Mi (casi) película americana (1)

Pues bien, quiero contaros mi historia, muy a lo peli americana, peeeero claro, soy español, con lo que hay diferencias grandes. Intentaré relataros lo mejor que pueda este remix extraño que es mi vida.

Todos estaréis hartos (o no) de las películas americanas de institutos y/o universidades. Los líos amorosos, los grupos sociales, el baile de fin de curso. La "élite", los deportistas, el capitán del equipo de football y la líder de las animadoras, los empollones, los mal llamados frikis/geeks*, etc.

Aclaración: ¿Que por qué digo mal llamados? Porque para mí, tener una afición sana que no moleste a nadie, que además suele aportar cultura me parece buena. A parte seguro que influye considerarme uno de ellos. Muchísimo más friki y estúpido me parece la gente obsesionada con el fútbol, llegando a matar, o quienes ven, se obsesionan y se toman en serio programas como Gran Hermano y demás realitys.

Cómo decía, todos conocéis los clichés de las pelis americanas de institutos y su posterior salto a la universidad con las fiestas, fraternidades, locuras sexuales...

Pues bien, quiero contaros mi historia, muy a lo peli americana, peeeero claro, soy español, con lo que hay diferencias grandes. Intentaré relataros lo mejor que pueda este remix extraño que es mi vida.

Perdonadme, estoy siendo descortés, ni siquiera me he presentado. Mi nombre es Víctor, aunque todo el mundo me conoce por Vitín. Bueno, todo el mundo exactamente no, el pequeño grupo de personas con las que me relaciono. Aunque ahora he cambiado físicamente, donde comienzo mi historia era delgado, alto, no mucho, 1,81 igual a los que tengo ahora. Crecí rápido y luego me paré. No era nada del otro mundo, os podéis imaginar al típico chaval friki, delgado, pelo castaño tirando a claro sobretodo en verano después de un tipo bajo el sol, no llegaba a 65 kgs, con gafas que no podían faltar. Vestía pantalones de chándal o vaqueros con camisetas de cualquiera de mis muchas aficiones geek.

Mi familia es humilde, de padres trabajadores hasta la extenuación. Mi padre más bajo que yo con una incipiente barriga sin pelo en la parte superior de la cabeza. Mi madre, realmente una belleza en su juventud, rubia, pero por la que los años y el trabajo habían hecho mella. Bastante jovial y con un sexo sentido para algunas cosas. Y mi hermana 2 años mayor que yo. Era la viva imagen de mi madre de joven. Mirándola con ojos ajenos a lazos familiares tengo que reconocer que la 'jodia' estaba buena. Rubia, pelo largo, de 1,60 y poco, realmente bien proporcionada, amplias caderas y pecho abundante. Como digo muy bien proporcionada, nunca le faltaron pretendientes. Pero no todo iba a ser maravilloso en ella, su carácter altamente fuerte la hacían difícil de soportar. Además al ser tremendamente inteligente pocos eran los que la abrumaban de ninguna de las maneras. Gracias a no se muy bien que, yo era su ojito derecho, me llevaba como un clavo, pero se podría decir que solo conmigo sacaba su parte dulce y cariñosa.

No, este relato no va por ahí, no va por caminos incestuosos. Claro que tengo que reconocer que de pequeño y no tanto me he masturbado pensando en ella, aunque no suene muy elegante, pero en ciertas épocas todo te vale y el verla alguna vez accidentalmente desnuda o sus "cariñitos" hacia mí hacían volar mi imaginación adolescente. Me gusta pensar para tener la conciencia algo más tranquila que en realidad lo que usaba en mi mente era su voluptuoso y sensual cuerpo, pero en realidad no era ella, mi hermana, la conciencia dentro de él. Aunque también tengo que reconocer que de alguna manera me ha tenido que marcar, porque precisamente su físico es el que me ha servido como referencia y vara de medir al resto de mujeres. La escala Laura, que es como se llama ella. De 1 a 10 siendo ella un 9 y dejando un punto por encima porque a pesar de todo, sí, hay chicas/mujeres "mejores" físicamente.

