Mi cornudo Marcel - 1

Maria debe acudir a un seminario de su empresa y deja solo a su esposo Marcel solo en casa con unas ganas enormes de que vuelva para poseerla

  • Marcel, tengo que asistir a un seminario de formación en Madrid y estaré tres días fuera, no volveré hasta el sábado por la tarde, tendrás que apañarte otra vez con la niña, ya sabes como lo siento pero no queda mas remedio si quiero seguir progresando en la empresa.

  • Caray María, otra vez? Hace tres meses tuviste otro y muchos días has de desplazarte fuera y quedarme yo solo con la niña cuando sabes que me cuesta entenderme con ella y hacerle las papillas, además por la noche le cuesta coger el sueño si no estás tu.

  • Este tema ya lo hemos tocado y cuando nos casamos sabias de mi trabajo y de mis obligaciones.

  • Si cariño, pero pienso que con el tiempo que llevas en la empresa podrías haber llegado a un nivel que no tuvieses que desplazarte fuera ni llegar tan tarde a casa, además desde hace tres años tu apetito sexual desde que tuvimos a la niña ha bajado mucho, sobre todo cuando llegas tarde o has pasado unos días fuera cuando en realidad tendría que ser al revés.

  • No te acepto que me digas eso! Me machaco trabajando para ganarme un sueldo digno y así me lo agradeces. Eres un egoísta. En lugar de entender que llego cansada solo buscas meterme la polla.

  • Y tu no me dejas. Siempre he de acabar haciéndome una paja. Además cuando éramos novios me prometías que de casados  me permitirías todos los caprichos que quisiera y nunca me has permitido que te meta ni un dedo en el culo o que me corra en tu boca, cuando es lo que mas he deseado. En cuanto al sueldo sabes que con mi trabajo podemos vivir perfectamente los dos.

  • Encima eso. Eres un hijo de puta. Pareces un niño. De soltero me hubieses preñado si no llego a tener cuidado, además llegaste virgen al matrimonio y eso siempre te lo he agradecido por que me demostraste que me querías mucho.

  • Sí pero tu no llegaste virgen. Habías salido con cuatro o cinco y te habías acostado con todos.

  • Otra vez!!! Cuando nos casamos quedó claro todo esto, no fuiste engañado y tu aceptaste. Cualquier día me cansaré de todo esto y hablaremos en serio del tema.

  • María amor, no te enfades, perdóname. Dejémoslo estar.

  • Vale Marcel, pero que sea la última vez que me hablas así. Sabes como te quiero.

  • Si amor mío.  Cuando te vas?

  • Esta tarde con el AVE de las siete, he de estar en Madrid  a las diez ya que tenemos una cena.

  • Uf! Con las ganas que tenia hoy de hacer el amor, me vas a dejar así?

  • Otra vez. Solo pensando en ti. Si quieres mientras me ducho puedes hacerte una paja mirándome. Y ahora he de hacer la maleta, no me molestes.

  • Quieres que te ayude hacerla? Tres días fuera tendrás que llevarte ropa de distinto tipo aunque en verano en Madrid hace calor.

  • Va, deprisa, ve a buscarla mientras preparo la ropa.

Marcel subió a un cuartito donde guardaban utensilios que no usaban cada día y al volver se encontró a Maria solo con braguitas preparando la ropa encima de la cama. Sufrió una fuerte erección al ver el cuerpo de su mujer esbelta, con sus piernas perfectamente torneadas, un metro setenta y tres, pechos duros y un vientre plano que no recordaban su maternidad.  Un culo respingón que realzaba más con las braguitas que se le introducen entre los muslos y un coño abultado que se marca por debajo de las braguitas negras.

  • Maria, estás muy buena, al tiempo que se apretaba contra ella en un momento que estaba agachada escogiendo unas minis y apretando su tiesa verga contra la raja del culo.

  • No me molestes cabrón! No te he dicho que no tengo tiempo para esas tonterías? Al tiempo que le soltó un codazo contra e vientre que hizo que se separase automáticamente.

  • Perdón Maria, no lo haré mas. En que puedo ayudarte?

  • Pliega estas bragas y los sujetadores que no abulten mucho, y luego saca brillo a estos zapatos.

  • Estas bragas son muy sexis cariño, eso has de ponerte para ir a un seminario?

  • Eres un imbécil. Además toda esta ropa me la has regalado tu, lo normal es que la use. Haz lo que te he dicho y calla que se me hace tarde y además enseguida será la hora de ir a buscar a la niña y si no te apuras ni me ducharé ni tu te harás la paja.

La calentura de Marcel iba en aumento y cada vez le costaba mas retener la erección dentro del pantalón.  La visión de la ropa que metía en la maleta le hacia pensar en la figura de su mujer con unas faldas cortas y que se desnudaba para él, o para algún otro en su presencia, como algunas veces le había comentado a ella. Pensar en los compañeros de su empresa y entre ellos su jefe que siempre la miraba lascivamente sin importarle si él estaba delante y que pasarían unos días juntos, le hacia volar la imaginación y la excitación. Plegó unas seis combinaciones de ropa interior y luego sacó brillo a unos zapatos de tacón muy alto que todavía enmarcaban mas su figura. María a sus veintiséis años era una mujer espléndida. De todas formas, él, estaba convencido que su mujer le era fiel y que su pasado estaba olvidado.

Maria se fue a la ducha sin dirigirle la mirada mientras Marcel la seguía admirando ese culo  que tanto le encantaba y que tenia prohibido, se quitó las braguitas y se metió en la ducha

  • No pongas esa cara de idiota, entra y frótame la espalda. Rápido que es tarde.

