Mi compañera. En la sala de documentación
Relato del primer encuentro que tuve con una compañera
Para Sarah, sin la cual no tendría la fuerza para publicar mis vivencias. Te quiero Mi Princesa.
Este relato trata de una relación que tuve con una compañera de trabajo.
Era Julio, me trasladaron a mi nuevo destino (entenderéis que no diga dónde trabajo). Allí trabajaba ella. Tiene 35 años, de pelo moreno largo, de 1,75cm, y con una piel blanca y suave. Es italiana pero vino a vivir a España cuando se casó.
Al no trabajar en el mismo departamento no teníamos mucha relación; si que hablábamos, pero al trabajar en aspectos diferentes de la empresa cada uno tenía más relación con otros compañeros.
En Noviembre de ese mismo año hicieron unas obras y nos redistribuyeron a diferentes sitios. La casualidad o el destino, quiso que nos sentáramos uno al lado del otro. Durante algún tiempo, trabajamos así, cada uno en lo suyo pero en mesas juntas, una al lado de la otra. Nos reíamos, contábamos anécdotas, e incluso a veces nos reíamos con ella de su acento italiano, ya que era muy gracioso cuando hablaba castellano con ese acento.
Al estar así, intimamos más, en plan de amigos, ahora teníamos más relación el uno con el otro. En Febrero, nos volvieron a cambiar de mesa. En este caso a mi solo, ya que los jefes querían que las personas de un mismo departamento estuvieran en la misma zona. Así que me cambié. Era sólo dos mesas más hacia delante, por lo que seguíamos cerca, pero ya no estábamos uno al lado del otro.
Como la empresa tiene msn para que se hablen los compañeros, manteníamos conversaciones sin que nadie se diera cuenta. Ella me contaba sus cosas y yo las mías.
Un día nos despedimos para irnos a casa y le dije una expresión típica –ve por la sombra-.
-¿Por? me dijo.
-Porque los bombones al sol se derriten- le contesté.
Esa muy típica y ya ha perdido su significado, por lo que se dice sin ninguna intención, sólo es una expresión de amigos.
Al día siguiente, me dice por el msn que camino a casa pasó por la típica obra y un par de tíos la empezaron a silbar y decirle cosas al estilo “cariño, preciosa….”. Me dijo que se puso muy colorada porque es muy tímida.
En ese momento le dije que era normal que se lo dijeran.
-¿Por qué?- Me dijo.
-Pues porque eres muy guapa y sexy- le contesté.
Ella se rió, tanto por el msn como en voz alta y me dijo...
-¿Es verdad lo de ayer?
-¿El qué? Respondí.
-Lo de ir por la sombra-. Me dice.
-Claro- le afirmé.
A eso que a los 5 segundos me vuelve a contactar por el msn.-¿sabes?; te echo de menos. Me gustaba cuando estabas a mi lado-.
Yo le dije que también, que me gustaba mucho cuando hablábamos y estábamos cerca.
-¿Qué te gusta de mi?- me dijo.
En ese momento me decidí y le dije…
-Me gusta tu sonrisa; tienes unos ojos que penetran; eres simpática; y tienes un cuerpo de infarto-.
No dijo nada, pero al poco tiempo contestó diciendo que yo también las gustaba y que por las mañanas quería llegar pronto al trabajo sólo para estar a mi lado, y que cuando me cambiaron de mesa se puso triste.
Ambos ya sólo estábamos pendientes del msn y le dije que cuando estaba a su lado no podía concentrarme.
-¿Por qué?- Me preguntó.
Yo ya puse todas las cartas sobre la mesa.
-Pues porque al tenerte al lado me excitaba, estaba todo el día “acalorado”.
Pero mi sorpresa fue que me dijo que le gustaba saberlo.
En ese momento ya nos dejamos llevar; le puse…
-¿Sabes?, incluso ahora, cuando hablo contigo, cada vez que hemos hablado he terminado “acalorado”-.
-Te confesaré que yo también; cuando estabas a mi lado muchos días terminaba fantaseando-. Me dijo.
-Me encantaría poder abrazarte, besarte y poder acariciarte- le dije.
-Y a mí-. Me replicó.
Miré a mí alrededor y había poca gente, unas 5 personas repartidas por las mesas, por lo que le eché valor y le dije que iba a una sala de documentación que hay en esta planta para relajarme porque estaba muy excitado, y que me encantaría que viniera.
