Mi compañera de trabajo

Mi primera infidelidad hacen realidad mis fantasias sexuales.

MI COMPAÑERA DE TRABAJO

Mi nombre es Sandra, trabajo en un concesionario de coches lo cual me supone estar rodeada de hombres todo el día. Menos mal que tengo a mi compañera Laura.

Laura es una chica extrovertida, divertida, alegre y muy liberal. Para mi gusto demasiado liberal, tanto como que muchas veces la digo que es una cabra loca. Tiene 37 años y lleva casada 12 años de tortura como ella dice. Yo tengo 32 y también estoy casada. Es tan extrovertida que muchísimas veces a su lado me hace sentirme como una reprimida.

Su vida sexual esta llena de experiencias, de las cuales siempre me hace participe. Siempre me esta hablando de su marido, sus lios y sus aventuras. Ha tenido sexo con hombres y mujeres, lo cual más de una vez me ha sonrojado de vergüenza y excitación al escucharla.

Siempre que puede aprovecha para tocarme el pecho o el culo, riéndose y diciéndome que lo que necesito es una buena sesión de sexo salvaje, la cual me cambiaría la cara y sacaría de mi una buena sonrisa de placer. Que en mi rostro se refleja mucha necesidad, lo cual es en parte cierto, mi vida sexual con el tiempo se ha convertido en rutina de fin de semana y aunque no lo exteriorizo, muchas veces la digo que lo que necesito es un buen pene que sea capaz de arrancarme 3 orgasmos seguidos mientras las dos nos echamos a reír.

El sábado nos fuimos a comer las dos juntas como siempre intentamos hacer por lo menos una vez al mes. Empezamos tomando nuestro aperitivo antes de sentarnos a comer, en la comida vino y muchas risas. Y el tema de siempre cuando estas con Laura, sexo y más sexo. Entre risas hablábamos de lo bueno que esta el nuevo chico del taller que ha entrado y las locuras que Laura le aria. Todo esto llevaba a los dos temas preferidos de ella que son: que tenia que ser infiel a mi marido dándome una alegría a mi cuerpo y la polla que tiene su marido Juan.

Juan era un hombre de 40 años, a mi gusto algo feo pero de carácter como su mujer, extrovertido y muy liberal en el tema del sexo, gracias a ella había podido disfrutar en la cama con más de una mujer. Su físico era desaliñado, con algunas canas y una tripa bastante prominente, a simple vista daba algo de repulsión. La cualidad como Laura bien decía era su enorme pene. Según Laura media cerca de 22 cm y era muy gruesa, cosa que yo sin nunca decirla nada no podía quitarme de la cabeza. Muchas veces cuando lo veía mi mirada sin poder evitarlo se enfocaba a su entrepierna y de pensar en poder disfrutar de ese enorme pene en mi boca me excitaba de sobremanera.

Terminamos de comer y como siempre solíamos hacer cuando nos juntábamos después del café un chupito de licor para alegrarnos la tarde. Después de un par de copas Laura insistió que fuéramos a su casa a tomarnos la última ya que estaríamos solas. Llegamos a su casa y nos servimos la última copa, tumbadas en el sofá sin parar de reír. Laura se la veía muy alegre y yo también. Empezó ha hablar de su marido y de las ganas que tenia que llegara esta noche para darle un buen repaso. Yo la decía entre risas, Laura no seas tan especifica que más quisiera yo que mi marido estuviera tan bien dotado.

Sonó la puerta y las dos nos quedamos calladas, yo la verdad me sentí algo cortada por el tema de la conversación que teníamos. Juan entro por la puerta y nos saludo, se puso al lado de su mujer y la dio un suave beso en los labios de bienvenida. Laura no paraba de reír y Juan dijo:

Juan: ¿De que os reís tanto chicas?

Laura: Hablábamos de ti concretamente

Juan: ¿De mi??????????? No se si puede ser eso bueno o malo.

Laura: La contaba las cosas que te voy hacer a eso que tienes que a mi me vuelve loca jajajajaja.

