Mi cliente, Mi padre Parte 4

Carolina pasa unos días en la casa de su tía más querida y sensual de la familia, entre noches y noches de copas, juegos y charlas, ambas mujeres comienzan a ser extremadamente honestas la una con la otra, al punto que Carolina le confiesa a su tía que está teniendo sexo con su padre…a la vez su tía

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Mi Cliente, mi Padre Parte 4

Tal parece que en mi vida, cada año es más intenso y diferente que el anterior; y luego de una navidad y año nuevo con tantas sorpresas, morbosidades y tabús sin límites, una situación poco esperada me tomo por sorpresa a mediados de Febrero…como era costumbre mía, siempre me tomaba 15 días de relax durante Febrero en la casa de mi tía que vivía al otro lado del país, esto para poder distenderme y arrancar mi año laboral nuevamente con más fuerza y entusiasmo.

Mi tía Rocío, o como a mí me gustaba llamarla RO, era una mujer bástate atractiva, para sus 44 años de edad, jamás había tenido hijos ni se había casado, solo esporádicamente salía con uno que otro hombre pero jamás se la veía comprometida o en algo realmente serio. Ella lucia bastante bien ya que era una mujer que comía muy sano, se ejercitaba todos los días y siempre usaba ropa apretada al cuerpo para que todos pudieran ver sus curvas perfectas…sin contar sus grandes pechos que hacían muy buen juego con sus amplias caderas.

La segunda noche luego de llegar a su casa, ella tenía su rutina nocturna, servirse una copa de vino, sentarse en el sofá y charlar conmigo de cualquier tipo de tema que sea posible…y cuando digo cualquier me refiero a todos, incluso los más sexuales y pervertidos que podíamos tener, pero esa noche fue un tanto única ya que ella comenzó con el tema principal hablando sobre la familia; mi tía es la hermana mayor de mi madre y siempre supieron tener una relación muy unida, al menos así me contaba ella hasta el día que mi madre quedo embarazada de mi…pude notar en su voz un tono de tristeza y remembranza de viejas épocas, me dio mucha curiosidad así que decidir indagar un poco en la historia de mi tía, después de todo a esas alturas ya se había tomado casi todo una botella de vino ella sola:

Yo: -Tía Ro, perdón que sea metida, pero quisiera saber…que fue lo que paso exactamente mientras mama estaba embarazada que ustedes dejaron de ser tan unidas?

Ro: (suspiro profundo y lento) –Bueno, pasa que tu madre tenía este noviecito Marcus y…la verdad es que yo siempre estuve muy celosa ya que ellos se la pasaban teniendo sexo todo el tiempo cuando nuestros padres no estaban en la casa y yo siempre los espiaba y veía como tu madre gozaba y yo ahí, sin novia y sola…solo me quedaba mirando a escondidas y masturbándome…

Yo: -Alguna vez le dijiste algo de esto a mama?

Ro: -Una sola vez lo intente, fue cuando ellos me descubrieron masturbándome bajo de la cama mientras ellos cogían como conejos, no pude aguantar mis gemidos y grite al tener un orgasmo al escuchar a Marcus exclamar que acababa todo adentro de tu madre…la verdad es que siempre tuve celos de los dos, porque después de tantas cosas los deseaba a ambos…y trata de explicárselo a tu madre…pero ella me rechazo y desde ese día no me hablo más…luego se enteró que estaba embarazada y rompió con Marcus sin decirle del embarazo. Luego de eso, ella y yo nos distanciamos. Pero aquí estas tú, es como volver al pasado y hablar con tu madre cuando era joven…pero tu tiene unos senos muy similares a los míos, mas firmas por tu joven edad y muy apetecibles…eres como tu madre, pero más deliciosa….iiippp..

A ese punto mi tía ya estaba suelta de más por efecto del vino…debo admitir que me encanto lo que dijo y la verdad no sé si será porque ya soy incestuosa desde el principio, pero luego que dijo eso mi tía, sentía como una llama me consumía por dentro y me impulsaba a abalanzarme sobre ella para desgarrarle la ropa y besarla…las imágenes estaban en mi cabeza, como me sentaba sobre ella, la besaba apasionadamente mientas mi lengua exploraba su boca, mientras arrancaba los botones de su camisa para dejar sus senos al descubierto para mi deleite…mi cabeza iba más rápido de lo que podía llegar a controlar…pero en ese momento mi tía se acostó sobre el restante del sofá y se quedó dormida, tome su copa y la botella para llevarlas a la cocina y la cubrí con una manta, luego de eso me dirigí a la habitación para descansar, pero todo lo que había dicho mi tía sobre mi madre y Marcus y como ella se masturbaba, no salía de mi mente…y no podía dejar de imaginarme en esa misma situación con mi tía.

Al día siguiente todo transcurría como si nada hubiera pasado, como si la charla con mi tía hubiera sido algo normal, lo que ella no sabía es que Marcus, mi padre, era mi amante desde ya hacía unos meses y que a raíz de nuestra previa conversación la noche anterior, mis ojos comenzaron a verla con lujuria, con morbosidad y con ansias de deleitar hasta el rincón más oculto detrás de esa ropa bien apretada que ella sabía usar. Al llegar el jueves, día en que con mi tía hacemos juegos con desafíos a quien pierde puntos o pierde el juego, ese día me sentía un poco inspirada entonces decidir buscar un viejo juego de mesa que teníamos de cuando yo era niña, prepare un par de botellas de vino, pedimos unas pizzas y comenzamos el juego de manera normal como siempre, sin saber cómo esa noche se iba a desenvolver y llenarnos de placeres. Al principio era desafíos inocentes y sin nada oculto, como gritar algo gracioso por la ventana, tomarnos 2 copas de vino repletas y continuas…pero de a poco, a medida que el vino comenzaba a hacernos efecto y desinhibirnos, los desafíos se convertían en retos y los retos se convertían en confesiones…comenzamos por desafiarnos a ser desvestidas por la otra, a poner un cubo de hielo en los pezones, bajar hasta la ropa interior y dejar el cubo de hielo el mayor tiempo posible y cuando no aguantábamos más, pedir que dulcemente con la boca la otra persona nos lo quite sin tocar nuestras vaginas…debo admitir que jamás estuve tan mojada con un juego previo como lo estuve esa noche…y el olor de su vagina era increíblemente delicioso, como una mezcla de vainilla y agua con azúcar…quizás haya sido el vino, pero ese era el olor realmente penetrante que sentía proveniente de esa vagina depilada, roza y chorreante…una vez que los retos llegaron a un clímax realmente alto, se convirtieron en confesiones sexuales realmente fuertes. Ella comenzó diciendo:

Rocío: -Me encanta masturbarme mientras imagino que otra mujer me está mirando y deleitando mis pechos, tomando mis fluidos cuando chorrean de mi vagina y bajan por mis muslos hasta llegar a mi culo y dejarme completamente empapada…realmente hace mucho que quiero ser penetrada por una mujer usando un strap-on doble…a veces te veo dormir y me masturbo desde la puerta de tu habitación, imaginando como me miras y súbitamente te levantas y me acorralas contra la pared, insertando tus dedos en mi mientras me besas y  pellizcas mis pezones…eh derramado placer a montones en tu honor mi querida sobrina…