Mi colega Ovar
Una historia que comienza con un encuentro casual...
El viernes vagabundeaba por Colon, despues de salir del museo arqueologico, con cierta direccion hacia Alonso Martinez, y pasé por la calle Amador de los Rios. Era la hora de cenar y como no tenia ningun plan me quede a cenar en el restaurante La Vaca Paca, que me hizo gracia. Alli me sente y cogi la carta. Antes de que hubiera pedido el primer plato, descubri que varias mesas mas al fondo estaba un amigo mio. Le hice una seña y vino a sentarse a mi mesa. -Que pasa Patricio. Cuanto tiempo. Estas solo? -Si, claro. Y tu que haces aqui. Que casualidad. -Tengo una movida extraña hoy. Mira. Ves a aquella mujer que esta sentada junto a la pared? La de azul. -Si. -Pues la llevo siguiendo desde el Corte Ingles. Me tiene alucinado. La mujer estaria por los cuarenta y cinco años.
Vestia de forma clasica, y estaba sola. Concentrada en su plato y de vez en cuando miraba a un señor de una mesa cercana, cuando este se movia, con un aire agresivo y a la vez de pedir perdon. Ovar, mi amigo, esta bastante grillado. Estudia psicologia en la complutense y se pasa el dia observando a llos que caminan por la calle, siempre que se crucen por su paso. Es un tio muy enrollado y hemos tenido alguna anecdota graciosa. Hacia unos dos años que no nos veiamos. -Has visto el moño que lleva, Patricio. Parece una vagina. -Ovar, tio. Estas salido. Ovar me miro por primera vez desde que se sento en la mesa, y me contesto. -No jodas. -Bueno y que? -Segun su manera de caminar, de moverse y las cosas que ha estado mirando en el Corte, esta tia es divorciada. -Venga. -La encontre en lenceria... -Ja, ja, ja. Y tu que hacias en lenceria? -Mirando las nuevas tendencias.
Bueno, pues ella igual, y miraba alrededor como con ganas de comprar un conjunto y no atreverse. -Y lo ha comprado?. -No. Cenamos intentando seguir el paso de aquella mujer, y cuando acabamos Ovar me propuso seguir detras de ella, alegando que le daba "buenas vibraciones". Fuimos con ella hasta Cafe de la Villa y nos sentamos cerca. -Voy a decirla algo, tio. Que si no me duermo. -Como quieras, Patricio. Me sente junto a ella, y me miro sorprendida. Aqui hice uso de la intuicion de Ovar, y de mis peores artes. -Buenas noches. Es usted Maria Teresa Lezcano, verdad?. -No. -Vaya, le habia confundido. Es que se parece mucho a ella, y a mi Maria Teresa Lezcano me apasiona.
Es una mujer por la que incluso daria dos años de mi vida. Usted no escribe? -No. -Vaya, es una pena. Perdone por haberla molestado. -Espere joven, no quiere terminar de tomarse la cerveza en esta mesa?. -Mi amigo esta sentado en la barra, si no le importa le aviso para que venga. Es un magnifico conversador. -De acuerdo, vaya Usted. Nos sentamos con aquella mujer. El dialogo fue bastante curioso, cuando nos unimos Ovar y yo, podemos ser muy trascendentales. Descubrimos que afectivamente era divorciada, su marido la habia abandonado por una chica mas joven. Tambien que estaba dando un paseo para no estar en su casa viendo la television. Ovar realmente tiene mucho ojo.
Ella pago nuestras cervezas y salimos de alli. Ovar, que llevaba un plan, propuso ir a un sitio mas animado, donde tenia un amigo al que tenia que dar una cosa (era un farol). Llegamos a un sitio de marcha afrocaribeña, y estuvimos bailando y bebiendo cockteles. La mujer bailaba alternandonos, y a medida que la noche avanzaba, se la notaba mas calida. Los abrazos y los roces eran mas cercanos, hasta que a Ovar le dio por el baile lambadeño y puso su muslo entre las piernas de aquella mujer. Despues de un rato, nos propuso ir a su casa. Me gusta encontrarme con Ovar, porque tiene una forma de ligar muy particular. Pasa un rato analizando, y despues adopta el papel de lo que la mujer desea en ese momento, y lo hace con una precision que perece ser mas que un psicologo en potencia, un adivino. La casa de la mujer estaba cerca, en un sexto piso. El apartamento era bastante espacioso, y decorado con gusto, en tonos claros. Me ofreci a preparar unas bebidas y me marche a la cocina.
Desde alli se escuchaba su conversacion. La tia tenia un autentico bar, habia de todo. Me vino a la mente un cocktel apropiado. En un vaso ancho, se echa coñac, marrasquino, una yema de huevo sin que se rompa y nata. Despues de tomarlo el ambiente se caldeo mas, si cabe, y Ovar se sento junto a aquella mujer y sin decir nada comenzo a desabrochar su blusa. Ella dejo el vaso lentamente sobre la mesa y se quedo quieta, dejandole hacer a el. Yo, mientras, me estaba fumando un cigarrillo. Descubri un aparato de musica y puse un disco de Roberto Carlos. Ovar la habia dejado en sujetador, un sujetador negro de encaje, y estaba trabajando en las medias, con una mano siempre en la entrepierna de ella.
