Mi compañera de piso y la webcam

Laura me provoca constantemente para meterse conmigo, y va siendo hora de tomar las riendas.

Afuera todo estaba oscuro. La calle vacía y el ambiente tranquilo. Quien me iba a decir que aquella noche sería tal punto de inflexión. Pero ese día había empezado de una forma muy normal.

Esa mañana me habían despertado las obras de la calle. Era un ruido molesto y penetrante del martillo neumático, a las 7 de la mañana. Me levanté, con mi rutina diaria de lavarme los dientes, ducharme y vestirme con lo primero que pillé.

Espera, un segundo. ” Pensé.

“Tengo que causar buena impresión en la entrevista de trabajo.”

Salí de mi cuarto solo con los pantalones, no quiero que se me manche la camisa antes de salir de casa.

  • ¡Javi! Buenos días, pringao.

  • Que tal, idiota.

Laura era mi compañera de piso. Era morena, medía más o menos 1,70cm. Estaba tumbada en el sofá, con una camiseta blanca de tirantes y un par de shorts de pijama. Teníamos esa relación de colegas que se saludan insultándose.

  • ¿A qué hora tienes la entrevista?

  • A las 12.

  • Entonces tienes tiempo de sobra, ¿porque no vienes aquí y me das algo de calor?

La miré. Me miraba directamente con una sonrisa pícara, y sabía perfectamente que desde esa posición tenía una vista perfecta de su escote.

Ya sabía cómo funcionaba, para ella era como un juego. Me provocaba y me ponía cachondo, y si pico el anzuelo, me hunde en la miseria. Si no pico el anzuelo se mete con mi hombría. En esta ocasión me apetecía jugar un poco, así que no hice ninguna de esas.

  • Oh, claro, espera que me tome un café. Luego te dejaré que te levantes del sofá en el que te quedaste dormida, y que vengas a mi cama a robarme todo el calor que quieras.

  • Vaya, ¿y me dejarás jugar un poquito?

Bueno, si insistes, me tendré que dejar...

Soltó una pequeña carcajada. En ese momento ya me había dado cuenta perfectamente cómo iba a terminar el juego.

– ¡Jajaja! Me lo he pensado mejor, prefiero quedarme aquí sola –dijo mientras se pasaba la mano izquierda por el interior de su pierna. –Tú tendrás que conformarte con una mísera paja, ¡que eres un pajero! Jajaja

Había vuelto a perder. Siempre sabia como doblar la situación. Y ahí me había dejado, con una erección difícil de ocultar, mientras me preparaba el café.

– ¿Te preparo un café?

– No, gracias. Te dejo en privado con tu “amiguito”, me voy a mi habitación, que tengo sueño, hoy me voy a tomar un día libre para mí. Mucha suerte en la entrevista.

Su habilidad era increíble, me había puesto a propósito en una parte de la cocina donde ella no podía mirar. Y aún así pudo saber que tendría una elección. Seguramente no necesita ni mirar, seguramente mi voz me delata cuando estoy caliente.

– Gracias, ya te comentaré si me cogen para el puesto.

Se metió en su habitación. Últimamente pasaba mucho tiempo ahí metida. Y con el cerrojo puesto y música algo alta. Sentía mucha curiosidad por ello. Pero tampoco era mi problema.

Después de desayunar me fui a mi habitación, encendí el ordenador, y entré en una página de webcams porno. En esa página cualquiera puede transmitir lo que hace, si a la gente le gusta lo que ve, les pagan con “fichas”, que se pueden comprar con dinero, o ganar retransmitiendo. Eso hace que la gente que ves son gente amateur de verdad, y que puedes ver webcams de forma gratuita. Entre a la sección de parejas, vi una pareja interesante “danielxxxmery” era su nick. Ella, rubia y despampanante, estaba de rodillas, totalmente desnuda y con un collarín de perro puesta, y él estaba de pie, totalmente vestido, pero con la polla fuera, mientras ella seguía sus órdenes como una esclava obediente, y le comía la polla, a veces suave, pero en ocasiones, bajo las órdenes de su amo. Se la metía hasta el fondo de la garganta, y aguantaba ahí un rato. Se notaba que no podía respirar en esa situación. Esto me estaba dejando más cachondo aún de lo que estaba, así que me hice la paja viendo su retransmisión. Luego aproveche para echar un vistazo rápido al Facebook y al correo electrónico. Dos nuevas fotos etiquetadas, y un correo en la carpeta de SPAM. Nada interesante, esperaba que me contactase alguno de los lugares donde había mandado mi currículum, pero no hubo suerte.

