Mi capricho

Terminaba una semana más y no estaba dispuesta a pasar el fin de semana sin hacer realidad uno de mis tantos caprichos. Tenía mi víctima seleccionada y podía hacer con ella lo que se me antojara, y algo se me ocurrió

EL ANTOJO DE ADELITA

Eran casi las tres de la tarde del viernes y aun tenia mucho para hacer en mis labores de la empresa para la cual trabajo. Estaba terminando una semana bastante pesada y me sentía cansada y con algo de dolor de cabeza.

Necesitaba algo para relajarme y la noche anterior se me había ocurrido algo.

Jorge es un amigo mío que sabía seguiría mis caprichos.

Mi antojo consistía en poderlo ver, acostado en mi escritorio, completamente desnudo, masturbándose por mi.

Ese sábado me tocaba ir un rato a terminar un informe y pensé que era la ocasión perfecta ya que estaría sola en mi oficina.

Estaba en ese momento conectada al Messenger, como usualmente lo hacia, cuando me percaté que Jorge iniciaba sesión.

Era el momento de poner en práctica lo planeado:

-Hola- escribí

-Hola, como estas?

-Bien, aunque ha sido una semana pesada.

-Pero, como te sientes?

-Cansada y con un ligero dolor de cabeza, definitivamente

-Vaya, lamento eso. Si algo puedo hacer por ti, ya sabes que estoy dispuesto.

Suponía a que se refería. En cierta ocasión había tenido la oportunidad de recibir de parte de él un delicioso masaje erótico (cuyos detalles les contaré en otra publicación), el cual me hizo sentir muy relajada y admito que derramé parte de mis juguitos en aquella ocasión.

-Definitivamente no cambias

-Contigo, difícil, sabes que me alteras los sentidos

Consideré que ese era el momento, así que le dije:

-Oye, que vas a hacer mañana?

-No sé, me vas a invitar a alguna fiesta?

-Si, algo así, pero en la mañana.

-Bien, tú dirás, no tengo problema.

Cayó, pensé; lo tenía atrapado para colmar mi pequeño capricho.

-Mañana debo trabajar un rato, podrías venir a eso de las 10?

-Claro, allí estaré, de que se trata?

-No seas curioso, es un favor que necesito, de acuerdo?

-Debo llevar algo?

-No, con que vengas tu, basta…ah! Espera, tu teléfono móvil, debes traerlo.

-No hay problema. Yo te marco cuando esté en la puerta, para que me abras.

-Bueno, bye.

-Bye.

Lo del teléfono lo tenía calculado: pensaba tomarle unas fotos y un video de la sesión para conservarla en la carpeta de mis antojos.

Supongo que uno siempre lleva consigo su teléfono, pero quería asegurarme y por eso se lo dije. No quería fallar en el más mínimo detalle.

Al día siguiente me levanté un poco antes de las ocho.

Tomé una ducha sin prisa alguna, dejando que el agua corriera por mis partes más sensibles, ayudándole con mis dedos y sólo pensando en mí.

Salí del baño envuelta en una toalla y me encerré en mi cuarto para vestirme. Escogí un pantalón sudadera, camiseta y zapatos tenis, con el fin de estar cómoda ese día; para que mi plan fuera efectivo, pensé que no estaría mal ayudar a su excitación, sin necesidad que tuviéramos contacto físico.

Para ello, me puse una pequeñísima tanga brasilera, color azul oscuro, la cual sabía me quedaba "de muerte".

Sabía que Jorge era un fetichista de calzado y pies femeninos, por lo cual empaqué en mi bolso unas lindas chanclas, muy altas y que dejaban ver mis dedos bien cuidados.

Simplemente lo dejaría que me mirara y se masturbara hasta reventar, mientras le tomaba las fotos y el video.

Lo tendría a mi merced.

Llegué poco después de las nueve a la empresa y subí a mi oficina que quedaba en un segundo piso; era pequeña y solo tenia en ella mi computadora, escritorio, un archivador y un par de sillas para los que entraban en ella requiriendo alguna gestión.

A las 10:02 sonó mi teléfono; era él.

-Hola

-Hola, estoy a una cuadra, bajas a abrirme?

-Si, ya voy

No era extenso lo que debía hacer y ya había terminado.

Baje a abrirle, nos saludamos de beso en la mejilla y subimos a la oficina.

Hablamos un momento de cosas del trabajo y otros temas, hasta que me animé a entrar en materia.

-No sientes curiosidad sobre lo que te voy a pedir?

-Si, claro, aquí estoy para lo que me pidas.

Sin rodeos se lo dije:

-Quiero que te masturbes por mí, aquí y ahora mismo.

-Uh!..que? vaya sorpresa…no pensé que

-Que te pediría algo así? Ya ves que es posible, lo estoy haciendo.

-Bueno, no sé, me gustas mucho, pero como es eso? Me refiero a como quieres que lo haga?

-Ya he pensado en ello, quiero que te acuestes aquí en mi escritorio, completamente desnudo y lo hagas mirándome.

-Como? Tu ahí sentada, así no mas?

