Mi comadre Daniela es atendida otra vez
Debido a las constantes vueltas que da la vida, dejamos de frecuentarnos con Daniela, y pasaron dos largos años desde nuestro último encuentro, se nos dio la oportunidad y no la desperdiciamos
Mi comadre Daniela es atendida… otra vez
Decisión tomada
Debido a las constantes vueltas que da la vida, dejamos de frecuentarnos con Daniela, y pasaron dos largos años desde nuestro último encuentro, eso si manteníamos contacto telefónico y nos veíamos ocasionalmente en las reuniones de amigos y/o cumpleaños de nuestros hijos.
En nuestras conversas telefónicas hablábamos de todo y el tema sexual no era ignorado; en una de las conversas quedamos para almorzar y ponernos al tanto de nuestras vivencias cotidianas; la recogería de su trabajo y luego iríamos al Embarcadero de San Isidro.
Ya en el restaurante, pedimos los respectivos platos y aperitivos, conversamos largo y tendido, de la familia, del trabajo, del grupo de amigos, etc. hasta que tocamos el tema sexual; ella no es de tomar le ofrecí un chilcano y acepto, aquí es donde todo dio un giro de 180 grados.
Comadre y que tal te va con tu galán, veo que viajas y te va bien, ¿imagino que te deben de tener bien atendida? – pregunte, un largo suspiro y en resumidas cuentas me explico, que su marido no la tocaba hacia más de 8 meses, no la tocaba ni por error; compadre lo que más me molesta es que ya me estoy acostumbrando y eso no esta bien – respondió afligida. Ya se me esta haciendo costumbre y no quiero eso, quiero vivir mi sexualidad antes de que se ¡apague! Siguió soltándose y librándose de sus pesares, no la interrumpí, en un silencio prolongado de ella, le pedí que baje sus manos de la mesa y las entrelace con las mías. Daniela para eso estoy aquí, para eso me tienes, cualquier cosa que necesites, estoy aquí para ayudarte en lo que sea que necesites – le dije mirándola fijamente a los ojos; así que, si tu marido no te da lo que necesitas en la cama; para eso esta tu compadre; ¡además compadre que no se come a la comadre no es buen compadre! - exclame, ella sonrió tímidamente.
Estas loco Lunatacas, ya no quiero volver a pecar otra vez – comento Daniela, mira que te parece si te das una escapada, escoge el momento, nos vamos a un hotel y si tienes el valor hacemos el amor, sino normal, total no estamos haciendo nada malo ¡aun! – esta bien, Lunatacas, mañana me puedes recoger a las 14:00 horas te parece – contesto con decisión Daniela. Claro a esta hora estaré puntual, conteste, nuestras manos seguían entrelazadas bajo la mesa.
Salimos del restaurante, enrumbamos hacia su departamento, en el primer semáforo en rojo me acerque a ella para darle un pico, el mismo que fue respondido con cierta timidez, en cada semáforo aprovechaba para besarla, cada vez se soltaba más y más, llegamos a su edificio y nos despedimos con un abrazo. Lunatacas, más tarde te llamo para coordinar – indico Dani, espero tu llamada – conteste.
Esa noche estuvimos como dos jóvenes enamorados que planificaban su primer encuentro sexual, palabras suaves, coqueteos, hasta escogimos el hotel donde seria nuestro encuentro, descartando la zona puteril de Lince. Ella pedía un hotel con cochera para que no la vean entrar, lo cual es lógico en una mujer casada, decidimos por uno que esta en San Isidro, recomendado por un viejo amigo mío y nos quedaba a mitad de ruta a ambos.
Dani estaba emocionada por el encuentro y a la vez un poco preocupada, trataba de mantenerla encuadrada en el momento que iba a vivir y disfrutar, se nos hizo tarde y nos despedimos.
El día del encuentro
Llegada la hora de recogerla, la llame al celular, me indico que la espere unos minutos, al ingresar al auto me saludo normal, nos dirigimos al hotel escogido, en un semáforo aproveche para besarla y fui correspondido, mi mano la entrelace con la suya y asi llegamos al hotel, ingresamos por la cochera (sótano), fuera del auto la hale hacia mi para besarla, ella correspondió, ¡Lunatacas tranquilo! En el cuarto me puedes besar todo lo que quieras – reclamo sonriente.