Quiero dejar claro que esto son tonterías de juventud y un recurso literario realmente útil a la hora de hacer saber como es o que impresión me daban a mí en su momento. Por mi educación tradicional pero altamente abierta, me han enseñado a ser un caballero y a la vez tener un enorme respeto por las mujeres y no tratarlas como mera carne de supermercado. Y más aún con mi hermana Laura, feminista a ultranza, pero en el sentido correcto de la palabra y no en la desvirtualización producida recientemente. Una mujer puede defender sus derechos siendo coqueta y femenina perfectamente sin tener que cumplir un estereotipo.

Vivimos en el extrarradio de Madrid, en un piso de 3 habitaciones típico. Sin lujos, pero sin faltarme de nada gracias al esfuerzo de mis padres. Mi hermana desde que cumplió los 18 ha ayudado en casa compaginando trabajo y estudios.

A pesar de lo que pueda parecer y sería de esperar perdí la virginidad relativamente pronto, poco antes de cumplir los 17 con mi "prima" Jennifer. Sí, conocida como la Jenni, al cumplir los años más choni que hecha a posta. Es realidad no somos primos de sangre, no somos ni familia directa. Ella es hija de los mejores amigos de mis padres, viven en Alcalá y de vez en cuando sobretodo de pequeños quedaban muchísimo, pasando vacaciones juntos y muchos puentes y festividades.

La verdad es que Jenni, a día de hoy, no me atraería lo más mínimo. Baja, delgada, sin curvas, culo carpeta. Tetas llamativas a base de escote y sujetadores "mágicos" de tallas menores a las que debería. Aros de oro falso en las orejas, pelo rubio platino con raíces negras ya que tenía el pelo tan oscuro que creo que si no se lo tiñera absorbería la luz. Solía llevar un moño. Podría seguir comentando cosas, pero era todo tan típico que todo lo que diga os lo podéis imaginar. Una cosa si que destacaba, unos tremendos y heladores ojos verdes, herencia de su madre. Eran tan bonitos y grandes como fríos, al menos era mi sensación cuando me miraba. Pasamos de ser inseparables de pequeños a ser auténticos desconocidos.

En la adolescencia según íbamos creciendo cada vez teníamos menos cosas en común. Cuando mi hermana dejó de venir o estar con nosotros la cosa empeoró. Sus padres le compraron muy pronto unos de esos móviles de pantalla diminuta y se pasaba el tiempo mandando SMS y prácticamente es como si estuviera solo durante horas hasta que mis padres decían de volver a casa.

Cada día me gustaba menos estar esos ratos en su habitación. Claramente ella quería estar en otro lugar, con otra gente, haciendo otras cosas y más o menos estaba por medio de los SMS. Sus padres la obligaban a estar en casa cuando íbamos de visita.

Uno de los días, mientras yo perdía el tiempo con una consola portátil me di cuenta de que se iba endureciendo a cada mensaje que enviaba y recibía. Llegado un punto tiró el móvil contra la cama, cargada de rabia, su mirada realmente me asustó. Me quedé mirándola mientras salía por la puerta de la habitación. Mi cara debió de ser un jodido poema.

Al rato apareció por la puerta.

  • Jenni: Tú. - Yo seguía con mi vista en la pantalla con mi videojuego. Lleva meses sin apenas dirigirse a mí, por lo que realmente no esperaba que se estuviera refiriendo a mi persona. - ¡Oye, Vitín! ¿Estás tonto o sordo?

Levanté la mirada sorprendido, tanto por referirse a mí como por el insulto gratuito. Su cara de enfado era más que notable. Su mirada daba más miedo del habitual.

  • Jenni: Necesito salir, así que levanta, eres mi excusa. Ven al salón. - Parecía un sargento dando órdenes, pero por mi forma de ser por entonces, pasiva y timorata, simplemente obedecí.

Fuimos al salón donde estaban nuestros padres. Entró casi cómo un vendaval.

  • Jenni: Que el Vitín de que se aburre mazo y que quiere que le lleve a dar un vuelta por aquí a conocer un poco el rollo.

