Mi cuñada Elena (2ª parte)

Una historia de infidelidad, sumisión y no consentido con mi cuñada, con la que muchas veces tuve fantasías....

Primero que nada agradecer los comentarios. Y siguiendo vuestras sugerencias he revisado todo lo posible mis fallos de ortografía y gramática. Espero que a pesar de ello podáis disfrutar de mi relato.

MI CUÑADA ELENA

2.ª Parte.

No lograba encontrar un momento como el que viví pillando a mi cuñada con su yerno. Me dedique a estar pendiente de ella, de cuando salían, cuando entraban, si se quedaba sola o con quien.

Desde aquella tarde deje de ver a mi cuñada de la misma manera. Me costaba mirarla o hablar con ella y no dejar de pensar en su culo, en sus nalgas, fantasear con sentir sus jugos en mis manos, en mi boca, en mi polla, sus pechos...

No conté a nadie lo que vi. El vídeo lo archive en un lugar seguro en mi pc, aunque me hubiera gustado mantenerlo en mi móvil y poder verlo en cualquier rincón y pajearme, pero corría el riesgo de que pudiera verlo mi mujer o alguna de mis hijas.

Por fin dos meses después (y tropecientas pajas) llegó mi oportunidad. Mi cuñado se iba una semana por trabajo fuera de la provincia, su hija y su novio cogían vacaciones y salían de viaje, la hija pequeña iba a estar un par de días en casa de una amiga, mi cuñada por su parte iba a estar entre su casa y la casa de su hermana.

Aproveche nuevamente el descanso del medio día, sabía que ella estaba en casa. Había pasado previamente el vídeo nuevamente al móvil. No me ande con muchos rodeos, saque una captura de pantalla de una escena del vídeo donde se veía perfectamente la polla de su yerno en su coño y se la mande por Whatsapp y con el mensaje:

  • hola, cuñada, ¿Conoces este culo?, si no lo sabes, sube a mi cuarto de la azotea y te diré de quien es.”

Desde mi cuarto pude oír el aviso del móvil de mi cuñada... silencio... en mi móvil veo la señal indicando que la a visto... pasan los segundos, que se hacen eternos... oigo sus pasos, presurosos... la puerta de la casa que se cierra... sus pasos subiendo, pisa con fuerza, no viene muy contenta...

La espero con la puerta abierta, sentado en mi silla. Hecho un manojo de nervios, pero lo disimulo. Por fin apareció; calzando sus sandalias de andar por casa, pantalón corto, tipo panti, hasta medio muslo, con blusa de tiros, no llevaba sostén, se le notaban los pezones, el pelo húmedo y peinado, la corriente de aire que entraba me llevaba el olor de su perfume y el olor del champú que usó... pero su cara era de pocos amigos...

  • ¡qué significa esto imbécil! -dijo mientras me enseñaba la imagen del móvil- ¿¡que coño te piensas que soy…!?

No terminó la frase, en cuanto me llamo imbécil pulsé la tecla del portátil que tenía a mi lado y con la pantalla mirando hacia ella. Había dejado el volumen alto para que escuchara su respiración, los gemidos de su yerno...

Se había quedado paralizada, los ojos abiertos, mirando la escena follándose a su yerno, no se esperaba aquello, por fin entendía, por fin reconocía su culo.

Mientras ella miraba la pantalla, yo me recreaba en su cuerpo; sus muslos de piel blanca, su pubis marcado en su pantalón, ¿llevaría esos tangas que tanto solía ver secándose?, sus hombros, su cuello, la forma de sus pechos libres bajo su blusa, con el contorno de sus aureolas rematadas por la punta de sus pezones...

Dio tres pasos, agarro el portátil y lo tiro al suelo. Yo ya estaba excitado, verla de aquella manera vestida y recién bañada, echa una fiera, sus carnes blancas moviéndose, sus pechos bailando sueltos bajo su blusa de tiros, sus pezones rozando la tela...

  • ¡eres un cerdo, un degenerado! Eres un puto salido ¿Te piensas que no me doy cuenta como me miras las tetas? ¿cómo miras a las demás por ahí? ¿cómo...?

  • Eres una puta que le pone los cuernos a su marido con su yerno y una golfa que se tira al novio de su hija.

¡Tushe!, eso hizo que se callara. Su mirada aun delataba la rabia contenida.

