Mi cuñada Maribel (7) y Las video-conferencias

Cuidado con el sexo virtual, no es lo que parece.

Mi cuñada Maribel (7) y “Las video-conferencias”.

El confinamiento nos ha permitido disponer de más tiempo para nosotros mismos y también descubrir cosas que estaban ahí pero a las que no le dábamos importancia. Una de ella es la posibilidad de la video conferencia.

Ayer, al volver del trabajo sobre la hora de comer (voy a la oficina por las mañanas y por las tardes teletrabajo) oí que mi esposa charlaba con alguien en la cocina. Me extrañó un poco y enseguida fui a ver quién era.

Encontré a mi esposa terminando de preparar el almuerzo,  pero con el laptop sobre la mesa y hablando con mi cuñada Maribel. Estababan haciendo las dos al mismo tiempo una receta de cocina. Tras el saludo de rigor ella continuó con sus quehaceres y la conferencia sin dar relevancia a mi presencia.

Quise saludar a mi cuñada y me puse delante de la cámara. La vi a ella de espaldas frente a los fogones ajena a mi presencia. Llevaba puesto un delantal que con su atadura trasera mantenía su faldilla recogida más arriba de lo normal con lo que se le veía bien parte de su culo.

No dije nada, me saque una cervecita fresca del refrigerador, me senté discretamente donde podía ver la pantalla para disfrutar del espectáculo y no ser captado por la cámara.  Las dos estaban hablando tranquilamente mientras yo miraba de reojo el trasero de mi cuñada que está bien rico.

Maribel se acerca a la cámara de frente para comentar algo con mi esposa. Toda la pantalla se llena con la imagen de sus espectaculares pechos que parecen querer salir por el generoso escote. Yo permanezco agazapado viendo  como sin convencionalismos se mueve haciendo oscilar sus pechos que adivino liberados del incomodo sostén.

Durante unos quince minutos me recreo con estas imágenes, hasta que terminan de hacer la receta. En ese momento mi esposa dice que se tiene que ir para hacer otros quehaceres. Aprovecho la ocasión para saludar a mi querida cuñada, ella trata de mostrar ahora una imagen más recatada pues es consciente que prácticamente nos estába enseñando las tetas.

Unos minutos más tarde mi esposa se ausenta diciendo que se va a dar una ducha antes de comer pues ha pasado bastante calor. Me quedo con mi cuñada, y antes de cortar la comunicación le hago algunas preguntas que la obligan a posicionarse delante de la cámara.

-          “Maribel, se te ve muy bien en la pantalla”, “muy natural y muy potente”, le digo con mucha ironía.

-          “¿Qué quieres decir? Responde ella fingiendo un tono malhumorado.

-          “Que se te ve muy guapa y que… se te ven unos pechos muy bonitos… como en esas webcam que hay por internet.. donde hacen “cosas guarras””, le digo entrando a matar.

-          “Eres un marrano, siempre pensando en lo mismo… se lo voy a decir a Marta cuando la vea”, me dice ya algo enfadada.

-          “Perdona… ya sabes que tengo una debilidad por tu tetas… ¿me las puedes enseñar un poquito?

-          “Quita, quita… obseso, salido… marrano”, me espeta aunque se lo está pensando y no es lo que dice.

Para mi sorpresa, acto seguido se acerca a la pantalla se abre el escote y me muestra sus dos melones haciéndolos oscilar delante de la cámara, supongo que como muestra de que en nuestro último encuentro lo paso realmente bien, que me aprecia y que no se corta nada.

-          “¿Estas contento ahora?... menos mal que no nos ve nadie”, dice mientras me los muestra con orgullo y sabiendo que a mí me encanta contemplarlos.

-          “Ufff… que ricas! Me vuelven loco”, le digo, y ella me responde mientras con ambas manos las bambolea arriba y abajo

-          “A mí lo que me gusta es verte con esa cara de vicioso… jejeje”

Después, para seguirle la corriente me bajo el pantalón y le muestro como se me ha puesto de gorda. Repentinamente su imagen desaparece de la pantalla y se corta la comunicación, parece que mi acción ha causado un efecto catastrófico.

Durante la comida mi esposa me refiere que Maribel la ha llamado por teléfono pues parece que el ordenador se ha estropeado, debe haber tocado algo y no va. Mi esposa le ha dicho que no se preocupe que yo puedo ir a su casa para ver que le ocurre pues en estas cosas entiendo un poco.

Finjo un cierto disgusto por tener que ir a casa de mi cuñada, pero en el fondo se me hace la boca agua pues tendremos la oportunidad de pasar juntos otro rato. Mi esposa me anima a ir pues ha encontrado a su cuñada muy preocupada, el laptop es nuevo y bastante caro, teme que se haya estropeado.

Después de comer voy a casa de mi cuñada. Me recibe con una ropa más recatada pero de todas maneras luce un perfil que me quita la respiración. Ya he dicho que tiene una tetas grandes y maravillosamente bien puestas. Su culete respingón también me pone mucho.

Me da dos besos en las mejillas apretujando su pecho contra el mío con lo que ya me empiezo a entonar. Me dice que al verme desnudo en la pantalla, la cerró de un golpe y que después ya no se ha vuelto a encender.

Tras trastear un poco veo que una tecla se ha quedado enganchada y eso dejaba bloqueado el laptop. Enseguida queda el tema solucionado y vuelve  a funcionar correctamente. Muy contenta por haber resuelto el problema no duda en darme un abrazo con el que aplasta sus tetas contra mi pecho. Aprovechando el momento de euforia, le doy un buen apretón al culo que ella consiente para agradecerme mi ayuda.

