Mi compadre me embarazó y ahora me arrepiento
Una noche de pasión con mi compadre, significará el fin de mi vida, mi carrera y sobre todo, el de mi matrimonio.
MI COMPADRE ME EMBARAZÓ Y AHORA ME ARREPIENTO
Esta erótica historia cuenta como en una relación sexual sin protección yo quede embarazada de mi propio compadre. Pero primero déjenme presentarme, soy una mujer de treinta y siete años de edad. Mi nombre es Inés, soy tumbesina, mi cabello es negro natural, el cual lo tengo muy bien cuidado, mis ojos son marrones claros, poseo unos labios sensuales los cuales los decoro con labial rojo intenso, me gusta maquillarme, aunque no le necesito, pues a pesar de mi edad aún sigo estando muy bien de belleza, sin duda gracias a que se cuidarme. Mido 1.62 de estatura, luzco un cuerpo en perfecta forma y con un abdomen plano y sexy, mis pechos son normales o sea no los tengo muy grandes, mis nalgas son muy provocativas y notables en especial cuando uso faldas ajustadas, mis piernas están perfectamente torneadas y bellas.
Como repito soy una mujer casada desde hace cinco años con Johnny y de este matrimonio tengo un niño actualmente ya de casi tres años, no es por hacerme la muy decente pero si debo aclarar que jamás hasta el día de hoy le había sido infiel a mi marido pues además de ser una mujer muy moral, también soy religiosa y por ello nunca hubiera imaginado, que algún día me iba a caer en tentación, también les cuento que soy muy dedicada a mi familia y a mi trabajo que por cierto soy graduada en Contabilidad y por ello trabaja de contadora en un tragamonedas de mi ciudad. Gracias a mi buen empleo y al de mi marido, yo puedo darme ciertos lujos, asisto a un bonito salón de belleza, voy al gimnasio y me encanta comprarme zapatillas y sandalias de buen precio, de hecho, este es mi hobby, pues, aunque no las use, yo casi a diario me compro algo para mí. Con respecto a mi forma de ser, diré que soy una mujer positiva, alegre y muy risueña, aunque a veces me pongo algo histérica, cuando no me sale bien algo o bien mi marido me contradice en algo, pues si debo comentar que no me gusta que me contradigan.
Bien, ahora hablaré sobre Francisco quien es mi compadre y el hombre con quien hice el amor quedando embarazada, él era un amigo de mi esposo de años atrás, antes que me casara con él, si debo decir que desde que me conocía note que le atraje como mujer, pues él me coqueteaba indirectamente, pero Johnny fue el elegido y me casé con él, para años después tuvimos nuestro primer hijo y mi esposo decidió que el padrino de bautizo del bebé sería Francisco. Él es viudo pues lamentablemente su mujer murió en un accidente automovilístico hace algunos años, por ello él sólo está criando a sus dos hijos ambos varones. Francisco es un caballero de apariencia educada y seria, más esto es sólo su disfraz pues al intimidar con él se descubre que no es nadita lo que aparenta, trabaja como profesor de matemáticas en una secundaria pública, uno de sus pasatiempos favoritos es jugar básquet con sus amigos y compadres incluyendo mi esposo. Como le encanta el deporte se conserva en forma y con una muy buena condición física, debo comentar que posee un pene de buen tamaño y muy duro, con el cual sin duda mi hizo gozar como toda una puta.
En fin, durante casi cinco años estuvo esperando el momento oportuno para cacharme, hasta que al fin lo encontró. Francisco me cogió dos veces, una por mi culo y la otra por mi vagina, como ya mencione su deseo hacia mí ya venía de antigüedad, pero sin duda notaba como en los últimos días ya iba manifestando más su gran deseo de hacerme el amor, cada que nos veíamos, aprovechaba para coquetearme discretamente e incluso me lanzaba piropos calientes, claro esto cuando no estaba mi marido, yo no decía nada y únicamente trataba de estar lo más seria posible con él, para que se diera cuenta que me había ofendido.