Los 4 se giraron al unísono a mirarme que me había quedado en la puerta, pero otra mirada se clavó en mí, la de Jenni. Seria, amenazante... Reaccioné como pude asintiendo y medio tartamudeando un sí.

  • Yo: S... Sí... no conozco esta ciudad y... me aburre un poco estar en la habitación sin hacer nada - Jenni entre cerró los ojos como lanzándome rayos - y le he pedido a Jennifer que si sería tan amable de hacerme un poco de guía...

  • Madre Jenni: pero que bien educado está este chico.

  • Padre Jenni: Claro, salir y que os de un poco el aire.

Mi padre me dio algo de dinero y mi madre sin decir nada puso esa mirada que yo conocía también de que algo no le cuadraba, pero rápidamente la cambió y la dejó pasar.

  • Jenni: bien, pues espérate que me apaño un poco y nos vamos en un momen. - Mientras su cara cambió un poco al sentirse complacida, se acercó hasta dónde estaba y cogiéndome fuertemente del brazo me llevó hasta la habitación. - Casi la cagas, pero al final te has pispado a tiempo. Espérame aquí.

Salió hacia el baño, dejándome allí con bastante cara de tonto, más si cabe y sin saber muy bien que pasaba. A los 10 min volvió con los ojos excesivamente maquillados, pero muy como lo suelen llevar ellas, las chonis. Cogió un bolso grande, se acercó al armario y la no vi que fue lo que metió. Salimos de nuevo al salón y nos despedimos de nuestros progenitores.

Una vez en la calle comenzó a andar a un ritmo fulgurante a la vez que recibía y enviaba mensajes. Esta chica se tenía que dejar un pastizal en el móvil, en aquella época los mensajes costaban dinero, no como ahora con las nuevas aplicaciones. Un par de veces intenté hablarla, pero me sentí tan ignorado que no volví a intentarlo. Al pasar por delante de un McDonald's se giro hacia a mi y por primera vez desde que salimos de su casa me habló:

  • Jenni: Espérame aquí, no creo que sea muy difícil de cumplir. - Y entró a la carrera.

Me estaba empezando a entrar un cabreo importante, sería un friki no demasiado atractivo, pero tampoco era un tonto gilipollas al que tratar como un niño. Un poco de la vena de mi hermana empezó a brotar en mí. Pasados unos mínimos veo salir a Jenni, con el pelo suelto en vez del moño que llevaba, y una ropa distinta, seguramente lo que guardó en el bolso. Una minifalda como un cinturón, una camiseta ampliamente holgada que le caía de un hombro, con cadenas de oro demás abalorios típicos, pero realmente más sexy y con mejor pinta de la que estaba acostumbrado a verla. Me quedé mirándola algo perplejo, eran las 21,30 e iba vestida casi como para salir de fiesta.

-Jenni: vamos atontao, deja de babear, cierra el buzón y vámonos que hay prisa.

Me crispó definitivamente y yendo tras ella la cogí del brazo girándola.

  • Yo: Me tienes harto Jennifer, dónde vamos y quién cojones te crees que eres para tratarme así.

Con cara claramente de sorpresa me miró, y reaccionando volvió a su mirada de asustar.

  • Jenni: Vaya con el pringao, si ahora resulta que tiene huevos - dando un tirón se soltó de mí. - Tengo que ir a resolver una movida, pero tengo que verla con mis propios ojos antes. Te necesito como excusa para poder ir por la puta manía de mis viejos de que esté en casa cuando venís. Es un coñazo para mí.

  • Yo: ¿Acaso crees que para mí es agradable estas visitas y perder el tiempo cuándo me encantaría estar en otro sitio?

  • Jenni: ¿Y dónde ibas a querer estar tú? ¿Frikeando con amigos pajilleros como tú? - la verdad que la cabrona había dado en el clavo.

  • Yo: mis cosas son asunto mío. Te acompañaré por no estar en casa. Pero deja de tratarme así, por favor Jennifer.

Jenni se quedó mirándome con su mirada heladora y comenzó a andar.

  • Jenni: vamos, que tengo prisa. - girándose de nuevo y volviendo a clavarme esa mirada que asustaba - y deja de llamarme Jennifer.