Nos dieron una habitación con cama queen, sofá de dos cuerpos y una mesa con dos sillas, sobre la mesa dejamos nuestra pertenencia, nos instalamos la tome por los hombros para abrazarla y besarla suavemente, ella respondió con cierto temor, seguimos besándonos hasta que rompimos esa pequeña tensión, note un gran espejo no ubicamos frente al mismo y con ella mirando al espejo comencé a desvestirla, el traje sastre fue saliendo pieza por pieza, dejándola en pantalón; Lunatacas dame un par de minutos que voy al baño – me dijo Dani, asentí con la cabeza.
Mientras me desnudaba para quedarme sólo en bóxer, Dani salió del baño, con un babydoll negro, guau – exclamé, ¿qué pasa? respondió, se te ve muy bien, me puse de pie para contemplarla y darle una vuelta completa para contemplar su figura y de paso “ganarme” con lo que me iba a deleitar, parados frente al espejo la tomé por la cintura y comencé a besarle el cuello, mis manos recorrían toda su figura. Daniela gemía levemente y su respiración se aceleraba, luego nos besamos, buscaba su lengua, la cual tímidamente se encontraba con la mía, la cargue en vilo y la acomode sobre la cama.
La besaba despacio, nuestras lenguas empezaron su propia batalla, una de mis manos recorría el contorno de sus curvas, bajé besándole el cuello, abrí el babydoll para liberar uno de sus senos, entreteniéndome con su pezón, succionaba y chupaba con ansias, auchhhh, ¡no seas tosco!, auchhhh, ¡eres un bruto! ¡despacio!, auchhhh, despacio que duele – reclamaba Dani, haciendo caso omiso, ataque el otro seno, haciendo lo mismo, pero más suave, esta vez ella cedió y no hubo más reclamos.
Luego de deleitarme con sus senos, dejando sus pezones erectos, baje dibujando su babydoll enrumbe hacia sus piernas, la gire y me abalance sobre sus hermosas y blancas nalgas, ufffff, Dani meneaba su cintura, mmmmm, sí, mmmmm, sí, mmmmm, sí, mmmmm – gemía Daniela. Le di un cachetazo, ahhhhhh – exclamo Dani, hice a un lado el hilo dental que vestía hundi mi rostro para oler profundamente entre sus nalgas, saboree, lamí, bese y lengüetee su arrugado ano, un profundo beso negro, ufffff, mi ataque resulto, ahhhhhh, Lunatacas, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, ¡que rico! – decía Dani.
Me perdí entre sus hermosas nalgas durante largo tiempo, mordisqueando, palmoteando, besando, mi lengua recorría la unión de estas, sentía su sabor, olía su interior, mis dedos jugaban con su vulva desde atrás, metiéndolos y hurgando a mi antojo, ahhhhhh, Lunatacas, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh – atinaba a decir Dani. Anduve perdido por un largo rato, luego la gire encontrado un pequeño triangulo que era la parte delantera del hilo dental, lo retire, ella colaboro levantando las piernas, tome una de sus pantorrillas y comencé a besar y lamer, subiendo progresivamente por el muslo hacia su entrepierna, para pasar de largo hacia su otro muslo y bajar hacia su pantorrilla, esta acción por sus gestos era de su deleite, ahhhhhh, Lunatacas, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh – susurraba Dani. Me incorpore para apreciar su vulva, hermosa, parecida a una almeja, que por la dosis de excitación ya estaba mojada y entreabierta esperando ser atendida, estaba coronada por un pequeño triángulo de vello púbico, delineado y llamativo, no perdí tiempo y comencé a comerme su vulva, besándola con afán, mientras mis dedos abrían sus labios mayores, atrape su clítoris, succionándolo suavemente, ahhhhhh, ¡Lo encontraste!, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, chúpalo, ahhhhhh, succiona, ahhhhhh, vamos Lunatacas, ahhhhhh, ¡uy que rico! – gemía Dani. Esta acción hizo que su botón se ponga duro producto del estímulo recibido, ufffff, su sabor, su aroma, el calor de su vulva, ufffff, realmente es único (no hay nada igual en este mundo) Al igual que atendí a sus calipigias y alrededores, dedique largo tiempo a su vulva y clítoris, dejándola totalmente encharcada.
