Mi Cruz de Ceniza (2: Confesiones sobre el water)

Es recomendable leer el primer capitulo para comprender este, que es su contunuacion. Esta parte se trara sobre confesiones sobre confidencias sexuales. Me encantaria recibir comentarios sobre que les va pareciendo el relato asi me ayudan a mejorar. Muchas gracias, dama{SS}.

MI CRUZ DE CENIZA

Capítulo 2: Confesiones sobre el water.

Esa mañana de Domingo, mi Sr. se acodaba a mi lado en la cama mientras seguía fumando Su cigarrillo. Yo seguía recostada boca abajo, todavía temblorosa y excitada por las fuertes sensaciones de mi sueño. Note que en la curva de mi espalda El había apoyado Su cenicero.

"Buenos días Sr.". Lo bese cariñosamente haciendo equilibrio para no tirar el objeto, bostezando.

"Buenos días, mi viciosa putita. Me resultan siempre estimulantes tus sueños. Por cierto, ha sido muy intenso el de hoy. " Me sonrió con autosuficiencia, girando Su cabeza, para disfrutar mi expresión de vergüenza inevitable.

"Sr. Ud. sabe que no he descubierto como evitar soñar con otros hombres…"dije mientras me acodaba.

"¡¡¡¡Ja ja ja ja ja ja!!!! ¿ Y quién te dijo que yo sé que estabas soñando con otro hombre?" dijo con gesto de soberbia.

"Nadie Sr. Perdón…" dije, bajando la mirada y sintiéndome expuesta desde mi inconsciente parlanchín.

"Además, no deseo que lo evites, por el momento.", dijo mientras exhalaba otra bocanada de humo de Sus labios.

"¿Puedo preguntarle porqué le pareció intenso, Sr.?" Dije con curiosidad.

"Bueno, te he visto contorsionarte y gemir mucho. Entre jadeos y quejidos, tu piel entera se crispaba. Tu rostro expresaba ambivalencia entre dolor y placer. Disfruté mucho viéndote. Evidentemente esa persona con la que soñaste te ratonea tremendamente ... ¿no es cierto?" me preguntó incisivamente, con un dejo de maldad en la mirada y apagando Su cigarrillo.

"¿Puedo ir al baño, Sr.?", Pregunté desviando la vista e intentando buscar una salida a esa vergonzosa situación.

"Vení, vamos juntos" me dijo, sacando el cenicero de mi espalda y extendiendo Su mano para sacarme de la cama.

Con languidez arrastré mis pies sobre la moquete. Mis pezones aun permanecían erectos, como testigos presenciales del perturbador sueño. Me preguntaba cuánto habría podido escuchar mi Sr. Recordaba cada detalle con vívida nitidez y me avergonzaba aún más de solo pensar lo que habría podido inferir de él.

Para empeorar las cosas, recordé que durante esa semana mis diálogos por messenger con el Sr. L habían sido demasiado osados y con mucho contenido erótico. No se los había mostrado a mi Sr. todavía, pero sabía que muy pronto debería tomar coraje para hacerlo.

Eran diálogos de alto voltaje que me habían obligado a salir corriendo de mi escritorio. Me escapaba para lavarme la cara enrojecida o para hacer pis, y de paso aprovechar a tocarme un poco cuando me secaba con el papel, sin sentir culpa porque no llegaba a ser una masturbación sin permiso.

Mi Sr. me guió dentro de la bañadera, donde permanecí parada mirando como El vaciaba Su vejiga en el water con cara de satisfacción. Yo también quería hacer pipí y escuchando ese sonido, me urgía aún más.

Comencé flexionando y estirando una rodilla, bailando en el lugar, como un tic que me calmaría. El me miró de reojo con desaprobación y sabiendo muy bien lo que me ocurría sin que yo tuviera que expresarlo. Salió un minuto para volver con mi notebook bajo el brazo. Se sentó sobre el water frente a mí, se puso la maquina sobre la falda y abriéndola, me dijo:

"¿Hay algo nuevo que me quieras mostrar?"

La costumbre que tenemos entre nosotros, es que en una carpeta con Su nombre le guardo los logs que me parezcan significantes, fotos que me llamen la atención, textos y todo lo que quiera o me parezca adecuado, compartir con El. Esta semana esa carpeta estaba llena de calientes logs con el Sr. L, algunas escenas de películas, fotos de medical y de electro estimulación.

"Si Sr. Se lo he guardado dentro de la carpeta Señor de los Sueños, Sr."

Entonces se sonrió con mucha malicia y picardía.

