Mi compañero disfruta al maximo con mi mujer

Cae perdido por sus encantos, y depues de un juego muy sexi y mucho deseo por fin terminamos disfrutando los 2 de mi mujer y ella de nosotros.

Una vez mas tengo el honor y placer de saludarles, esperó que les agrade este relato 100% real en el que mi esposa, como principal protagonista, nos hace gozar al máximo a un compañero y a su servidor. Ya en otras ocasiones les he presumido que mi mujer es muy linda, admirada y deseada donde quiera que va, una hermosa y seductora mujer a la que amo y admiro mucho, y de lo que agradezco a la vida. Ella con su hermosa sonrisa, su carita de niña tierna y su bien formado y proporcionado cuerpo, roba miradas y pensamientos a grandes y a chicos. Con sus 55 kilos, sus delineadas piernas, su redondo firme y muy bien formado trasero, sus pechos de tamaño ideal que no son enormes pero lo suficientemente grandes y firmes para hacer babear a cualquiera. Bajita, acomodable coqueta y seductora es el centro de las miradas.

Conoció por casualidad a mi compañero de trabajo, al estar caminando y encontrarnos desde luego, los presente a ambos y aun que el muy respetuoso y educado, sus ojos y su mente le traicionaban, y no podía dejar de mirarla, cosa a la que de alguna u otra forma me he acostumbrado, ya que como les decía a donde quiera que va arranca miradas.

Con un tímido pero deseado beso seguido de algunas miradas discretas, por parte de mi compañero, termino el saludo. tras una breve charla, nos despedimos y nos fuimos. Tiempo después ella en una visita a la oficina en la que yo no me encontraba, lo volvió a ver, y según me contó ella el muy amable y educado pero sin dejar de mirarla le ofreció sentarse, poco platicaron y mi mujer sé tubo que retirar, las cosas eran de lo más normal hasta que un día pensando en hacer un trío, y proponiendo candidatos apareció el nombre de mi compañero, como ella ya me había contado que no le resultaba tan indiferente, no se me hizo raro y pensando en que como amigo es discreto y educado, además de agradarle a mi esposa fue una opción. Aun que no se lo propusimos de inmediato a él. Ella empezó a visitar mas la oficina y me di cuenta que él perdía sentido al mirarla, se deleitaba de su cuerpo, era demasiado atento y hasta galante con ella. Por lo que ya era evidente que como muchos otros habían caído rendido en su seducción. De forma educada y respetuosa no perdió oportunidad incluso de decir algunos piropos a mi mujer alabando su belleza. Cuando decidimos que era tiempo de hablar con él, le mostré un álbum de fotos sugestivas de mi esposa, en las que aparece en diferentes poses, con falditas, pantaloncitos ajustados blusas muy ligeras e incluso bikinis. En verdad parecería un book de modelo, en el se puede apreciar su cuerpo en todo su esplendor, luce sus encantos, de forma muy sexy y provocativa. Cualquiera que ve ese álbum siente de inmediato el despertar del deseo, con un remolino dentro de la bragueta es inevitable ocultar la erección, el totalmente hipnotizado lo repaso, tomándose el tiempo para admirar cada parte de su cuerpo, se adentraba en cada foto como si imaginara entrar en ella y tocarla, besarla, disfrutarla y hacerla suya una y otra vez. Con cada ropa que luce y en cada escenario. Alababa en voz alta los atributos físicos de mi mujer, me decía lo mucho que le gustaba y que le desea, que tengo una hermosa mujer, que esta muy buena y cosas así. Mostrándome un par de fotos en donde más le agrado, me mira y me dice que soy afortunado por tenerla para mí y que se ve buenísima.