Aun así esto no servía de nada porque sin duda estaba decido a cacharme, día tras día con el pretexto de venir a visitar a mi hijo, él venía a mi casa donde también se ponía a platicar con mi esposo y lógicamente el muy idiota ni sospechaba el verdadero motivo por el cual iba a casa diariamente, aunque no me gustaban sus piropos, aun así lo recibía con un saludo cordial de mano y hasta con beso en la mejilla, basado en esto, Francisco aprovechaba estos momentos para descuidarse y rosar sus labios con los míos muy disimuladamente, yo me resistí lo más que pude pero a fin de cuentas caí en la tentación y lo deje a que me hiciera suya a su ancho antojo.
La primera vez que logró hacerme suya sucedió una tarde de martes al regresar de mi trabajo, ese día como todos fui a trabajar normalmente sin imaginar que lo sucedería al regresar a mi casa. Yo estaba vestida con una blusa blanca de oficina, tenía un saco color rojo y una falda negra a la altura de mis rodillas, mis zapatillas hacían juego con mi saco rojo pues también eran rojos, mis piernas estaban enfundadas en medias obscuras y también portaba anteojos. En fin, al llegar esa tarde a mi casa aún no había llegado mi marido, cosa que no era extraño pues él llega a casa hasta más de las 4:00 de la tarde en especial cuando hay juntas, sólo en casa encontré a mi hijo, a mi empleada doméstica quien vio todo y desde luego nada más ni nada menos que mi compadre Francisco, quien ya venía con sus negras intenciones de cacharme ese día. Mi compadre le había traído al niño un carro de control remoto, juguete con el que estaba muy divertido jugando en el jardín, yo por mi parte fui a la cocina por un vaso de agua pues me estaba muriendo se sed. Y justo en ese instante llegó él con una sonrisa muy picara, yo sólo me puse lo más seria posible, pero aun así se notaba perfectamente que ese día su calentura estaba más alta que de siempre. No quise verlo de frente así que sólo le estaba platicando de espaldas, justo en ese instante sentí como me abrazo por detrás e inicio a masajearme mis pechos, ante esto mis nervios iban aumentando bastante que hasta me sudaban las manos y me palpitaba fuerte el corazón. Con una mano continúa tocando mis pechos, mientras con la otra comenzó a tocarme mis nalgas sobre mi falda, por este motivo me volteé a prisa y quise darle una bofetada, pero él detuvo mi mano y me besó en los labios a todas ganas, un beso tan apasionado como jamás me había besado ningún hombre en toda mi vida, él jugueteaba con su lengua dentro mi boca y parecía que aquel beso no podía tener fin.
Al terminar aquel apasionado beso volvió a voltearme detrás y esta vez a toda prisa tomo mi falda y me la subió por completo.
-Ahora no por favor que está en casa el niño- le dije.
-Tranquila, está jugando afuera, sólo déjate llevar-
- ¡No sabes lo cuanto quiero hacerte el amor comadre mía! -
En ese momento ya excitada ni me acordé de mi sirvienta, Francisco bajo mi calzón, hasta mis rodillas e inicio a chuparme mi culo, yo sentía como sus labios besaban mis nalgas y su lengua me mojaba de saliva todo mi orto. Con esto ni me di cuenta cuando libero su pene, justo en ese instante yo sentí claramente como de un solo golpe, Francisco me introdujo toda su pinga entre mis nalgas, por este mismo impacto yo me descuide y deje caer el vaso de cristal con agua, sin duda ese ruido fue el que atrajo a mi sirvienta, pero antes él continúo metiéndome a toda velocidad, era tanta velocidad con la que me estaba penetrando que me dolía mi ano. Ya había durado como cinco minutos penetrándome y justo en ese instante oímos como alguien entro a la cocina, al voltearnos a ver nos pudimos dar cuenta que era la sirvienta que toda atónita se quedó viendo como la pinga de mi compadre entraba y salía de mi culo, “Perdón” fue lo que ella dijo antes de retirarse despavorida del lugar, al instante retiro su pene de mi culo y nos vestimos a toda prisa.