"Mmmmm .... ¡Cuánto contenido tenemos hoy! A ver, a ver... "

Comenzó a leer en voz alta los logs que allí se encontraban. Mi vejiga se sentía rígida, adolorida, y mis rodillas comenzaron nuevamente el vaivén intentando calmar la ansiedad. Escuchaba ese diálogo de confidencias sexuales que mi Sr. leía. Percibía Sus sensaciones de aprobación, sorpresa y duda que se transmitían a través de los cambios en las finas líneas que se dibujaban en el contorno de Sus ojos. El movimiento de Sus cejas y nariz también me decían mucho sobre Sus sensaciones.

Intentaba adivinar cuales serían Sus reacciones ante las partes del diálogo que todavía no había leído. Hasta ahora le había sorprendido como el Sr. L me comentaba sobre Su afición a los deportes extremos y la combinación de sensaciones que estos le provocaban: desafíos y orgasmos. Hubo también un comentario sobre la película "Crash" y algunas confesiones del Sr. L sobre Sus primeras andanzas al intentar encontrar mujeres con estos gustos, cómo habían sido Sus primeras ataduras, pellizcos, mordazas, látigos y cómo se las había ingeniado para fabricar instrumentos caseros.

Yo sabía que no debía interrumpir la lectura de mi Sr., pero las sensaciones de hacer pis estaban siendo a cada segundo más urgentes. Por otro lado esa lectura en Sus labios me estaba excitando muchísimo. Se entre mezclaban mis ganas de hacer pis y los movimientos involuntarios de mi vagina que latía de deseo.

"Sr. perdóneme pero ya no puedo aguantar mas las ganas." Le imploré apretando mis piernas lo mas fuerte posible para ayudarme a no liberar ninguna gotita.

" Sabés que detesto ser interrumpido" me dijo con disgusto y no dejando lugar para más apelaciones.

Entonces prosiguió leyendo con Su voz profunda y masculina:

  • "dama{SS} dice: Yo tenía unos 15… A ver cómo era la historia… Era un chico que despertaba los más bajos instintos en mí. Tenía rastas rubias y un físico increíble. La primera vez que lo vi en mi vida fue en un recital en Cemento. Cuando lo vi me quede mmm estúpida. Se sentía que era algo mutuo. ¿Viste cuando sentís que te están clavando la mirada y aunque vos no estés mirando lo sentís en la nuca? Bueno, yo no me podía sacar la idea de la cabeza de que él me estaba mirando todo el tiempo, y tampoco podía resistir las ganas de darme vuelta de vez en cuando, para comprobar que allí seguían sus ojos, clavados en mí. Me moría de vergüenza y luego miraba hacia adelante para disimular. Me moría por él. Era un tipo de venti pico, yo pensaba que era demasiado joven para él y que jamas me daría pelota, que jamas le podría interesar como mujer. Bueno, estuvimos así toda la noche sin siquiera hablarnos pero matándonos con las miradas. A la salida nos mezclamos entre la gente y nos perdimos. Pasaron como dos o tres meses y en las vacaciones de verano, lo volví a ver en la costa una noche en una avenida muy transitada. Fue increíble. Estabamos los dos separados por el tumulto de gente y de lados opuestos de la calle. Tanto él como yo estabamos con un grupo de amigos. Nos vimos, y lo único que pudimos hacer en ese momento, fue seguirnos con la mirada fijamente mientras seguíamos caminando para lados contrarios. Giramos nuestras cabezas para poder mantenernos la mirada por el mayor tiempo posible, intentando degustarnos a la distancia y a pesar de la situación. Entonces paso el verano entero y no lo volví a ver. Volví de vacaciones y paso marzo, abril y mayo... y en junio se hicieron algunos recitales en el estadio de River.

Fue a la salida del recital de Guns. Entre la muchedumbre nos volvimos a ver por tercera vez... Me pareció algo casi mágico. Me miró y me puso una cara que no te puedo describir. Modulaba desde lejos diciendo algo que yo entendí como "esta vez no te me escapas". Entonces, repentinamente, comenzó a correr hacia mí. Eso me dejó muy sorprendida, como paralizada en mi lugar. Pensaba "¿Y ahora qué?", "¿Éste qué quiere?", "¿Qué esta haciendo este loco?". A lo lejos parecía como un toro que venia corriendo para enbestirme. Mi reacción fue reírme de nervios y empece a correr como loca, obviamente para escaparme de él… jajaja… Lo recuerdo y se me ponen los pelos de gallina. Me alcanzó justo en la vidriera de una de las concesionarias de autos de allí... y me violó contra la pared. Así de simple. No lo podía creer! Me apretaba contra la pared manoseándome toda por debajo de la ropa. Me besaba con fuerza y por todos lados. En el momento no me di cuenta que con todos esos movimientos, yo ya no estaba con los pies sobre la vereda. Estaba en el aire, apretada entre la pared y su cuerpo. Patalee como loca en un principio, pero yo en esa época pesaba 42 kilos. No sé si hubiera podido zafarme (si hubiera querido) pero igual, no quería lastimarlo. Me encantaba lo que me estaba pasando. Mis brazos y piernas ya estaba abrazándolo y mi bombacha en el piso. Mi remera y corpiño estaban subidos hasta por detrás de mi cabeza. Mis labios vaginales raspaban contra el frío cierre abierto de su pantalón…. Mmmm… Fue una experiencia inolvidable.

