Mi Compañera de trabajo y yo

La proximidad y el roce en la misma empresa hace que nuestros protagonistas tengan un encuentro sexual.

Hola, soy alguien como tú y esta historia te podría ocurrir a ti.

Soy moreno claro, mido 1.70 de alto y de complexión delgada, me gusta ejercitarme y tal vez es por eso que no parezco tan delgado. Sobre mis cualidades físicas no soy diferentes a ustedes y mi pene medirá unos 19 o 20 cms. cuando está en su máximo apogeo (cosa que sólo ocurre cuando estoy realmente excitado; de ser contrario eso, mide 2 o 3 centímetros menos). Bueno, mi historia es la siguiente:

Son las 7:00 am. me dirijo a mi trabajo, recién acabo de ingresar a laborar ahí, ese día llega la compañera que estaba supliendo mientras tomaba sus vacaciones, llega y todo de lo mas normal, su nombre: C; y yo me llamo G. Cuando ella llega no me sorprendió tanto, era más bajita que yo (1.55 mts aprox.), rubia, cara de niña y eso sí, aunque pequeña, tenía unos senos que impresionarían a cualquiera y unas piernas fenomenales. Me agradó a simple vista y no más, ella fue la que inició la conversación y de ahí la amistad. Ya antes había entablado amistad con otra compañera del mismo departamento, de nombre A, ahora era ella la que tomaba sus vacaciones y prácticamente nos quedaríamos sólo C y yo. No pasó mucho tiempo para darme cuenta de lo apetitosamente fenomenal que se veía, casi siempre llevaba falda corta o minivestidos y generalmente de telas que no dejaban mucho que imaginar; pero lo que más me encantaba era cuando llegaba con medias, ya que hacían resaltar más sus piernas. Pasaron algunos días y ella notó que me gustaba y que no perdía oportunidad para contemplarla, debo admitir que al principio no me llamó mucho la atención, pero después, cuando se vestía en forma provocativa y se acercaba a conversar, su aroma y su voz llegaron a excitarme tanto que una vez ella notó mi pene por sobre el pantalón, y esa vez llevaba 'pants' deportivos; así que quedé como carpa de circo al momento que me levanté para darle unas hojas, y cuando me dirigí hacia el anaquel donde se encontraban, me cerró el paso y ¡me tomó por el pene!. Yo me quedé estático y mi reacción inmediata fue acercarme y darle un beso pasional en su pequeña boquita pintada de un rojo carmesí que aparentaba humedad y resaltaban a la vista haciéndolos más deseables. Ese fue el inicio de un remolino pasional, poco a poco ella frotaba sobre los 'pants' mi pene y éste continuaba creciendo y por la acción, también se humedecía; yo comencé a frotar sus senos por sobre su vestido y comencé a delinear el borde del bra de arriba a abajo haciendo movimientos circulares de afuera hacia adentro hasta llegar a la punta de su ya erecto pezón; todo esto ocurría en cuestión de segundos y aún vestidos. Cuando ella sintió que yo ya había mojado la tela de mi 'pants' pegó un pequeño suspiro de excitación y comenzó a introducir su mano dentro del 'pants', yo no desaproveché la acción y comencé a introducir una mano dentro de su bra e inicié un masaje en ambos senos con una mano, haciendo énfasis en su pezón, ya que ésto le hacía suspirar a cada momento; mientras tanto mi mano ya viajaba hacia el final de su vestido y la sensación de tocar sus piernas con las medias hizo que mi liquido lubricara su ya inquietante mano dentro de mi 'pants'; y desde luego, sus suspiros comenzaron a cambiar de tono, cuando mi mano alcanzó a tocar sus pantys sentí un calor tremendo en su entrepierna, seguí la misma rutina que con sus senos, por sobre las medias comencé a delinear su panty y hacía especial énfasis en la parte donde comienza y termina el 'puente de algodón' procurando no tocar su entrada vaginal y también aprovechaba para darle un agarrón de nalgas de vez en cuando para que sintiera la pasión que me estaba despertando. Cuando le daba el agarrón me la repegaba lo más que podía a mi pene para que sintiera sus dimensiones entre sus piernas. comencé a bajar su vestido hasta la altura del codo sin dejar sus senos al descubierto y con mi boca comencé a bajar de adelante su vestido con todo y bra, dejando al descubierto esos enormes, carnosos, jugosos (porque aunque no lo crean le salía leche por la teta) y deliciosos, comencé a besarlos, chuparlos, mamarlos, lamerlos y morderlos; todo culminando con el pezón que estaba a reventar. Mientras sus manos ya aceleraban su