Me levanté disimulando para que no se notara mi excitación y entré en la sala. Está al final del pasillo, no tiene cerrojo por lo que cualquiera puede entrar, pero muy pocos lo hacen.
Entré y a los cinco segundos entró ella. –Estamos locos- me dijo. Y comenzamos a besarnos. Nuestras lenguas jugaban, yo la acariciaba la espalda y mis manos bajaban a su culo. Ella acariciaba mi miembro por encima del pantalón. Estaba completamente duro, y de repente me baja la bragueta, me la coge y la saca. Comienza a masturbarme despacio. Yo le subía la falda y mi mando derecha la metía por debajo de sus braguitas acariciándole su vagina, la cual notaba que empezaba a estar mojada. No se depila completamente por lo que sentía esa mata de pelo negro en la palma de mi mano. La acariciaba con los dedos en su vagina, movimientos circulares. Ella hacía un pequeño ruidito de excitación, una especie de ronroneo.
Con la otra mano comienzo a acariciarle los pechos, no son excesivamente grandes, cabían en mi mano. Como llevaba una camiseta de tirantes, le bajo uno dejando su sujetador a la vista, y se lo bajo. No se lo desabrocho, sólo le saco el seno dejándolo delante de mía. Se lo acaricio y al momento comienzo a besárselo, a lamérselo.
Mi lengua jugaba con su pezón, que estaba duro y de punta. Tiene unos pezones pequeñitos, marroncitos, a los cuales les daba pequeños mordisquitos, estirándolos de forma lasciva.
Ella echaba la cabeza hacia detrás respirando profundamente, mientras que con una mano acariciaba mi cuello para que siguiera lamiendo sus pechos, y con la otra me masturbaba, agarrando fuerte mi miembro.
Cada vez mis movimientos fueron más rápidos, saqué mi mano, chupé los dedos que tenía dentro de ella para que viese como saboreaba su “esencia” y volví a metérselos. Primero el dedo corazón y después el dedo índice.
Comencé a masturbarla, a penetrarla con los dedos. –Quiero que te corras- le dije. Ella gemía, suspiraba. Mis movimientos cada vez eran más rápidos. Al momento noto como me aprieta fuerte; se estaba corriendo con mis dedos dentro. Hacía pequeños movimientos con la cadera, quería sentir mis dedos dentro mientras su “esencia” resbalaba por sus muslos.
Saco los dedos y se los doy a probar. Ella los chupa y después lo hago yo. Estábamos intercambiando su corrida. En ese momento se pone de rodillas y con la lengua me lame la punta de mi miembro, el cual estaba ya a punto de explotar.
Primero me lo mojó, y después poco a poco se lo metió en la boca. Era una mamada increíble. Se lo metía completamente en la boca, despacio, quería follarme con la boca. De vez en cuando se la sacaba y me la cogía con la mano para masturbarme.
Cada vez era más rápido, intercambiaba su boca con su mano.
En un momento dado le dije que me iba a correr, y en ese momento se la mete en la boca. Llegó una explosión de esperma que inundó toda su boca. Ella no la sacaba, se estaba tragando toda mi caliente corrida.
Iba haciéndolo cada vez más despacio, jugaba con su lengua teniéndola dentro.
Se la sacó y se puso de pie, aún tenía restos de mi corrida en la lengua y en la comisura de la boca. Yo con los dedos recogí parte de su corrida que aún resbalaba por sus muslos, para meterlos en mi boca. Y en ese momento nos besamos apasionadamente. En mi boca estaba su corrida y en la suya la mía, nuestras lenguas inundadas de éstas se entrelazaban, jugaban, lamían.
Empezamos a recomponernos, yo me subí la cremallera, ella se guardaba el pecho y nos arreglamos. Nos despedimos con un pico y ella salió primero directa al servicio para terminar de limpiarse.
Yo me quedé ahí un rato más para que no pareciese que estábamos juntos. Al rato salgo y me voy a mi mesa.
Cuando ya ambos estábamos en la mesa sentados, volvemos a hablar por msn. Le dije que me habían encantado. Ella me dijo que nunca un chico había lamido su corrida y que quería que lo hiciera más.
A partir de ahí mantuvimos una serie de encuentros en el trabajo en diferentes sitios. Pero esas son otras historias.