Estuvimos andando más de 10min a buen ritmo. Yo como 2 metros detrás de ella. De golpe se paró delante de un local extraño, era como unos antiguos recreativos de esos de antaño, con máquinas de videojuegos y demás, pero tenía la música muy alta y bastante oscuro, iluminado con neones y luz negra.

  • Jenni: bien, hemos llegado. - mientras sacaba el móvil de nuevo y tecleaba.

Salió una chica, otra choni con unas pintas similares a las de Jenni, pero más alta.

  • Amiga: joe tía, lo que has tardao ¿no? Casi se largan y no lo ves.

-Jenni: sabes que mis viejos no me dejaban, que tenía que quedarme en casa. - Yo permanecía cerca de Jenni, mirando hacia las máquinas recreativas.

  • Amiga: ¿Y este atontado quién es? - Dijo mientras torcía el cuerpo para mirar por detrás de Jenni hacia mí.

  • Jenni: este es mi "primo" - haciendo el gesto de las comillas con los dedos muy marcadamente - lo que te he contado miles de veces que mis viejos me obligan a quedarme en casa cuando vienen de visita. ¡Anda! Piérdete un poco por aquí, te encontrarás a gusto con tíos frikis como tú y las máquinas. - esto último lo dijo dirigiéndose a mí.

Mi cabreo aumentaba, la sostuve la mirada un momento y me fui. La verdad es que aquel sitio me encantó, además llevaba dinero. Estuve echando unas partidas y en una se las máquinas, Time Crisis, un shooter, juego de pistolera realmente bueno, destacaba bastante y se empezaron a arremolinar para verme jugar.

En mitad de una partida se empezó a notar alboroto al fondo del local, dónde según mi experiencia suelen estar los malotillos y dónde había que evitar acercarse. La gente empezó a dirigirse hacia allí y debido al despiste me liquidaron en el juego.

Rodeado por más gente me acerqué, cotilla de mí, donde me encontré a Jenni hecha un basilisco, gritando como loca.

  • Jenni: Eres un maldito hijoputa. Y a ti, cacho de puta de voy a enganchar del pelo hasta que te arranque esas putas extensiones de zorra barata que llevas.

Le gritaba a una pareja, el típico elemento de cabeza rapada con pintas, cadenas colgadas y todo los que os podáis imaginar del estereotipo. Detrás de él una choni del montón, con unas pintas como se suele decir de zorra barriobajera. Este se intentaba defender mientras la otra chica le respondía a voces a Jenni que se lanzaba contra ellos para pegarles, arañarles o saber qué otra intención con una mirada como nunca había visto. Era sujetada por 2 personas a duras penas.

  • Jenni: puto cabrón, ya que has conseguido meterme tu mierda de polla unas cuantas veces,  ahora me engañas y vas a follarte a ese zorrón de pelo falso.

  • Zorrón pelofalso: y bien que lo hemos disfrutado puta rastrera, si se viene conmigo es porque eres una frígida de mierda que no tiene ni idea de follar, mierda humana.

  • Jenni: te mato hijaputa. Jonny, dejas que ese zorrón me hable así, maldito desgraciado - si, Jonny, cágate, ni buscado a posta, la Jenni y el Jonny. Por mi parte permanecía entre la gente, no tenía vela en ese entierro.

  • Jonny: ¿Que quieres que te diga chorba? Nos lo pasamos bien, pero me agobias y me voy a quedar con ella.

Con la cara roja de furia y saltándosele las lágrimas arremetió contra Jonny, que para defenderse le soltó un bofetón. Cuando preparaba la mano para darle otro desde arriba ya que ella había caído al suelo, no sé que me pasó por la cabeza, y recordando las clases de karate que dice hace años por obligación y dejé al poco tiempo o bien por las pelis que tanto me gustaban tipo Jackie Chan y me flipé, salte entre la gente soltando un golpe con el hombro al tal Jonny que reculó sorprendido por el golpe. Como la mala bestia descerebrada que era, se rehizo dándome una hostia como un pan en el lateral de la cabeza y dos puñetazos en la boca del estomago me derribó. Jenni le saltó a la cara arañándosela. Entre la gente y los que supongo eran los encargados del local, separaron a todo el personal.

