Mi compañerita de trabajo

Nunca había habido ningun acercamiento íntimo entre los dos hasta ese día...

El metro iba hasta el tope de gente entre las estaciones de guerrero e Hidalgo, (para los que conozcan México D.F: se podrán imaginar qué tan apretados íbamos mi compañera de trabajo y yo a las 6:00 pm un viernes de quincena), y les juro que por mi mente había pasado alguna vez algún pensamiento turbio teniendo como principal protagonista a la compañera que tenía enfrente, pero ése día, no, ni siquiera venía pensando en nada. Era como cuando se dice que se tiene la mente en blanco, así yo. De repente, de reojo, me percaté de su mirada insistente hacia mis labios y me puse nervioso ( cuando yo me pongo nervioso hagan de cuenta que se me activa un mecanismo de decir estupideces, a la mayoría les causan risa y por lo mismo la mayoría de las veces salgo airoso de momentos comprometedores).

Perdón, con la emoción que me provoca recordar ese día olvidé decirles que me llamo Juan Carlos y que vivo en México D.F., que mi compañera se llama Maricela (nombre ficticio) y que no es muy bonita (en ese entonces más que ahora que se ha descuidado mucho) ella era una niña bajita como de 1:55 mts. De senos no muy grandes pero tampoco muy chicos, cabello negro y abundante hasta un poco mas debajo de los hombros, ojos y boca bonitos (eso si, una boca que besaba deliciosamente y unos ojos que me hacían perder la noción del tiempo y de todo) y yo soy un hombre tampoco muy alto (1:67) de complexión robusta, ojos cafés boca pequeña, de barba cerrada, pelo en pecho y de presencia agradable (eso me dicen algunas mujeres).

Ahora si continuamos, como les digo, tenía ella una forma de mirar que aún cuando yo no la volteara a ver, nada mas de saber que me estaba viendo, me hacía tropezar o decir tontejadas (mezcla de tonterías con pendejadas) varias, así es que como en el vagón no dejaba de verme me puse extremadamente nervioso como ya les había dicho y producto de ese nerviosismo comencé la siguiente conversación:

J.C- Ya nada más nos falta la cebolla, el jitomate y que nos metan en un pan bimbo ¿no?

MARICELA- ¿por qué? ¿por qué parecemos atún?

J.C.- pues si,

MARICELA- si verdad?

Al percatarme de lo estúpido de mi comentario decido comentar algo más trascendente.

J.C. – terminaste de hacer todas las órdenes de compra??

MARICELA - ¿no te fastidias nunca de hablar de trabajo?

J.C. – es que cuando alguien me pone nervioso no sé de que hablar más que de trabajo ( ¿por qué dije eso? )

Ella se acerca todavía más a mi, me mira a los ojos y con su mano derecha me toma del hombro.

Yo, me pongo más nervioso, sé que va a decir algo y no quiero que lo diga pero al mismo tiempo si quiero

MARICELA – háblame de ti

J.C. – ¿De mí? De mi no hay mucho que saber, ( me agarro de un tubo y lo aprieto por los nervios hasta que me duele la muñeca para darme valor ) mejor dime por qué me ves tan raro a los labios

MARICELA – ¿quieres que te lo diga o mejor prefieres sentirlo?

No, manches!!!!! Nunca en mi vida había estado en una situación así, me latía el corazón fuertísimo, me sudaban las manos, me temblaban las piernas, me sentía sofocado y mareado por el calor, y yo sabía que me estaba tardando mucho en responderle pero la verdad es que no sabía que decir, yo nunca me he considerado un "don Juan" por que no soy así que digamos guapísimo y simplemente pensé que estaba soñando.

O.k., o.k. respira profundamente y cálmate, lo que sea que vayas a decir tienes que decirlo de la manera más segura que puedas ( pensé ). Me acerqué a sus labios y la besé, ella cooperó abriendo su boca y dejó entrar mi lengua que masajeó la suya por unos segundos (muchos), en eso se abre la puerta, habíamos llegado a la estación Basílica donde ella toma el micro para su casa y antes de salirse del bagón me dice:

MARICELA.- es una locura ¿qué estamos haciendo? Discúlpame, esto no puede ser.

Yo no sé que decir, (por dentro escucho una voz que me dice: como eres pendejo, se suponía que le ibas a decir algo, no que te ibas a abalanzar para besarla) me limito a seguirla pero sé que no debo dejarla ir así, asi es que pongo mis manos en sus hombros y la jalo.

J.C. – Qué es lo que no puede ser??, explícame, no entiendo

MARICELA – esto, no puede ser por que tu eres mi supervisor (se zafa y sigue caminando)

J.C. – y eso que?? Aquí estamos fuera del trabajo (le digo al tiempo que la sigo)

MARICELA – yo no tengo novio desde hace mucho tiempo y tengo miedo (se para)

Empieza a llorar y yo no sé por qué

J.C. – de que tienes miedo? ¿quieres que te lleve a tu casa?