Tenemos una llamada entrante que resulta ser de mi cuñado. Por lo visto, Maribel no solo ha llamado a mi esposa, sino que ha avisado a Marcelo sobre el problema. Este la llama para interesarse y comprobar si ya está arreglado.

Maribel le cuenta que ella sola ha sido capaz de arreglarlo, que era solo cuestión de desbloquear unas teclas, sin decirle que estoy en su casa y que he sido yo quien ha dado con la solución. Supongo que no quiere decir que está a solas conmigo y así te evita tener que dar más explicaciones.

Marcelo, a pesar de ser su marido, y tener a su alcance sus tetas, también cae en la tentación de hacer comentarios sobre lo hermosas que se ven en la pantalla. A lo que ella responde con evasivas recordándole que está en la oficina.

Marcelo contesta que ahora está solo, todos se han ido a una reunión y tiene tiempo para jugar con su mujercita telemáticamente. Le lanza unos cuantos piropos y le añade que se está tocando la polla mientras la contempla como si fuera una webcam porno.

La mayoría de los comentarios son relativos a sus tetas y la gran sensación que causan entre sus amistades masculinas donde se añaden los familiares donde me encuentro. Él se muestra orgulloso por ser tan envidiado, aunque no estoy seguro de que sea consciente de lo que tiene.

Al final me toca recibir a mi pues es conocedor que me encantan sus pechos, aunque no sabe que ya los estoy disfrutando a sus espaldas con la completa complicidad de mi cuñada.

-          “Mi hermana me ha confesado que Luís está un bastante colado por tus tetas. Hasta ella misma lo reconoce, aunque no parece que le importe mucho” dice sobre mi.

-          “Pobre cuñao… tú con ese par de melones… y mi hermana con unas téticas de colegiala”, “anda, dales otro meneíto para mi… ya se me está poniendo dura y cuando llegue a casa lo vamos a arreglar bien”, dice mi cuñado acordándose de mi.

La alusión ha sido directa y tengo ganas de darle una pequeña lección a “mi cuñao” por ir de sobrado e ir fardando de su esposa. He cogido una servilleta de papel y la he puesto semi abierta por encina de la cámara del laptop de manera que no se ve nada.

-          “Cariño, ¿Qué pasa? La pantalla se ha puesto negra y no te veo”, pregunta él de inmediato.

-          “Pues no sé, yo no hice nada, debe ser la conexión”, le miente Maribel mientras me coloco a su espalda y le cojo las tetas con ambas manos.

-          “¿has tocado algún botón?. No se ve nada. Me voy a quedar a medias… “dice Marcelo con cierta desesperación.

-          “Lo siento mucho… yo no sé qué pasa… si quieres lo dejamos para cuando regreses a casa” sugiere mi cuñada.

-          “no, no … esperamos a ver si vuelve la señal. Ahora estoy caliente, me estoy tocando mientras hablas”, responde él.

-          “No me gusta mucho… y si te pillan en la oficina. ¡Qué vergüenza, dios mío!”

Mientras tanto yo le sigo sobando las tetas por detrás, y metiéndole la mano entre los cachetes para sobarle la rajita que ya está bien mojadita.

-          “Estoy solito… puedes decirme lo que quieras… puedes gemir… puedes gritar. Mientras vuelve la imagen me tienes que acompañar con la voz mientras me hago una pajita a tu salud”, dice Marcelo sin cortarse ni un pelo.

-          “así que quieres oírme... como si me estuvieses dando fuerte… que marrano eres… pero en fin, eres mi marido y debo obedecer”, dice Maribel mientras se pone en posición para que la pueda penetrar desde atrás.

Yo ya tengo la polla bien preparadita para darle su merecido. La encaro hacia su conchita y aprieto bien fuerte hasta que se la meto entera de un solo empujón.  A Maribel se le escapa un grito de sorpresa que no es nada fingido.

-          ¿Qué ha sido eso?, pregunta extrañado mi cuñado.

-          “Nada, es para indicarte que ya la tengo dentro y que puedes seguir dándome fuerte”, le dice mientras acomoda las caderas para que mi polla entre hasta lo más profundo de su húmedo coño

-          “Mira, mira… como estoy “dice Marcelo mientras muestra su polla a la cámara para que lo podamos ver mientras se sigue pajeando.

Maribel sigue culeando y gimiendo a todo trapo, yo bombeo con todas mis ganas y cuanto más le doy, más contento está mi cuñado pues oye a su mujer jadear con todas sus ganas. Marcelo no deja de alabar el realismo que mi cuñada le pone a sus quejidos y suspiros.

El cree que son para ayudarle a animar su paja, aunque no sabe que no son fingidos sino consecuencia del polvo que estamos echando justo delante de él.

-          “me voy a correr… lástima que no te pueda ver mientras me llega”, dice mientras le sigue dando.

Me echo a un lado y salgo del ángulo de la cámara. Con un rápido movimiento quito la servilleta de delante de la cámara y ¡Oh, maravilla!. ¡Se ha restaurado la comunicación!.

Marcelo se pone como loco al ver a su esposa a través de la pantalla medio desnuda, enseñando las tetas, jadeando despeinada y animándolo a que termine de hacerse la paja. Lógicamente este plus de emoción le conduce a una buena corrida.

Enseguida recoge el instrumental y casi sin despedirse de su atenta esposa cierra la comunicación. Mientras tanto, yo he aprovechado para desnudarme por completo para que Maribel pueda apreciar que tiene una buena polla a su disposición que está deseando darle gusto.

-          “Querido cuñao, vamos a la habitación que tengo muchas ganas de follar pero quiero estar más cómoda y tomarme mi tiempo”, me dice mientras me arrastra de la mano por el pasillo.

-

Continuará…

Deverano.