  • Jonny: eres una puta loca - mientras ponía la mano sobre los arañazos sangrantes.

  • Jenni: jódete puto subnormal. Vete a follarte ahora a esa zorra sifilítica. Que yo me tiraré a quién me salga del chocho. - madre mía, que boquita tiene la niña, pensé. Seguía doblado recuperando el aire.

  • Jonny: ¿y a quién vas a follarte tú con lo asquerosa que eres, al pringado ese que no ha tenido ni media hostia?

  • Jenni: A ti no te importa una mierda a quién me folle. Y sí, me lo voy a tirar, ya que ha demostrado tener huevos, no como tú, puta maricona. Maltratador de mierda. Pichacorta.

Explotaba de rabia, con la mano marcada del bofetón en la cara, se fue hacia mí me cogió para ayudarme a levantarme y salir de allí mientras decía en alto:

-Jenni: Vamos, que te has ganado un buen polvo. - y me dio un beso en la mejilla, saliendo de allí mientras algunos de los presentes comenzaron un leve aplauso. Los frikis nos apoyamos cuando vemos a otro de los nuestros enfrentarnos a un matón y más aún si además te llevas a la chica.

Ya en la calle seguimos andando, callados y ya cierta distancia del local recreativo me se dirigió a mí.

  • Jenni: eres gilipollas. - me quedé con más cara de tonto, encima me insultaba - te podía haber destrozado, eres un tirillas.

Paró, y girando quedo de frente a mí.

  • Jenni: un gilipollas, pero...  gracias. Nos esperaba que un tío como tú saliera a defenderme. Me has sorprendido.

  • Yo: créeme, yo también me he sorprendido.

  • Jenni: ¿De qué? - torciendo el gesto - ¿no pensarás que lo de follar iba en serio? Eso solo...

  • Yo: ... solo lo dijiste para joder al tal Jonny - dije cortándola - aunque tú pienses lo contrario no soy ni gilipollas ni tonto. Somos primos y sé que ahora no me vas a llevar a... follar por ahí.

Sorprendida y quedándose callada un momento, sus ojos por primera vez dejaron de desprender ese frío constante.

  • Jenni: vaya con el tío. Hoy me has sorprendido 2 veces echándole pelotas. No me lo esperaba. No tienes pinta de...

  • Yo: ¿De que tengo que tener pinta? - cortándola de nuevo, con gesto dolorido aún - ¿de atontado? Mira, me estoy empezando a cansar de tus insultos y desprecios hacia mí. Se que somos diferentes, poco o nada tenemos en común. Ni vida, ni gusto, ni nada. Tampoco es grato para mí tener que venir, ya te lo he dicho. Estaría mejor con mis amigos, haciendo algo que me divierta, buscando material para matarnos a pajas como piensas que nos pasamos el tiempo. Encima me arrastras hoy a un sitio para tener una pelea con un subnormal, imagino que novio o mejor dicho ex novio tuyo porque se está cepillando a otra. Y por culpa de la educación que me han dado mis padres he tenido que meterme por no poder ver como pegan a una mujer.

  • Jenni: bueno tío, relaja,  te estás pasando,  ya te he dado las grac...

  • Yo: ni gracias ni cojones, Jennifer.

  • Jenni: ¡qué no me llames Jennifer! - exclamó recuperando su mirada fría, hasta el momento sustituida por otra de asombro.

  • Yo: Podemos irnos a casa, por favor. No entiendo muchas cosas y quiero irme.

  • Jenni: ¿y qué coño no entiendes?

  • Yo: A ti, tu forma de ser, ni dónde se quedó esa niña encantadora de hace años cuando éramos niños y pasábamos vacaciones y días jugando juntos. Cómo has podido cambiar tanto y acabar así. Pegándote por un subnormal que te ha utilizado, conseguido lo que quería de ti y tirándote como un pañuelo usado. Esa niña que recuerdo se merecía mucho más que esto. - la cara de Jenni se estaba volviendo roja de rabia, incluso llegándole las lágrimas a los ojos. No sabía si iba a pegarme, arrancarme la cabeza o qué. Levantando las manos para soltarme un sopapo.

