Mi cuñada, el mejor regalo que he tenido.
No lo puedo creer, termine teniendo sexo con la hermanita de mi esposa, y ahora ya somos tres...
Mi cuñadita, el mejor regalo que he tenido.
Bueno todo empezó hace menos de tres meses, verán mi esposa y yo llevamos apenas cuatro años de casados, con una vida sexual muy activa, en fin, verán ella es una chica muy hermosa, es de piel clara, 1.68 de altura, delgadita con unos senos no
muy grandes, pero tampoco chicos, y un culo redondito y paradito, realmente diría que es lo que mas me gusta de ella, son de esos culos en forma de manzana, ya me
habrán entendido, bueno en fin como les iba comentando hace tres meses sucedió
algo que cambio gran parte de nuestras vidas.
Una día la hermana de mi esposa nos aviso que se iba a venir a vivir a puebla, ya que había encontrado una oferta de trabajo como asistente, a lo que decidimos
apoyarla en todo lo que fuera posible, así fue que no tardo ni dos días cuando al fin llego, para mi suerte fue un sábado cuando se apareció, mi esposa no se
encontraba en casa debido a que los sábados se iba al gym, en fin, la sorpresa que me lleve verán Jenny que así se llama mi cuñada es una diosa el mismo cuerpo
que mi esposa pero con cara de niña, ya que es cinco años mas joven que mi esposa, si no mas recuerdo apenas había, cumplido la mayoría de edad, en un principio me quede embobado, el top que traía puesto no ocultaba que sus senos son mas grandes que los de su hermana.
No fue sino hasta que ella me pregunto que me pasa, a lo que simplemente respondí que no la esperábamos tan pronto, la deje pasar, ayudándola con el poco equipaje
que traía, como venia con hambre acordamos que primero comeríamos algo y después
arreglaríamos su habitación, ya que no la habíamos hecho. Rato después empezamos
a arreglar la habitación tratando de escombrarla lo mas posible para que pudiera
dormir ahí ese mismo día, fue en esos momentos cuando me empezó a gustar mi cuñadita no pasaba cualquier oportunidad sin que le viera sus senos, así fue subiendo mi libido hasta que empecé a ver mejor sus piernas, su culo, no perdía oportunidad alguna de acercarme a ella, tratando de ayudarla con los escombros
que hay teníamos, cuando estábamos limpiando mi cuñadita se dio cuenta que uno de sus aretes se la había caído, así que empezamos a buscarlo por todo el piso, ustedes ya sabrán que uno como hombre hay que ser siempre caballeroso, por lo que me dispuse a buscarlo tirándome al piso, me metí bajo la cama, y al salir de hay
pude obtener la mejor vista de mi cuñadita, como llevaba falda corta le pude ver
la tanga que llevaba la sorpresa fue que mi mujer había llegado ya , por lo que al parecer me vio haciendo de las mías, en fin el arete nunca apareció pero lo que vi fue lo mejor del día, al cabo de todo el día fue risas, y festejos.
Pasaron los días mientras nos acostumbrábamos a este cambio de vida, ya que mi mujer y yo no nos podíamos pasear desnudos en la casa, ni mucho menos tener sexo
donde se nos ocurriera. No fue hasta que empezamos a ver los momentos en que mi
cuñadita nos dejara solos por un buen rato. Fue así cuando un día llegue temprano y mi mujer ya había llegado antes, cosa que ella aprovecho en darme una sorpresa, cuando entre a la recamara ella estaba desnuda y masturbándose, algo que luego
luego me predio, no me podía resistir tenia mi miembro mas caliente y duro y tenia ganas de abalanzarme sobre ella para metérselo con fuerzas, y la muy condenada me hacia sufrir, me sentó enfrente de ella a tal grado que decidí obtener placer por mi cuenta. Cuando ella se dio cuenta se paro de la cama, vino hacia mi, me retiro las manos, y ella me empezó a masturbar, paulatinamente subía y bajaba su mano, para
luego poder metérselo en la boca, me lamía desde mis testículos hasta la punta de mi miembro así estuve un buen rato hasta que me eyacule en su cara, ella con el semen esparcido en su cara y escurriendo se rió diciendo "ya te urgía" a lo que termino por limpiar los restos que quedaban, que imagen tan maravillosa la de ver a tu mujer aceptar tu leche como dulce, después de esta gran lección de sexo oral yo no me