El resto del día fue simple, pero agotador, me terminé de vestir y fui a la entrevista de trabajo. No fue nada mal, pero era un puesto muy demandado, así que habría que esperar a ver, me dijeron que esa misma noche mandarían un correo electrónico si me cogían para el puesto. Tuve que comer comida rápida porque estaba lejos de casa y no me daba tiempo a volver a casa. Aproveché para ir a comprar cosas para la casa y luego fui al gimnasio. A las 8 de la tarde llegué a casa agotado.

– ¡Buenas tardes!

No hubo respuesta. Se oía música salir de la habitación de Laura. ¿Llevaba ahí metida todo el día?

Necesitaba relajarme y descansar, así que me senté al sofá y me puse a jugar a la play . Escuché abrirse la puerta de Laura, me giré para saludarla, y me encontré una fantástica visión, estaba casi completamente desnuda con solo un tanga puesto. Con su cara sorprendida mirándome, se tapó rápidamente sus preciosas tetas con su brazo.

– ¿Cuándo has llegado?

– Hace 5 minutos, he saludado, pero no me oías con la música, ¿qué estabas haciendo?  Veo que te has puesto guapa para recibirme.

Por primera vez era yo quien manejaba la situación, y no pensaba desaprovechar la oportunidad.

– Serás idiota, estaba echándome una siesta e iba a coger algo para beber.

– ¿Una siesta a las 8 de la tarde, con esa música, y sin desmaquillarte? Va, admítelo, te estabas tocando, cacho guarra.

Cambió su cara de sorpresa y nerviosismo, a una más pícara. Estaba claro que la había pillado, a ver cómo reaccionaba.

– Uhmm, ¿Algún problema? ¿Preferirías ser tú el que me estuviera dando placer?

Dijo con una mirada profunda mientras apretaba con su brazo sus tetas, haciendo que resaltaran más aún. Justo después se apoyó con la espalda en el marco de su puerta, de forma casual, pero desde esa postura y llevando solamente un tanga, podía ver perfectamente su redondo culo, un culo bien formado. Estaba ganando terreno, pero no me iba a dar por vencido tan fácilmente, para una vez que iba ganando, prefería terminar el juego antes de que ella consiguiera darle la vuelta a la tortilla.

– Ya te gustaría poder disfrutar de eso. Me voy a mi cuarto, te dejo intimidad para que termines lo que has dejado a medias.

Me fui a mi cuarto, y viendo su cara sonriente la guiñé un ojo. Joder, que cachondo estaba. Me había puesto a cien, sabe cómo usar sus cartas a la perfección, y si me hubiese quedado un poco más me habría derrumbado y me habría aplastado como normalmente hacía. Ahora necesitaba desahogarme, no podía quitarme la imagen de su cuerpo desnudo saliendo por su puerta. Encendí el ordenador, y me aparecieron las últimas ventanas que tenía abiertas: Facebook y el correo electrónico. Vi que esta vez había dos correos en la carpeta de SPAM. Me acordé de que dijeron que me mandarían un correo si me cogían para el trabajo, así que entré en la carpeta para comprobar si el último correo era de allí. Nada, sólo publicidad para Viagra. En ese momento me llegó otro correo a la carpeta de SPAM.

El asunto decía “Puede que esto te guste”. Tenía el mismo asunto que el otro correo de SPAM que me había llegado esta mañana. ¿Esto es publicidad? Qué raro. El remitente era un correo desechable claramente, pero lo abrí igualmente por curiosidad. Lo único que había dentro era un enlace. Pero reconocía la página enlazada. Era un enlace a una webcam de la página en la que solía entrar.