Con una mirada seria pregunta si es verdad lo que le estoy proponiendo?? Y sí ella esta de acuerdo en esto?? Al contestar afirmativamente a sus interrogantes, me agradece el que lo hayamos elegido. Y promete hacer lo que le pidamos, así como ser discreto. Tras esto le propongo que el fin de semana próximo tengamos el encuentro, a lo que encantado dice que sí. Al llegar a casa le digo a mi esposa la noticia, le cuento todo lo sucedido y que al día siguiente vendrá él a comer para conocerse mejor y perder un poco el miedo. Esa noche y el resto de los días hicimos el amor como locos, imaginando lo que sucedería. Al día siguiente al regreso del trabajo mi compañero vino conmigo. Casi nos vamos de espaldas al ver a mi mujer lucia hermosa, simplemente espectacular, vestía con la ropa de una de las fotos que a él mas le gusto, esto consistía en una diminuta y apretada faldita y una blusa escotada pero con mangas, todo en color negro y sus tacones altos. Su atuendo, incitaba a la locura al ver sus hermosas piernas, resaltaba muy bien su curvilíneo cuerpo, estaba para comérsela, ambos estábamos boquiabiertos admirando a mi mujer, depuse de un Wow. Que linda!! El se dispuso a saludarle y alabar su cuerpo diciéndole lo bien que lucia con esa ropa. Ella agradeciendo el cumplido, le dijo que yo le había platicado sus comentarios cuando vio las fotos y decidió darle gusto, luciendo para nosotros lo que al él mas le agrado. La comida transcurrió de lo más normal con una platica trivial pero amena con miradas indiscretas a sus pechos, piernas y todo su cuerpo, cuando se paraba a la cocina seguíamos su trasero con la vista, nos tenia totalmente cachondos y a sus pies.

Al terminar la comida. Fui yo quien trajo al tema lo del trío, diciéndole a mi compañero lo mucho que habíamos ya hablado, ella y yo sobre eso y que ambos lo queríamos disfrutar al máximo, y que además esperábamos que el también disfrutara. A lo que él con una sonrisa dijo: claro que lo voy a disfrutar, de eso estoy totalmente seguro! Mi mujer le contesta: la verdad nosotros queremos tener esta experiencia, la hemos pensado por mucho tiempo, y estoy segura que todos la vamos a disfrutar. Yo le dije a mi mujer que nos enseñara su cuerpo, sin embargo algo cohibida decía que no y seguía sentada. Por lo que nos vimos en la necesidad de asomarnos por los lados de la mesa y levantar el mantel para estar viendo sus hermosas piernas. Al ver que nadie daba el primer paso, propusimos un juego, que nos ayudara a empezar. Este consistía en hacer preguntas que debían contestarse solo con otra pregunta, y el que no lo hiciera así entregaría una prenda o Gozaría de un delicioso un castigo (ya que obviamente para nadie seria castigo lo que se impusiera) las preguntas comenzaron mas o menos asi:

Ella a él: Como te llamas??? Él a mí: que edad tienes?? Yo a ella: ¿Cómo estas???...................................

Hasta que se hicieron más fuertes, algo como esto: ella a él: quieres tocarme??? Él a ella: Quieres chupármela?? Ella a mí: vas a dejar que me coja??? Yo a ella: nos las vas chupar?? Ella a él: me quieres coger??? El: siiiiiiiiiiiiiiii cuando quieras mamita!!!!

Por lo que perdió y entrego su camisa mi mujer lo miraba y se mordía un dedo. y el juego continuo mas o menos así:

Ella: te gustan mis pechos??? El: quieres que te cojamos los 2??? Ella: mmmmmmm siiiiiiii que rico

Por lo que ella entregó prenda, ella decidió que fuera la tanga ya que con falda le era fácil quitársela sin que pudiéramos ver nada, y a pesar de ofrecerle ambos nuestra ayuda para retirar la prenda ella no acepto, y solo pago quitándosela. En ese momento ambos nos confabulamos bombardeando de preguntas a mi mujer, ya que como era obvio nuestro interés era verla desnuda, fue así como ella nos deleitaba las pupilas entregando prenda tras prenda, hasta quedar desnuda, mientras nosotros aun teníamos algo de ropa. Con ella ya totalmente desnuda ambos deseábamos por fin hacerle el amor, y que nos chupara las vergas. Por lo que rápidamente sugerimos empezar con los castigos pero ella se negó. Además el tiempo se nos había ido volando y necesitábamos regresar a trabajar, por lo que no hubo mas remedio que vestirnos y prepararnos para partir con los penes apunto de reventar el pantalón deseando y queriendo algo de acción ya que no alcanzamos a desahogar la calentura que provocaron las preguntas y verla desnudita frente a los 2. Pensé en desahogar un poco aun que sea y le pedí a mi mujer que nos diera una muestra de lo que seria la gran noche, a lo que mi compañero de inmediato hizo segunda a mi petición pidiéndole un beso en el pene, ella se acercó a él sobando ligeramente su bragueta y extrayendo su aparato, lo miro por unos segundos, lo llevo a su boca, introduciéndolo para saborearlo, lentamente lo paladeo por un par de minutos, terminando con un beso en la punta lo tomo y lo regreso a su encierro.