Al final dando los 2 pasos que nos separaban se junto a mí y llorando se colgó de mi cuello. Tardé en reaccionar, pero acabe devolviéndole el abrazo. Al ir a consolarla arrancó a hablar.

  • Jenni: Tienes razón en muchas cosas, no sé como acabé con ese imbécil. Lo primero que hizo según me desvirgó fue ir a contarlo. Aún así me he dejado follar otras 2 veces para ahora darme la patada. ¿Qué cómo he acabado así? Instituto, colegas, el barrio, te dejas arrastrar por todo y sigues la moda o te quedas atrás como... - corto en seco las palabras.

  • Yo: como yo, es lo que ibas a decir.

  • Jenni: no, no, disculpa tío, no quería meterme contigo después de lo que has hecho.

  • Yo: ya, pero es lo que piensas, me parece mejor saberlo que no que me ignores como estos años.

  • Jenni: me has demostrado que me equivocaba, eres muy buen tío. Además creo que algo ha tenido que ver una rayada mental mía. De pequeños me gustabas, era como decían los viejos, íbamos a ser novios y esas movidas. Pero con el paso de los años veía a mi gente ir en una dirección y tú ir en la de la gente de la que nos reíamos y humillábamos en el colegio. Y creo que me forcé a tenerte manía.

  • Yo: espero que podamos empezar de nuevo.

  • Jenni: yo también...

Se quedó mirándome, sus ojos fríos habían desaparecido tras las lágrimas. Algo le rondaba la cabeza. Fue acercando su cara hasta posar sus labios en los míos, un beso salado y húmedo por las lágrimas. No era mi primer beso, pero si el primero que me daban sin ser por medio de juegos como la botella o el de atrevimiento. Me aparte y ella miró extrañada.

  • Yo: no podemos, somos primos, no está bien.

  • Jenni: no lo somos, en realidad no, somos una chica y un chico. - y me volvió a besar. A los pocos segundos cedí y la devolví el beso.

Así empezamos a enrollarnos, estábamos en mitad de un parque. Cogiéndome de la mano me llevó a un banco sentándome y subiéndose ella encima mía de frente con las rodillas a los lados de mi cuerpo. Por suerte estaba oscuro, la minifalda se le subió bastante. Después de un buen rato de besos en los que ella llevaba la voz cantante, en mientras yo aprovechaba a cogerla de su escaso culo, paró.

  • Jenni: hoy te lo has ganado, vamos a mi sitio secreto, quiero que me folles. Y también quiero vengarme de ese hijoputa de Jonny. Ya que he dicho a todo el mundo que sería contigo, no veo porque no puede ser de verdad.

Me gustaría deciros que fui un caballero elegante y me negué. Que mi primera vez no quería que fuera así, por venganza. Pero no, después del magreo de culo y la ronda de morreos de Jenni iba con un calentón enorme y me dejé arrastrar a su sitio secreto. No era otro que el cuarto trastero de casa de sus padres.

Un espacio pequeño, lleno de trastos como era normal, pero ella en un momento hizo un hueco donde entramos los 2. Se notaba que no era la primera vez que hacía eso allí. Nos estuvimos besando largo rato y metiendo mano por encima de la ropa. Al ver que no pasaba de allí se separó un poco de mí.

  • Jenni: Respóndeme la verdad, Vitín, ¿eres virgen?

  • Yo: ehhhh... Bueno... Un poco...

  • Jenni: ¿Cómo que un poco, cholao? O lo eres o no.

  • Yo: sí, sí soy virgen. - Dije muy a mi pesar pensando que eso acababa en ese momento.

  • Jenni: Ok, entonces creo que es mejor empezar así.

Llevando sus manos a mis vaqueros me los abrió y bajó. Haciendo después lo mismo con los calzoncillos de Spiderman que llevaba. Mi polla saltó dura, la vez que más grande me la había visto hasta ese momento, a reventar.