Continúe con mi labor le succionaba el clítoris, mordisqueaba sus labios, mi lengua profanaba el interior de su vulva, lametee el perineo y su ano marrón, con cada beso negro que le daba la hacía temblar, mis manos ya libres acogieron sus senos para amasarlos, Dani simplemente se dejaba, por momentos balbuceaba cosas que no entendía, sus manos se unieron a las misas para amasar sus senos, jadeaba y movía sus caderas. Ya estaba con la boca y alrededores encharcados por sus líquidos.
Me levante y Dani me atrajo con sus dos manos hacia ella para besarme con pasión, instantes después sus manos liberaron mi ariete del bóxer, para dirigirlo a la entrada de su vulva y comenzar a penetrarla suavemente, ahhhhhh – susurro al sentir mi ariete abriéndose paso en su interior, el calor que emitía era indescriptible, mi ariete se abrió paso en su interior, ufffff, ella cruzo sus piernas para atraerme más, el mete y saca acompasado fue en incremento, sin dejar de besarnos, nuestras lenguas libraban su propia batalla, ella me acariciaba suavemente el brazo, ufffff, la sensación de penetrarla es indescriptible.
Ahora no solo sus piernas entrelazadas, sino sus manos en mis nalgas para atraerme más hacia ella y hacer que la penetración sea más profunda, ufffff, en cada embestida Dani exclamaba ahhhhhh, ahhhhhh, ahhhhhh, nuestros besos eran apasionados, besos de amantes de siempre, besos de una mujer desatendida por su marido.
No se cuanto tiempo estuvimos en el misionero, con movimientos suaves, nada de violencia o velocidad, en cada penetración sentía lo caliente de su interior, nos mirábamos a los ojos y los cerrábamos antes de volvernos a besar. El goce era absoluto, ufffff, besos y lenguas entrelazadas, pequeños gemidos que dejaba escapar.
El timbre de mi celular me volvió a la realidad, revise y rechace la llamada, desactive el sonido, Dani se había sentada en el borde de la cama, me halo hacia ella, con sus pequeñas manos tomo mi ariete y empezó a pajearme suavemente, mmmmm Lunatacas, que rica cosota que tienes – dijo sonriendo Dani, atine a acariciar su cabello.
Sabes algo – ¿qué cosa? – De cierta forma te extrañaba, cada vez que me masturbo cierro los ojos y pienso que eres tú quien me toca, me acaricia y me hace llegar – dicho esto Dani engullo mi verga, comenzando una mamada de campeonato, ufffff, me masturbaba y su lengua delineaba mi ariete hasta la base, para volver a recorrerlo y engullirlo una y otra vez, ufffff, mi cabeza estaba a mil, ufffff, verla como se lo tragaba, ufffff, aumentaba el ritmo sin dejar de mirarme fijamente a los ojos, una de sus manos busco la mía para entrelazar nuestros dedos; Lunatacas ¿te gusta? – pregunto, claro que siiiii – respondí.
La sesión de sexo oral continuo esta vez en la cama en un cómodo 69, nuestras lenguas hacían deleitar a nuestros sexos de manera indescriptible, ufffff, cada lamida que daba era correspondida por una profunda mamada, ufffff, cada mordisqueo de clítoris era correspondido por un suave mordisqueo de glande, por momentos Dani detenía su accionar para entregarse al placer que le estaba dando mi lengua ahhhhhh, sí, ahhhhhh, chúpalo, ahhhhhh, succiona, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, así chúpalo, ahhhhhh, succiona, ahhhhhh, por favor no te detengas; obviamente no lo hice.
Dani chorreaba en sus jugos vaginales y mi ariete estaba empapado en saliva y mis propios jugos seminales, ella se incorporó y se sentó sobre mi, con su mano acomodo mi ariete relajo la espalda e inicio un vaivén acompasado, apoyando sus manos en mis rodillas, mirándose con morbo en el espejo lateral, ufffff, me deleitaba viendo como sus nalgas “se comían” mi ariete, viendo esto aproveche para deslizar mi dedo pulgar en su arrugado ano, ella reculo un poco y al no sentir amenaza alguno prosiguió con su movimiento, incrementándolo por momentos, el observarse en el espejo ocasiono un input de descontrol en ella, sus caderas tomaron un ritmo acompasado y frenético a la vez, ufffff, que rico que se siente, no puedo negarlo, ella se dejaba llevar por ese ímpetu ocasionando que se desenfunde mi ariete de su apretada vulva, noooo, Lunatacas ¡no lo saques! – reclamaba, antes de acomodarlo aprovechaba en “golpearla” en la unión de sus nalgas, y de paso que mis dedos hurgaban su arrugado ano, antes de volverlo acomodar y que ella se lo engulla hasta la raíz, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, así, ahhhhhh, ¡qué rico!, ahhhhhh – gemía Dani disfrutando la penetración que le estaba dando, ambos lo disfrutábamos plenamente.