  • Que... ¿qué buscas con esto?

Me levante, me acerqué a ella; nunca había estado tan cerca de ella y tanto tiempo como ahora. Mi cara estaba a dos dedos de la de ella, frente a frente, la mire a los ojos (verdes, preciosos), podía percibir el calor de su cara en la mía, el olor de su pelo mojado, el olor de su boca... mi polla estaba deseando clavarse en ella ya; seguramente se notaba mi erección bajo el pantalón, pero no me importaba

  • Quiero a la puta y a la golfa de mi cuñada. ¿O prefieres que tu marido y tu hija vean ese vídeo?

Pasaron unos segundos, levantó levemente su carita para que con cara de orgullo decirme:

  • ¿echar un polvo, yo, contigo? -dijo con cara de desprecio- ¡ni lo sueñes!, no pienso dejar que me toque un... ¿qué vas a hacer con el móvil?

Lo que estaba haciendo era buscar el contacto de mi cuñado, buscando el vídeo, preparando vídeo... diez segundos y el vídeo estaría preparado para enviar...

  • ¡para!, no lo mandes, hablemos...

Su cara de orgullo cambió a cara de miedo cuando vio mis intensiones. Cancelé la operación, cerré el móvil...

  • No hay nada que hablar. La cosa es simple. Eres una puta que le pone los cuernos a su marido, que se tira al novio de su hija y a saber que más. Estoy yo, que soy todo lo que tú quieras, pero con unas ganas locas de follarte. No pienses que me voy a conformar con un polvo y ya esta, no, yo lo quiero todo; quiero tu boca, quiero tus tetas, quiero tu coño, cuando Yo te diga, como YO te diga, las veces que YO te diga... y quiero tu culo.

  • mi... ¿mi culo?, no te referirás a que... yo nunca...

-su cara de temor al pensar que la sodomizara alentaba más mis ganas de poseer su culo.

  • ssssh,

-la silencie con mi dedo sobre sus labios-

SI, quiero follarme tu hermoso culito ¿o no has visto lo deseable que eres viéndote follar?, tu culo lo estaba pidiendo mientras te veía a través de la ventana. Mira la pantalla del portátil (afortunadamente aun funcionaba) Mira como te mueves, nunca te habías visto ¿verdad?, ¿ves como cabalgas sobre esa polla?...

Sus ojos verdes habían cedido a mi petición y estaban mirando la pantalla.

  • Mira como te mueves, mira como se abre y se cierran tus nalgas. Mira tu ano ¿no ves como pide que lo llene con una buena polla?, ¿cuándo te comen el coño no has deseado que te coman el ojete?...

Estaba claro que si, sus ojos fijos en la imagen, su boca entreabierta, su respiración, su lengua humedeciendo rápidamente sus labios secos, sus pezones más marcados en su blusa... todo eso estaba delatando su excitación.

Mientras le hablaba la fui rodeando sin separarme de ella, pero sin tocarla aun, cuando estuve a su espalda deje pasar unos segundos, por fin tenía sus nalgas delante de mí, cerca de mi polla. Me pegue a ella, ella dio un pequeño respingo al notar mi contacto, y el bulto de mi polla entre sus nalgas, me imagino.

Pero no se apartó, aun estaba absorta en el vídeo. Mis dedos agarraron lo tirantes de su blusa para bajársela despacio e ir descubriendo sus pechos... por fin quedaron libres, ella por su parte termino de sacar sus brazos de la blusa. Notaba su respiración excitada. Pase mis brazos por debajo de los suyos buscando sus pechos. Su cabeza se ladeó un poco a la izquierda, ofreciéndome su cuello, y a tal ofrecimiento respondí con mi boca abierta, mordiendo con suavidad su cuello. Mis ojos por fin veían sus pechos desnudos, blancos como la nieve, podía ver sus venitas azuladas llegando a sus aureolas y pezones rosados, unos pezones gorditos y alargados.

Mis manos abrazaron sus pechos, los apreté, a la vez que me pegaba más a ella, enterrando mi polla, aprisionada en mi pantalón, entre sus nalgas.

Ella por su parte se dejaba hacer. Ya no miraba el monitor. Su cabeza se inclinaba hacia atrás y se pegaba a la mía mientras mi boca y mi lengua saboreaban su cuello. Notaba como la piel que al principio era fresca, ahora estaba caliente, su respiración era profunda e intensa. Comenzó a mover su culo contra mi polla.