Yo bailaba con mi copa en una mano y el cigarrillo en la otra. Fui hasta detras del sillon y me incline para besar su boca. Ella me cogio de la cabeza para que no me marchara y siguiera besandola. Entonces derrame lentamente la copa entre sus pechos, a lo que Ovar ascendio lamiendo hasta el sujetador. Yo me aparte y continue bailando, apague el cigarrillo, y me prepare otra copa, ahora de algo mas normal. Cuando volvi al salon, la mujer ya no tenia mas que el sujetador y Ovar tenia la cabeza entre sus piernas. Ella jadeaba descargando toda la libido contenida, y en un momento que abrio los ojos me vio, e invitandome a participar estiro de su sujetador para que salieran sus pechos y este se rompio. Como yo no prestaba mucha atencion, comenzo a magrearse sola, y Ovar se levanto y fue a ponerse una copa.
La mujer estaba escitadisima, se recorria el cuerpo con las manos y no dejaba de jadear. Ovar volvio y me miro complacido, a el le gusta mucho sentirse deseado, debe ser por una experiencia traumatica de su infancia. Y a mi ya empezaba a darme pena aquella mujer, que estaba comenzando a perder la clase y la compostura. Le di a Ovar un golpe en el hombro y le cogi de la mano a ella. Fuimos hacia el baño, me desnude y entramos en la bañera. La mujer empezo a lamer mi pene y Ovar que es un cabron, puso el agua fria al maximo. La tome de la cintura y la levante hasta la altura suficiente como para penetrarla, apoyada en la pared de azulejos. La mujer tenia un cuerpo bastante bonito, y me pregunte porque la abandonaria su marido. Mientras la recorria con las manos ella me besaba con ansia.
Despues puso su cabeza sobre mi hombro, justo cuando estaba apunto de correrse. Seguia jadeando, cada vez mas deprisa, y en un momento senti que estaba teniendo un orgasmo, que acompaño con un mordisco en mi hombro. La tia se estaba pasando, asi que le cedi el turno a Ovar. Me fui a por mi copa, y oi como Ovar la llevaba al dormitorio. Se estaba poniendo las botas aquella mujer. En esto, llaman a la puerta, y la mujer dice: -Dios mio, mi hija. A Ovar se le oye: -Que edad tiene?. -Veinte. Viene a pasar el fin de semana aqui, se me habia olvidado. -Bah, ya es mayorcita. Ya eran las dos de la mañana, y me dio pena dejarla en la calle, asi que abri la puerta. -Coño Patricio! Que haces en la casa de mi madre en pelotas?. La hija resulto ser una amiga de Cristina (mi ex-novia). Esa noche era la de los encuentros casuales. Yo sin perder la compostura, le ofreci pasar y tomar una copa. Nos sentamos en el salon a tomarla y se oia a Ovar y la madre en el dormitorio que seguian a su tema.
Esta chica era una de las mejores amigas de Cristina, una que siempre estaba deseando quedar con nosotros porque se lo pasaba muy bien. Tambien era la amiga mas guapa que tenia Cristina porque el resto eran unos completos adefesios. Tania no se altero, y siguio la situacion con bastante gracia. Al fondo se oia a la madre, y me levante para poner otro disco. -Me da corte estar asi, contigo desnudo, asi que yo tambien me voy a desnudar.- Sin contestar puse un disco, tomandome el tiempo necesario para que cuando me diera la vuelta estuviera ya preparada, y cuando lo hice me quede asombrado. Tania es de esas mujeres que son guapas pero no llaman la atencion, y que en ningun momento las imaginas desnudas. Tenia la piel morena, y se veia desde la distancia que nos separaba que era suave y calida. Las piernas estaban entrecruzadas, dejando ver una mata de pelo en su pubis, color negro intenso. El vientre era recto, y se movia con respiracion agitada. Mas arriba se dibujaba el contorno de sus costillas, y un poco mas arriba surgian unos pechos redondos, ergidos y solidos. Los pezones eran de color marron oscuro, color chocolate con leche. Sobresalian ligeramente sus claviculas, creando un efecto sobre el cuello de estilo. Sus brazos eran finos, y estaban dejados caer en los brazos del sillon. Yo ya tenia una fuerte ereccion.
Me acerque, y ella se deslizo hacia el suelo, quedando de rodillas. En la aproximacion ella tomo mi pene entre sus manos y lo introdujo en su boca. Yo pense que debia ser algo familiar, el hecho de empezar por ahi. Sentia como sus pechos rozaban mis muslos, y no pude resistir mas sin deslizarme hacia el suelo y lamer su piel, recorriendola en linea recta desde su cuello, entre sus pechos, su ombligo hasta su pubis. Con suaves mordiscos pase por el contorno de sus finas caderas, y ella me tumbo de espaldas en el suelo. Puso su coño sobre mi cara, y retomo de nuevo su trabajo con mi pene. Tania sabia dulce, y mientras devoraba su entrepierna sentia un ir y venir de sus pechos sobre mi abdomen y su boca en mi sexo. Tenia ella mucha experiencia o bien mucha intuicion, asi que en apenas dos minutos llegue al climax, sintiendo que ella estaba apunto. Eyacule y ella al sentir su boca llena de semen, apreto un poco con sus piernas mi cabeza y se corrio, mientras lamia mi pene.
Yo continue recorriendo su entrepierna con los dedos y la lengua durante unos momentos, hasta que oi la vos de Ovar. -Joder, Patricio. -Ah, Tania este es Ovar, Ovar esta es Tania. -Encantado, señorita.-dijo dandole la mano. -Es un placer caballero. -Bueno, Patricio, nos vamos a dar una vuelta?. -Vamos. La madre de Tania se habia quedado frita, con cara de felicidad, agarrada a la almohada. Tania se vino con nosotros y fuimos en su coche a terminar la noche en una discoteca. Es una chica muy maja, y con un sentido del humor que encaja con el de Ovar. Acabamos todos durmiendo la mona en mi casa, hasta las cinco de la tarde del Sabado.