Juan: Bueno, al final me vas a poner colorado. Se os ve muy alegres.

Laura: Cariño, no te pongas colorado que yo a Sandra le cuento todo todo e incluso sabe lo grande que la tienes jajajajaja.

Juan: Sandra, no te creas que esta Laura es muy exagerada.

Laura: ¿Exagerada yo?????? Ven aquí.

Juan se acerco entre risas, yo me moría de la risa con los dos. Cuando Juan estaba al lado de ella, Laura puso su mano en el paquete de Juan, yo me quede atónita y Juan se puso colorado. Ella empezó a acariciarlo por encima del pantalón, se la estaba masajeando suavemente y comenzó a aparecer un bulto tremendo dentro de sus pantalones. Mi mirada se quedo fija en su paquete. No era capaz de articular palabra y mi cuerpo comenzó a reaccionar ante tal visión. Laura comenzó a bajarle la cremallera muy lentamente e introdujo su mano por dentro del pantalón. Estirando hacia fuera saco un inmenso trozo de carne que aun no había alcanzado su máxima excitación.

Laura comenzó a besarle la punta mientras deslizaba su lengua por toda ella muy suavemente. Sentí su mirada de reojo observando como reaccionaba ante tal situación. Mi boca se quedo seca sin saliva, mis pezones comenzaron a hincharse poniéndose duros. No era capaz de quitar la mirada de esa descomunal polla. En mi interior me moría por acercar mi mano y acariciarla. Pero por otro lado me sentía incomoda y pensaba en mi marido al cual nunca le había sido infiel.

La polla de Juan estaba llegando a su máxima dureza. Laura se metió toda ella en la boca mientras que con su mano empezó a masturbarlo. La cara de él era pura lujuria y satisfacción. Mi excitación ante tal imagen era increíble. Sin control mi mano comenzó a pasar por mi pecho sintiendo mi pezón durísimo y pellizcándolo suavemente por encima de mi top. Mi vagina comenzó a segregar fluidos haciéndome sentir empapada.

Laura me miro, cogió mi mano y la dirigió a los testículos de él sin dejar de chupársela. Comencé a acariciarlos suavemente mientras con la otra mano descendía hacia mi coño para acariciarme por encima de mis jeans.

Laura dejo de chupársela y guiando mi mano hacia su enorme polla situandola para que comenzará a masturbarlo. La movía suavemente de arriba a bajo con mi mirada imnotizada ante aquella cosa tan grande. Acerque mi boca y pude besar la punta de su polla. Comencé a lamérsela suavemente recorriendo todo el tronco hasta introducírmela en la boca. Me costaba abarcar con mis labios ese enorme grosor. Sentía mi boca llena mientras comencé a mover mi cabeza de atrás hacia delante llegando a rozar con la punta de su polla mi garganta.

Laura comenzó a acariciarme mis pechos, sentí sus manos amansando mis tetas suavemente, pellizcando mis pezones duros por encima de mi top. Comenzó a subírmelo hacia arriba mientras yo seguía mamando la polla de su marido. Tiro de mi top hacia arriba y separándome de Juan salió por encima de mi cabeza. Me desabrocho mi sujetador dejándolo caer suavemente por mis hombros, empezó a acariciar mis pezones con la yema de sus dedos.

Me recostaron en el sofá, Juan se puso a mi lado y Laura comenzó a besarme suavemente mi cuello mientras iva descendiendo con su lengua por mi pecho. Cogí con mi mano aquella verga tan excitante y comencé a masturbarla. Laura lamía y pellizcaba mis duros pezones, mientras un suave jadeo de placer se escapaba por mi boca. Con su mano acariciaba mi vagina por encima de mis pantalones y de tal excitación sentía que iva a alcanzar un orgasmo increíble.

