Mi compañero de trabajo... Rogelio...

Deseo...

Todo empezó con bromas, comentarios insignificantes, pero una invitación a comer fue el inicio.

Fuimos a comer, en realidad ni comíamos por estar platicando, hablamos de proyectos, aventuras, anécdotas, antiguos novios y novias, trabajo, etc.

Me llevó a casa y al despedirnos nos dimos un beso.

Era excitante sentir su aliente cerca de mi nariz, su lengua junto a la mía, y me estremecí cuando puso su mano fuerte y grande en mi cuello. Que mano tan cálida,  y yo correspondí al beso y le abracé y rodie su nuca, nos despedimos y quedamos en volver a salir. Así pasó un mes y fue cuando estando a orillas de un rió tuvimos la tarde más apasionante y llena de deseo de ambos. No aguantaba y le susurré que fuesemos a un lugar mas privado.  No deseaba entregarme a ese hombre en un carro, o en la tierra cerca de un rio, deseaba tenerlo solo para mi, en un lugar cómodo y así paso. Llegamos a un hotel y nos besamos tan profundamente, sus papilas gustativas con las mias mientras el acariciaba mi cintura, la otra mano recorria mi espalda y la otra hablimente amazaba mis pechos.

Me quito la blusa y yo le desabotonaba su camisa, y me dice: tocame, lo sientes? era maravilloso, y así me dirigió a la cama y se tumbo encima de mi.  Recorrio mi cuerpo desnudo con su lengua, lamio los pliegues detras de la rodilla, mi ombligo, detras de mis orejas, y despues descendio lentamente a mi sexo.  Me dió una sesión de sexo oral profunda y larga, recorria cada parte de mi vagina, lamia y rechupaba mi clitoris, mis labios , mientras con su otra mano y su dedo indice me acariciaba el ano.  Estaba a punto de venirme cuando el se detuvo y me dio un beso y me dijo: prueba lo tuyo, verdad que es delicioso?  yo solo pude afirmar con la cabeza, estaba emborrachada por sus besos y todo lo que el me hacia y asi entro en mi, empezamos ese juego de sube y baja y mientras el me acariciaba los pechos, ese hombre alto, carismatico de 42 años me estaba volviendo loca..me sentia como una puberta con la hormona a mas no poder...yo tengo 23 años, es fecha que no olvido esa ves, sus manos fuertes y algo asperas, su aliento ..una mezcla de cigarro con alcohol, sus besos dulces, eroticos y provocadores.

Despues fue mi turno de complacer a ese pene imponente, palpitante que reclamaba placer.