MARICELA – no

J.C. - ¿quieres que me vaya??

MARICELA – no

J.C. – pues entonces explícame por que no entiendo nada, ¿qué quieres hacer?, ¿a dónde quieres ir??

Ella no contesta y yo me desespero por que no se qué hacer, me recargo en las escaleras de la estación y me callo intentando pensar en algo que me saque de esta situación. Después de unos 10 min. Que me parecieron 10 horas de repente, deja de llorar y me dice: ¿nos vamos a quedar aquí toda la noche? No se me hace una idea muy romántica que digamos y sonríe (cómo me gusta que sonría y con los ojos llorosos se ve como una niña chiquita, me invade la ternura y la abrazo)

J.C. – que hacemos entonces??

MARICELA – lo que tu quieras

J.C. – fíjate muy bien lo que dices por que si te digo lo que quiero.... ( le digo sonriendo pícaramente)

MARICELA – y por que seguimos perdiendo el tiempo aquí entonces? (me dice de manera muy seria y con un signo en la mirada que no logro descifrar)

Yo no puedo creer lo que acabo de oír, y no me puedo arriesgar a que se mal entiendan las cosas pero no sé cómo preguntarle o confirmar lo que creo yo que ambos queremos (cabe mencionar que hasta este día no habíamos tenido ningún tipo de acercamiento extremo, solo hacíamos bromas inocentes, platicábamos de trabajo etc) . Así es que solo la abrazo y salimos del metro y mientras yo voy pensando en qué decirle para estar completamente seguro que quería que le hiciera el amor, así llegamos a la avenida insurgentes, paro un taxi y le digo al conductor:

J.C. – nos lleva por favor a congreso de la unión?

Cerca de esa avenida hay un hotel que yo había visto a la pasada, el taxi arranca y yo la abrazo y me acerco para besarla. La estoy besando frenéticamente y paso mis manos por su espalda por debajo de su chamarra pero encima de su blusa, froto sus costados rozando la base de sus senos y descubro que con esta maniobra intensifica el movimiento de su lengua dentro de mi boca, de reojo veo que el taxista nos lanza miradas como queriendo ver que hacemos pero como yo traía una gabardina y ella una chamarra (era tiempo de lluvias) el taxista no puede ver nada, se resigna y ya no voltea, en eso, vuelvo a masajear su espalda, esta vez por dentro de la blusa, y al sentir mis manos en su espalda ella gime y yo sin preámbulo, por encima de su brasier, le toco sus senos suavemente, y como si fuera un acto reflejo, ella me agarra el pene y lo aprieta, entonces le digo, quiero acariciarte sin que nadie nos vea, ella no responde, solo asiente con la cabeza sin dejar de besarme, entonces, veo pasar unas vías que indican que ya casi llegábamos a congreso de la unión y separándome de ella le digo al chofer.

J.C. – por favor bájanos en la próxima esquina

CHOFER – en el hotel? (sonriendo cínicamente)

J.C. – no,

a mi me cae gorda la gente metiche y grosera, así que, con la mirada más fría posible haciéndole entender lo fuera de lugar que estaba su cara cínica le digo:

J.C. – hágame el favor de bajarnos más adelante, en la esquina.

Llámenme ridículo, pero me molesta que la gente me insinúe o hable mal de mi acompañante así sea mi amiga, mi novia, o lo que sea y siempre estoy dispuesto hacer cualquier cosa para evitar malos comentarios, me considero un caballero sin memoria, no ando divulgando mis aventuras con compañeros de trabajo ni mucho menos; así es que le dije a ella, Mary, vamos a entrar por el estacionamiento (en la entrada principal había 2 señoras y un muchacho) asi es que dicho esto, nos metimos al hotel, pedí un cuarto y subimos.

Cerré la puerta con seguro y cuando volteé ella ya no estaba, se metió al baño, pensé que tenía ganas de hacer alguna necesidad asi es que ya más tranquilo me quité camisa y pantalón, me acosté en la cama y prendí la televisión y de inmediato la apagué, no tenía humor para nada que no fuera pellizcarme para comprobar que no estaba soñando, eufórico me empecé a reír hasta que me acordé que no traía condones, así es que grité

J.C. – Mary??, te vas a tardar?

MARICELA – me estoy bañando, en 5 minutos salgo ¿por?