Abrí el enlace, y en cuanto cargó la página apareció en la pantalla una mujer tumbada de lado en una cama con un antifaz tapándole la parte superior de la cara, con un cuerpo despampanante. Un cuerpo familiar. Ese cuerpo le había visto hace menos de 5 minutos, y reconocía la habitación perfectamente. Es Laura. ¿Eso es lo que hacía tanto tiempo en su cuarto? ¿Cómo es que nunca me he encontrado con su webcam cuando he entrado en la página? Claro. Yo voy directamente a la sección de parejas. Ella estaba sola. Desnuda, con una mano entre las piernas y la otra en una teta. El chat estaba saturado, había 200 personas, lleno de gente haciendo halagos y peticiones.

– Si entre lo que me paguéis llegamos a las 50 fichas, cambio mi mano por esto

Dijo, mientras mostraba un consolador a la cámara. La gente empezó a pagar fichas, ella para motivarles lamía el consolador de abajo a arriba, se metía la punta en la boca y luego lo pasaba por su pecho. Me había imaginado muchas veces a Laura desnuda, follando y en las situaciones más perversas e increíbles, pero esto era mucho mejor el saber que estaba al otro lado de la pared haciendo esto para doscientas personas, me estaba poniendo a cien. En menos de dos minutos llegó el medidor de propinas a 50.

– Que pillos estáis hechos, os encanta mi cuerpo, ¿verdad?

Cogió el consolador, le puso un poco de lubricante de forma sensual, teniendo cuidado como si fuese un pene de verdad, y empezó a frotarse poco a poco con la punta, metiéndola un poco. Fue sacándolo y metiéndolo cada vez más, mientras ponía cara de placer y gemía fuerte. No necesitaba ni escuchar al ordenador, podía escuchar sus gemidos perfectamente a través de la pared. Mi polla estaba pidiendo a gritos salir de mi pantalón, estaba totalmente aprisionada ahí dentro.

– ¡Oh sí, como me gusta! ¡Joder sí! ¿Os gustaría más si dejara de usar juguetes y utilizara una de verdad?

El chat se volvió loco, todo el mundo empezó a emocionarse con la posibilidad de que fuese a retrasmitirse por primera vez con otra persona.

– Si conseguís entre todos 200 fichas, os consigo traer una polla de verdad ahora mismo

La gente empezó a pagar como loca, en menos de un minuto la cuenta llegó a 100, tras otro minuto la cuenta había llegado a 160. Yo estaba empalmadísimo, sabía lo que estaba pasando, ella sabía que yo la estaba viendo y quería que entrase. Me daba igual la cuenta. Me levanté, salí de mi habitación y fui a abrir su puerta.

Estaba cerrada.

– ¡Parece que está deseando entrar aquí, pero no podrá si no llegamos a los 200!

Maldita sea, me volví a mi habitación, cogí el ordenador y pagué yo 100 fichas de un golpe

– ¡Genial! ¡Tengo un donante que para deleite de todos ha pagado 100 fichas! Tendré que abrir la puerta…

Vi como se levantaba, se acercaba a la puerta, quitaba el cerrojo y volvía a tumbarse. Me levanté, supe lo que tenía que hacer, fui a la puerta de su habitación, abrí la puerta… y allí estaba, la misma imagen que estaba viendo desde una pantalla de ordenador, frente a mí. Me miraba con una sonrisa, se acercó a mí, y con un antifaz de la mano dijo:

– Toma, ponte esto.

Según me lo estaba terminando de poner, noté cómo me agarró de la camiseta y tiró de mí para hacerme caer en la cama. En seguida la tenía encima, completamente desnuda, subiéndome la camiseta mientras me besaba el estómago, el pecho y terminaba mordiéndome el cuello. Yo no me iba a quedar quieto, fui a agarrar ese maravilloso culo que tan loco me volvía, pero ella me mantuvo las manos por encima de mi cabeza y me dijo:

– No. Quédate quieto. Tú eres mi polla.