Sr. L dice: ¿Y qué, aplicaste el viejo y querido "relájate y goza"?

dama{SS} dice: En ese momento yo no me sentía violada. Utilicé esa palabra porque me pareció excitante, pero en realidad era el juego del gato y el ratón. Desde el momento en que él comenzó a correr hacia mí, y yo corrí hacia adelante, se estableció un código que decía "acepto el juego, vení y derribame". Estábamos calientes hacía meses el uno con el otro, pero nunca tuvimos la oportunidad de conversar. Fue sexo en la calle, nada menos que en Avenida del Libertador, improvisado y muy caliente. Fue la única vez que me pasó algo así en mi vida. ¿Sabes qué es lo más impresionante? Que jamás cruzamos una palabra. No sé ni cómo se llama.

Sr. L dice: ¿No lo volviste a ver?

dama{SS} dice: no, nunca más… todavía no…"

Para este entonces, yo estaba con toda mi vagina mojada de jugos que chorreaban por mi entrepierna. Por instinto, para intentar aguantarme las ganas de orinar estaba apretando mis muslos con fuerza y refregándolos. Ese movimiento me provocaba aún más excitación al darme cuenta que ese rozamiento llegaba a lubricarse por mis jugos vaginales. Apoyé mis manos para no perder estabilidad. Mi vejiga estaba estallando y ya no había nada que yo pudiera hacer para impedirlo. Mi Sr. proseguía muy involucrado en Su lectura:

  • "Sr. L dice: Ah, algo de eso tuve en un tren, a eso de las 12:45 de la noche...

dama {SS} dice: mmmmmm

Sr L dice: En la estacion de Constitución ella subió en un vagón posterior al mío. Era una morocha como las que me gustan a mí, pelo negro, corte tipo carré, flequillo. Era un sábado, hacía frío, yo venía de salir con unos amigos, me había quedado muy caliente. Cuando ella pasó por mi vagón me miró, y subió en el de atrás. Ni lo pensé, cuando el tren arrancó, me moví a su vagón, y me senté ATRÁS de ella

dama {SS} dice: mmmmmmmmmmm!! Me muero

Sr. L dice: En la estación siguiente, el vagón (que tenía poca luz) se quedó vacío, a excepción de nosotros. Ella se levantó, y fue el vagón posterior. Era en la época en la que los trenes se caían a pedazos. Yo me paré, fui hasta la puerta del vagón, y la miré. Ella me miró con ojos desafiantes... Como diciendo "no me vas a seguir" y yo pensé "ya estoy jugado..." La alcancé en el espacio entre vagones y la agarré del brazo izquierdo. Ella llevaba un estuche de guitarra. Me quiso pegar con eso, pero el envión me la trajo más encima. Tenía medias negras de red, una pollerita de cuero negro, zapatillas Converse de tela negra. Le agarré el otro brazo, y la besé. Se resistió, pero de golpe cedió, abriendo su boca a mi lengua. La empujé al vagón siguiente. La di vuelta, y tomándola de los antebrazos la empujé sobre uno de los asientos... Ella subió su pierna izquierda. Yo le mordí el cuello. Tomé sus dos manos con una de las mías y con la otra, le levanté la mini. De un tirón, le rompí las medias. Con la bombacha no pude así que se la bajé.

dama {SS} dice: ¿Y ella? ¿qué cara puso?

Sr.L dice: Indescriptible... pasión, deseo, sorpresa... un poquito de dolor, por los tirones. Por último, al penetrarla, la cabeza le avanzó hacia la ventanilla. La agarré de los pelos, la empujé haciéndole sacar la cabeza afuera. Después, con el tiempo, pensé que le podía haber arrancado la cabeza con un poste de luz. Tuvimos la suerte que con el frío, nadie se animaba a tomar el tren, ni ventanillas tenían. Cuando terminamos, la tiré sobre el asiento de enfrente. Ella se limpió la cara, se bajó la falda y me miró con odio. Se veía que me odiaba porque le había gustado. En realidad era algo mas que odio, no sé cómo explicarlo. Yo la miré con autosuficiencia. Ella se levantó, prendió un pucho, me miró de nuevo, se sopló los mocos con la manga de la campera, y se fue al descanso entre compartimentos...

dama {SS} dice: ¡¡Hermoso!!