Pasados unos minutos, se soltó y volteo para sentarse mirándome esta vez, ante de acomodarse cogió mi ariete lo engullo con destreza y lo dejo ensalivado, ufffff, esta chiquita si que sabe prepararte, clavándose mi ariete de golpe, Lunatacas súbelo, súbelo por favor – reclamo Dani, hice lo que me pidió ipso facto, en esta posición tome el control de sus senos, los apreté y amase a mi gusto, por momentos ella se inclinaba hacia mi para besarla, ahora sus besos quemaban y su lengua daba dura batalla, me ofrecía sus senos para chuparlos y succionar sus pezones, que estaban muy duros producto de la excitación propia de la situación.
Dani incremento el vaivén de sus caderas, Lunatacas súbelo, ¡súbelo por favor!, ¡súbelo por favor!, unos instantes más y soltó un profundo ahhhhhh, sí, ahhhhhh, ¡súbelo!, mmmmm, sí, mmmmm, ¡súbelo! ahhhhhh, muévete, mmmmm, ¡súbelo! ahhhhhh, sí, ¡sí!, ahhhhhh, me vengo, ahhhhhh, me vengo, mmmmm, ¡que rico!, ¡Que ricoooooo! – Daniela alcanzaba su primer orgasmo; temblorosa se reclino sobre mi pecho, esbozando una gran sonrisa y con los carrillos enrojecidos. Lunatacas, ¡qué rico! – dijo con voz entrecortada.
Dicho esto, se incorporo apoyo sus manos sobre mi pecho, dándose impulso y arremetió con fuerza, ese movimiento propio en ella, el cual atrapa mi ariete con sus paredes vaginales y lo quiere exprimir y ordeñar hasta sacarle el último halito de fuerza, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, ¡súbelo!, mmmmm, sí, mmmmm, ¡súbelo! ahhhhhh, muévete, mmmmm, ¡súbelo! ahhhhhh, sí, ¡sí!, ahhhhhh, ¡sí! Ahhhhhh ¡sí! mmmmm – Dani lograba su segundo orgasmo; unos segundos después, volvió con su frenesí para alcanzar un tercer y cuarto orgasmo, cayendo rendida sobre mi pecho, ambos con la respiración entrecortada, le acariciaba el cabello con una mano y con la otra recorría su cuerpo, ufffff, la abrace y comencé a embestirla, ahora el que imponía el frenesí era yo, ahhhhhh, ¡no! ahhhhhh, ¡no! ahhhhhh, ¡si! ahhhhhh, ¡si! ahhhhhh, ¡así! ahhhhhh – exclamaba Dani a cada embestida, se incorporó para poner en funcionamiento esa licuadora de 8 velocidades que tiene en sus caderas, ¡súbelo!, mmmmm, así, ¡súbelo!, mmmmm, así, arqueo su cuerpo para atrás, mientras yo sentía esa descarga que recorría mi columna vertebral para terminar en una gran explosión en mi ariete y llenar con mi esencia su interior, ufffff, ufffff, cuatro o cinco explosiones más, había llegado y había llenado su interior con mi lefa. Al mismo tiempo Dani también había conseguido su quinto orgasmo.
Con ella reclinada sobre sus brazos, atrapé con mis dedos su clítoris y comencé a estimularlo, ¡Lunatacas noooooo! ¡No seas malo! Esta muy sensibleeeeeeee – reclamo airada, hice caso omiso y seguí en mi cometido de tratar de hacerla llegar de esa manera, Dani hábilmente se pego hacia mi pecho y me beso con mucha pasión, cortando mi intensión inicial.
Disfrutando de su ano
Ambos con la respiración entrecortada, descansamos un par de minutos, ella enrumbo hacia el baño para lavarse, yo me quede tumbado sobre la cama, al salir del baño, ¿Lunatacas qué te pasa? Sus ojos achinados estaban enormes – señalaba mi ariete; me percato que a pesar de la intensa llegada no se había bajado, así me pones cariño – conteste.
