente nos paramos y caminamos para la puerta de la cocina donde, mi hermano no dejaba de mamar mis tetas, Isabel me tomo por detrás y me desabrocho mi pantalón metió su mano dentro de mis bragas y mientras nos comíamos con mi hermano, Isabel me masturbaba. No aguante mas y me vine en la mano de mi cuñada, tuve un orgasmo que doblo mi cuerpo, y cuando por fin descargue la tensión, Isabel lamio su mano mojada por mis fluidos. Roberto le bajo el pantalón, y para mi sorpresa tampoco llevaba bragas, su coño era muy rosadito y estaba completamente depilado. De inmediato me acerque a chupar sus tetas y a saborear sus pezones que me producían morbosidad al ver a mi cuñada disfrutar, poco a poco baje hasta quedar hincada, mi cuñada levanto su pierna derecha y y comencé a comer su vagina, sus fluidos eran un elixir embriagante que rápidamente inundaron mi boca, Isabel no dejaba de gemir y cada vez se fue acrecentando mas y mas hasta que los fluidos de mi cuñada se derramaron cuando toque con mi lengua su clítoris. Mi hermano al ver eso me enfundo un beso para saborear a su esposa, luego me puso de perrita y comenzó a metérmela, nuevamente estábamos consumando el incesto, pero esta vez, delante de la esposa de mi hermano, delante de mi cuñada, quien solo me besaba mientras era penetrada y cabalgada por su marido. Mis tetas rebotaban en cada embestida, Isabel se acerco y saco su lengua a la altura de mis pezones para que rozaran en cada embestida, los testículos de mi hermano chocaban en mi culo, estaba en el verdadero clímax, comencé a gemir sin importar si me escuchaban, y mi orgasmo fue inevitable mientras era acrecentado porque Isabel rozaba mi clítoris, sin controlarme solté un chorro me corrí y mi orgasmo fue tan prolongado que sentía desmayarme, poco a poco fue pasando y tuve que agarrarme del desayunador para no caerme, hasta que mis sentidos retornaron al cien al momento que mi hermano me saco su verga.
Caminamos hacia el salón besándonos los tres, Isabel y yo lanzamos a Roberto al sillón y rápidamente Isabel se subió sobre su marido, se coloco su verga en la entrada, y por lo mojada que estaba el falo de mi hermano se fue directo hasta el fondo de las entrañas de mi cuñada, yo me subí a la cara de mi hermano y con muchas ganas le puse mi coño en su rostro para que me comiera mientras penetraba a su esposa. Éramos el harem de mi hermano y vaya que lo estábamos disfrutando. Mientras Isabel cabalgaba en el pene de Roberto y yo en su rostro nosotras nos besábamos libidinosamente, mi hermano comenzó a nalguear a Isabel y yo restregaba mi coño es su cara, Isabel comenzó a trabar los ojos, y mi hermano comenzó a lamerme hasta el ano, Isabel se regocijaba y gemía muy fuerte se estaba corriendo y yo tuve un tercer orgasmo mientras sentía la lengua de mi hermano recorrer todas mis cavidades, mi hermano retorció sus piernas y se descargo toda su leche, en las entrañas de mi cuñada. Los tres caímos rendidos, ebrios de sexo. Mi cuñada todavía me ofreció su vagina para que saboreara el semen de mi hermano, le lamí su sexo y luego la bese para que ambas probáramos la semilla de nuestro verdadero macho.
Ese día nunca lo pedí y tampoco lo imagine, pero fue un día de mucho placer. El problema fue cuando tuvimos que limpiar, porque toda la casa olía al puro libido de macho y hembras fértiles.
P.D. Isabel confeso ese mismo día, que cometió incesto con su padre.