He hizo lo mismo conmigo ya un poquito más tranquilos gracias a la deliciosa chupada que nos regalo mi mujer, nos despedimos de ella y nos dirigimos al trabajo, camino hacia allá él me decía lo bien que la había pasado y lo mucho que deseaba que llegara el gran día, y que se había quedado con muchas ganas, ambos nos quejábamos del tiempo que no nos permitió continuar disfrutando, y decíamos lo que haríamos el gran día me decía que quería metersela, sentirla y disfrutar de ella que con esto solo había aumentado aun mas su deseo, y que el gran día la haría gozar al máximo, decía que no le haría el amor a su mujer desde aquel día para tener mas energía y disfrutar plenamente del cuerpo de mi hermosa mujer, diciéndome lo mucho Que le gustaba mi esposa y el gran deseo que tenia por cojersela desde el primer día que la vio y que ya se había masturbado pensando en ella, me agradecía por la oportunidad y prometía respeto y máxima discreción. Así llegamos al trabajo en donde no se hablo mas del tema. Hasta llegado el gran día. Ese día me levante con una extraña sensación en él estomago, aun así intente un día normal, al medio día mi mujer me dijo durante la comida que estaba un poco nerviosa y que quería atrasar la fecha.

A lo que la incite para que no lo hiciéramos ya que como la conozco y sé que lo que le pone nerviosa prefiere atrasarlo, pero tarde o temprano llega de cualquier forma. Por la noche el vino con migo a casa, ella bestia una micro falda suelta y una blusa no muy escotada se veía como siempre muy deliciosa y antojable. Sus piernas firmes y bien torneadas, sus pechos redonditos, firmes y grandes hacían que quisiéramos correr hacia ella y poseerla en ese mismo instante. Mi compañero no podía retirarle la vista de su cuerpo la miraba con detenimiento de arriba abajo, ella sonreía y se ponía rojita de sentir como la desnudábamos con la mirada. Entramos a la sala como buenos caballeros la dejamos pasar delante mientras la mirábamos de espaldas, estaba para una foto. Nos sentamos una ves mas a platicar por lo que yo para no alargar tanto las cosas decidí a apresurar un poco el encuentro, les pedí que se besaran, les dije que empezaran como si yo no estuviera, le dije a el que ella no había besado a muchos hombres y que seria una nueva experiencia, si el la seducía y le hacia el amor a su manera. Sin pensarlo dos veces ambos se pusieron de pie en medio de la sala, totalmente listos para darme una gran función en la que mi esposa desde luego era la gran atracción y protagonista. Yo caliente, nervioso, algo celoso pero muy excitado solo acerté tomar una cerveza y sentarme a disfrutar de la función. Los dos amantes comenzaron a besarse tímida y tiernamente, sus manos muy quietas controladas por los nervios, solo se abrazaban uno al otro haciendo del beso algo muy tímido, delicado y eterno.