Sonriente se sentó al borde de la cama, comenzando una suave paja, me da un beso y se baja para engullir otra vez mi ariete, ufffff, su boca quemaba, siempre con la mirada puesta sobre la mía, me dio una memorable mamada, ufffff, limpio mi ariete de todo vestigio de lefa que quedo sobre el; saboreaba con lujuria mi lefa, incluso se saco un par de vellos de la boca, esto no la amilano es más ataco con mas destreza sin dejar de mirarme a los ojos. Hice que se recueste sobre la cama para acariciar sus bellas calipigias, redondas, blancas, enormes, mi dedo se deslizo por su orificio anal, esta vez no reculo sino más bien le dio aire a que incremente la fuerza de la mamada, ufffff, que deleite es ver ese trasero. Lunatacas te lo he dejado lubricado, y ya sabes mis gustos, se acomodo en 20 uñas, salte como un resorte y me acomode para cogerla de perrito, levanto la mirada y veo el espejo, hice que quede paralelo a el y comencé a profanar su vulva otra vez, ella contorneaba sus caderas, impuso el ritmo de la penetración y se miraba en el espejo, acompasados en este movimiento le di un fuerte cachetazo a su nalga derecha, y no pare de hacerlo hasta dejar mi mano marcada en su blanca piel, hummmmm, hummmmm, dale sabes que me gusta de perrito – dijo Dani, note por el espejo que sonreía mientras lo decía.
Mi ariete se deslizaba en su ardiente interior, mmmmm, sí, mmmmm, vamos, mmmmm, muévete, mmmmm, así, mmmmm, así – gemía Daniela, mientras meneaba sus caderas y sus blancas nalgas chocaban con mi pelvis creando el sonido característico del choque entre cuerpos, mis embestidas eran cada vez más fuertes. Ahhhhhh, sigue así, ahhhhhh, que bien se siente, ahhhhhh, sigue así, ahhhhhh, no te detengas, ahhhhhh, hazme sentir mujer, ahhhhhh – gemía Daniela, con ese espectáCulo a mi vista me ponía más duro, ufffff, veía como su vulva no quería que me salga, seguíamos el ritmo impuesto por ella, la tome por los senos para levantarla un poco y besarla, Dani se dejo llevar.
Estuvimos un buen rato así, aproveche para meter mis dedos y embarrarlos de sus jugos, la devolví a su posición inicial, y con la mezcla volví ha profanar su arrugado ano, ni se inmuto, me acerque a su rostro, quiero metértela por atrás, ¡quiero encularte! ¡tu culito es mío sólo mio! – le dije, Lunatacas apenas mi cuquita aguanta tu cosota, cree que mi culito va a aguantarla – contesto Dani.
Me dirigí a la mesa de noche y entre mis cosas tenia un aceite para bebe (ya lo hemos usado innumerables veces en el pasado), ella me miro sorprendida, eres un tramposo, Lunatacas, te aprovechas de mí – reclamaba Dani. Me ubique detrás de ella, embadurne su arrugado ano con el aceite y procedí a meterle mi ariete en su cuquita como le dice ella, retomamos el ritmo acompasado, por instantes suave por instantes rápido y fuerte, le seguía dando de palmadas, ahora ambas nalgas marcadas por mis manos, introduje el dedo índice embadurnado de aceite en su ano, luego el dedo corazón, ufffff, ufffff y otro ufffff, ahhhhhh, Lunatacas, ahhhhhh, eres un tramposo, ahhhhhh, te aprovechas de mí, ahhhhhh – reclamaba Daniela.
Con su orificio listo para la acción coloque mi glande en la entrada, presione e ingreso con cierta dificultad, deteniéndome un instante, bombee, otro pedazo más y volví a detenerme, por el espejo veía el gesto de dolor de Dani, ella mordía la almohada fuertemente, hasta que entro todo mi ariete, comenzando el vaivén suavemente, Daniela meneaba sus caderas, una vez que se acostumbró al invasor, hizo su clásico movimiento que me vuelve loco, ufffff, el goce era indescriptible, había profanado otra vez más ese orificio mundano, otra vez era mío, otra vez lo tenia a mi merced (pensé para mi), incremente la fuerza y velocidad, ahhhhhh, Lunatacas, ahhhhhh, ten cuidado, ahhhhhh, hace tiempo que no lo hago por ahí, auchhhh, mierda duele – se quejaba Dani, hice caso omiso a su petición. ¡No seas tosco!, ay, ay, ¡eres un bruto!, ay, ay, ¡despacio!, ay, ay, despacio que duele, ay, ay, ¡ya pues!, ay, ay, despacio – reclamaba Dani, lo extraño es que empinaba más el trasero haciendo la penetración más profunda.