J.C. – me debe cambio el administrador, deja veo si ya lo tienen (mentí mientras me ponía el pantalón y la camisa) ahorita subo

MARICELA – no te tardes

Bajé a toda velocidad y había en la administración una máquina despachadora de preservativos de todas las marcas (bendita tecnología pensé) obtuve una caja de 5 (no había sueltos) y subí cual centella de nuevo hasta el cuarto. Cuando entré, ella esta envuelta en una toalla y me dijo:

MARICELA – perdóname, pero si no tocaba el agua urgentemente me rompía por la temperatura que traía

J.C. – Qué lástima, yo quería que la conservaras para mi

MARICELA -¿tienes algo que hacer en las próximas 3 horas?

J.C. – no ¿por qué?

MARICELA - ¿cuál es la prisa entonces?

Entonces me di cuenta, no era un sueño, no era una casualidad, no era una oportunidad que tuviera que arrebatar por temor a que se esfumara. Era una situación totalmente conciente e iba a suceder sin presiones ni prisas de ningún tipo. Así es que dejé los preservativos en una mesita y me metí a bañar, mientras me bañaba ella veía la T.V. y cambiando canales vió el canal pornográfico, como dejé la puerta abierta del baño ella me gritaba

MARICELA - ¿sabes? Yo nunca he hecho nada de lo que hacen en la T.V., la primera vez que tuve relaciones fue con un novio que tuve en la secundaria bastante torpe y ni lo disfruté por que lo hicimos en su casa mientras sus padres veían la televisión y el miedo de ser sorprendida no me dejó disfrutarlo ¿y tu? Cuando tuviste tu primera relación?

J.C. – también en la secundaria con una chica que era muy tímida y tampoco lo disfruté mucho por que los dos éramos vírgenes

MARICELA – Entonces tienes facilidad para atraer a las inexpertas (se ríe, y me encanta, llena la habitación con su risa y ya no cabe nada mas)

Terminé de bañarme y aún no sabía cómo había sido capaz de mantenerme ecuánime hasta ese momento, me acosté a un lado de ella y repentinamente ella apagó la T.V. diciendo

MARICELA – no, definitivamente yo no soy buena para aprender viendo....

Se acercó y me beso tiernamente y después me dio otro beso largo, largo largo, tanto que no supe de cuanto tiempo (ni me importaba) pero al contrario de lo que podrían pensar, no hacíamos otra cosa que besarnos, es como si hubiéramos decidido sin hablar que nos dedicaríamos a hacernos el amor por partes y que a cada parte le íbamos a dedicar el tiempo que fuera necesario hasta estar completamente satisfechos con esa parte. Después del largo beso nos separamos para besar el cuello de ambos intentando no dejar de besarnos el cuello mutuamente y al pasar mis manos sobre su espalda desnuda, confirmé que esta zona era especialmente sensible en ella, así es que me dediqué a encontrar más zonas iguales. Para este efecto, me dediqué a besar cada centímetro de piel desde el cuello para abajo sin olvidar absolutamente nada (incluyendo sus axilas) y al llegar a la parte lateral de sus senos, exactamente en la parte media de los mismos, ella gimió me levantó la cara y me dijo:

MARICELA - ¿ a si??(me sonríe), entonces a ver dime que sientes con esto??

Como en lucha grecorromana me volteó de espaldas a la cama y empezó a pasar sus uñas largas en mi bajo vientre. Yo nunca había sentido algo así, de repente mis entrañas se contraían por efecto de pequeñísimos calambres en mi estómago. Era algo delicioso y atormentador al mismo tiempo.

Pero yo no me rindo fácilmente, así es que abrazándola por las caderas levanté el medio cuerpo que tenía libre y con mi abrazo hice que recorriera su pubis hasta mi cara, y allí tomé algunos bellos y empecé a dar pequeños tirones. Ella gimió más fuerte y con un gesto como de coraje pero tierno ( ya sé que no hay un gesto así pero en ella si) se deshizo de mi abrazo y me tomó de un pié, yo me le quedé viendo extrañado por que no sabía que iba a hacer y me daba miedo preguntar, así es que empezó a hacer algo que nunca nadie me había hecho y que fue una experiencia casi religiosa. Me empezó a lamer y chupar los pies, cada centímetro, cada dedo, todo, hasta tener el pie totalmente mojado con su saliva (que bueno que decidí bañarme, pensé), yo sabía que era una competencia no declarada, y que tenía que pensar en algo que la hiciera excitarse aún mas de cómo ella me estaba haciendo sentir, pero con las sensaciones que me invadían no podía pensar, no sé cómo pero los dos pusimos y entendimos las reglas del juego sin decir una palabra: no podíamos concentrarnos en los genitales (por el momento) solo se permitía tocarlos temporalmente con lo que sea, con las extremidades, con la boca o con cualquier otra parte del cuerpo, estaba prohibido aguantarse, es decir: si la caricia producía mucha excitación, debería ser expresada con esa misma intensidad.