Marcel no tardó un segundo para quitarse toda la ropa y con una enorme erección entró en la ducha y se dio cuenta que se había depilado el sexo completamente. No dijo nada pero aún se excitó mas. Le pasó el gel para que le frotara la espalda cosa que se apresuró hacer mientras el agua caía por encima de ellos y al tiempo que con una mano le frotaba la espalda con la otra se masturbaba.

Discretamente, aprovechando cualquier movimiento de ella acercaba la polla a su culo hasta que no pudo aguantar mas y descargó una abundante cantidad de le leche que fue a caer en el culo y la espalda de su mujer. Maria, al sentir el calor de la corrida se giró bruscamente y sin esperar a que terminara de correrse, le asestó un fuerte manotazo en los huevos.

  • Hijo de puta, ahora tendré que volver a ducharme por tirarme esa mierda encima. Eres un inútil, solo sirves para crearme problemas. Sal ahora mismo y vete a buscar a la niña, ya me apañaré yo sola, a este paso se me escapará el tren.

  • Llámame cuando llegues cariño.

  • No creo que pueda, llegaré con el tiempo justo para ir a cenar. De todas formas haré lo posible para dar las buenas noches a la niña.

Se vistió a toda prisa y casi sin tiempo a despedirse, salió a buscar a la niña y cuando regresó su mujer ya no estaba. Un profundo olor a perfume envolvía la casa y le recordó a Maria cuando la tenia desnuda en la ducha y sobre todo a su pubis completamente depilado que aun lo hacia mas apetecible. Otra vez sintió una punzada en la zona del perineo y una corriente eléctrica ascendió desde la base del pene. Maria, por su parte, en cuanto se quedó sola, llamó por teléfono a su jefe de sección con el que llevaba tiempo manteniendo relaciones sexuales.

  • Martin, el cabrón ya se ha ido. Te espero en la puerta de casa, me he puesto las braguitas blancas de encaje que tanto te gustan, date prisa o no llegaremos a tiempo, estoy mojada solo de pensar que estaremos tres días solos, bueno solos… ya me entiendes, espero que no seas celoso. Jajajaja.

Cuando llegó al tren junto a Martín, les esperaban tres compañeros de la empresa y una mujer de unos cuarenta años que venia desde la central de Lion y se unía al grupo para  integrarse al seminario. En Madrid fueron todos al hotel donde estaban registrados y después marcharon a cenar. Durante la cena Martín no paró de manosear muslos de Maria y disimuladamente meter algún dedo entre las bragas y el coño, lo que hizo que se mojara y comenzara a sentir la necesidad de algo mas fuerte. Fueron  al hotel y decidieron ir a tomar una copa a la discoteca que se encontraba en el mismo sitio. Maria, bailó con todos y bebió mas de la cuenta, de forma que sus acompañantes comenzaron a meterle mano aprovechando los roces del baile. Estaba tan caliente que pensaba que estallaría en la misma pista, resbaló y cayó en medio de todos dejando ver sus preciosos muslos y sus braguitas a todos, se levantó y debido a la borrachera se quitó la falda y la tiró a la cara de Martin.

  • Guárdamela que así no se me ensuciará. Jajaja

  • Vamos a la habitación Maria, llevas un pedo que no te aguantas y mañana no podrás con el alma.

  • Quiero follar!!! Gritó para que todos pudieran oírla.

  • Maria ponte la falda y subamos arriba, solo son las doce, puedes ducharte y luego te haré gozar, pero deja de dar el espectáculo a todo el mundo. Se puso la falda como pudo,  cogió el bolso de mano  en el momento en que le sonó el teléfono móvil.

  • Si…

  • Maria, soy Marcel, te ocurre algo?

  • No, no, no, por que lo dices?

  • La niña quería darte las buenas noches y como no llamabas,  has llegado bien?

  • Si. Dile a Mercé que se ponga. Se había serenado un poco y la respuesta fue en un tono completamente distinto a la que le dio a su marido que la había  pillado por sorpresa.

  • Hola cariño. Estas bien?... Mamá está en una reunión y volveré dentro de dos días ahora vete a la cama y papá te contará un cuento… Besitos y duerme pronto. Dile a papá que quiero hablar con él.

  • Oye cerdo, que sea la última vez que me llamas a estas horas, si no lo he hecho es por que no podido, entendido?

  • Si cariño, no volverá a ocurrir. Tienes una voz muy rara, seguro que estas bien, además se oye mucho ruido y muchas voces, donde estás?

  • Estoy de puta madre y déjame tranquila. Y le colgó el teléfono.

Subieron a la habitación y medio mareada se metió en la ducha junto con Martin que hacia  esfuerzos para mantenerla de pié.

  • Me estoy meandooo…. Jajaja. Y sin más comenzó a soltar un chorro de orina que tirando de los labios del coño dirigió a la polla de Martín que se encontraba completamente empinado. Sin que hubiera acabado le dio la vuelta y se la clavó desde atrás con un fuerte chillido al sentirse penetrada.

  • Ahhhh..!!! Cabrón podías avisar. Dame fuerte voy a correrme enseguida!!!. Y efectivamente al cabo de siete u ocho embestidas un fuerte orgasmo la sacudió. – Ahhhh… Siiiiii… Maaassss…!!!

Martín sacó la polla sin haberse corrido. La metió en la cama la volteó hacia un lado y la folló por detrás sin que hiciera ningún gesto de lo profundamente dormida que se había quedado. Cuando despertó, le hizo una mamada a Martin hasta que se corrió en su boca.