Deseaba pellizcar sus pezones, con mis dedos los agarre, los estruje, tire de ellos... sus manos agarraron las mías intentando controlar el castigo que le estaba dando a sus pezones, pero eso hizo que mortificara más sus pechos y aumentara mi excitación... y la de ella.

Así estuvimos un rato, mi polla estaba a punto de estallar. Mi mano derecha soltó su pecho y la fui bajando despacio, acariciando su vientre, con la mano abierta y los dedos escudriñando cada centímetro de su piel. Pasando por su ombligo, por su abdomen de mujer que ha dado a luz en su día. Accediendo al interior de su pantalón, a su braga, que pena, no lleva tanga. Mi mano recorre su braga hasta llegar a su tesoro, por fin tengo su coño en mi mano, noto su tamaño, sus labios... y su humedad. Tiene las bragas empapadas, meto mi mano bajo su braga y noto los pelos de su pubis depilado empezando a salir. Toco su clítoris, su respiración se hace más agitada en cuanto mis dedos lo empiezan a acariciar, pero no me centro solo en él. Mis dedos recorren todo su coño empapado, sus labios vaginales... me introdujo dentro de ella, noto las palpitaciones de su interior, como arde. Le magreo el coño un buen rato y su coño se va mojando más y más, puedo oír el chapoteo de mi mano en su coño.

Mi polla pedía su turno ¡YA! Saco mi mano de su coño y la acerco a mi cara. Mi mano esta empapada de sus jugos hasta la muñeca. Espeso y transparente, menos entre los dedos que la penetraron. En ellos el líquido era blanquecino. Con los ojos cerrados huelo mi mano, su olor a hembra en celo me penetra y me excita. Mi boca se enciende como la del vampiro que huele la sangre y necesita beberla. Mi lengua lame mi palma, el sabor es conocido, goloso y agradable de “comer”. Pero la punta de mis dedos... el sabor es más intenso y fuerte, penetrante, amargo pero apetitoso.

Saborear su caldo avivó mi sed.

  • Desnúdate, tiéndete bocarriba y ábrete bien de piernas que te voy a comer el coño.

Callada y obediente se desvistió, se tendió y se abrió de piernas como lo haría una bailarina. Sus manos se afianzaban a sus muslos ayudando a mantener la postura... eso no me lo esperaba de ella, mi mujer no se abría de esa manera.

Por fin podía ver su gran chocho ante mí, depilado, bien abierto, brillando a causa de sus jugos. Ante mi tenia una buena ostra en su concha, lista para tragármela. A las ostras, he visto que les echan limón antes de saborearlas, el limón que yo le iba a dar era mi leche cuando me corriera en el interior de su coño.

Me desvestí y quede en pelotas con mi polla bien dura, hinchada a tope y el glande mojado por mi excitación de hacia rato.

Sin dilación me agache. Mis manos tocaron nuevamente su coño. Acaricie sus labios vaginales. Acerque mi cara; mi nariz se sumergió en su coño, bañándola con el líquido que emanaba de su fuente. Al respirar aspire sus fluidos, provocando que al respirar, su aroma inundara constantemente mis sentidos.

Abrí mi boca para abarcar todo lo que pudiera de su coño... y si podía su ano también. Comencé a sorber todo lo que encontraba, todo lo que salia de ella. Mis manos, como garras, se aferraron a sus nalgas de carnes prietas, ayudando a enterrar mi boca en su coño. Mi boca sorbía, mi lengua lamia, mi lengua penetraba su vagina y su ano, mis labios chupaban, chupaban sus labios, chupaba su clítoris, mis dientes mordisqueaban... y seguí y seguí hasta que le llego el orgasmo, mis ojos podían ver su abdomen temblar, su pecho agitado por la respiración, sus tetas bamboleándose con sus pezones erizados apuntando al techo, sus manos clavaban sus dedos en sus muslos, su grito de placer era ahogado en su garganta. Más jugos salieron de dentro de ella, era aquel líquido blanquecino, se adhería a mi lengua como el chocolate, seguí sorbiendo hasta dejar su coño limpio.

Ya era suficiente, era el momento de follarme aquel coño jugoso.