Disfrutaba de su ano, en cada embestida Daniela apretaba las nalgas, ufffff, que delicia, ufffff, que bien se siente volver a gozar de su culito, sincronizamos ritmo, ahhhhhh, ¡sí!, ahhhhhh, que bien se siente, ahhhhhh, sigue así, ahhhhhh, no te detengas, ahhhhhh, hazme sentir mujer, ahhhhhh, hazme tu mujer, ahhhhhh – gemía Daniela, desbordad por el momento vivido.
Este movimiento y las ansias que tenia de encularla hicieron que comience a sentir las descargas que bajaban por mi columna y antes que ocurra lo inevitable saque mi ariete del profanado ano de Dani, ¿Lunatacas qué haces? ¿por qué lo sacas? – pregunto Dani sorprendida; no quiero venirme aun – le conteste. Dani me brindo una coqueta sonrisa, mordiéndose el labio inferior me señala el sofá, acto seguido la cargue en vilo y me senté, ella procedió a arrodillarse y meterse mi ariete en la boca y darme una apetecible mamada, ufffff, dejándolo ensalivado, a horcajadas se monto sobre mí dirigiendo mi ariete a la entrada de su ano para encularse sola, mmmmm, sí, mmmmm, así esta mejor, mmmmm, si, mmmmm, que rica cosota tienes, mmmmm, llenas mi culito, mmmmm – exclamaba Dani, se lo metió hasta la raíz, comenzando una feroz cabalgata, ufffff, sentía mi verga dura aprisionada por su esfínter, ufffff, ¡Vamos!, mmmmm, súbelo, mmmmm, muévete, mmmmm, hazme llegar, mmmmm – gimoteaba Dani no demoro en hacerme llegar, mis espasmos eran notorios, la descarga inminente, en un gran clímax llene su ano con mi lefa, ufffff, Dani sin dejar de moverse, sí, sí, siiiiiiiii, mmmmm, un intenso orgasmo. La bese y nuestras lenguas se fundieron otra vez. Lunatacas no la saques, déjala donde esta, ¡por favor! – pidió con la respiración entrecortada, sus caderas hacían un movimiento como queriendo exprimir toda mi lefa, me besaba y acariciaba el cabello; mi ariete poco a poco perdió su rigidez y se salió solo.
Con las pocas fuerzas que me quedaban la levante en peso para echarnos sobre la cama, y descansar un rato para recuperar el aliento. En mis brazos Dani me besaba apasionada, se le veía radiante, brillante, hermosa, ya en la cama ella sintió vergüenza y cubrió su cuerpo con las sabanas; Lunatacas no sabes cuanto te he extrañado, no tienes idea de las veces que he soñado con este momento, gracias por hacerme sentir deseada y mujer otra vez, lo que tu me pidas lo hare – comento Dani, no tienes porque agradecer, estoy y estaré siempre para lo que me necesites – conteste, besándola suavemente. Su mano ya estaba buscando mi ariete, para armarlo otra vez, hey relájate, que no soy una máquina – le reclame sonriendo, mmmmm tu has despertado en mi el lado oscuro y ¡ahora quiero todo! – exclamo Dani; su celular sonó e interrumpió su misión, al ver quien llamaba salto como un resorte, me pare y me dirigí al baño para lavarme, cuando retorne ya había terminado su llamada.
¿Qué paso? ¿quién era? – le consulte, era el huevas de mi marido diciéndome que se va a demorar en el trabajo y que va a llegar tarde porque tiene una reunión de ultima hora – contesto Dani, ¿entonces? – replique, nada le dije que tenia que quedarme mas tiempo en la universidad porque mi asesor de tesis me había programado una sesión para el fin de turno - dicho esto se abalanzo sobre mi, ahora tengo más tiempo para ti y por ende para que me hagas gozar mas – besándome.
Seguimos besándonos, recorrí su figura con mis manos, amasando sus nalgas, acariciando su espalda, ella pasaba delicadamente sus uñas por mi espalda, nuestras manos se entrelazaron y unieron, en un profundo abrazo nos fundimos otra vez, la eche en la cama; pero ella me volteo quedando sobre mi costado, deslizando su pequeña mano para pajearme, se acomodó atrapando mi ariete entre sus labios, recorriéndolo de extremo a extremo, ufffff, con mamadas cada vez más fuertes, ufffff, no se detuvo hasta que lo dejo listo para dar batalla otra vez, mi grado de excitación era tal que no tarde en empalmarme otra vez.