Joder cada vez estaba más cachondo. Bajó con sus manos a mi pantalón, y me empezó a masajear la polla. Prácticamente me estaba pajeando con la ropa puesta, y joder que bien lo hacía. Me quitó el botón, me bajó la bragueta, y bajó un poco el pantalón. Se acercó para mirar de cerca, bajó el pantalón y el calzoncillo de golpe, y mi polla, por fin libre, pegó un brinco, quedando a escasos centímetros de su cara. Ella lo miraba fijamente, casi bizca de lo cerca que estaba, y yo notaba en mi polla cómo respiraba por la boca. Me estaba costando mucho resistirme las ganas de tomar la iniciativa. Sacó la lengua, y la acercó, lamiendo con la punta un poco el glande. Me hizo sentir un escalofrío de placer. Joder, que ganas tenía de castigarla por la tortura a la que me estaba sometiendo. Acercaba su boca abierta a mi polla mientras la masajeaba, pero no se la metía en la boca, y se reía al ver mi cara de desesperación. Cuando consideró que me había torturado lo suficiente, noté como su boca rodeaba la punta de mi polla, sacándosela luego para lamer el tronco desde la base hasta la punta, terminando por volver a metérsela en la boca mientras movía la lengua alrededor, poco a poco bajando por mi polla cada vez más profundo. Joder la mejor mamada de mi vida, sentía que me iba a correr en cualquier momento. Debió notarlo, porque paró, se acercó a mi oído y me susurró.

–Todavía no.

Se colocó encima mío, y frotando su coño contra mi polla estaba jugando con mi cordura y mi capacidad de autocontrol. Cogió mi polla y se metió la punta, poco a poco, mientras ella se iba sentando para que entrara más profundo. Luego subía y bajaba, cada vez más rápido, cada vez más profundo, con mucha energía, gimiendo de placer y cerrando los ojos. Vaya forma de cabalgar, sacó pecho mirando al techo echándose hacia atrás mientras gritaba de placer, sin parar de mover sus caderas a ritmo frenético. Harto ya de quedarme quieto levanté mi torso para agarrarle sus preciosas tetas mientras le chupaba un pezón, ella no se resistió, así que la paré, la moví y la tumbé boca abajo sobre la cama, me acerqué a su oreja y la dije:

– Ahora me toca vengarme, y tú serás mi putita

Levanté sus caderas para que se pusiera de rodillas pero con la cabeza en la cama, yo desde atrás se la metí poco a poco, y una vez dentro empecé a subir el ritmo poco a poco. Ella fue a levantar su torso de la cama sujetándose con los brazos, pero yo no la dejé, la empujé contra la cama con mi brazo mientras seguía embistiéndola de forma cada vez más intensa, escuchaba como ella gritaba de placer

– ¡Joder sí! ¡Me encanta esta polla!

La cogí del pelo y tiré de él ligeramente para guiar sus movimientos de cadera, mientras la daba su merecido. Paré, la puse bocarriba y dije:

– Va siendo hora de que pruebe esas preciosas tetas

Me senté a la altura de su estómago, poniendo mi polla entre sus tetas. Ella ayudó cogiendo sus manos y apretándolas para mantener mi polla rodeada completamente. Empecé a follarme sus tetas, y cuando sobresalía la punta, ella aprovechaba para chuparme la punta con la lengua. Eran las mejores tetas que había probado en mi vida, y su habilidad con la lengua era impecable.

– ¡Joder me corro! ¡Abre la boca!

Le quité la máscara, y ella obediente se quedó como estaba y abrió la boca justo cuando mi polla empezó a lanzar su leche, cayendo en su cara a cada chorro más en su cara, cayendo una parte en su boca. Cuando tras varios chorros ya había acabado, ella empezó a limpiarse la cara recolectando el semen con su mano y llevándoselo a la boca. Había sido una experiencia increíble. Ella de pronto dijo.

– ¡Bueno chicos! ¡Espero que os haya gustado! ¡Nos vemos en la próxima!

En ese momento me acordé de porqué llevábamos máscaras y me acordé de la webcam. Ella se levantó y apagó la cámara. Me acerqué y vi las impresionantes cifras. 1800 espectadores. El bote había aumentado a 2300 fichas. Mientras me quedaba pensativo mirando la pantalla, escuché detrás de mí:

– Javi

– ¿Sí? –Dije mientras me daba la vuelta, viendo cómo cogía una fusta.

– Quiero repetir