Mi clase, mi harem ~Parte 2~

Después de las primeras cuatro, Jorge sigue con su lujuriosa aventura con algunas sorpresas en el camino.

Era el viernes de la primera semana de trabajo en la escuela y ya había podido tomar para si a cuatro de las chicas de su salón. Era momento de empezar a ver quien seguía.  Durante ese día tomo nota de las demás alumnas y aprovechando que las cuatro con quienes había estado ahora lo tenían muy en cuenta hablo con ellas para preguntar sobre sus compañeras, sus clubes, actividades y demás datos que pudieran funcionar para su provecho.

Al salir de la escuela tomo el metro hacia su casa la cual estaba algo lejos, se movió entre la masa de personas que iban para sus hogares después de la jornada laboral cuando vio el uniforme de la escuela. Se dio cuenta de que era una de sus alumnas. Cristina si mal no recordaba, su padre tenía un banco, que raro que se subiera a un metro, seguramente tendría muchos choferes con los cuales contar. El metro por momentos era muy oscuro y tardo un poco en darse cuenta de que tenía la cara ruborizada y apretaba los labios con fuerza. Al acercarse mas se dio cuenta de que un chico estaba detrás de ella. Los demás parecían no notarlo pues todos estaban muy pegados. Ella cerraba los ojos pero su cara se notaba excitada. Se dio cuenta de que el la estaba masturbando colocando su miembro entre sus piernas y frotándola. Tuvo una idea espontanea, llegaban a una estación y había tanta gente a punto de salir que colocándose detrás del chico en el momento en el que las puertas se abrieron lo tomo del cuello y lo empujo a la masa de gente que lo arrastro fuera del metro. Cuando se dio cuenta ya estaba fuera de ahí y las puertas se cerraban.

Jorge no tardo ni un segundo en hacer exactamente lo que el chico estaba haciéndole a Cristina, ella solo se dio cuenta de que el se había detenido por un momento y supuso que lo había hecho por precaución. Estaba tan empapada que apenas noto el cambio solo lo sintió mas grueso y murmurando con una sonrisa le dijo –Hoy estas mas intenso que otras veces-. Jorge siguió masturbándola durante un rato hasta que sintió que ella se corría. Ella ya se iba a arreglar cuando el la sujeto y tapándole los ojos con una mano hizo a un lado sus braguitas y empezó a empujar. Ella jadeando en voz baja le reprendió –Dijiste que hoy no entrarías, te dije que no era seguro- pero el siguió empujando ella estaba tan mojada que no tuvo problema en entrar completo dentro de ella. Empezó a bombear, ella estaba tan excitada que no pudo replicar. El hábilmente le roció en la cara un poco de su spray para que su mente se relajara y en seguida noto el cambio, ahora ella era la que se movía y sus jugos se regaban por sus piernas. Ahora en vez de tapar sus ojos tapo su boca pues no controlaba sus gemidos. Ella lo vio de reojo pero no dijo nada, no se detuvo ni un instante. El guiaba su cadera y viendo sobre su hombro noto sus pequeños pechos excitados y los pezones marcados en su blusita. Con el brazo que tenia libre la apretó contra el y dejo que su leche la inundara. Su conchita succiono el semen de Jorge deliciosamente. Como no podía recostarla, se quedo pegado a ella usando su propio miembro como tapón. Esperando a que su cuerpo asimilara su leche. Se quedo un buen rato dentro de ella además de que se sentía muy rico. De hecho se paso su parada pero no le molesto. La suerte estuvo de su lado en ese momento y no se tuvo que esforzar para inseminar a otra de las chicas.

Durante el fin de semana repaso las opciones que tenía y al empezar la semana sabia a quien le tocaba. La siguiente en su lista era Mayra, la típica chica con gafas, muy lista y seria. Aun no sabía como abordarla por que parecía no tener ni una falla. Sin embargo al siguiente día Jorge se quedo calificando algunas cosas y se le hizo tarde. Al salir de su despacho paso frente a un salón que parecía vacio pero de reojo vio una figura dentro. Quedándose quieto se asomo con cuidado. Era Mayra y estaba sentada en su pupitre. Su cara estaba muy roja y respiraba con dificultad. Se movía arriba y abajo y se dio cuenta que tenía un dildo dentro de ella y estaba masturbándose con el. Su rostro se veía muy erótico. –Supongo que las chicas de esta escuela son las menos satisfechas de todas- se dijo. La observo los siguientes días y se dio cuenta de que siempre estaba en ese salón a la misma hora. Así que al cuarto día el se adelanto y dejo encendido su incienso dentro del salón. Mayra llego puntual como siempre.  El se había escondido dentro de un armario esperando a que el incienso hiciera efecto. Ella empezó a montar el dildo y al parecer su lujuria natural hizo que el incienso hiciera efecto mas rápido. Todo su cuerpo vibraba. El salió del armario y se acerco a ella por detrás. Comenzó a acariciarla por todas partes. Mayra lo vio pero estaba tan ida que su instinto se apodero de ella. Al sentir las manos de Jorge se abalanzo sobre el. Comenzó a besarlo con intensidad. El la cargo hasta sentarla en su pupitre, sabía que ella no podía resistir, así que saco el vibrador y la penetro con la misma fuerza. Ella grito de placer y se corrió al sentir el miembro de Jorge dentro de ella, estaba ardiendo y Jorge la sintió empapada. Al instante comenzó a mover sus caderas al mismo tiempo que Jorge.

