Mi cuñada me ayuda
Tengo problemas con mi mujer y ahí está mi cuñada para ayudarme
Esta es la historia que viví con mi cuñada y que es algo que hace unos años no podría ni haber imaginado que podría suceder.
Mi mujer hace ya dos años que sufrió un accidente laboral que ha reducido su movilidad bastante y aunque algo puede moverse ya no es la mujer que solía ser y en este tiempo nuestra vida sexual se ha visto reducida tanto en frecuencia como en calidad. Ella apenas puede moverse y todo el trabajo lo tengo que hacer yo e incluso hay veces que no podemos acabar por los dolores que ella siente.
Yo soy bastante activo sexualmente y aunque me masturbo a diario ya llevaba tiempo que veía que necesitaba algo más y es ahí donde entra mi cuñada en esta historia.
Ella es 2 años más joven que mi mujer y aunque no tiene el culo tan perfecto como el que solía tener mi mujer es también bastante apetecible, algo más alta que ella y eso sí con unas tetas considerablemente más grandes que las de mi mujer. Ambas son altas, más que yo, mi cuñada debe medir como 1,82 y a mí me saca un buen cacho con mi 1,75.
Alguna vez ya había fantaseado con mi cuñada, me fijaba en ella cuando ibamos de vacaciones y la podía ver en bikini con esas piernas tan largas y esas tetas perfectas. Su vientre casi plano a pesar de haber tenido ya dos hijos. Aún recuerdo cuando se sacaba las tetas para amamantarlos y yo la miraba disimuladamente sus enormes pechos debido a la lactancia.
Bueno, la historia comienza un día que fuimos a cenar a casa de mis cuñados para celebrar el cumpleaños de mi cuñado. Mientras preparábamos la cena yo ya me había tomado un par de cervezas que me habían animado un poco. Coincidimos los dos en la cocina preparando una ensalada mientras los demás estaban en el jardín haciendo fuego para la barbacoa. Comenzamos a hablar y ella me preguntaba que tal estaba su hermana ya que últimamente la había notado mas irascible de lo normal con mis hijos y estaba preocupada.
- la verdad es que siempre está a la que salta- le dije yo. Y los niños cada vez lo llevan peor.
- Tiene que ser duro para ella verse en esta situación- me contestó
- ya, espero que mejore pronto la situación porque cada vez lo llevamos peor.
Ella me miró con cara de preocupación como intentando averiguar que es lo que yo quería decir.
- sabes que no me gusta quejarme y menos de tu hermana pero es que ya llevamos varios meses mal entre nosotros- le dije mientras cortaba los tomates
- ¿y eso? No sabía nada.
- Bueno no es un tema del que se hable fácilmente, ya sabes que tu hermana es muy reservada para estas cosas.
- Es verdad siempre ha sido así y según está ahora seguramente lo sea más, pero tú puedes contarme lo que quieras que no saldrá de aquí.
Esa frase me dio alas para contarle nuestra situación y la verdad es que me apetecía hablar de ello con alguien.
- mira, ya hace mucho tiempo que tu hermana y yo no tenemos relaciones y a mí la verdad es algo que cada vez me cuesta más llevarlo. He pensado alguna vez en buscarme algo fuera pero no quiero hacerle eso a tu hermana y menos en la situación en la que está pero estoy llegando a un punto en el que ya no sé que hacer ni como llevarlo.
- Ostrás cuñado, no sabía que estabais en una situación así. Me alegra que me lo hayas contado y sobre todo que no te hayas liado con cualquiera a pesar de tu situación.
- No creas que soy un degenerado pero es que hay días que estoy que me subo por las paredes y creo que me acostaría con la primera que viese por la calle. Y creeme que me suelo aliviar solo pero he llegado a un punto que necesito algo más.
A todo esto nos encontrábamos de frente y de vez en cuando se me escapaba alguna mirada a su escote, ella iba en bikini y llevaba por encima una especie de bata que no llegó a abrocharse del todo y dejaba ver buena parte de su escote que tan cachondo me ponía.
En una de esas me pilló mirándole las tetas y al levantar yo la mirada me encontré con la suya, me puse rojo como un tomate y la verdad es que esperaba que me lo recriminase pero lejos de hacerlo me sonrió tiernamente y me dijo.
-anda que sí que debes estar mal para fijarte en tu cuñada que ya es una vieja.-me dijo apartando la mirada y siguiendo a lo suyo
-¿vieja tú? Ya quisieran muchas de 20 estar como estás tú.