trabajo sobre mi pene y querían hacerme culminar al tiempo que ella se excitaba, porque yo ya había hecho que mojara sus pantys y hasta las medias, mis dedos ya giraban sobre su abertura y resbalaban con mucha facilidad por su exquisita miel, que a cada movimiento nuestro emanaba de su fuente y de mi pene. Decidí ser yo el audaz y dejándole el vestido a medias por la parte de arriba bajé lentamente sin dejar de masajear sus senos, para después introducir mis manos por debajo de su vestido y comenzar a quitarle las medias; las cuales dejé puestas hasta los tobillos, la levanté y la puse sobre el escritorio, me introduje entre sus piernas (las cuales no podía separar, pero si abrir) me bajé el pants para liberar mi pene y comencé a frotarlo por sobre sus pantys ya mojadas, ella comenzó un ritmo de vayvén y yo no perdía tiempo en amamantarme y tocar su culo para poder pegármela lo más que se podía; ella estuvo a punto de alcanzar el orgasmo cuando yo paré y comencé a bajar hasta sentarme y quedar a una altura donde comencé a besar sus hermosas piernas y su exquisito sexo, el cual despedía ese olor característico a melaza y que viene acompañado de un liquido que sabe a gloria. Sólo hice su panty a un lado y comencé a succionar su vagina y a chupar y lamer todo su sexo mientras ella gemía de placer y me acercaba con sus manos a su sexo y sus piernas me envolvían para que no me retirara y cuando ella estaba a punto de alcanzar el orgasmo de nuevo, dejé de hacer la mamada para disponerme a darle lo que se merecía (y yo también) y me apunté sobre su entrada vaginal y comenzó a comerse aquel (ya entonces) enorme trozo de carne que tengo como pene y yo sin perderme de nada me di cuenta de cómo se perdía en aquel infierno viviente llamado vagina y cómo ella lo disfrutaba hasta más que yo, ya que dejaba caer su cuerpo hacia atrás y cerraba y apretaba sus ojos; pero a la vez me acercaba con sus piernas y arañaba mis nalgas pidiendo mas y más a cada momento. Así estuvimos un lapso de tiempo hasta que advertí que ya me 'venía' y fue cuando ella me pagó con la misma moneda con que le había pagado yo anteriormente... paró de repente. Me pidió que saliera de entre sus piernas y cuando lo hice se abalanzó sobre mi pene como pudo y lo tomó entre sus manos; y pícaramente lo introdujo en su boquita que todavía estaba pintada, yo veía cómo ella cerraba los ojos o los ponía en blanco mientras lo metía, y cómo me miraba mientras lo sacaba y lamía de arriba a abajo y alrededor de la cabeza (glande). como ya estaba a punto, me dijo que no quería que terminara en su boca porque quizás se le podía escurrir algo de mi semen y mancharía su ropa a lo que sólo asentí con la cabeza y cuando ese momento llegó la tome fuertemente de la cabeza y comencé a levantar mis caderas en movimiento de mete y saca y ella comenzó a querer gritar y a resistirse lo cual hizo que me viniera casi enseguida y no dejé que se apartara de ahí y yo continuaba descargando mi leche con movimientos de va y ven y así lo hice hasta que se lo tragó todo. Cuando le solté la cabeza inmediatamente me dijo un insulto y me dio una cachetada (hostia) mientras se incorporaba, entonces yo la tomé de los brazos y la senté de nuevo sobre el escritorio y ya por la furia del momento, me introduje entre sus piernas (abriéndola por la fuerza) y con mi pene que aún se encontraba erecto (quizás por la nueva excitación) la penetré tan profunda y salvajemente como pude y ella pegó un grito y entonces a la voz de cállate le jalé los cabellos hacia atrás y comencé a devorar su cuello y sus senos de nuevo mientras la embestía y mi otra mano comenzó a buscar su culo para aferrase a él y aprisionarla por todos lados; mientras, ella lloraba y gemía al mismo tiempo, pero después de un momento sólo gemía, porque ¡lo estaba disfrutando! y le gustaba que la tratara con rudeza (pero sin pasarme) y ella alcanzó su tan anhelado orgasmo y después de ese, vino otro y otro hasta que culminé yo con el mío dentro de su vagina y mordiéndole un pezón e introduciendo un dedo en su culo, lo cual hizo que alcanzara su enésimo y último (por esa ocasión) orgasmo. Terminamos exhaustos y muy mojados, pero completamente satisfechos y con ese deseo de querer más y mejor.

Espero les haya gustado mi relato y si alguien se interesa en algún comentario no duden de escribirme chinopolis@zdnetmail.com