Yo los miraba fijamente se notaba el deseo con el que ambos se entregaban a ese el primer beso. Poco a poco se fueron desinhibiendo y haciendo del beso algo cada vez mas apasionado y excitante, sus manos tomaban control y repasaban sus cuerpos con timidez y deseo, mi mujer entregada al beso y las caricias de su amante, cerraba los ojos disfrutando del sabor de sus labios, lentamente el se separaba de los labios, y comenzaba besar su cuello, cosa que a ella la pone muy caliente, a estas alturas se que ambos estaban totalmente entregados, al grado de que tal ves no recordaban siquiera que yo los miraba. Yo veía a mi esposa, la deseaba cada vez mas, pero estaba dispuesto a permitirle ese placer. Veía como él la deseaba y se deleitaba del sabor de sus labios, tocaba ese cuerpo que jamás imagino poder tocar y menos aun con migo como testigo, pero sé que eso era lo ultimo que pensarían en ese momento, su boca recorría lentamente el cuello, cara y cabello de mi esposa su respiración caliente y agitada hacia mas intenso el placer para ella que delicadamente y lentamente exploraba con sus manos el cuerpo de su amante, como si quisiera aprendérselo de memoria, lo tocaba con esmero y desesperación. Él recorriendo lentamente con sus manos el cuerpo de ella y sin dejar de saborear su boca, y besar su cara y cuello bajaba despacio y con cuidado el cierre de su falda, dejando a nuestra vista su tanga y sus hermosas piernas, era un espectáculo sensacional digno de un gran auditorio, pero solo yo lo disfrutaba, les miraba con desesperación, celos, una gran erección y calentura. Ella movió ligeramente sus pies para terminar de quitarse la falda cosa que él aprovecha perfectamente para girar a mi mujer de espaldas a él, quitando lentamente su blusa le levanto los brazos para poder retirarla, en ese momento su mirada se detuvo a contemplar su cuerpo por unos instantes, sus manos tomaban y apretaban desde atrás sus pechos, su mirada reflejaba deseo, logro y satisfacción por tener lo mas deseado. Acerco su boca a su nuca le besaba el cuello, nuca y orejas, mientras pellizcaba despacio sus pezones y apretaba sus hermosos pechos, le daba resoplidos, ella se estremecía de placer daba pequeños saltos seguidos de gemiditos, se notaba que estaba mojada, la tenia a mil. En un momento ella no resistió y se giro de frente hacia él, sobando lentamente su bragueta, lo beso y desabrocho su pantalón que cayo al suelo, exploraban sus bocas sus cuerpos y estaban perdidos en un apasionado beso, sin separarse, caminaron hacia un pequeño sillón donde el cayo sentado y ella se le monto encima, con las piernas separadas, se detuvo por segundos clavando su miradas sobre mí. Muy roja de su cara y cuello producto de los besos de su amante ambos con sudor en todo el cuerpo y una mas que evidente excitación, era muy sencillo comprender lo que me pedía a gritos con su mirada, me miraba rogando la dejara hundir dentro de su ser aquel trozo de carne, bañado ya en liquido preseminal producto del deseo por mi mujer. Y que ella tanto deseaba en ese momento. Respondí a la mirada con aprobación y ella de inmediato, besándolo y haciendo a un lado su tanga se dispuso a sacar su pene del boxer, y lo coloco en posición para la penetración. Pero el se detuvo y impidiendo que ella se clavara su verga, aun con el evidente el deseo que tenia por que lo hiciera, la detuvo en una muestra de atención hacia mí, pidiéndome que me uniera a la fiesta y fuera yo quien la penetrara primero.

Yo por mi parte apegado a lo que había dicho en el principio, les permití que continuaran, teniéndome solo como espectador, diciéndoles que esa primera vez le mostrara a mi mujer como lo hace él, la sedujera y la hiciera suya, como tanto lo deseaban ambos y que mas tarde entraría también yo. Ella se incorpora y camina moviendo sus caderas con sensualidad, se dirigió hacia la recamara, e hizo un gesto pidiendo que la siguiéramos, así que atendiendo a su pedido, pronto estuvimos allá. Ella se recostó boca arriba en medio de la cama ya totalmente desnuda. Nos sonreía y le hacia señas de ven, El se coloco sobre ella fundiéndose nuevamente en un beso que duro una eternidad, sus manos tocaban cuanto podían, explorando ya sus cuerpos totalmente desnudos y sudorosos, ella lo separó un poco de si, agachando su cabeza se dirigió a su cintura y se metió el pene a su boca, saboreo con cuidado y lentamente el liquido preseminal, estuvo chupando con maestría de arriba abajo lo saboreo como a una rica paleta, como solo ella lo sabe hacer, regalando a su amante momentos de gran placer. Él con la cabeza inclinada hacia atrás y los ojos cerrados sujetaba la cabeza de mi esposa para dirigir el ritmo y la hacia meter todo su miembro, ella tomaba con fuerza su trasero y le arrancaba gemidos de placer. En un momento volvieron a incorporarse subiéndose en ella dirigió su mástil hacia su húmeda vagina, e hizo ademán de penetrarla, a lo que ella respondió abriendo al máximo sus piernas y cerrando los ojos para recibirlo. Pero el no lo hizo solo pasaba su miembro de un lado a otro entre las piernas de mi mujer, que desesperada abrió los ojos con reclamo por no ser penetrada aún. Él al ver sus ojos y su reclamo le entrego sus labios, fundiéndose en un beso acariciando, sus pechos con una mano y con la otra seguía haciendo ademanes de penetrarla. Ella sujetaba con fuerza sus nalgas empujándolo hacia su vagina tratando de hacer que la penetrara, pero esto no pasaba. Desesperada, muy caliente, sudorosa y entregada le dijo.- ya mátemela..... ya dame... ya...quiero... ándale...el solo le respondió.- yo te voy a coger, callando nuevamente su boca con mas besos. En un momento beso su cuello muy lentamente, sujeto con su brazo su nuca y hombros y empezó a penetrarla lentamente sintiendo cada parte de su interior y haciendo mas profunda y larga su desesperación y placer. Ella lo abrazaba con fuerza empujándolo hacia su interior y le decía.- ya!!!! Toda!!!!! metela!!!Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh........................