-anda lo dices porque estás como estás que sino no te fijarías en una mujer como yo
-te digo en serio cuñada que si no estuviera con tu hermana no pararía hasta conseguirte
En esos momentos ella me miraba tímidamente pero se notaba que le había gustado lo que le estaba diciendo, en esos instantes entró mi cuñado por la puerta para avisarnos de que la carne ya estaba y que podíamos salir a cenar.
No pasó nada más durante la cena, sólo algún que otro cruce de miradas y sonrisa mutua. Nos despedimos y nos fuimos a nuestra casa. Esa noche no pude evitar masturbarme pensando en mi cuñada en todas las cosas que me gustaría hacerle.
A la mañana siguiente mientras me encontraba trabajando me llegó un whatsapp de mi cuñada preguntándome que tal me encontraba. Yo no pude evitar contestarle que hoy era uno de esos días en los que me encontraba excitado sin saber porque.
Ella me preguntó que si en realidad pensaba lo que le había dicho la noche anterior.
-por supuesto cuñada y además no te lo tomes a mal pero esta noche he soñado contigo.
-¿de veras? Y de que iba el sueño.
- no te lo puedo contar que me da mucha vergüenza.
- Vamos cuñado, después de la conversación que tuvimos anoche no debería darte vergüenza contarme lo que sea
- pues es uno de esos sueños en los que ninguno de los dos llevabamos mucha ropa
- no me digas! Cuenta cuenta
- pues estábamos en la playa tú y yo solos y me pedías que te echara crema para no quemarte, estabas tumbada boca abajo con la parte de arriba desabrochada y yo te la echaba por la espalda, las piernas y también....-
- ¿también qué?- preguntó ella al ver que había parado de escribir
- también por el culo y entonces notaba que estaba teniendo una erección y me iba rápidamente al agua para tratar de disimular.
- ¿Y yo que hacía?. Preguntó ella curiosa
- pues te levantabas y sin ponerte la parte de arriba del bikini venías hacia donde estaba yo
- jajaja nunca he hecho topless pero ahora me gustaría probarlo, y dime, ¿cómo tenía las tetas en tu sueño?
- Pues tal y como son, perfectas. Que aunque no las he visto sin ropa creo que deben ser perfectas en forma y tamaño. ¿O me equivoco?
- jajaja, ¿me estás preguntando algo cuñado?
- Bueno la verdad es que siempre he tenido curiosidad por saber como son porque la verdad es que desde fuera parecen perfectas y no me importaría verlas.
La conversación estaba tomando un rumbo que me tenía ya bastante excitado y creo que ella no se quedaba atrás porque su siguiente mensaje decía:
- bueno cuñado quizás algún día las veas al natural- me quedé helado y mi mente no dejaba de pensar como podría hacer para poder vérselas y le dije
- oye, si estás sola porque no te haces una foto y así puedo comprobar que no estoy equivocado
Estuvo unos momentos sin escribir, pensando lo que iba a poner. Yo sabía que estaba sola en casa porque su marido trabaja y los niños estaban en el colegio. Al minuto me respondió:
- acepto pero tú también tendrás que enseñarme algo
- lo que tú me pidas
Estuve esperando como dos minutos ansioso mientras ella seguía en linea pero sin escribir, a estas alturas yo ya estaba a 100 y mi polla ya luchaba por salir de mis pantalones.
Me llegó una foto y me apresuré a descargarla, cuando la abrí me quede de piedra. En ella se podía ver a mi cuñada sin la parte de arriba pero sin mostrar la cara y sus fantásticas tetas al desnudo, en esos momentos casi se me sale el corazón por la boca. Eran tal y como me las había imaginado, tamaño medio tirando a grandes un pelín caídas pero parecían tersas y suaves.
Debí quedarme mucho tiempo viendo la foto porque me escribió ella:
- que cuñado, ¿son como te las imaginabas?
- No sé que decir, son mucho mejores de lo que me imaginaba. Son perfectas! Parecen las de una veinteañera, seguro que eres tú?- pregunté para ver si podía sacar algo más de la situación.
- Pero hombre, claro que son las mías. Me acabo de hacer la foto!- contestó algo indignada por mis dudas
- es que como no se te ve la cara estaba pensando que la habías sacado de internet. Así no puedes demostrar que eres tú.
- Anda, pues no sé como quieres que te lo demuestre.
- Pues hacemos una videollamada y así lo comprobamos. Si no te da vergüenza claro... - le dije a modo de reto para ver si accedía
- yo vergüenza ninguna, a ver si no la tienes tú cuando te diga lo que yo quiero ver.
En ese momento sabía que era mi momento y marqué rápidamente antes de que se arrepintiese. Tardó unos segundos en aceptar la videollamada, yo estaba ansioso deseoso de ver lo que me esperaba en la pantalla de mi móvil. Enseguida apareció la imagen pero en ella solo podía ver la cara de mi cuñada y apenas la mitad de su cuello. Yo también enfocaba únicamente mi cara y al vernos los dos sonreímos con una mezcla de vergüenza y lujuria.