Después de comer subió a la habitación a descansar un poco pues le dolía mucho la cabeza como consecuencia de la resaca de la noche anterior, se tumbó en la cama solo con unas braguitas puestas, y cuando estaba a punto de dormirse llamaron a la puerta, Maria pensando que era Martín se levantó sin cubrirse y abrió encontrándose a dos de sus compañeros de grupo que querían consultarle unos temas de la sesión de la mañana y antes de que empezara la de tarde. Al verla casi desnuda se quedaron boquiabiertos.

  • Joder Maria, solo queríamos consultarte unas cositas pero no esperábamos un recibimiento así, jajaja.

  • Hostia mamones, me habéis jodido la siesta, anda pasad, pasad y no pongáis esa cara de pasmarotes que parece que no hayáis visto nunca una tía buena. Sentaos, queréis beber algo?

  • Mujer si te pones así unos whiskies no vendrían mal. Después del susto que nos has dado hemos de reponernos.

Maria se fue a la habitación y se puso unos zapatos  de tacón que aun resaltaban mas sus formas. Se paseó ante ellos para ir hasta el mueble bar y con toda la parsimonia del mundo y moviendo descaradamente el cuerpo les sirvió las dos bebidas, ella se preparó un café bien fuerte y se sentó entre los dos en un sofá que había en la habitación en el que apretados cabían los tres. El espectáculo ofrecido y el roce del cuerpo desnudo de la mujer puso a los dos a cien que se manifestaba en una fuerte erección que se marcaba en las braguetas de los finos pantalones de verano que llevaban. Abrieron el ordenador portátil y le mostraron las dudas que tenían y que ella dominaba perfectamente, así que en diez minutos estaba solucionado, entonces mientras saboreaban el licor les dijo.

  • A ver déjame ver en el ordenador las pelis que guardas.

  • Eh!!! Que eso es privado

  • Anda no te hagas el estrecho que los tíos se que os matáis a pajas con las pelis. Y sin que pudiera hacer nada comenzó a buscar en las carpetas hasta que encontró una con un nombre sospechoso “Acontecimientos”, la abrió y allí había metidas al menos unas veinte películas con títulos en inglés. Clicó encima de una y en la pantalla pareció una morena como ella, mas joven con un tipo blanco y dos negros con unas pollas enormes que se la follaban en todas las posiciones y combinaciones posibles.

  • Bueno… eso es interesante, veo que os pone ver esto. Jajaja, al tiempo que les sobaba las pollas por encima de los pantalones.

  • Maria es mas excitante tenerte a nuestro lado desnuda que no ver esta película. Jajaja.

  • Ah si? A ver esas pollas como están. Y sin pensárselo un minuto abrió las dos braguetas y las extrajo fuera presentando una tremenda erección. - Bueno, bueno, eso no está mal. Poneros cómodos muchachos tendremos que resolver este problema.

Los dos en un santiamén se levantaron y se desnudaron quedando de pié frente a ella que asió una polla en cada mano y se las fue metiendo alternativamente en la boca. Se levantó y tirando de ellos los llevó hacia la cama en la que hizo que se tumbara uno de ellos, ella se sentó con las piernas muy abiertas sobre el vientre y de espaldas de forma que la punta de la polla quedó en la puerta del coño pero como seguía con las braguitas puestas no podía penetrarla. Cogió el pene y comenzó a restregarlo contra la fina tela que se fue empapando de sus jugos y mojando la polla que estaba a punto de correrse, con la otra mano tiró de la otra y se la metió en la boca.  Estaba tan caliente que se corrió empapando todavía mas las bragas lo que hizo que se corriera el que estaba masturbando, mientras había tenido que soltar la polla que tenia en la boca para jadear y disfrutar mas del orgasmo. Se pasó la mano por las braguitas y recogió la leche que rezumaba por todas partes y se la llevó a la boca saboreándola como si fuese un helado. El otro compañero que se la estaba machacando al ver el espectáculo se corrió y dirigió el chorro contra la cara de Maria y que abría la boca para que la leche le entrara hasta la garganta. En este momento le sonó móvil, lo cogió sin mirar quien era pues se encontraba algo mareada y respirando fuerte contestó.

  • Diga?

  • Maria, hola, soy Marcel, como estás?

  • Marcel! Te dije ayer que no me molestaras que tengo trabajo y no tengo tiempo para tus bobadas!

  • Es que como dijiste que llamarías esta mañana y no lo has hecho…

  • Por que tenia trabajo, imbécil.

  • Te noto extraña, estas cansada oigo como respiras jadeando.

  • Hemos salido un rato después de comer hacer un poco de deporte para estar en forma, y no me preguntes mas tonterías. Me estoy cansando de lo pesado que eres.

  • Tengo ganas de verte y hacer el amor cariño, te extraño mucho.

  • Pues te haces una paja. Y le colgó de golpe. – Ese capullo de mi marido es un pesado. Si supiera los cuernos que lleva. Jajaja. anda, que se hace tarde, vamos al trabajo.

  • Maria, podríamos echar un polvo, no?

  • Que mas queréis os habéis llevado una corrida que hacia tiempo no teníais.

-  Pero no hemos podido disfrutar de tu cuerpo ni de tus agujeritos tan preciosos.

  • Os pondré en la lista de espera, estoy preparando una fiesta cuando volvamos a casa y os invitaré, pero para que no os quejéis os dejo que lamáis el coño y el culo a la vez. Se quitó las braguitas y se colocó a cuatro patas encima de la cama para que mientras uno le comía el coño el otro le pasara la lengua por la zona del ano y le metiera la puntita.  La sensación fue tan fuerte que en cinco minutos volvió a correrse con tanta fuerza que se le escapó un chorrrito de pis en la cara del que estaba debajo.