Ese grito me anuncio su primer orgasmo. Él detuvo un poco su avance dejándole disfrutar de su orgasmo y sintiendo sus jugos bañar aun más su pene. Yo no lo resistía mas quería explotar, con el pene en la mano, me ubique al lado de la cama para tener una mejor vista. Cuando ella termino de saborear su orgasmo y abrió los ojos, el la metió de un golpe hasta el fondo de mi amada esposa, arrancándole un grito de placer sus cuerpos se tensaron, sus cuerpos iban y venían aun solo ritmo, los movimientos de cadera se hacían con delicadeza y lentitud. Yo podía ver como los labios inferiores de mi mujer se abrían de par en par para recibir a su amante, veía como entraba y salía de ella haciendo de sus movimientos un verdadero placer, los gemidos de ambos anunciaban el climax, los movimientos se hacían mas rápidos y fuertes cada vez los gemidos eran mas fuertes y rápidos, la respiración agitada, los besos y las caricias, su mano en el pecho de mi mujer la que por ese momento era suya y lo disfrutaba a tope, el placer reflejado en sus caras y cuerpos, el olor embriagador de el sexo, calentaban la habitación, la cama empezaba a chillar por las embestidas rápidas y profundas, mi mujer lo abrazaba con fuerza hacia si y se entregaba a el con pasión. Por momentos el ritmo sé hacia de nuevo lento y suave para después volver a entrar con fuerza en su ser. Los fluidos de ella se perdían con los del y resbalaban por su cuerpo con color blanquecino.

En instantes el la sacaba totalmente provocando enfado, queja, desesperación y deseo en ella, abriendo sus ojos y mirando los del, le reclamaba, pero sé, que él disfrutaba de esos reclamos sabiéndola totalmente entregada, y esperando por recibirlo nuevamente. No resistí mas y en un grito inaudible para ellos que solo se escuchaban el uno al otro anuncie mí orgasmo, tirando borbotones de semen que cayeron muy cerca de mi esposa y su amante. Mis celos, se perdieron junto con el orgasmo. Lo sé ella esta hecha para dar placer, no puedo evitarlo, pero podemos disfrutarlo. Después de mi orgasmo, volví a la realidad, viendo a mi mujer gritar, y gemir con fuerza. Él le decía cosas al oído que yo no escuchaba, pero que a ella parecían excitarle aun más, en momentos un gruñido muy fuerte y una embestida muy profunda anunciaba otro orgasmo el que al parecer compartieron al tiempo. Besándose callaron sus gritos pero sus cuerpos me decían lo que estaban sintiendo, sus cuerpos se tensaban, se pegaban como queriendo ser uno solo, hasta que Por unos minutos los movimientos se aplacaron siendo solo, sus bocas que no se separaban ni un segundo, y sus manos lo único que se movía acariciando ella las nalgas de él y el los pechos de ella, no supe a que hora pero ya era otra su posición mi esposa tenia las piernas descansando sobre los hombros de él. Continuaron así un tiempo, tal ves segundos que para mi fueron horas. Hasta que con lentitud y delicadeza empezó a sacar su ya rendido pene de él interior de mi esposa que abría sus ojos para mírame con una tierna y satisfecha sonrisa. El cayo rendido en la cama al lado de ella. Mi esposa me miró con su carita linda y su mirada de coqueta pidiendo mas, como lo dije es una diosa del sexo, uno para ella no es suficiente ella necesita mas, tiene mucho por dar y compartir, mucha belleza y sensualidad para dar y mostrar al mundo. Por eso y más me encanta y la amo. Yo con mi pene en la mano y ya repuesto de mi orgasmo anterior, me acerque a ella besándole con la pasión que ella y yo conocemos, y que tanto nos caracteriza, mientras con mi boca exploraba todos los rincones de la suya, como recuperando mi espacio, dirigí mi pene lentamente hacia su interior, sintiendo el placer de tenerla una ves mas, sentía como había quedado después de una muy buena cogida. Como la que cualquiera imagina y quiere darle a mi bella y rica esposa. Por su muy mojada conchita producto de la mezcla de fluidos de ellos 2 no fue difícil entrar en ella, a pesar de ser un poco más ancho y grande mi pene. la bombee rápidamente entrando hasta lo más profundo de su hermoso ser, la besaba y acariciaba explorando cada parte de ella recuperando lo que es mío.