podía quedar a tras así que la levante la lleve a la cama y empecé a beber del dulce néctar causado por su masturbación, empecé a lamer cada parte de su sexo, el dulce aroma de su vagina, me incitaba a lamer como loco, me incitaba a morder cada parte de sus labios, a jugar con mi lengua su clítoris causándole así un orgasmo, conforme ella gemía de placer y cada vez que probaba su líquidos despertaban el mi el deseo de poseerla, cuando nos dimos cuenta mi miembro estaba otra vez erecto, así que ella sin decirme nada se coloco en cuatro levantando así su hermoso culo, dándome la
oportunidad de poder besar tan maravilloso orificio, arrugado, claro con un tono
ligero a rosa, y fácil de penetrar con mi lengua, debido al gran numero de usos que le hemos dado, no pude resistirme a los deseos de mi esposa, a lo que me dispuse de lubricarlo con sus propios jugos mas mi saliva, de un solo golpe fue la embestida, ella solamente dio un grito para pasar al placer, el sonido de mis genitales palmando con su sexo, aumentaba mas el libido por mi mujer y ella por mi, por un lado le metía mi pene en su ano, y por el otro ella se masturbaba, por un lado le acariciaba las nalgas, y ella se acariciaba sus senos, no recuerdo cuanto tiempo estuvimos así
solamente cuando nos cansamos decidimos cambiar de postura, mas no de sexo, hasta que no pude contenerme mas, la sensación de placer nos conllevo al mejor orgasmo
y eyaculación que ambos hayamos tenido, caímos rendidos, casi sin fuerzas y apunto de quedarnos dormidos, escuchamos ruidos, imaginamos que apenas había llegado mi
cuñadita, a lo que mi mujer se metió a bañar, y yo me quede tendido en mi casa,
después de esa gran urgencia de placer no me quedaron fuerzas por levantarme por lo que me quede dormido, y no supe que mas sucedió.
Con el pasar de los días, el libido por mi cuñadita iba desapareciendo, hasta que un sábado en la bañera se me ocurrió masturbarme era tanta mi necesidad de sexo que mi pene se alargaba y ensanchaba mas de lo debido, en un principio yo andaba en busca de mi placer, cuando de pura casualidad desvié la mirada, y mi sorpresa fue el ver el reflejo de mi cuñada en el espejo, la muy condenada me estaba observando, me hice el desentendido, y de vez en cuando observaba el espejo, cada vez mi cuñadita se ponía mas caliente, se metía la mano, se masajeaba los senos, hacia cada gesto de placer, lo cual me ponía mas caliente, tenia ganas de tomar a mi cuñadita, bajarle sus tangas y métele mi miembro de una vez, pero siempre me venia a la mente que era la hermana de mi esposa, al fin cuando saque mi semen, arrojándolo sobre todo el baño, ya que no me preste atención, pude observarla haciendo gestos de como si se los hubiera arrojado a su cara, después de eso, ya no la vi, por lo que termine de bañarme.
Cuando empecé a limpiar mi desorden, decidí dejar parte del semen que quedo en el espejo, salí del baño, y me fui a mi cuarto con la puerta entreabierta observe que hacia mi cuñadita, la sorpresa fue el verla dirigirse al baño y entrar en el, así que la seguí, lo que vi no lo pude imaginar ver a mi cuñadita sin ropa interior lamiendo el espejo y untándose mi semen en su culo, eso me puso a cien, fue entonces cuando mi esposa llego a casa, por lo que me fui corriendo a mi cuarto a vestirme al entrar mi esposa, y ver mi erección no pregunto nada, solamente se rió, diciendo que hoy no era posible, ya que hay estaba su hermana, mmmm, si hubiera visto que clase de hermanita tenia, en fin se me bajo la calentura, pero el recuerdo de su hermana no se me quitaba de la mente por mas que quería deseaba tener sexo con ella, lamerle su vagina, morderle sus labios, aun mejor poder jugar con su ano, pero eso nunca debía de ser, entonces decidí contarle a mi esposa lo sucedido con su hermana, el hecho de como me espiaba en la bañera y aun mas el hecho de haber lamido el espejo con los restos de mi semen, pensé que se sorprendería por lo que le conté, pero no fue así, aun mas el sorprendido fui yo, ya que me comento que el día cuando tuvimos nuestro gran reencuentro sexual alcanzo a ver como su hermana nos vea a través de la puerta entreabierta, así que no era la primera vez, que la hermanita así de las suyas mi esposa decidió que lo mejor era hablar con ella, ya que apenas tenia 18 años y posiblemente estaba muy desorientada, por lo que acordamos eso, así que mi esposa fue con su hermana, se encerraron en su cuarto, y no me entere que hubo.