  • Ahhhhh.!!! Que lenguas tenéis hijos de putaaaa!!! No puedo maaass!!! No pareiiiiiissss!!!

Se dejó caer encima de la cama desmadejada, entre la resaca y los orgasmos que había tenido se quedó medio dormida. Los dos amigos al verla en este estado la manosearon por todas partes, le tocaron las tetas, y le metieron los dedos en el culo y en la vagina y para bajarse la calentura se hicieron otra paja, corriéndose encima de ella y bañándola desde la cara hasta el coño. Se vistieron y se fueron dejándola sola y dormida.

La reunión de la tarde empezaba a las cuatro y eran las seis y Maria no había bajado, entonces Martin pensando que no se encontraría bien subió a ver que pasaba, abrió la puerta con la segunda tarjeta de la habitación y la encontró que acababa de ducharse y se estaba vistiendo.

  • Te ocurre algo que no has bajado?

  • Subí después de comer y me encontré mal, me tendí en la cama y me quedé dormida hasta ahora.

  • Pues esta habitación huele extraño.

  • Será de anoche cariño, no la habrán ventilado bien.

Cuando entraron en la sala de reuniones pasó por el lado de sus dos compañeros que la miraron con cara burlona y agachándose hacia ellos les dijo flojito

  • Sois unos hijos de puta. Y los tres se pusieron a reír  ante la mirada de otros compañeros que no entendían que pasaba.

Cuando acabó la sesión la mujer francesa que se había unido a ellos en Barcelona se le acercó  y le dijo.

  • Me gustaría hablar contigo un momento en un sitio tranquilo donde no nos moleste nadie

  • Bueno, yo hasta las nueve y media que nos vamos de cena no tengo nada que hacer dime donde nos vemos, en la cafetería nos encontraremos a todo el mundo y en mi habitación preferiría que no.

  • Podemos ir a la mía, es la ciento treinta, te parece bien en 15 minutos que tenga tiempo de ponerme mas cómoda?

  • Perfecto, yo también me pondré algo mas ligera después ya iré a cambiarme para cenar.

Maria se puso un pantalón de algodón muy fino de color beige y una camiseta con tirantes sin sujetador que debido a su pecho pequeño no  marcaba mucho, en cambio se puso un culote que le hacia un culo mas redondo y turgente. Llamó a la puerta y apareció la mujer con una bata corta medio abierta y que dejaba  descubierto parte de un cuerpo de mujer madura espectacular.

  • Pasa Maria, acababa de ducharme y no me ha dado tiempo a vestirme, si no te importa ahora mismo lo hago.

  • Oh!  Por mi no hace falta no me molesta que estés así,  además somos compañeras…

  • Si, gracias pues, perdona que no te haya dicho mi nombre. Soy Annemarie, pero todos me llaman Anne. Quieres tomar algo?

  • Un gin-tonic por favor, hemos de empezar a preparar la noche.

  • Como sabes yo soy la responsable de toda la zona sur de Francia y se me ha encomendado de observaros a todos y hacer una valoración de vuestro trabajo y actitud. Te cuento esto por que me has entrado muy bien y me pareces una buena tía y muy competente. Además tienes un carácter que demuestra que eres muy posesiva y capaz de mandar, fría y que consigues lo que quieres a cualquier precio. Me equivoco mucho?

  • Pues no, en cierta manera soy así.

  • Te gusta dominar las situaciones verdad?

  • Si, en el fondo soy una dominante.

  • Engañas a tu marido Maria?

  • Bueno… alguna escapadita…

  • No te hagas la niña tonta, ayer te vi en la discoteca y hoy no has bajado a primera hora

  • No me encontraba bien y me tumbé después de comer. Maria se sonrojó y las dos se echaron a reír cómplices de la respuesta.

  • Lo sabe tu marido que le pones cuernos?

  • No, pero en cuanto vuelva a casa voy a decírselo y someterlo a mis caprichos sexuales.

  • Ohhh me encanta esto. Yo también tengo una esclava y te aseguro que es un placer tener una persona que te obedezca en todo y sometas  tus caprichos.

  • Una esclava? eres lesbiana?

  • Si y no. Mas bien heterosexual. Me van los dos sexos. Me casé a los veinte años y tuve una hija que ahora tiene diecinueve y es mi esclava. La eduqué desde pequeña a obedecerme y me gusta follar con ella. Pero también me gustan los hombres. Hacemos fiestas con hombres jóvenes y atraídos que por la belleza de mi hija luego me los follo yo. Jajaja. Dieciocho, veinte añitos… Te gustan las mujeres Maria?

  • Lo he hecho solo tres veces y la verdad es que era muy joven, cosas del colegio y no lo disfruté mucho. Ahora solo follo con hombres, me encantan las pollas cuanto mas gruesas mejor.

  • Mmmm… Te gustaría probar? Y dejó que la bata se abriera mostrándole un cuerpo perfecto de una mujer de cuarenta años. Le cogió la cara con las dos manos y la besó en la boca con unos labios carnosos y húmedos mientras se abría paso con la lengua. Pasó las manos por debajo de la camiseta subiéndola hasta dejar sus tetitas al aire que besó tiernamente un buen rato lo que

provocó que sus bragas se mojaran de golpe, se la sacó por completo al tiempo que dejaba caer la bata al suelo quedándose totalmente desnuda.