De un tirón desabrocho su blusa y jalo su sujetador hacia abajo liberando sus pechos que empezó a mamar con furia. Sintió que su leche salía como un torpedo, la inundo a los pocos minutos de empezar a follarla. Ella se quedo quieta sintiendo por primera vez el placer de ser llenada, sin embargo, en cuanto sintió que el torrente se detenía volvió a mover sus caderas. El hizo que ella rodeara sus caderas con sus piernas y tomándola de sus nalguitas la cargo. Ella volvió a gritar sintiendo esa nueva posición. Empezó a darle muy duro cargándola, tratando de tomarse su tiempo ahora, disfrutando de poseerla tan intensamente como ella quería. Mayra se corría una y otra vez pero sus caderas parecían insaciables. Después de un rato se sentó en el pupitre con ella encima. Ella lo abrazo al cuello y lo monto como una amazona natural. El la empalaba muy duro y con fuerza. Ella gemía en su oído abrazándose a el. Jorge sintió que ella se tensaba y aprovechando exploto dentro de ella al mismo tiempo que ella tenía un orgasmo.  Su leche salió con potencia. Cada vez que sentía un chorro mas adentro, Mayra gemía muy suave en su oído y eso solo hacia que el durara mas. Así se quedaron. Paso un rato pues el no solo quería que ella asimilara su semen si no que se sentía realmente bien dentro de ella. Ni siquiera se había dado cuenta de que ella se había quedado dormida sobre el ya que sus caderas seguían moviéndose en círculos muy suavemente. Su coñito seguía succionando. Cuando pensó que había pasado el tiempo suficiente, la separo de el. Al hacerlo ella gimió entre sueños. Al igual que las otras le acomodo la ropa y gualdo el dildo dentro de su bolsa por que podría causarle problemas si alguien lo encontraba junto a ella. Al salir de la escuela se topo con una religiosa y le comento como quien no quiere la cosa que había visto a una alumna dormida en el salón. Al parecer había estado estudiando hasta tarde.

Al día siguiente Jorge noto que sus compañeras comentaban que Mayra parecía mas contenta que de costumbre y no tenia su seriedad de siempre.

Ese mismo día Jorge se encontraba en un rincón del extenso jardín de la escuela, que mas parecía un bosque pues estaba lleno de arboles. Estaba pensando en como abordar a la siguiente chica y el lugar era tan solitario que podía pensar con calma. Después de un momento noto que había dos chicas mirándolo entre los árboles y cuando las vio directamente ellas se acercaron. Eran las gemelas, ambas llevaban una toalla alrededor del cuerpo. Se dio cuenta que estaba sentado en una banca cercana a la piscina. Las dos tenían la cara ruborizada, pero se las veía muy seguras. Vanessa, que era mas extrovertida se sentó en sus piernas. Jorge felizmente sorprendió noto que ninguna de las dos llevaba nada bajo la toalla. Ella le dijo que tanto ella como su hermana se sentían atraídas por el y no sabían por que, ya no podían resistir y habían decidido que si el les daba permiso lo compartirían. Como respuesta el se apodero de su boca atrapando su lengua en la suya. Ella se dejo llevar excitándose por completo con solo eso. Vanessa los miraba un poco sorprendida y algo molesta. Jorge la vio y la acerco a el acariciando sus nalguitas, recorriéndola por todas partes hasta hundir sus dedos en ella. Vanessa no recordaba haber perdido la virginidad y le sorprendió no sentir dolor, pero estaba tan excitada que no pudo pensar mucho mas antes de empezar a gemir. Vania abrió el pantalón de Jorge acariciándolo el ya estaba duro como roca. Jorge se tumbo en la banca, arranco las dos toallas y mientras Vania se acomodaba la punta de Jorge en su entrada, hizo que Vanessa se colocara sobre su cabeza tomándola de la cadera comenzó a comerse y follar su coñito con su lengua. Vania comenzó a montarlo. Podía oír a las dos gimiendo de placer acompasadamente. Vania aumento el ritmo hasta correrse, iba a separarse pero el la tomo de las piernas deteniéndola y se corrió dentro de ella haciéndola gritar de placer. No la soltó hasta llenarla. Ella se separo, tomo a Vanessa, sentándose la coloco de espaldas a el e hizo que bajara las caderas, ella comenzó a decirle que aun no había estado con nadie cuando el la empalo hasta el fondo. Ella grito de placer sin sentir dolor alguno y empezó a mover sus caderas por su cuenta mientras el empujaba. Vania mas recuperada de la impresión comenzó a decirle que podría embarazarla pero el la acallo con un beso, pensando en su interior que era probable que ya lo estuviera. Ella se dejo llevar nuevamente. Con una mano comenzó a masajear el pecho de Vania y con la otra el de Vanessa. Oía a Vanessa gemir excitada y no dejo que Vania se separara de su boca mas que para tomar un poco de aire. Sintió como el coñito de Vanessa palpitaba y exploto al tiempo que ella se corría. Los tres se quedaron quietos muy juntos Vania aun conectada a Jorge mientras recuperaban el aliento. Ninguno dijo nada hasta que escucharon el timbre. Las chicas se espantaron pero el les dijo con calma que la siguiente clase era la suya y que podrían irse a cambiar y el las disculparía con las demás diciéndoles que ya le habían avisado que llegarían tarde. Se acomodo la ropa con tranquilidad y muy satisfecho volvió al salón.

~ Nota: Se que este es mas corto que el anterior, pero les prometo compensarlo para el siguiente. Gracias por sus comentarios, me dan animos para seguir escribiendo. ~