  • Jenni: vaya, esto sí que no me lo esperaba, pri-mi-to. Vaya pollón.

Tiempo después ya he podido constatar que, aunque no tengo un pene descomunal ni de actor porno, si que estoy mejor armado que la media, entorno a los 19 cms y algo cabezona, no el glande en si, si no la continuación. Seguramente debido a la operación de fimosis que me hicieron de pequeño haciéndome la circuncisión.

Jenni se agachó y cogiéndome el miembro lo fue acariciando, haciéndome una paja lenta y suave. Estaba en la gloria. De pronto paró y apartó su mano. Al abrir los ojos y mirar hacia abajo, Jenni estaba haciendo una coleta con su pelo rubio planito teñido. Me la volvió a agarrar por la base, acercó los labios y sacando la lengua me pegó un lametón de mitad de polla hasta la punta para abrir la boca y meterse mi capullo y chuparlo. Después de un momento estaba chupándomela hasta la mitad a buen ritmo. La primera vez y con tal calentón pasó lo que os imagináis, a los 5 mins estaba a punto de correrme. La avisé. Sí, repito, la avisé. Algunos lo hacemos. Pero sorprendentemente ella aceleró los movimientos de su cabeza y me corrí. Me corrí mucho y se me doblaban las piernas con la espalda apoyada en la puerta del trastero. Al volver a mirarla termino de dar algún repaso despacio a mi miembro mirándome hacia arriba. Se apartó y rebuscando en su bolso sacó unos pañuelos de papel dónde escupió todo el fruto de su mamada.

  • Jenni: Joder, ¿que eres? ¿una vaca? Que cantidad de leche... - mientras terminaba de escupir y cogía otro pañuelo para limpiarse.

Se levantó y dándome un beso del que intenté apartarme se separó de mí algo ofendida.

  • Jenni: perdona colega, pero si te la chupo esto es lo que hay. Además ya he escupido todo y limpiado algo que es tu-yo.

Y volvió y besarme, esta vez sí, con respuesta por mí parte. Una de sus manos bajó a mi pene, que iba decayendo, pero fue sentir sus caricias y volver a tener el asta de la bandera a tope.

Ahora sí la metía mano más descaradamente, sacándole las tetas tirando de su escote hacia abajo, pequeñas pero con los pezones grandes y la aureolas abultadas. Me agaché a darle lametones en ellas mientras me sujetaba la cabeza con una mano. Seguí avanzando y llevé mi mano a sus bragas, su minifalda era un mero cinturón. Acariciaba la entrada de su vagina por encima de la tela. En un arranque se las bajé dejándoselas en los tobillos y vi de cerca por primera vez un coño. Con pelo oscuro, arreglado y recortado. Comencé a acariciarlo e iba abriendo sus labios. La acariciaba mientras hacia memoria de los videos porno que había visto de como lo hacían y que movimientos y gestos realizaban las actrices al masturbarse.

Debía estar haciéndolo bien ya que aquello se empezó a humedecer y de la parte de arriba me llegaban jadeos y gemidos ahogados. En un momento Jenni me hizo levantarme, con la polla tiesa como la tenía. Rebuscó de nuevo en su bolso y sacó un condón.

  • Jenni: ¿sabes ponértelo?

  • Yo: solo lo que he visto en clase de educación sexual y algún vídeo.

  • Jenni: entonces déjame a mí mejor - y abriendo el envoltorio, me lo puso con sorprendente facilidad y habilidad.

Después la vi maniobrar quitándose la ropa y dejando una superficie plana en la que se recostó. Haciendo lo mismo que ella terminé de quitarme la ropa. Recostada y abriendo las piernas me indicó con el dedo que me acercara y cogiéndomela la dirigió a la entrada de su vagina.

  • Jenni: bueno "primito"  - con mucho retintín -  ¿preparado para metérmela y dejar atrás la virginidad?

Apretando las caderas se la fui metiendo, estaba tan mojada que no costaba casi nada. Empecé a bombear.

  • Yo: eres increíble Jennifer.

  • Jenni: Que... No... Me llames... Jennifer... Joder... Que pedazo de polla... Cabrón... No pares.