Así es que se me ocurrió intentar algo, le pedí que se sentara en medio de mis piernas recostando su espalda en mi pecho. Ella obedeció y empecé a masajear su cuero cabelludo con las yemas de mis dedos durante aproximadamente un minuto y después bajé mis manos a sus pezones, los pellizcaba un poco sin hacerle daño y volvía mi masaje en su cabeza y en esta segunda ronda de masaje le metí la lengua a su oreja sin dejar de masajear, ella gritó al sentir mi lengua en su oreja y se hizo hacia delante, entonces yo empecé a besarle el cuello por la parte de atrás y su espalda a la altura de un poco mas abajo de sus hombros y después volví a su oreja, ella me tomó de las manos y las puso en sus senos diciéndome: así, así!!! Indicándome la manera en que debía masajearlos ( era increíble, yo pensaba que la sensación más rica es cuando tocas los senos de una mujer, pero ella me demostró que lo más rico, es cuando ella pone sus manos sobre las tuyas, te indica cómo quiere que la toques y oírla que aumenta más y más su respiración )Y por increíble que parezca, en esa posición tuvo 2 orgasmos seguidos, con mi lengua dentro de su oreja y mis manos tocándole los senos.

Pues después de esto cambiaron las reglas del juego, ella se levantó, se volteó y se agachó a chuparrme el pene (nunca me habían hecho el sexo oral) y yo me sentí ávido de corresponder al placer increíble que estaba sintiendo, asi es que la tomé de los pies, ella entendió y me los puso a cada la do de mi cabeza y por fin estaba realizando una fantasía de toda mi vida, hacer el 69!! Los dos gritábamos a cada lenguetazo de cada uno, yo no sabía cómo hacerlo bien ni sabía dónde se encontraba el clítoris pero lo encontré de pura chiripa (casualidad) y una vez encontrado y viendo que esto producía muchísimo placer a mi pareja ya no lo solté, lo chupe de todas las formas posibles por que sentía que mi pareja me chupaba el pene de igual forma, como si fuera un helado o una paleta y como si estuviera en una competencia con alguien más a ver quien se lo acababa primero. De repente sentí que me venía y se lo dije a ella, pero como si no le hubiera dicho nada, siguió y siguió y yo también seguí chupando mientras me venia y como ella no dejaba de chupar aún cuando ya me había venido, yo tampoco dejaba de comerle su vaginita dulce, asi estuvimos algún tiempo hasta que sentí que de nuevo mi pene empezaba a ponerse erecto, me faltaba el aire así es que decidí cambiar de posición y la puse boca abajo y como ella es más bien chaparrita, empecé a lamerle el ano mientras con las manos le daba un masaje a su cabello con las yemas de los dedos.

Ella gritaba de placer y mojó muchísimo la cama (creo que se hizo del baño) y no dejaba de preguntarme si me gustaba. Yo estaba exhausto pero aún no estaba satisfecho, ya había pasado muchísimo tiempo y ni siquiera habíamos llegado a la penetración, y como leyendo mis pensamientos ella se voltea, se pone al borde de la cama y con las palabras entrecortadas me dice: meh-teh-la ya, me levanté y estiré la mano para agarrar el sobrecito de un preservativo(previamente cortado para no entretenerme en sacarlo) y me lo iba a poner cuando ella me dijo: acabo de terminar de menstruar ayer, no hay peligro) y ya y sin preámbulos de ninguna especie ni miramientos se la clavé y ella gritó, gritó y gritó como si la hubiera atravesado un poste de luz (yo no soy un hombre que tenga un pene enorme, apenas normal creo yo) y me dijo que que le estaba haciendo por que se le estaba nublando la vista, yo no respondía, solo se la metía y se la sacaba y cuando se me ocurrió en el punto máximo de su excitación ponerla en cuatro patas y meterle el dedo indice en su ano al mismo tiempo que mi pene en su vagina, de inmediato retrocedió para clavar más mi dedo en su ano y empezó a hacer movimientos circulares, yo ya no podía más, estaba agotadísimo y a punto de explotar y se lo dije y me pidió que aguantara, que quería sentir como me venía pero en su ano.

A penas me dio tiempo de sacar mi pene de su vagina para metersela en el ano, después de unos 7 movimientos y gritos departe ambos nos venimos al mismo tiempo sin importarnos que estabamos en un hotel gritamos más hasta caer exhaustos uno a un lado del otro.

Un poco recuperada ella me dijo: creo que avancé mucho el día de hoy ¿no crees? Yo me reí de su ironía y la besé, nos bañamos de nuevo (ahora juntos) y nos salimos del hotel

Obviamente no fueron 3 horas sino un poco más, cuando terminamos ya eran las 10:35, asi es que la llevé a su casa.