Todo el resto del día anduve extremadamente avergonzada con mi sirvienta y a la vez temerosa que hablara con mi esposo de eso, tan apenada estaba que ni quería hablarle pues sin duda ya me imaginaba lo que estaba pensando de mí. Pero aun así tuve que hacerlo, tuve que hablar con ella para intentar darle un dinerito a cambio de su silencio. _ ¡Mira sobre lo que viste hace unas horas!,
_ ¡No se preocupe señora que a mí no me interesa su vida íntima! Me contesto ella,
_ ¡Por favor toma esta cantidad por...!
sin dejarme terminar de hablar, ella agrego
_ ¡No es necesario señora que no pienso hablar sobre lo que vi!, ¡
_ Gracias! Le conteste yo, pero aun así al retirarse de noche antes de que se fuera le entregue esa cantidad en sus propias manos para cerciorarme de su silencio. Yo a partir de ese momento ya no podía borrar de mis pensamientos la forma tan apasionada con que me hizo suya esa tarde, por más que me esforzaba por olvidar los deseos impuros era totalmente imposible pues sin duda alguna, ya estaba deseando el momento el día y la hora en que Francisco me volviera a poseer de nuevo tal y como lo hizo, es más yo a cada instante que lo recordaba se me humedecía mi clítoris. Pero aun así con las ganas que tenía, parecía totalmente imposible que algún día se volviera a repetir dicho momento de pasión pues casi nunca estábamos solos, también debo decir que ni me imagine que en esa otra ocasión quedaría embarazada, vaya que en definitiva no hubo remedio porque no tomé anticonceptivos y como iba a hacerlo si ni siquiera me imagine que esa otra noche tres semanas después, volveríamos a hacer el amor.
Esto fue gracias a uno noche de celebración, a mi marido lo habían acabado de ascender de puesto en su oficina y para celebrar esto esa noche de viernes nos fuimos a brindar a un restaurante. Esa noche ya habíamos quedado de salir a celebrar, por ello dejamos encargado el niño a una niñera y así salimos los cinco, que éramos mi esposo, mi compadre, y otros tres amigos de mi esposo. Esa noche casi como queriendo seducir a mi compadre me vestí muy sexy, me puse un sensual vestido de noche color rojo, el cual su pronunciando escote lograba dar una vista panorámica de mis pezones, la falda era un poco larga y no me puse medias pues quería lucir la belleza natural de mis piernas, porte unas lujosas sandalias color plateadas y de tacón alto, además de que me apliqué una fragancia seductora. Con todo esto sin duda los amigos de mi esposo incluyendo mi marido, quedaron atónitos de sólo ver lo sensual que me había puesto, en fin, entre charlas, comida y copas se fue pasando la noche y sin duda mi esposo, fue el que tomo algunas copas de más, por esto mismo al poco tiempo estaba algo ebrio, como consecuencia a esto inicio a hablar con palabras groseras y para evitar una llamada de atención por parte del personal del restaurante, mejor decidimos retirarnos. Los otros amigos de mi esposo se fueron por su cuenta al salir del lugar, mientras que Francisco, me ayudó a llevar a mi esposo hasta la casa. Al llegar estaba un poco más inconsciente que antes, así que tuvimos que llevarlo hasta la recámara, después de esto pagué y despedí formalmente a la muchacha que se había encargado de cuidar a mi hijo.
Ahí de hecho inicio todo, pues al quedar completamente solos en casa ambos empezamos a sentir un nerviosismo e inquietud que reflejaba nuestros profundos deseos de cachar esa misma noche, yo intentaba disimularlo con una plática normal, pero fue imposible. Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Francisco comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda,
_ ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído,
-Lo sé y también quiero- le conteste, sin terminarlo de besar lo teme del brazo y le dije “Ven” antes que nada di un vistazo a la recámara del niño para cerciorarme que no estaba despierto. Así ambos nos metimos a una recámara extra que tengo en casa, aseguré la puerta con llave y no encendí la luz, pero si únicamente la leve luz de una lámpara en la cama, el cuarto estaba casi en penumbras, pero si podíamos vernos perfectamente. La que inicie fui yo, levanté mi vestido y lentamente me fui bajando mi calzón, luego de esto así con el vestido subido y sin calzones yo me senté en la cama y separé mis piernas totalmente, dándole así una vista perfecta de toda mi zona vaginal. Francisco se acercó y muy delicadamente inicio a chupar mi vagina, con total delicadeza iba acariciando con su lengua mí clítoris y mis labios vaginales, el placer ya era tan intenso para mí y luego lo incrementó al empezar a meter sus dedos en mi vagina, no saben las ganas tan grandes que tenia de gemir como loca de placer, pero por temor a ser escuchada por el niño no lo hice, así que únicamente me limitaba a morderme los labios de puro placer.