Le devolví el favor, bese, lamí, succione y mordisquee sus labios, note que su vulva estaba dilatada, producto del placer recibido, atrape su clítoris e hice lo mismo, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, ¡sí!, ahhhhhh, ¡sí! ahhhhhh ¡sí! mmmmm – gimoteaba Dani a la vez que acariciaba mi cabello, me incorpore y levante sus piernas para ponerlas sobre mis hombros, ubiqué mi ariete en la entrada de su vulva y la penetre, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, ¡sí!, ahhhhhh, ¡sí! ahhhhhh ¡sí! Mmmmm, no dejes de moverte – exclamo Dani, en cada embestida ajustaba con esa manera propia de ella; mmmmm, sigue, mmmmm, que rico, mmmmm, así, ahhhhhh, no dejes de moverte, ahhhhhh – gemía Dani, ufffff, largo rato disfrute de esta posición, amasando sus tetas, jalando sus pezones, me pegaba a ella para besarla, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, ¡sí!, ahhhhhh, ¡sí! ahhhhhh ¡sí! Mmmmm, levantaba sus piernas lo más que podía, ufffff, embistiendo con más fuerza y velocidad, a sabiendas que luego de 02 eyaculadas la tercera iba a demorar más de la cuenta, continuamos con las variantes respectivas de la pose, ella lo disfrutaba y por momentos me halaba para besarla, rodeo sus senos con sus manos para estimularlos, las embestidas que recibía hacia que por momentos blanqueara los ojos de placer, en un mal calculo mi ariete se salió y ella reclamo airadamente ¡mételo!, lo hice inmediatamente
En un movimiento sutil apunte mi ariete a su ano, con esfuerzo ingreso el glande sintiendo como su esfínter se estiraba, auchhhh, despacio, auchhhh, no seas tosco, proseguí suavemente mmmmm, así está mejor, mmmmm, que bien se siente, mmmmm, muévete, mmmmm – gemía Dani, ella levantaba las piernas para que su ano quede a mi altura y no tener que doblarme mucho, embestí una y otra vez, ufffff,
Dani colaboraba, sus manos estimulaban sus clítoris y las mías jugaban con sus senos y pezones ufffff, que sensación tan agradable, acomode una almohada bajo sus nalgas, ufffff, esta chiquita sí que sabe apretar las nalgas y su movimiento acompasado. Tenerla al hombro es un verdadero placer, su esfínter ajusta más y queda a mi merced, como es pequeña y maniobrable y se deja llevar, hicimos todas las variables de esta posición poner las piernas de lado, suspendidas, apoyando sus pies sobre mi pecho, ella disfrutaba estar enculada, ufffff, el cuarto se llenaba con el eco de nuestros cuerpos chocando, mmmmm, sí, mmmmm, así, mmmmm, así, mmmmm, ¡que rico!, mmmmm – gimoteaba Dani.