-hola cuñada! - le dije alégremente
- hola guapo, así que crees que tu cuñada te quiere engañar, eh?
- No mujer, pero me gustaría estar seguro.
- Y quieres que te las enseñe ahora mismo, así en vivo?
- Creo que es la única manera, no te parece?
- Puede ser. Pero te han parecido bonitas en la foto?
- Sí muchísimo, me han encantado.
- Entonces he de suponer que te has excitado viéndolas, no?
- Por supuesto, no te imaginas como estoy por aquí abajo
- ah, si? Pues eso quería oír, si quieres que te las enseñe en directo vas a tener que enseñarme tú como la tienes pensando en las tetas de tu cuñada.
- Eso está hecho, pero espera que me quito los pantalones y los calzoncillos.
Dejé el móvil en el sofá mirando hacia donde me encontraba para que pudiera ver como me desnudaba, me quité los pantalones y cuando me quité los calzoncillos mi polla saltó como un resorte de lo dura que la tenía. Yo miraba a mi cuñada que no quitaba ojo y ponía una cara de excitación que yo nunca le había visto.
Me senté y cogí el móvil enfocando mi cara y le dije que ahora le tocaba a ella.
Ella poniendo cara de niña traviesa empezó a bajar la cámara mientras la alejaba un poco de su cuerpo y me mostró sus preciosas tetas ahora ya en vivo. Mi cara debía ser un poema y ella lo notó. Podía ver su cara y sus tetas y la situación me tenía súper excitado así que con la mano que tenía libre me agarré la polla y empecé un lento sube y baja y ella a su vez con la mano que tenía libre empezó a acariciarse una de sus tetas rodeando los pezones y dándose pellizcos en ellos suavemente.
- cuñado, ¿qué le pasa a tu móvil que parece que se mueve mucho? - me dijo con una sonrisa en los labios sabiendo perfectamente lo que yo estaba haciendo.
- Es que no lo puedo evitar, estoy muy caliente y no sé cuanto podré aguantar. ¿me enseñas tu coño a ver si estás como yo?
- Uy uy uy, para eso yo tendré que verte a ti también, ¿no te parece?
Entonces sin pensarlo ni un momento dejé el móvil encima de la mesa apuntando hacia mí para que pudiera verme el cuerpo entero. Yo estaba sentado con las piernas abiertas y masturbándome lentamente mientras ella no quitaba ojo de mi polla. Al momento ella hizo lo mismo y la pude ver con unas mallas negras que le hacían un culo muy apetecible. Se puso de lado y empezó a bajarse las mallas de una manera muy sensual y apareció ante mí en tanga, era color negro y apenas tapaba una pequeña parte de su coño.
Se sentó de frente a mí y abrió las piernas, apartando el tanga a un lado me enseño un coño depilado pero con una pequeña franja de pelo en la parte superior.
Los dos nos mirábamos, yo masturbándome y ella empezaba a pasar su dedo por todo el largo de su vagina deteniéndose por momentos en su clítoris y masajeándolo. Su cara era de auténtico placer y yo estaba como una moto.
- ¿te gusta lo que ves cuñado?
- Joder, me encanta. Como me gustaría estar ahí contigo.
- Quién sabe cuñado, a lo mejor un día podemos hacer esto en persona.
- Estoy a punto de correrme- le dije acelerando mi paja
- mmmmmm imagina que te corres en mi boca- y diciendo esto abrió la boca y sacó la lengua como si esperase mi corrida.
Después de eso ya no pude más y empecé a descargar mi semen por todos sitios, en mi barriga, piernas, suelo...
Ella al verme correr incrementó el ritmo y empezó a convulsionar, señal de que estaba alcanzando el orgasmo. Gemía como una loca mientras con una mano se apretaba los pezones y con la otra frotaba enérgicamente su clítoris.
Una vez acabó de correrse siguió acariciándose el cuerpo sensualmente mientras me miraba a los ojos.
- joder cuñado, cómo me he corrido! Hacía tiempo que no tenía un orgasmo así
- y yo también cuñada, me ha encantado – le decía yo mientras extendía el semen por mi barriga
- bueno creo que tenemos que dejarlo por hoy, no? - me decía mientras se incorporaba y cogía el teléfono
- sí, pero a ver si otro día estamos más cerca que hoy.
- Eso espero cuñado...
Y tras decirme eso colgó la videollamada, yo seguía empalmado así que alguna paja más caería en breve a su salud.
La historia continúa para bien de los dos pero eso ya lo contaré en otro relato.