Mi cama

Mi cama es territorio privado... se puede compartir pero no amanecer en ella...

Me desperezo lentamente. Me encanta sentir la suavidad de las sábanas de seda que arropan mi cuerpo desnudo....

Nadie a mi lado, es condición "sine qua non" que nadie debe dormir en mi cama. Mi cama es un lugar dónde se puede disfrutar, pero yo soy la única que puede dormir en ella.

Aún siento entre mis piernas una humedad, tan sólo al recordar la pasada noche, humm, JJ ha estado fantástico. Esta vez se ha superado a sí mismo, ha conseguido acariciarme de tal manera... alargar los prolegómenos como nunca y creo que hubiera sido capaz de decirle que se quedara y luego, cuando me ha penetrado, lo ha hecho con una vehemencia, que parecía que su pene formaba parte de mi cuerpo tal ha sido la unión que hemos realizado. Sus manos en mis nalgas, hacían que no hubiera el más mínimo milímetro de separación entre nosotros.

Su boca ha hecho un trabajo en mis pechos como no le creía capaz. Mis pezones querían irse a toda costa con él, ha conseguido que me corriera en un momento que estábamos los dos absolutamente quietos, con su polla clavada en mí con su boca atenazando uno de mis pezones.

No había tenido nunca esa experiencia, pero ya ha amanecido y me siento contenta y necesitada de cariño, así que voy a encender el ordenador y seguro que me encontraré con él.

Efectivamente, ahí está..., es un tipo muy majo, con una conversación muy agradable, poco a poco, se va entonando, cada vez es más pícaro. Yo le dejo hacer con su webcam encendida. Tiene un rostro sonriente, seguro de sí mismo. En un momento dado le digo que si no es porque le conozco, diría que esta conversación ha hecho que se le ponga tiesa... No responde..., se pone lentamente en pie, se desabrocha el cinturón, se baja la cremallera y me enseña su paquete. Ja, ja, ya lo sabía... Se quita completamente el pantalón y se baja el calzoncillo, lo suficiente para ver su pene enhiesto.

Continúo excitándolo con mi conversación y de repente me dice que no puede más, que no puede seguir, que va a estallar... ¿Que pasaría si continúo?, le pregunto... El me responde que no sería responsable de sus actos... Ataco sin piedad, ¿qué pasa?, ¿tendrías que masturbarte? Ante su respuesta afirmativa, le pregunté si sería capaz de hacerlo por mi, ante la cámara... Emitió una sonrisa forzada y le dije que le ayudaría...

Deja que sean mis manos quienes te recorran..., guía mis medos, mi mano, mi lengua..., demuéstrame que puedo proporcionarte placer... Fue siguiendo mis instrucciones, hasta que no pudo resistirlo más y empezó a masturbarse furiosamente hasta llegar a la eyaculación.

No quería que se fuese, estaba excitadísima e hice que con su lengua (mi lengua) recogiese el resultado de su orgasmo. Hice que lamiera todos los restos que habían quedado desparramados y que se los tragara. Esto último acabó con mi poco juicio y quise pasar a la acción.

Encendí también mi webcam para que él también pudiera verme. Para la situación había escogido unas botas altas de cuero, con vuelta sobre las rodillas. Dejé que la cámara únicamente le mostrara mi rostro.

Creo que ya se reflejaba el deseo, le hablé y le dije que le iba a premiar. Abrí el campo para que mis pechos desnudos quedaran en su campo de visión. Empecé a masajearlos, a estirar mis pezones que se estaban poniendo más y más duros. Empezó a escribirme, supongo que para decirme lo buena que estaba. Ya lo sabía, para que perder tiempo..., con un gesto a la cámara, le indiqué que lo dejase, que tan sólo observase..., me ensalivé los dedos y jugué con mis pezones como si fuese su boca... Conseguí sentir su boca, sus manos palpando, apretando mis pechos...

A estas alturas ya había perdido totalmente el control y aunque el día era bastante claro, acerqué y encendí la luz de la mesilla y me incorporé, colocando una pierna sobre la silla, de tal manera que mi coño depilado quedara a su disposición... seguí acariciándome, mi espalda tenía unos espasmos eléctricos...., mi flujo vaginal, descendía por mis muslos... Lo abrí, totalmente mojado, ofreciéndoselo, a mis dedos..., a sus dedos. Cogí un dildo y me lo introduje, supongo que para su pasmo y digo que lo supongo, porque cerré los ojos, para sentirlo a él, dentro de mí, hasta que una explosión interna, me devolvió a la realidad.

Seguía ahí, atento, mirándome con esa sonrisa tan pícara. Ven Alvaro, le dije, te necesito. En diez minutos estoy ahí, espérame. Voy a preparar un zumo, no quiero ducharme, quiero que sepa como estoy, que ponga su cara en mi sexo, lo huela, lo saboree, toda para él. ´

Aún quedan muchas horas para la noche..., ¿quién sabe? Quizás no le deje marchar...