Me metí de nuevo la polla de Juan en la boca y comencé a darla una mamada que jamás había dado ni a mi marido. Laura me desabrocho el pantalón y yo levante ligeramente mi culo para facilitar que pudiera desprenderme de ellos. Al estirar me saco el pantalón y mi tanga a la vez. Me separo las piernas y comenzó a lamerme alrededor de mi vagina por los muslos y el ombligo. Con dos de sus dedos presiono suavemente mi clítoris y comenzó a moverlos en circulo. Fue descendiendo con su cabeza y pude sentir su suave lengua rozar la punta de mi clítoris. Enterró su cabeza entre mis piernas y comenzó a chuparme mis labios vaginales. Sentí como con sus dos dedos me penetraba muy despacio y suavemente. Sus labios atraparon mi clitorix mientras sentía como aumentaba su penetración con sus dos dedos.

Sentía que llegaba a un orgasmo y tube que sacar la polla de Juan de mi boca. Seguí masturbándolo frenéticamente de arriba a bajo mientras mi voz era un constante jadeo de placer. Laura saco sus dedos mientras que con su lengua aumento el ritmo en mi clitorix. Con uno de los dedos con los que me había penetrado lo apoyo suavemente en la entrada de mi ano y comenzó a introducírmelo suavemente. Hasta que llego hasta el nudillo. Entre esta penetración y su lengua lamiendo mi clitorix alcance un orgasmo que jamás había tenido haciendo sexo oral. Mis gritos de placer eran increíbles eran ensordecedores y estos éxtasis solo somos capaces nosotras de proporcionárnoslos.

Me aparte a un lado para recuperar algo de aliento. Laura se acercó a Juan comenzó a masturbarlo suavemente mientras se introducía su polla en la boca. Cuando recobre un poco el aliento, Laura tanteo con su mano mi cabeza haciéndome bajar hasta situarme entre sus piernas. Las abrió y empujo mi cabeza hacia abajo pidiéndome que se lo chupase como antes ella había hecho conmigo. Mi experiencia con otra mujer era nula, no sabia como actuar, me deje llevar por mi instinto y pase suavemente mi lengua por su clitorix a la vez que lo intercambiaba con caricias suaves moviendo en círculos.

Sentí algo enorme que se apollaba en mi espalda, levante la cabeza de entre las piernas de Laura y Juan ya no estaba a su lado. Mire hacia atrás y le vi justo detrás mío. Con sus manos me levantaba de las caderas para situarme a cuatro. Sentí su enorme pene colocarse en la entrada de mi vagina. En mis ojos se veía deseo y temor por si me pudiera hacerme daño al penetrarme. Empujo suavemente, mi vagina se dilataba a su paso. Estaba muy lubricada de la excitación y el orgasmo que había tenido escasamente hace dos minutos. Fui sintiendo como iva entrando suavemente dentro de mi, centímetro a centímetro. Mi boca se desencajo y algo de dolor sentía pero no era capaz de tapar el placer que estaba recibiendo.

De un golpe introdujo hasta el fondo de mi su polla, sintiendo como llegaba hasta lo más a dentro de mi ser. Me sentía tan llena que arquee la espalda al sentirla toda dentro. Laura busco mi cabeza y la enterró entre sus piernas. Con las embestidas de Juan no atinaba a lamer el clitorix de laura y comencé a penetrarla con dos dedos muy rápido.

Mis jadeos eran constantes, entremezclados con los de Laura. El ritmo de Juan penetrándome aumento hasta tal punto que estalle en un orgasmo estupendo. Deje caer mi cabeza entre las piernas de ella. Mientras Juan no paraba de moverse cada vez más deprisa. Laura apretó su mano contra mi cabeza enterrando toda mi boca en su coño. Sentí todos sus jugos desbordarse en mi boca.

Juan saco su polla de mi y se dirigió rápidamente al lado de laura. Comenzó a masturbarse muy deprisa y soltó su semen en la cara de Laura. Laura paso su lengua por sus labios como saboreando el sabor de su marido. Los tres quedamos exhaustos de placer.

Desde ese entonces, Laura y yo somos más que amigas y Juan nuestro juguete.

sandramenol@hotmail.com