Entonces vino el momento tan esperado, mi compadre se bajó sus pantalones. Se pusp encima de mí, en ese instante pude sentir como su pinga, chocó contra mi vagina, sin duda gracias a la misma lubricación que ya tenía no costo nada y fácilmente me la metió por completo, ahí comenzó a moverse y a meter y sacar lentamente su pene de mi vulva, poco a poco fui incrementando la velocidad hasta que llegó un instante que la velocidad era tan que se podía escuchar el sonido del choque ambos sexos chocando. Sin duda alguna mi amante me estaba haciendo el amor de una tal manera que sólo puedo describir como “ MARAVILLOSA ” en todos sus sentidos, ya habíamos durado como media hora cogiendo, ahí fue donde paso el accidente, pues sin que estuviera prevenida sentí como un liquito caliente inundo toda mi vagina. Había eyaculado, ambos nos quedamos quietos un momento, aun con su pene dentro mi vagina, pero al perder erección me la retiro y después de besarme por último en los labios se retiró dejándome ahí en la cama con la vagina llena de semen. Sólo limpié mi zona íntima con mi ropa interior y posteriormente me fui a dormir junto mi marido que ni se dio cuenta que su amada esposa mientras él estaba tranquilamente durmiendo por efectos del alcohol, yo aproveché para hacer el amor con otro. Sin embargo, maldita esta noche que a futuro traería consecuencias.
Después de esta cachada, al día siguiente hablé con mi marido y le exigí que Francisco no volviera más a esta casa, exponiendo que no me gustaba ya su presencia seguida. Pero a las pocas semanas comencé a vomitar en exceso y una tarde estando en casa, me desmayé y me llevaron a la clínica. Allí el médico le dijo a mi marido que tenía un mes de embarazo y aunque no dijo nada, al llegar a la casa, me dio una cachetada exigiéndome que le diga de quien era el hijo. Yo trataba de decirle que era suyo, pero fue cuando me dijo que eso era imposible, ya que él se había hecho la vasectomía y no podía ser suyo. A esto la criada se había ido de la casa, luego que le confesará a mi marido que me vio como mi compadre me dio por el culo en la cocina y no me quedó remedio más que confesar que el hijo era de nuestro compadre.
Luego de esa confesión, mi marido tramitó el divorcio y encima me quitó todos mis derechos como esposa: la casa, la cuenta en el banco, mi ropa que me había comprado es decir todo y para rematar, pidió la custodia de mi hijito. Para mí esto fue el peor castigo y le imploré con lágrimas que por favor no me aparté de mi hijo, pero mi ex marido me gritó, diciéndome que eso debí pensarlo antes de actuar como una zorra. Ese mismo día me marché de la casa, sin poder despedirme de mi bebé.
Bueno esa noche mi vida terminó para mí. Y en cuanto al padre de mi bebé que estaba esperando, lo único que puedo decir es que días antes, cogió sus maletas y se fue con sus dos hijos y no supe a dónde (me enteré que mi ex marido le había amenazado de muerte y por ello se fugó). Puedo confesarles que en ese instante pensé en el aborto, pero mis sentimientos de madre me ganaron y decidí tenerlo, ahora han pasado siete meses desde el día que dejé mi casa, después de tener mis lujos, comodidades, y una familia, ahora vivo sola, en un cuarto de departamento pobre, sin tener servicios básicos, y sobreviviendo apenas de algunos trabajos adicionales (hasta mi empleo lo perdí por culpa de mi arrechura). Solo terminó esta historia diciéndoles que aquellas mujeres que leen este relato y piensen ser infieles, por favor vean las consecuencias. No quiero que terminen, como yo lo estoy ahora.