Ana se arrodilló frente a Maria y tiró del pantalón bajándolo y dejando a su vista las braguitas blancas totalmente empapadas, aplicó la boca en el coño y lamió los jugos que empapaban las bragas. Las piernas le flaqueaban y una sensación extraña que nunca antes había sentido le recorrió el cuerpo.

  • Vamos a la cama Anne

Cogidas de la mano se fueron a la cama, se quitó las braguitas y se tumbaron una frente a la otra abrazándose estrechamente mientras se recorrían la espalda. Maria llegó al culo de Anne, separó los glúteos y comenzó a jugar con el agujero negro, se mojó los dedos con flujo vaginal y le metió uno en el culo al tiempo que volvían a besarse. Anne hizo lo mismo con Marie y comenzaron un ritmo de mete y saca lo que provocaba que sus sexos se frotaran uno contra el otro que acabó con un orgasmo mutuo entre gemidos y caricias.

  • Maria que buena estas, si conocieras mas mujeres harías felices a muchas, eres todo fuego.

  • Anne, he gozado mucho, no pensaba que una mujer pudiese dar tanto placer es totalmente distinto Ufffff…

  • También puedo hacerte sufrir

  • Mas?

  • Si pero de placer. Abre bien las piernas, y ponte esta almohada debajo del culo.

Anne se puso frente a ella y le besó el coño separando los labios vaginales hasta que encontró el clítoris, comenzó a lamerlo y no pasó mucho tiempo hasta que comenzó a suspirar fuerte y jadear señal inequívoca de que estaba empezando a gozar. Anne se levantó y cogió un bote de vaselina, hizo que María abriese bien las piernas doblando las rodillas de forma que quedaba el coño bien expuesto, se untó la mano y poniéndola en forma de cuña empezó a masajear la entrada de la vagina que poco a poco fue cediendo permitiendo que los dedos fuesen penetrando.

  • Ahhhhh Anne que me haces

  • Calla cierra los ojos y sueña. Relájate… Disfruta

El puño cerrado se iba introduciendo en la vagina gracias a un movimiento rotatorio suave, lento,  sin parar como una pequeña taladradora. Maria con los ojos cerrados no paraba de gemir y coger aire, hasta que notó toda la mano en su interior y como esta se abría y los dedos de Anne exploraban las paredes interiores, el dolor que sintió al principio se transformó en un infinito placer que la llevó a un orgasmo largo y profundo que no se acababa nunca por que Anne seguía con su juego.

  • Oooohhhh no pares, no pares… Sigue… Ahhhh…!!!  El orgasmo continua y el puño entra y sale cada vez mas mojado mezcla de los flujos vaginales y del pipí que se escapa inconscientemente hasta que cae en un sopor que la dejó adormecida i semi-insconciente.

Cuando despertó era la hora de la cena, pero su cuerpo no estaba para estos trotes, llamó a sus compañeros y les comentó que tenia dolor de cabeza y no bajaría ya que quería descansar, pero que cuando volvieran al hotel la llamaran y iría  a tomar una copa con ellos. Se duchó, pidió un poco de comida y se tumbó otra vez en la cama esperando la hora que volvieran. Pasadas unas dos horas se vistió y bajó al hall del hotel, pidió un gin-tonic bajo en alcohol y se dispuso a esperar a sus compañeros. Al poco se le acercó un hombre de color elegantemente vestido con el  entabló conversación. Maria se sintió atraída  por el tipo que media alrededor de dos metros y era de fuerte complexión. Su libido, y otro gin-tonic esta vez mas cargado, hicieron que comenzara a sentir algo mas que interés por este hombre que le propuso continuar la conversación en su habitación con una botella de champan que aceptó muy gustosamente. Desconectó el teléfono y entró en una suite en la última planta, con una sala de estar y el dormitorio y que estaba acondicionada de forma distinta a las demás. Las paredes estaban pintadas de negro, acolchadas con una suave luz indirecta que le daba un toque muy íntimo mientras que  del techo  las paredes colgaban argollas.

Cuando entraron en la mesita de la salita había una cubitera con una botella de champan enfriándose, dos copas y un látigo de tiras largas de color negro con una empuñadura grande que simulaba un falo enorme.

  • Maria, siéntate y ponte cómoda mientras voy un momento al baño. Se quedó sola y miró con cierto estupor el látigo, lo cogió y pasó la mano por la empuñadura y luego mientras acariciaba las tiras pensaba que se sentiría siendo azotada por un látigo y una extraña sensación le recorrió el cuerpo sintiendo como comenzaba a humedecerse el coñito. Estaba absorta con sus pensamientos cuando vió ante ella el hombre plantado en la puerta con los brazos en jarras totalmente desnudo, el cuerpo brillante cubierto por una crema que acentuaba mas su musculatura, y un pene inmenso de mas de quince centímetros que colgaba entre dos huevos enormes y que hicieron que Maria pusiera los ojos en blanco admirando y pensando como seria de grande cuando estuviera en estado de erección.

  • Puta, que esperas a desnudarte cuando ves como estoy yo? Al tiempo que tiraba de ella y le soltaba un sonoro bofetón    que la hizo girar la cara.

  • Que haces!!! Quien te crees que eres para pegarme?

  • Calla puta! Obedece y calla, al tiempo que le soltaba otra bofetada que la tiró al suelo. Te he ordenado que te desnudaras y no intentes nada por que la puerta está cerrada electrónicamente y no te abrirá nadie además las paredes están insonorizadas. O sea que espabila y obedece.

Maria se desnudó y se quedó en medio de la habitación mientras el negro paladeaba una copa de champan.

  • Quieres un poco puta?