Me emocioné ante la sensación y sus palabras. Bombeando fuerte y rápido, sin medida ni control con los jadeos de Jenni en mí oreja. Total, que a los 10 min me corrí, desacelerando poco a poco recuperando el aliento mientras pasaba de los besos de Jenni a sus pechos mientras me acariciaba el pelo. La miré, su mirada ya no daba miedo, mantuvimos la mirada y nos medio reíamos apoyando nuestras frentes. Pero esta mirada cambió.

  • Jenni: No te voy a preguntar que tal ni si te ha gustado, eso ya lo he visto y lo he sentido. Pero... Me he quedado a medias... - mientras se mordía en labio.

  • Yo: Joder... Perdona, déjame un momento y sigo.

  • Jenni: No, tranquilo, déjalo. Vas a desvirgarte hoy con más cosas. - apartándome de ella, haciendo que me saliera de su interior. Y cogiéndome de la cabeza me agachó. Entendí lo que quería así que me terminé de arrodillar, me acerqué a su coño algo abierto del trabajo anterior y le empecé a dar lametones a sus labios hasta centrarme en el clítoris como había visto hacer en los videos. Estaba realmente encharcada y saliendo de su interior esa cremita blanca. Me dediqué a mover la lengua tan bien como pude, a distintas velocidades y siguiendo la guía de sus manos que me agarraban la cabeza suavemente.

Cuando sus suspiros aumentaron me centré en acelerar sobre ese botón del placer. Se tensó, sus manos en mi cabeza se agarraron de mi pelo, dejó por unos momentos de suspirar. Comenzó a temblar mientras no me soltaba el pelo y se incorporaba a la vez que intentaba acallar un gemido sin todo el éxito deseado. Fui bajando el ritmo y me separé de ella, que recuperaba el aliento como podía. Estaba de pie a su lado, ella medio apoyada. Levantó la mirada y fijándola en la mía sonrió, llegando a la risa.

  • Jenni: joder con el virgen... Me ha sacado el mejor orgasmo de mi vida. - sonriendo.

Pasados unos minutos de descanso nos vestimos, ella con las ropas con las que había salido de saca, nos limpiamos lo que pudimos y recogimos todo. Antes de salir de ese cuarto, se pegó a mí y me volvió a besar.

  • Jenni: creo que a partir de ahora no me van a tener que dar la tabarra en que me quede cuando vengáis de visita.

Justo antes de salir la retuve, quería volver a besarla mirándola a esos enormes ojos verdes que ahora no expresaban nada de ese frío.

  • Yo: oye, ¿por qué te pones así cuando te digo Jennifer? - mirándome fijamente y muy seria, como pensando que responder, soltó el aire despacio y dijo.

  • Jenni: Porque me recuerda a cuando era enana, a la época en la que estaba colgada por ti, tú eres el único que me llama así con todo muy nombre, Jennifer, es algo especial que no quería que me recordaras cada vez que me llamabas. Bueno, ya sabes, esas movidas. Pero ya da igual, llámame como tú quieras, te lo has ganado.

-Yo: oh... vaya...

-Jenni: pero sin malos rollos ni rayándonos ni nada de eso, solo como follamigos. No te vayas a creer que ahora voy a caer enamorada rendida a ti.  - ahí estaba de nuevo la choni que había permanecido oculta durante un rato.

Al subir nos preguntaron con cierto enfado que qué horas eran esas de llegar, entorno a la media noche. Les conté una historia bastante convincente de salir, hablar y arreglar la relación entre los 2 primos. Me creyeron, me aproveché de estar bien mirado por sus padres. Realmente algo había cambiado entre nosotros 2, pero creyendo saber disimular no le dimos importancia. Y creo que nadie lo notó, excepto mi madre, ella y su sexto sentido. Nos miraba sin decir nada. Pensábamos que había visto alguna marca de la pelea, pero en realidad no teníamos nada, ya que habían sido con la mano abierta y al haber pasado tiempo no se nos notaba.

Además, después de eso hasta mis amigos me comentaron que había algo diferente en mí. No sabían decirme el qué, pero lo notaban.