Mi cita con el Radiólogo
Mi primera vez con un hombre.
Siempre me ha gustado el sexo. Desde muy pequeña me masturbaba e incluso llegué a jugar con algunas amiguitas desnudas y nos besábamos y tocábamos nuestras partes íntimas. Cuando podía le sacaba a mi padre las revistas pornográficas que siempre tenía escondidas en su cuarto y que un día sin querer se las descubrí y desde ese día esperaba un descuido de su parte para entrar y deleitarme con las revistas.
Fui creciendo con ese gusto por el sexo y aunque dejé de ser virgen a una edad adulta, siempre que tuve novio me dejaba manosear por ellos, me dejaba hacer el sexo oral y que me masturbaran.
La primera vez que un hombre me tocó de una manera sexual explícita, fue un radiólogo. Yo contaba con algo más de 15 años y me tuve que tomar unas radiografías en la columna, así que tomé mi cita y el día que me tocaba fui acompañada por mi mamá, pero cuando llegó mi turno solo pasé yo y mi mamá se quedó en la sala de espera.
Cuando entré me recibió un hombre bien parecido me saludó con un "hola bonita", me pedió que me desvistiera, y me mandó a recostar sobre una especie de mesa algo extraña pensé en ese momento, pero igual hice lo que me dijo, luego el me pidió que me relajará y me empezó a sacar conversación sobre lo que hacia, si tenía novio y toda la cosa, me preguntó la edad y me dijo que aparentaba más edad de la que tenía y mientras me decía todo esto se me fue acercando y me dijo viéndome a los ojos que era muy guapa y seguidamente me beso, aunque lo hizo con suavidad como tanteando el terreno, al ver que yo no decía nada y no lo rechazaba profundizó el beso y me tocó un pezón el cual ya estaba duro primero por el aire acondicionado y luego al verme desnuda frente a un hombre eso me excitó y por eso no dije nada cuando el tipo me besó.
Al contrario abrí me boca para sentir su lengua, el me preguntó si era virgen y yo le dije que sí, entonces me dijo que no me preocupara que cuando saliera de ahí seguiría siéndolo pero que quería enseñarme unas cositas nuevas para mí y que si estaba de acuerdo con eso, por supuesto le dije que sí,, así que me beso los pechos, me chupo ambos pezones por un rato y metió uno de sus dedos entre mis piernas hasta conseguir mi rajita húmeda, lo hundió y lo tuvo sacando y metiendo un buen rato y sobando mi clítoris con su pulgar, mientras me chupaba los pechos, y yo disfrutando de esa masturbación como loca, hasta que me preguntó si alguna vez me había tocado un chico como el lo hacía y yo le dije que era el primero que lo hacía, que solo había jugado con mis amigas, pero nunca con un chico, me dijo voy a chupártela y lo dejé hacer, me saco el dedo y me arrimó al borde de la mesa, me abrió las piernas y me empezó a darme la primera mamada masculina, estuvo genial, el tipo tenía una lengua algo gruesa y lamía divino me chupó el clítoris, lo sorbió como si fuera una almeja y me penetro con su lengua, sentía que me iba de puro placer hasta que no aguanté y acabé con un orgasmo delicioso y con su lengua lamiendo todos mis jugos.
Cuando me hizo acabar me dio otro beso me levantó, y me preguntó como me sentía le dije que algo débil, pero que muy bien, el sonrió y me dijo que era una buena zorra, le pregunté si no quería que hiciera algo por él y me dice que sí, que yo podría prestarle mi boca para acabar en ella y yo le dije que estaba bien y que me enseñará a mamarle una verga a un hombre, así fue que por primera vez tuve el pene de un hombre en mi boca y la verdad que me encantó sentir ese pedazo de carne dura y venosa en mi boca. Me dijo como hacerlo y con sus manos en mi cabeza dirigió los movimientos y penetraba mi boca como si fuera una vagina hasta que sintió que había agarrado el ritmo, entonces me soltó y dejo que yo lo hiciera sola, empezó a pellizcarme los pezones, estaba como loco y me susurraba cosas como "que rico mamas" "eres mi putita" "te quiero coger como a una perra", esas cosas me excitaron y me empecé a tocar con una de mis manos, hasta que sentí como empezó a salir un liquido viscoso y calientito de su pene y me pedía que lo tragara que no dejará manchas en ningún lado, así que lo hice, lamí toda su leche, me sentía eufórica, y saber que me estaba comportando como una putita no me preocupaba para nada, más bien me encantaba. Por último me levantó y me limpió con mi sujetador las pocas gotas que se escaparon de mi boca, me lamió los pechos y me acaricio entre las piernas para hacerme acabar de nuevo y me dijo que estaba bien, se acomodó su pene ya flácido entre su pantalón, me tomó las placas, me ayudó a vestir y me dijo que esperaba poder tomarme otra radiografía algún día. Lástima que nunca más se me presentó la oportunidad.
Así empecé a saber lo que era disfrutar del sexo con los hombres y hasta la fecha lo sigo disfrutando.