Nuevamente el sonido del celular nos saco de nuestro trance, volviéndonos a la realidad, ella contesto con la respiración entrecortada, aproveche para ir al baño a orinar; regrese y ella aun seguía con el celular, minutos después, me hizo señas de que me siente en el borde de la cama, Dani se arrodillo para engullir mi ariete y mamarlo; con el celular aun en la oreja sólo atinaba a contestar con monosílabas, sin dejar de mirarme seguía mamando mi ariete, en un descuido se trepo a horcadas sobre mí, colgó la llamada tiró el celular; su vulva se trago sin dificultad mi ariete, ufffff, sentándose de golpe para empezar a moverse suavemente, ahhhhhh, si, ahhhhhh, que rico, ahhhhhh, lo quiero durito, ahhhhhh, ponlo durito, ahhhhhh, así, ahhhhhh – gemía Dani incrementó la velocidad de sus movimientos, poso sus manos sobre mi pecho hizo que me recueste la tome por la cintura para poder ayudarla en su cabalgata, ufffff, estaba a mil por hora, un par de minutos bastaron, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, súbelo, mmmmm, sí, mmmmm, súbelo, ahhhhhh, ¡súbelo!, ahhhhhh, sí, mmmmm, ¡sí!, ahhhhhh, me vengo, ahhhhhh, ¡mierda me vengo!, mmmmm, ¡que rico!, ¡Que ricoooooo! – Dani alcanzo otro orgasmo, sin recuperar el aliento, Dani levanto sus caderas liberando mi y colocarlo en la entrada de su ano, ufffff, se acomodo y comenzó el vaivén de caderas, auchhhh – respiró profundo, auchhhh – se movía lento, ahhhhhh, ahora sí, ahhhhhh, dale, mmmmm, súbelo, mmmmm, muévete, mmmmm, ponlo durito, mmmmm, así, mmmmm, así – exclamaba Dani; incrementamos el ritmo de la penetración, ella impuso un raudo frenesí, ufffff, sentía las descargas eléctricas que recorrían la medula espinal, ufffff, una meneada más de Dani y mi descarga fue larga y duradera, ufffff, casi al mismo tiempo ella alcanzaba el clímax, ahhhhhh, súbelo, ahhhhhh, sí, mmmmm, así, mmmmm, súbelo, mmmmm, sí, sí, siiiiiiiii, mmmmm, me vengo, ¡me vengoooooo! – gemía Dani, arqueo su espalda, clavo sus uñas en mi pecho y contrajo el esfínter, ufffff, dos veces ufffff, se desplomo sobre mi pecho, sentía el latir de su esfínter que no dejaba de succionar mi ariete, ufffff, una vez más alcanzamos el clímax juntos.
Tendidos sobre la cama, ella aun sobre mi; sudorosa y recuperando el aliento, yo le acariciaba el cabello y uno de sus brazos, levanto su rostro y la vez más hermosa que nunca, su rostro reluciente, esbozo una agradable sonrisa, se me acerco y me beso. Ambos rendidos pero satisfechos nos acariciábamos mutuamente y seguimos besándonos.
Descansamos un rato, para luego meternos a la ducha, enjaboné su cuerpo, metí mis dedos en todos sus orificios, nos besábamos, ella lavaba mi ariete con paciencia, Lunatacas no se como vas a hacer, pero quiero repetir esto la semana entrante – comento Dani, claro mon petite ami las veces que quieras, cuando quieras y por dónde quieras, estaré para ti – conteste.
Una vez cambiados enrumbamos hacia su departamento, cuadras antes de llegar hizo que me orille y poniendo la mano sobre mi ariete comenta: Lunatacas he disfrutado mucho hoy día, me has hecho venir muchas veces, quiero ser tuya las veces que sea, pero por favor nada de mensajes ni llamadas, entiendes – asentí con la cabeza, soy yo la que te va a llamar y decir que días puedo, ahora tu eres mi amante, eres mi cachero, entiendes – nuevamente asentí con la cabeza, acto seguido de su cartera saco un pequeño bulto negro y me lo dio, antes de poder mirarlo me dijo, es mi calzoncito tiene mi olor después de haber llegado, tómalo como trofeo te lo has ganado, besándome apasionadamente. Proseguí el recorrido y la deje en su casa.
Camino a casa, encendí un cigarro como acto de victoria, mi celular sonó y veo que era Dani, atendí la llamada por bluetooth, Lunatacas me duele mi culito, me estoy echando una crema, que rico que me has dado por ahí, voy a soñar contigo esta noche, un besito – estoy para servirte mon petite ami conteste. Al rato recibo un video, donde ella estaba desnuda echándose la crema y metiéndose los dedos en su cuquita, ufffff; otra vez estaba empalmado.
Desde aquel primer reencuentro la frecuencia de nuestras sesiones fue de una vez por semana hasta la semana completa, ella tenía el pretexto de las reuniones por lo de su tesis para el master; llegamos a plantearnos una disyuntiva: si fornicábamos o hacíamos el amor… en mi caso le hacia el amor, siento mucha atracción por Dani, atracción contenida por mucho tiempo, ahora que “era mía” no quería perderla; pero la pandemia nos ha mantenido separados mucho tiempo, y las cosas siguen igual para ella, su marido no la atiende como es debido y si lo hace apenas dura poco tiempo.
No se que es lo que pasará más adelante, lo bueno es que ahora ambos estamos vacunados y ansiosos de volver a tener furtivos encuentros para llenarla con mi lefa y hacerla gemir y gozar de placer, en mi caso volver a tenerla en mis brazos es un premio a todo lo vivido.