Mi cosita (3)
Sigo relatando como me inicie en el exhibicionismo.
Habían pasado algunos días desde la aventura del centro comercial, eso no significaba que hubiera dejado de pensar en ello, pero la poca movilidad que tenía debido a mis horarios escolares me impedía poder tener más oportunidades.
Me refugiaba en mis recuerdos vividos para saciarme en la soledad de mi habitación, como aquella vez con once años que fui con mis padres a un apartamento que un amigo de la familia nos había dejado en alicante, era semana santa, y hasta allí nos desplazamos toda la familia.
Recuerdo que el apartamento estaba situado en un complejo rodeado de jardines de altos pinos que bordeaban la playa, después de comer mientras el resto de la familia se tumbaba al sol de la primavera yo solía caminar por aquellos jardines intentando pasar el tiempo pensando en mis cosas, una tarde paseando por ellos me entraron muchas ganas de hacer mis necesidades así es que busque un sitio apartado donde poder hacerlas, lo encontré al lado de un gran tronco cortado cerca del camino, en eso estaba cuando descubrí a un hombre mayor que estaba paseando a un perro que me miraba, al principio me sorprendió pero pudo mas mi condición que la prudencia y seguí en la posición en la que me encontraba que no era otra que inclinada con la falda del vestido subida y mis braquitas en las rodillas, era consciente que desde donde el hombre se encontraba podía verme perfectamente todo mi culo en pompa, pero el solo echo de pensar en ese detalle volvió a despertar las cosquillas en mi cuerpo que tanto añoraba.
Nada mas terminar de orinar, me levante tranquilamente y coloque bien mi ropa asegurándome de que el mirón pudiera verme bien, lo hice levantando del todo el vestido cogiendolo con la barbilla, de esta forma todo mi cuerpo desnudo quedo a la vista del hombre que miraba, luego me subí lentamente las braguitas entreteniéndome en colocármelas bien dejando caer el vestido por ultimo quedando del todo tapada, sin mirarlo me dirigí hacia donde estaban mis padres sintiendo las mariposas en el estomago que tanto me gustaban
Los días pasaban lentos y monótonos, el único punto en el que había algo diferente era cuando íbamos a la terraza del bar que había en un camping cercano por las noches a tomar algo fresco, en ese sitio solía haber música en directo casi cada noche lo que prodigaba que se llenara con los veraneantes de los apartamentos.
Una noche en la que estábamos todos sentados en la mesa con unos conocidos de esos días pedí permiso para ir a dar una vuelta, la verdad es que entre las risas y el alcohol no es que me dijeran que no, es mas creo que ni me oyeron así es que al no tener una negativa como respuesta me levante y me perdí entre las calles del camping, llevaba ya un rato caminando cuando vi a la puerta de una caravana a un señor que estaba sentado leyendo un libro, el hombre me vio en seguida preguntándome que hacia por allí y donde tenia la caravana, a lo que yo le respondí que no era del camping, hablamos un rato, el sentado en su parcela y yo de pie en el camino hasta que por fin el hombre me pregunto si me apetecía un refresco, parecía muy agradable, así es que acepte con gusto pues la caminata me había dado sed, invitándome entre debajo del pequeño entoldado y me senté en una silla de lona en frente de el, al momento apareció con una lata de refresco en las manos, me la dio y continuamos hablando, el hombre llevaba un pantalón corto y una camisa por encima abierta, podía contemplar su pecho lleno de pelos y su barriga que se movía según hablaba, yo por mi parte solo llevaba un ligero vestidito de tirantes cortito, mis braguitas, y al no llevar sujetador tenia que tener cuidado de no mostrar al moverme mis pechos ya por aquellos años bastante formados para mi edad.
La conversación era entretenida pero me di cuenta que el hombre no dejaba de mirarme las piernas según hablaba, notaba los esfuerzos que hacia por no hacerlo, con disimulo al tiempo que hablaba fui abriendo las piernas dejando que el tipo viera lo que sus ojos le pedían, cuando me pregunto que edad tenia le mentí diciéndole que tenia diecisiete, no me costo mucho hacérselo creer, pues estaba lo suficientemente desarrollada para pasar por esa edad, el me dijo que era muy guapa y que seguro que mi novio estaría muy contento conmigo, a lo que yo le respondí que no tenia pues me sentía muy acomplejada con mi cuerpo. El se me quedo mirando con cara de sorpresa para terminar diciendo que tenia un cuerpo muy bonito y que no tenia que tener esas tonterías en la cabeza, yo continué insistiendo que no era así y para reafirmar lo que decía me puse de pie y le indique que tenia poco pecho y a los chicos les gustaban las chicas con mas tetas, el se rió comentando que a el le parecía que tenia un pecho muy bonito momento que aproveche para sujetarme las dos tetas con las manos indicándole que a mi me parecían pequeñas, note como me devoraba con la mirada y esa sensación hizo que mi cuerpo se comenzara a llenar de un calor que me era familiar.