Cuando terminaron de platicar mi esposa me comento que ella ya no iba a hacer esas cosas extrañas, y que aun mejor que ese día en la noche me iba a dar una sorpresa, así que pensé que mi cuñadita se iba a ir de la casa, eso no me gusto pero era lo mejor. Llego la noche y yo con unas ganas tremendas de cogerme a mi esposa no aguantaba las ganas de ver salir a mi cuñadita, para que nos dejara solos.
Tan pronto como escuche salir a Jenny, entro mi esposa con esa sonrisa que solamente la veo cuando hoy toca, me dispuse a recibir la sorpresa, por lo que me prometió que me vendaría para no verla, accedí como fiel corderito, y ya estando vendado me empezó a dar una mamada, algo me llamo la atención, ya que esta vez lo hacia de manera diferente, pero pensé que como era sorpresa posiblemente estaba experimentando algo nuevo, además quien se va a quejar cuando una chica te esta dando una buena sesión de sexo oral.
En fin fue tanto el placer que eyacule pronto, y aun mejor con mi miembro en su boca, a lo que ella limpio todo sin dejar nada, después de eso me pidió que ahora fuera yo quien le practicar sexo oral, cosa que me agrado mucho, empecé con moviéndoos lentos sobre su vagina probando así el liquido que emanaba de ella, pero esta ves me sabia diferente algo mas dulce de lo normal, cosa que me gusto, seguí así, un buen rato, mordiendo sus labios, su clítoris, hasta su ano, cada vez se retorcía mas y mas gimiendo mas fuerte, cosa que puso mi miembro erguido, sin decir nada, decidí metérselo por su ano, tal y a como ella le gusta, me retire, la coloque de costado, puse mi miembro en la entrada a su ano, pero ella me hablo y me dijo que quería sentir mis dedos entrar primero, como cuando eran las primeras veces, no me pude negar a ello, así que tomando un poco de saliva decidí jugar con su ano poco a poco primero un dedo, luego otro dedo, así hasta que eran dos, sus gemidos eran cada vez mas fuertes, y su respiración mas agitada, decidí que era tiempo de meterle mi miembro lo coloque de nuevo en la entrada y de un solo tajo lo metí, me gusta oír como grita por primera vez mi mujer y ver como se desvanece ese grito en sus gemidos, me pene estaba disfrutando de cada movimiento de entrada y salida por lo estrecho que estaba esta vez su recto, estuve así mucho mucho tiempo, hasta que no pude mas y eyacule adentro y fuera de su recto, ella ya no podía mas, pensaba que se había desmayado, cuando algo extraño sucedió, alguien tomo mi pene y lo empezó a limpiar, me dio un sobre salto, por lo que me quite la venda, y la sorpresa fue ver a mi esposa lamer los restos de semen, de mi pene, eso me desconcertó gire la vista y vi a mi cuñadita con su ano bien dilatado, escurriendo de semen, cosa que vio mi esposa, y decidió limpiar con su lengua todo el semen que salía del ano de su hermana, no lo pude creer, ver esa escena, en donde dos hermosas mujeres tienen sexo y aun mas que eran hermanas , pero aun mejor el hecho de haber cumplido mi deseo de cogerme a mi cuñadita, a cabo de un rato despertó, se sentía un poco cansada y tenia algo irritado su anito, estando las dos despiertas me comentaron que todo esto lo habían planeado en la mañana, que llorando Jenny le pidió la dejara tener sexo conmigo, a lo que mi esposa no pudo soportar y accedió, yo les comente que nunca creí que lo había hecho con Jenny, a lo que mi esposa me comento que para que no hubiera sospecha le pidió a Jenny se depilara su sexo igual que ella, y que nunca se dejara tocar los senos, ya que si no las hubiese descubierto en pleno acto, después de haber aclarado el plan maquiavélico de mi esposa y su hermana, no me quedo mas que agradecerle a mi esposa el bello regalo de poseer un ano virgen y aun mas el de su hermana, una bella niña de 18 años.
A partir de hay estos últimos meses han sido la fantasía y envidia de cualquier hombre, el tener sexo cada día con dos mujeres en la misma casa, misma cama, mismo cuerpo, hermanas, pero con dos anos distintos, uno ya experimentado y otro que el cual todavía hay que amoldar. Esto fue solo el principio de esta gran aventura sexual, poco a poco les iré relatando la nuevas sesiones de sexo que hemos tenido mi esposa, yo y por supuesto su hermosa hermana.