  • No, tan sencillo no, ambientaremos un poco el asunto. Como no se trata de explicar, haz lo que te diga y veremos.

-Claro, como digas

-Voy al baño y vuelvo en 5 minutos; quiero encontrarte desnudo, sobre mi escritorio, ah! y préstame tu teléfono.

Salí de la oficina hacia el baño, donde había dejado el bolso con las cosas que había traído.

Me quité la ropa que traía puesta, me acomodé la tanga y me puse los altos zapatos de tacón.

Me miré al espejo y me gustó lo que vi: con el cabello suelto, unas hermosas piernas y un bello trasero, sabía que lo pondría "a mil" y me divertiría un rato.

De espaldas al espejo, me miré antes de salir y pensé: "con esta pose lo liquido!".

Me dirigí a la oficina, asegurándome que se escucharan mis pasos.

Había cerrado la puerta, aunque sin seguro.

La abrí lentamente, diciéndole:

-Mira hacia otro lado y no voltees hasta que te lo diga.

Terminé de abrirla y pude verlo, estaba desnudo, acostado sobre mi escritorio, con las piernas ligeramente flexionadas y ambas manos en la nuca, mirando hacia el otro lado.

Su pene estaba semirrecto, como esperando la sorpresa que lo motivara.

Cerré la puerta y me paré frente a él, con las piernas separadas y las manos en la cintura.

-Ya puedes mirar

Giró la cabeza despacio, viendo mi cara sonriente y luego recorrió con su mirada de arriba abajo; sus ojos brillaban y respiraba profundamente, tragando saliva al ver mis piernas, quedando flechado con mis tangas y mis zapatos.

Su miembro reaccionaba y se hacia mas grande, se notaba su excitación.

Cogí el teléfono y le tomé la primera foto.

-Que empiece la faena!-le ordené-pero sin moverte de allí a menos que te lo diga.

Empezó a masturbarse mientras me miraba las piernas, lo hacía un poco lento para mi gusto aunque no se lo dije.

Jadeaba y sacaba su lengua, como queriendo alcanzarme con ella.

Me movía alrededor del escritorio tomándole fotos, mientras el continuaba con sus movimientos.

Me subí a una de las sillas, poniendo mi pie derecho al otro lado de su cara, de tal forma que pudiera ver la parte de atrás de mi muslo.

Desde esa posición me quedé viéndole un rato y luego reinicié con mis tomas.

-No vayas a derramarte sin que te lo diga, yo te aviso cuando lo puedes hacer!

Asintió con la cabeza, no podía hablar ya que casi se tragaba la lengua, mirando con lujuria mi pierna y el zapato que tenia a su lado, mientras se masturbaba frenéticamente.

Entonces decidí pasar a la parte final de la faena.

Me subí al escritorio completamente, ya que desde arriba podía dominar completamente la situación, además que lo excitaba mas porque podía apreciarme mejor.

Le daba la espalda para que viera mi trasero y tenerlo a punto.

-No lo olvides, no eyacules hasta que te lo diga.

Esta vez no hizo ningún gesto que me escuchaba, pero sabía que así era. Estaba completamente poseído y entregado a su placer, concentrado en mi cuerpo y abandonado a su suerte.

Le tomé otras fotos desde esa posición, era un verdadero espectáculo para mí.

Me movía a su alrededor; aparté con mi pie la mano con la cual se masturbaba y la reemplacé con la suela de mi zapato, el cual empecé a mover acompasadamente sobre su pene, que parecía crecer aun mas con ese contacto. Estiró sus brazos hacia los costados, entregado por completo a la estimulación que le estaba dando.

Hice otras tomas en esa posición.

Decidí entonces que ya era hora de rematarlo.

Retiré mi pie de su miembro, cambie la cámara a modo de video y le dije:

-Vuelve a masturbarte ahora, tienes un minuto para eyacular!

Lo del minuto no era por decirlo, la cámara del móvil permite mejor manejo de archivos de video cortos y quería dejar un buen registro de ese momento.

Empecé a filmar y el a masturbarse mirándome las piernas; esporádicamente miraba mi rostro y podía ver mi sonrisa; respiraba agitado, resignado a su final.

-Abre las piernas.

Lo hizo al instante y me paré entre ellas, frente a él.

27, 28, 29, 30 segundos.

-Déjame te ayudo-le dije

Volví a masturbarlo con mi zapato por un instante para que él siguiera con su mano. Sabía que no fallaría.

Y no fallé.

Sentí como se estremeció a mis pies.

Su leche buscó violentamente la salida anhelada, fusilando su pecho y estomago.

Se agitaba victima de un ataque de placer, con sus ojos puestos en mi cuerpo, rindiéndome el homenaje que quería.

Se sacudió durante unos instantes más, hasta que quedó completamente quieto y relajado.

Detuve la grabación.

Le pedí que me quitara el zapato derecho y lo hizo sin preguntar.

Humedecí un poco mi pie desnudo con algo de su semen; lo acerque a su boca y su lengua lamió mi planta y mis dedos.

-Te gustó?-le pregunté

Como respuesta, besó mi pie con total devoción.

FIN