Gozaba de sentirla así de caliente, sexy, seductora, recién cogida, totalmente entregada y con el placer a flor de piel. Olía a sexo, eso me encanta ella me vuelve loco, con su carita de cachonda con su sexo empapado y sus gestos de come hombres, coqueta, inocente y seductora es un manjar de grandes y chicos, al vestir sus apretadas prendas con falditas, blusitas escotadas, y pantalones untados, es sensación y deseo de todos. Totalmente entregado a ella y a su seducción estaba ajeno a todo lo que no fuera sentir sus carisias, sus gemidos sus besos y su placer. La embestía con fuerza la besaba con amor es mi reina y la adoro. Quería darle el máximo placer tal vez, inconscientemente algo mejor o mínimo parecido al placer que le dio su amante minutos antes. Aun que de antemano se que es algo muy distinto, ella y yo nos amamos lo otro es simple carne y placer corporal, pero yo quiero darle todo eso y más, por eso le dejo gozar y que gocen su cuerpo, sé que ella es para disfrutarse, es hermosa y con cuerpazo. Sentí venir el orgasmo de ella quise moverme como nadie para hacerlo más intenso. Tomando con fuerza mi espalda me apretó hacia ella nos fundimos en un beso y sentí venir la humedad de su orgasmo, que pausado y sin prisas sacudió su ser. No pude resistir, gozo demasiado de ver el placer de mi mujer, y la sabia plena y satisfecha, por lo que con un grito ahogado en nuestro apasionado beso, tuve un enorme orgasmo que me dejo sin saber de mi, con mis piernas temblando y los brazos sin fuerza y con chorros de semen llene su deliciosa vagina, cubriendo su interior con mi amor y placer como sanando los daños provocados por el uso anterior de un extraño, que aun que la haga gozar y derretir de placer, no sabe amarla como yo, me quede quieto sintiendo su agitada respiración, nos abrazamos y cerré los ojos para sentir sus brazos y su piel. Cuando baje de la nube que el placer de mi mujer provoca, abrí mis ojos y el ya no estaba ahí. Quede tendido en el lugar de la cama que él había ocupado unos minutos atrás y con mi mano la acaricie, ella hizo lo mismo acariciando mi cabeza como a mí me gusta y me relaja. Después de unos minutos mas relajado fui a buscar a mi compañero, que estaba sentado totalmente relajado en la sala tomando cerveza. Minutos después llego ella y se le sentó en las piernas, el agarraba su delicioso trasero de ella, la acariciaba y le decía cosas al oído, así estuvimos platicando hasta que el dijo que tenia que retirarse a su casa a ver a su esposa, agradeciendo la hospitalidad, la confianza y por su puesto el placer de mi mujer. se despidió de ambos no sin antes hacer comentarios de lo mucho que le gusta mi mujer, de lo bien que la paso, lo mucho que disfruto y lo buena que esta. Dejando en claro su disponibilidad cuando así lo queramos dio un beso en la boca de mi mujer al que ella respondió encantada. Me dio la mano y se fue. De mas esta decir que esa noche toda la semana y incluso a veces a la fecha hacemos el amor recordando lo sucedido. Por cuestiones de enfermedad de su esposa, trabajo y alguno que otro problemilla personal no hemos podido repetir pero sé que mi esposa se moja solo de pensarlo. Por lo que sigo en la búsqueda del reemplazo. Aun que todo podría pasar igual mas delante repetimos con él o con alguien más.

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