Sr. L dice: Llegamos a Don Torcuato, donde ella prácticamente se tiró del tren. Yo estuve flojo ahí. Pensé: "me tendría que haber bajado atrás de ella, ¡¡¡boluuudooooo!!!". Me asomé por la ventanilla. Ella me miró de nuevo y desapareció en la noche...

dama {SS} dice: ¿Y nunca más?

Sr. L dice: No. Viajé muchas otras veces más. Hasta hoy, siempre la busco cuando viajo…pero nada. Prefiero que siga siendo un dulce recuerdo a una amarga realidad.

dama {SS} dice: Pero, no lo habrá tomado como una violación real ¿no?

Sr. L dice: No creo. Me parece que aflojó, porque le vi cara de decidida, y me pareció por esa cara, que podía hacer luchado un poco más. Nunca fuerzo, ni forzaré a nadie a nada. No me excita. Prefiero "convencer", o "disuadir", si te gusta más. Doblegar voluntades es mucho más placentero para mí... Si ella no me hubiera dado calce, nunca hubiese avanzado, bastaba una sola mirada de desaprobación para que yo pare.

dama{SS} dice: Yo creo que esas cosas cuando se sufren son inconfundibles…"

Mi Sr. levantó Su mirada deteniéndose en mis ojos. Noté ese brillo de excitación en Sus pupilas que tanto conocía. Me fue recorriendo con Su vista hasta llegar a mis muslos, que aunque apretados (y con mis manos entre ellos), no pudieron impedir que se escurriera un torrente de orina caliente, que me mojaba todas las piernas y los pies.

En ese momento, con calma, dejó la notebook a un lado. Pude notar Su miembro muy erecto a través de Su bata negra. Se aproximó y abrió la canilla de agua fría que corrió entre mis pies, rebajando el aroma de amoniaco que inundaba el cubículo. Lo miré con ojos de súplica cuando a El se le ocurrió tomar el duchador de mano. Sin pensarlo dos veces accionó el mecanismo para que el agua saltara descontrolada por allí. Me lo acerco a mi vagina y reaccioné sin poder resistir el frío saltando hacia atrás.

"¡Por favor Sr.! ¡Está muy fría!" Dije mientras me mordía los labios por dentro, para no gritar.

"¡Putita inmunda! ¡Te measte encima como una perra!" Me dijo en tono recio pero con una sonrisa en la boca.

Sacudiendo la cabeza, no podía creer lo que me estaba haciendo. Mi cuerpo entero temblaba entre espasmos y mis dientes comenzaron a tiritar. Mi Sr. colocó el duchador por encima de mi cabeza. Con una inspiración, me quedé sin aire por un largo rato. Mis brazos se cruzaron sobre mi pecho y mis manos cubrieron mis senos oprimiéndolos con fuerza. Mis hombros se encogieron hundiendo mi cabeza entre ellos. Mi espalda se arqueo, permitiendo que el agua abriese su camino sobre mis nalgas. El frío, ahora, era mucho más difícil de soportar. Mi cuero cabelludo ya casi no se sentía. El agua corría directamente sobre mi cerebro, achicharrándolo.

Mi Sr. alejó el duchador de mi cuerpo. Cambió el mecanismo para que saliese el agua por debajo y abrió la canilla de agua caliente. Se sacó Su bata negra y dejo caer Sus boxers mostrándome Su cálida y excitada desnudez, que pude ver con mis ojos de vidrio cristalizado. Con un paso entró en la bañadera sin tocarme. Yo estaba allí con mi nariz invisible y mi cuerpo hecho capullo en el rocío matutino.

Humedeció una esponja en el agua tibia y la enjabonó entre Sus manos. Giró y me abrazó con todo Su ser, envolviéndome con Su cuerpo de piel caliente. Sus manos enjabonadas frotaban mi espalda vigorosamente, devolviéndome sensaciones. Sentí que me metía dentro de Su pecho, buscando la hendidura más tibia de Su cuerpo entero.

Entonces, el agua cálida comenzó a caer desde arriba, bañándonos por completo como si fuera lluvia. Se formó una pequeña laguna entre mis senos y Su vientre, entrelazados por nuestros brazos. Miré hacia arriba, aplastando la laguna entre nosotros y buscando Su mirada. Descubrí Sus labios que me besaron, abriendo una cueva de saliva y aire caliente que entraba en mis pulmones y me revivía. Mis dedos comenzaron a moverse y mi nariz a sentirse.

dama{SS}