  • Si, si El negro cogió la otra copa, vertió un poco de champan y la acabó de llenar con una corta meada. Metió la polla dentro y le ofreció la copa.

  • Bébetela toda puta

  • Uf, me da asco.

  • Que te doy asco yo? Le soltó otra bofetada mientras le retorcía una teta, le metió la copa en la boca. - Y que no se pierda una gota, puta. Tenia la cara marcada por los dedos de las bofetadas que le había dado y le quemaban las mejillas. Se bebió la copa entera procurando no olerla para no vomitar.

  • Así me gusta cerda. Ahora chúpame la polla hasta que se ponga bien tiesa. Maria se arrodilló frente a él y se metió el grueso falo en la boca haciendo esfuerzos para que le cupiera toda. Nunca había probado una polla así. El gusto a meados que tenia no era obstáculo para que chupara aquel instrumento que poco a poco crecía en su boca hasta que casi no le cabía.  Se separó de ella y hizo que se tendiera en el suelo. Con una barra de madera de un metro y medio separó las piernas y ató los tobillos a ella de forma que quedara totalmente abierta, apretó un botón de la pared y bajó del techo una cadena que sujetó al centro de la barra y la izó de forma que el cuerpo de Maria quedó de cabeza hacia abajo quedando el coño y el culo a la altura de la cara del negro que los admiró mientras Maria suplicaba que la soltara.

Separó las nalgas y se recreó con la vista del agujerito anal que lamió primero por los pliegues suaves del contorno y luego el centro en el que poco a poco iba introduciendo la punta  lo que provocó que los quejidos se fueran trasformando en gemidos de placer, la lengua iba castigando el esfínter que poco a poco cedía y la lengua cada vez profundizaba mas. Maria iba notando un  cosquilleo le recorría el cuerpo que se iba intensificando cada vez mas al tiempo que su coño se iba perlando de gotas de flujo que asomaban en los labios vaginales. El hombre que continuaba con una fuerte erección, al ver como Maria se excitaba cada vez mas sacó la lengua del culo y se la metió en el coño aplicándola sobre el clítoris con pequeños mordiscos que hacían que cada vez se excitase mas hasta ponerla al borde del orgasmo.

  • Te gusta esto puta, ahora vas a ver lo que es gozar de verdad jajaja. Cogió el látigo y sin ningún preámbulo descargó un golpe con todas sus fuerzas en el coño de Maria que chilló de dolor,

  • Aaaahhhhhh!!!! Por Dios que haces…!!!

  • Cállate y goza cabrona, te gusta follar no? Pues antes de gozar hay que sufrir. Y descargó otro y otro y otro azote así hasta veinte veces al tiempo que con la otra mano se iba masturbando. Maria lloraba y gritaba de dolor mientras recibía la descarga de golpes  en su sexo. Cesó con los golpes, le clavó el mango del látigo en el culo introduciendo mas de veinte centímetros por cuatro de grosor y con un ritmo fuerte la comenzó a follar,  le metió la polla en la boca hasta alcanzar la garganta moviéndola a ritmo lo que  impedía la respiración  normal, mezclándose las lagrimas con los mocos y las babas que salían de la boca y la nariz hasta que después de unas cuantas embestidas comenzó a correrse abundantemente haciendo que tuviese que tragarse toda la leche que no paraba de escupir la polla, mientras no dejaba de empujar el mango en el culo y que acentuó en el momento de correrse.

Sacó la polla de la boca de Maria que aspiró el aire a bocanadas producto de la asfixia que había padecido y la dificultad de respirar. De un golpe extrajo el mango del culo que salió manchado  de suciedad y de sangre fruto de la brutalidad de las embestidas a que la había sometido. Cogió la botella de champan y se la clavó en el ano, la agitó para que el líquido entrara a presión, lo que provocó un dolor agudo al entrar en contacto el frio  y el alcohol con las heridas, luego se lo taponó con el tapón de la botella y la bajó al suelo donde quedó tumbada y agotada.

  • Has disfrutado Maria?

  • No, en absoluto, me duele y me quema el culo, quítame el tapón y la barra de los pies.

  • Oh si!, ahora mismo, además brindaremos otra vez con champan. La soltó de la barra, la puso a cuatro patas y le advirtió que aguantara el tapón, se bebió una copa y con el látigo azotándole el culo la llevó hasta la ducha. Allí le quitó el tapón y cuando comenzó a soltar chorros del champan que tenia en el recto los fue recogiendo con la copa,  se la pasó para que bebiera y aunque no podía disimular el asco que le causaba se la tomó toda al tiempo que el negro se meaba en su cara. Después cogió la manguera de la ducha y la limpió con agua fría hasta que desapareció el olor de sudor y de meados, sacó la piña de la ducha quedando solo el tubo y se metió en el culo, abrió el grifo y la llenó de agua hasta que quedó llena con un fuerte dolor de tripa. Se lo mantuvo metido durante un cuarto de hora mientras chillaba de dolor. La sentó en la taza del wáter y dejó que evacuara todo lo que llevaba dentro, observada por el negro que no paraba de reírse.

  • Ahora te toca gozar a ti puta, no quiero ser egoista. La tumbó en la cama y ató las manos y los pies a las esquinas de forma que quedó abierta en forma de aspa. Le introdujo un vibrador metálico hasta el fondo del ano conectado a una centralita electrica y otro en forma de micro con la cabeza vibradora en el clítoris. Lo encintó bien para que no tuviese el menor movimiento y lo puso en marcha.