Volví a sentarme en la silla pero esta vez tuve el cuidado de hacerlo de manera que mis piernas quedaran lo suficientemente abiertas como para que el hombre pudiera ver claramente mis braguitas, acción que no paso desapercibida para los ojos del tipo, note como su pantalón se tensaba en su entrepierna y eso hizo que me volviera mas audaz, le pregunte si tenia lavabo y me indico que estaba dentro de la caravana levantándose me lo enseño, entre en el pequeño habitáculo entornando la puerta, desde donde estaba podía ver como el tipo se iba hacia la puerta, pero nada mas salir a fuera giro la cabeza hacia donde yo estaba, yo disimule como si no le hubiera visto y comencé a quitarme el vestido, realmente no hubiera echo falta que lo hiciera pero deseaba que me viera, así es que sin dudarlo quede desnuda a sus ojos, poniéndome de espaldas comencé a bajarme las bragas sabiendo que me estaba mirando, cuando termine decidí no volver a ponérmelas y con ellas en la mano salí de la caravana volviéndome a sentar en frente de el, lo vi muy colorado y mas cuando le indique entre risas y medio avergonzada que era una tonta porque me había mojado las braguitas al tiempo que se las enseñaba en mi mano, el disimulo riéndose al tiempo que decía que son cosas que pasan, seguimos hablando pero el no dejaba de mirar mi sexo ahora libre de ropa, a esas alturas mi vestido se había subido casi hasta la altura de las ingles acto que yo había propiciado con mis movimientos de piernas al moverme en la silla con lo que la visión de mi cosita era totalmente clara para el, le notaba incomodo pues el bulto que tenia no le dejaba sentarse bien haciendo que se moviera de un lado al otro, yo por mi parte estaba disfrutando mucho de toda la situación.
Cuando me pregunto si quería otro refresco le dije que si al tiempo que le pedía permiso para utilizar de nuevo el baño, de esta manera entramos los dos en la caravana dirigiéndome yo hacia el water pero esta vez no cerré la puerta, sentí mi respiración acelerada y mas se acelero cuando lo vi delante de la puerta mirándome con una lata de refresco en la mano, yo simplemente me lo quede mirando con mi vestido levantado por encima de la cintura, notaba como sus ojos miraban mi entrepierna mientras que con la mano se tocaba en la entrepierna, al final con voz ronca me dijo que si alguna vez había visto un sexo masculino a lo que yo le respondí con voz inocente que no, cosa que era verdad, el hombre me miro unos segundos dudando pero al fin dejo la lata y agarrando su pantalón lo bajo mostrándome su polla dura colgando entre sus piernas, yo me la quede mirando, no era muy grande pero si gruesa y llena de venas la veía moverse dando cabezadas como si tuviera el corazón en ella, tocándosela me dijo que me quitara el vestido cosa que hice sin dejar de mirar su sexo, cuando estuve desnuda el comenzó a mover la mano por todo su sexo sin dejar de mirarme, la sensación que tuve fue extraña, sentí un gran calor que me llenaba el cuerpo al tiempo que notaba como si me estuviera meando sin tener ganas, poco a poco acelero el movimiento de su mano hasta que comenzó a salir un espeso liquido blanco de la punta que impacto contra mis pechos, era caliente y pegajoso, cuando dejo de salir volvió a subirse el pantalón corto y salio de la caravana, yo me quede un rato sin saber que hacer, hasta que por ultimo cogì un poco de papel y limpie los restos de leche de mi pecho, cuando termine me vestí y decidí salir donde se encontraba el hombre, me lo quede un momento mirando sin saber que decir y al ver que el tipo no decía nada tampoco decidí despedirme y marcharme donde estaban mis padres.
Por el camino analice las sensaciones que había sentido y a punto estuve de volver donde estaba ese tipo para volver a sentirlas pero ya era muy tarde y no quería tener problemas con mis padres, cuando llegue me preguntaron donde había estado a lo que respondí que paseando por la playa, ahí quedo todo solo que esa noche no pude dormir bien hasta bien entrada la mañana.