Mi cita con Diana

Pasé la tarde con Diana, quien resultó más cachonda de lo que pensé.

Ese día salí de trabajar, no me sentía cansada pero de todos modos fui a mi casa, pero tenía ganas de tomar un café, así que llegué a una tienda de conveniencia y compré uno, terminé de pagar y alsalir, me encuentro con Diana, una de mis amigas con derechos, nos saludos muy efusivamente, tenía semanas de no saber de ella.

Ella me pidió que la esperara, así que lo hice, tambien se compró un café y nos fuimos a una placita a platicar; nos pusimos a fumar y hablar de diversas cosas, todo con ella era muy agradable,

Así estuvimos por poco más de una hora, cuando de repente, ella me pidió que la acompañara a su casa, estaba sola y queria seguir la plática allá, acepté y fuimos a su depa, que era chico, pero muy bonito al entrar, estaba una salita con dos sillones y una mesa de centro.

Me dijo que me sentara y me pusiera cómoda, ella entró a su recámara, y yo estaba en la sala, solamente me quité los zapatos y prendí otro cigarro mientras la esperaba; admiré la decoración sencilla que tenía en su depa y me gustó, me sentí relajada.

De pronto, Diana salió de su recámara, solamente vestida con una bata de seda corta, me gustó verla así, se veía muy sexy y se lo dije, ella me agradeció, pero el verme con ropa no le agradó mucho.

-Te dije que te pusieras cómoda, cariño, y aún estas vestida, me dijo.

Yo no capté la invitación, le pedí disculpas y de inmediato comencé a desnudarme, me quité la ropa en chinga y ya que estuve desnuda, me le quedé viendo y me senté encima de ella y comencé a besarla, ella estaba muy caliente, y ella me calentó a mí; nuestras lenguas jugaban entre sí, sentía sus manos recorrer mi espalda, besó mi cuello y tocaba mis nalgas, me encantaba cómo lo hacía.

Comenzó a mamarme las tetas, yo me estremecí mucho, ya que me encanta que lo hagan, mis pezones estaban muy duros, ella era muy buena mamándomelas; de pronto ella dejó de hacerlo, me separó de ella y se abrió la bata, sus senos eran divinos y se los acaricié mientras la volvía a besar, me pidió que se las chuapra y eso hice, las tenía riquísimas.

-Mámame la panocha, Faby, estoy muy mojada por tí, mmmmmm.

No me lo dijo dos veces, me arrodillé y separé sus piernas, a pesar que estaba algo llenita, tenía depilada su conchita y así me gustaba más, separé sus labios y empecé a usar mi lengua, recorrí sus labios y sentí que estaba super mojada, ella presionaba mi cabeza para chupársela mejor, cosa que le agradecí (pero no le dije),ya que pude darle un mejor sexo oral a ella, mientras mis manos acariciaban sus tetas.

Los gemidos de Diana me encantaban, me pedía más y yo fascinada en mamarle más la panochita mojada, estaba más buena que la vez que se la chupé en casa de Yesenia, me metí dos dedos en su vagina, y resbalaron muy fácil, la dedeé un buen rato mientras mamaba su clítoris, sentía que su orgasmo estaba cerca, por eso aumenté la intensidad de mi mamada, ella acabó muy rico y se arqueaba casi gritando de placer; me decía muchas palabras altisonantes, pero muy ricas, dejé su vagina y volví a su boca y la besé apasionadamente, me abrazó yme tumbó en el sillón, quedando Diana encima de mí.

Volvió a mamarme las tetas, sentí delicioso cómo lo hacía, pero yo quería que disfrutara de mi panocha mojada, y poco a poco fue bajando hacia ella me dio una rica mamada, yo me tocaba las tetas mientras gemía, me metía su lengua hasta adentro,yo estaba fascinada con la manera en que me daba sexo oral.

-Pinche Diana caliente, dame por el culo, quiero sentirte, puta, mmmmmmmm.

Ella sonrió maliciosamente, me volteo y besó mis nalgas, las separó y empezó a usar su lengua en mi culo caliente, yo estaba fascinada con su mamada, le pedía más, que me encantaba cómo lo estaba haciendo, apreté los dientes para no gritar de placer; de repente ella me volteo, quedé boca arriba y me puso la panocha en mi cara, comencé a chupársela, ella hacía lo mismo a la mía, era un delicioso 69 ue tenia ganas de sentir.

Le metí un dedo en el culo, le dije que hiciera lo mismo en el mío, era un intercambio de mamadas las que nos dábamos, me encantaba el sabor de sus jugos, me los bebí todos, estaba muy caliente, queria chuparle el culo a Diana, pero no podía hacerlo, pero su panocha estaba deliciosa.

Le dije que queria su culo, y ella me lo dio, metí mi lengua lo más que pude en él, ella estaba excitadisima, me dedeaba mi vagina, yo ya casi alcanzaba el orgasmo  y ella también, la idea era que terminaramos juntas, lo conseguimos, fue fantástico acabar rico ambas, fueron sensacionales las mamadas mutuas.

Ambas caímos rendidas, pero muy satisfechas, se recostó a mi lado, mi respirción estaba muy agitada, pero me sentía muy a gusto, despues de darle el culo a Diana; se recostó a mi lado.

-Oye, Diana, no sabía que fueras tan caliente.

-¿Sabes? desde que cogimos en casa de Yesenia, quise repetir la experiencia contigo, me encantó como lo hiciste, y....pues...ya lo hice, gracias, Faby.

-Bueno, si quieres jugar a las putas, solo háblame y nos ponemos de acuerdo; pero ya sabes, cariño, cuando quieras mi culo, solo pídemelo.

Ella sonrió y me dio un beso muy rico, nos quedamos acostadas hablando de lo rico que estuvo esa cogida, nos relajó de más, pero yo me tenía que ir, me retiré no sin antes prometerle repetir la experiencia.