El vibrador del culo aparte de moverse y producir la sensación de placer, cada minuto soltaba una descarga eléctrica de fuerte intensidad que hacia que el cuerpo de Maria se contrajera y convulsionaba y todo el placer que estaba acumulando en su cuerpo producto del masaje de la cabeza del vibrador y del que tenia en el culo y que la llevaba al borde del orgasmo, desaparecia cuando se producia la descarga dejàndola en un estado nervioso y de excitación muy grande.

Maria se encontraba cubierta de sudor y sola en la habitación llorando por el estado en que estaba. Deseaba correrse pero no podia. La cabeza movil no paraba de frotar el clítoris pero no tenia tiempo de llegar a la culminación del orgasmo.

El negro estaba sentado en una butaca fumando tranquilamente un puro al tiempo que tomaba una copa escuchando los gemidos de la mujer. Pasada media hora entró en la habitación y pasó la mano sobre las excitadas y sudorosas tetas que estrujó hasta hacerla chillar.

  • Por favor... para esto... necesito correrme... no puedo maaaasss... El negro pegó una calada mas al puro, acercó la boca a la cara de Maria y expulsó el aire provocando un ataque de tos al tiempo que otras descargas recorrían el cuerpo.

Apagó el mecanismo y sacó el consolador del ano quedó completamente enrojecido y sensibilizado y dejó a Maria solo con el vibrador clavado en el coño que al no tener el inconveniente de las descargas no tardó en entrar en erupción. El orgasmo tanto tiempo reprimido llegó como un sunami de golpe y alcanzando la sima en pocos momentos, se arqueó el cuerpo al tiempo que el negro le daba mas velocidad al cabezal para aumentar la vibración. Otro orgasmo llegó al minuto y así otro y otro y otro... Las sábanas estaban empapadas de sudor, flujo, y gotas de pis que se escaban. Estaba tan abstraida que no notó como el negro habia soltado las gomas que sujetaban el vibrador y lo soltó, pero siguió frotándolo a mano para que siguiera corriéndose. Separó los labios vaginales y dejó caer la ceniza directamente sobre ellos, le metió un par de dedos en el coño que fruto de la gran lubricación no encontraron obstáculo para entrar, puso la mano en forma de cuña y la penetró sin mucho cuidado hasta que hundió toda la muñeca que una vez dentro movió rotando hasta que abandonada al placer acabó con otro orgasmo que fué subiendo de tono hasta que entre chillidos acabó con una espectacular corrida mientras expulsaba compulsivamente chorros de orina que salian disparados a distancia.

La desató y quedó desmadejada sobre la cama, le soltó un par de bofetadas que hicieron que espabilara y la puso a cuatro patas. Observo el agujero anal que estaba totalmente enrojecido y escaldado, lo abrió con los dedos para ver el interior y se deleitó ante la visión del pozo negro, escupió varias veces en el interior y luego apuntando la polla se meó dentro. Maria chilló de dolor al entrar en contacto la orina con las heriditas de la fina y sensibilizada pared anal. Contempló el agujero lleno, cogió el puro, sacudió la ceniza sobre el esfinter y se lo clavó dentro del culo que se apagó al entrar en contacto con el pis, pero antes habia producido una pequeña quemadura. Le dejó el puro metido en el ano para que hiciera de tapón, le metió la gruesa polla en la boca que  absorvió sin rechistar y como una autómata chupó clavándosela en la garganta hasta que notó que le llegaba la corrida, momento en que la sacó, la tiró sobre la cama y se corrió bañando la cara y el pecho con potentes chorros de leche.

  • Pásate la leche por el cuerpo quiero ver como brillas. Maria esparció la lefa por la cara y el cuerpo hasta que quedó toda embadurnada, el negro la cogió por el pelo, tiró de ella, y la sacó de la cama, le dió la ropa y los zapatos, la empujó a patadas hasta la puerta y la echó de la habitación.

Se encotró desnuda en el pasillo, cubierta de leche con el culo lleno de meados y el puro clavado y sin la llave de la habitación. Se vistió como pudo pero el negro se había quedado las bragas. Bajó a recepción procurando no se le saliera del culo el puro apretàndolo fuertemente, se fijó en el gran reloj de pared y vió que eran casi las cinco de la madrugada. El recepcionista la miró con aire socarrón al ver su aspecto y el olor que emanaba.

  • Ha sido agitada la noche señorita? Maria bajó los ojos, cogió la llave y subió a la habitación. Miró el teléfono que permanecia apagado y vió que habia llamadas perdidas de todos sus amigos y de su marido. Solo tenia le quedaban horas para descansar, tenia que levantarse a las ocho pues por la mañana se acababa el seminario. Se desnudó y se tumbó en la cama. A las ocho sonó el despertador, se duchó, pasó media hora ante el espejo para maquillarse y disimular los efectos de la noche, se puso un vestido muy ajustado y bajó a desayunar.

  • Maria, donde te metiste anoche? Te estuvimos buscando y llamando y no hubo forma de contactar contigo.

  • Me dolia la cabeza y me fui a dormir y apagué el teléfono.

  • No seas mentirosa, estuvimos llamándote a la habitación y la llave estaba en recepción.

  • A si? Jajajaja igual me confundí de habitación. Jajajaja.

  • Eres una golfa, no nos dejarás con esta excitación verdad?

  • Jajaja, antes de llegar a Barcelona dejaré que me lleneis de leche, será un regalo para mi marido, jajaja.

Una vez acabada la última sesión de trabajo, Martin, Maria y tres compañeros más se dirigieron al Ave que les llevaría a Barcelona. Maria cogió el teléfono y llamó a Marcel

-  Hola cariño, regresas ya?

  • Si, ahora cogemos el Ave, en dos horas y media llegaré, ven a esperarme.

  • Tengo muchas ganas de follarte cariño.

  • Te has masturbado estos días?

  • No, lo guardo para ti.

  • Yo te guardo una sorpresa. Dile a mi madre que se quede con la niña así podremos tener mas intimidad el fin de semana.

Subieron al vagón del AVE que al ser en clase Club iba vacío. Pasó la azafata y les preguntó si les apetecía tomar algo, le contestaron que no y que por favor no les molestara pues tenían que trabajar en temas muy delicados, a lo que ella les respondió que no había problema.

En cuanto se quedaron solos en el vagón, le quitaron las bragas y se fueron turnando en el asiento de al lado para tocarle el coño y las tetas, metiéndole los dedos por los dos agujeros mientras ella los iba pajeando. Cuando el grado de excitación llegó al límite se fue al lavabo con uno de ellos y follaron hasta que se corrieron los dos, después entró otro, y otro, y así hasta que llegaron a Barcelona, donde bajaron. Maria llevaba las bragas empapadas de flujos y leche y tanto el culo como el coño rezumaban semen.

  • Hola amor mío, no sabes cuanto te he añorado estos tres días. Estoy muy caliente, he estado a punto de hacerme veinte pajas pero me he mantenido fiel para ti.

  • No sabes como te lo agradezco cabroncito mío. Te lo recompensaré. Pero estoy muy enfada contigo por tu puta manía de no dejarme en paz.

  • Me añoraba mucho y como tu no llamabas…

  • Si no llamaba es por que no podía, pero no hay para tanto como para estar molestando a todas horas, o te crees que yo no pensaba en ti y en la niña?

Llegaron a casa y Maria ya tenia ganas darle el regalo que le guardaba a Marcel. Por eso cuando hubieron descargado la maleta, Maria le dijo que se desnudara y se sentara en la cama. Marcel mostraba una erección total. Comenzó por sacarse la blusa y el sujetador lentamente para excitarle mas. Después lo hizo con la falda y por último las bragas que se las dio a Marcel

  • Huele y chúpalas

  • Tienen un olor muy fuerte

  • Jajaja, es leche capullo, no lo notas? Y ahora límpiame bien el coño y el culo que los llevo hechos una mierda.

  • Maria, has estado follando?

  • Todo el viaje de vuelta. Jajaja. Me han dejado llena de semen el coño y el culo y yo lo he guardado para ti como regalo de mi estancia fuera. Y ahora no me preguntes tanto y límpiame el culo.

  • Pero por que me has puesto esos cuernos, si yo te quiero tanto?

  • Por que eres una puta mierda. No sirves para follar, y si no te gusta te vas. A partir de ahora follaré con quien quiera y donde quiera, cosa que ya hacia antes, pero con un cambio, que ahora lo sabrás y lo podrás ver. Vamos al baño quiero limpiarme bien.

Hizo que se arrodillara ante ella, le cogió la cara y se la incrustó en el coño.

-Cómetelo hasta que está totalmente limpio y me corra. Marcel con el pene a punto de explotar se puso a la tarea de chupar hasta que Maria se corrió y acto seguido se meó sobre él  – Como premio dejaré que te corras pero sin follarme o sea que rápido hazte la paja que quiero ducharme a fondo.

Marcel se masturbó con fuerza el pequeño pene que Maria comparaba con sorna con el del negro que la había destrozado hacia veinticuatro horas antes, hasta que comenzó a soltar esperma que Maria recogió con las dos manos. Cuando acabó se la pasó a la boca de Marcel.

  • Toma cabroncito ve acostumbrándote a este alimento que tendrás que tomarlo muchas veces.

  • Maria, por que quieres humillarme así?

  • Por que tu me incitaste a esto. Cuantas veces me habías dicho que te gustaría ver como me folla otro hombre y tu mirabas como lo hacia?

  • Bueno… Eso eran fantasías, imaginaciones de situaciones que me excitaban… pero que nunca pensé que llegasen a cumplirse.

  • Pues ha llegado la hora de hacerlas realidad. A partir de ahora estarás presente en mis juergas tanto si es con hombres como con  mujeres. Te dejaré mirar y dejaré que te hagas pajas y si algún día llegas a excitarme dejaré que me folles o que te corras conmigo. Te convertirás en mi sumiso cabrón y harás realidad tu sueño de ver a tu esposa follando y gozando con otros y serás el perrito fiel con la lengua a punto dispuesta a lamer y limpiar los restos que queden en mi cuerpo. Y ahora para que veas como te quiero mientras me arreglo te voy a contar lo que he hecho estos tres días. Maria le contó con pelos y señales las folladas con sus compañeros de trabajo, el encuentro con su jefa lesbiana, y la humillación a que la sometió el negro desconocido en la habitación del hotel. Marcel volvió a excitarse  escuchando el relato de Maria con todo lujo de detalles y viendo como se movía desnuda por la habitación,  tocándose  el pene erecto.

  • Marcel, otra vez…? Para correrte necesitas mi permiso si no te castigaré muy duramente. Mete esta mierda dentro del bóxer y que no vea que te tocas sin que yo te lo consienta.

Una vez vestida llamó por teléfono a Mario. – Esta noche podríamos repasar las conclusiones del viaje aprovechando que la niña está con su abuela, podemos cenar en casa que el cornudo de Marcel nos preparará y servirá  mientras nosotros ponemos en común nuestros trabajos, jajaja.

  • Perfecto Maria, a las ocho estaré en tu casa, así si cenamos pronto tendremos mas tiempo. Jajaja.