Mi caliente novia (1)

Vi en ella un gran potencial sexual reprimido por su crianza, que poco a poco se fue liberando conmigo, tanto que se me fue un poco de control...

Mi actual novia, con la que salgo hace unos años, era virgen al conocerme. Ella es morena, mide alrededor de 1,60, sus medidas rondan el 85 – 60 – 88 y lo mejor de su cuerpo es su cola. No es por presumir pero con ese físico se las arregla bien para conseguir el chico que le guste. Vi en ella un gran potencial sexual reprimido por su crianza, que poco a poco se fue liberando conmigo, tanto que se me fue un poco de control ya que a los cinco meses de novios me puso mis primeros cuernos. Me entere recién dos meses después de que lo hizo, por insinuaciones de ella, parece que le causaba mucho morbo hacerme dudar si había estado con otro chico o no, y eso me llevó a investigar un poco y aprovechándome de su poco conocimiento en Internet averigüé la clave de su mail y al entrar me encuentro con varios mensajes guardados de un tal Ezequiel. Se me venía el mundo abajo ya que por ese entonces no tenía noción del morbo de los cuernos. Me sentí muy mal por un tiempo. El mail más antiguo tenía un mes y medio aproximadamente y me puse a hacer memoria y recuerdo que ella me decía que los Sábados salía con amigas no a bailar sino a ver películas en la casa de alguna de ellas, o que no iba a salir o que estaba enferma, lo típico.

Ella todavía no sé por qué razón pero al mandar mails escogía la opción de guardar en mails enviados (supongo que también le causaba morbo leer lo que le enviaba a su amante) entonces pude leer no solo lo que recibía de Ezequiel sino lo que ella le enviaba. No eran muchos mails pero en casi todos hablaban sobre lo bien que lo habían pasado, en algunas se cuestionaban si eran amigos o un poco más, por lo que habían vivido supongo y cosas un poco más cursis. Traté de seguir con su juego al leer el último mensaje que le había llegado y que ella aún no había leído. En él su amigo le preguntaba cuando se verían nuevamente, si podía ser el Sábado de esa semana, y le mandaba un beso. Esperé con ansias al día siguiente a ver si mi novia le contestaba y así fue. Le decía textualmente "... reza para que mi novio no quiera salir este Sábado conmigo, tengo muchas ganas de verte, hay un 50% de posibilidades de que no venga, nos encontramos en el lugar de siempre, besos..."

Habíamos quedado en vernos ese mismo Sábado (que tenía pensado encontrarse con Ezequiel en el lugar de siempre, que dicho sea de paso era una disco bastante alejada de la ciudad donde vive mi novia y yo). Nos encontramos en una plaza del centro de nuestra ciudad y ahí charlamos sobre qué hacer esa noche. Yo obviamente no le dije nada de lo de su amigo pero estaba que no lo aguantaba más, decidí seguir con su juego un rato más.

Al empezar a decidir donde ir veía que disentíamos y notaba que ella no quería salir conmigo. Entonces le confesé que sabía lo de su amigo. Ella se largó a llorar pidiéndome perdón, yo le pedía explicaciones, me dijo que fue por culpa mía ya que casi nunca quería salir con ella a bailar (Y tenía razón, no me gustaba salir a bailar...) y que entonces no le quedaba otra que hacerlo a escondidas. La perdoné, me lo agradeció y acordamos olvidar lo que había pasado y tratar de ser una mejor pareja. Era de tarde, cerca de las seis, y nos pusimos de acuerdo en ir a bailar, le dije que elija, que sería donde ella desee y adivinen que lugar eligió?... la disco donde se iba a encontrar con su amigo. Fuimos hasta allí y en el viaje, que fue en ómnibus, nos pusimos a charlar sobre lo ocurrido, me pregunto cómo me enteré, le dije que revisando su mail, ella se molestó un poco.

Charlando un poco más me contó que con Ezequiel la que estaban planeando iba a ser la cuarta vez que se verían, me dijo que no habían pasado de lo que aquí en Buenos Aires llamamos "transa" que es lo que ustedes llaman morreo me parece. La verdad que cuando me contaba todo eso con detalles no entendía lo que me pasaba ya que me estaba excitando como nunca y deseaba que nunca termine de contarme. Ya con un poco más de confianza ella al darse cuenta que no me enojaba por lo que me contaba me contó que antes de Ezequiel había transado con otro chico. Me dijo que se llamaba Pablo, igual que yo, y que eso le daba mucha culpa y morbo al mismo tiempo. Me contó que este Pablo tenía 26 años, auto, y un buen trabajo. Me lo decía de una forma en la que notaba que lo hacía como humillándome, desprestigiándome por no tener lo que él. Me dijo que se vieron solo esa vez, que fue un Sábado que me dijo que estaba enferma, con dolor de cabeza hace, dos meses. Me quedé bastante sorprendido, pero esa era solo la punta del iceberg. También me contó que Ezequiel tenía 17 años, uno menos que ella por ese entonces, y que le agradó mucho su simpatía al conocerse y alegó que me fue infiel con él porque el tal Ezequiel la "había emborrachado un poco"... Le pregunté si las tres veces la había emborrachado y no pudo hacer más que reírse ocultando la derrota de su barato argumento.

Una vez en la disco estábamos más calientes que nunca y decidí hacerla tomar algunos tragos fuertes para que se desinhiba y me cuente cosas que quizás no se animaba sobria. Ya entonada por el alcohol notaba que hacía cosas que nunca me había hecho, como tocarme el pene por encima del pantalón de una manera que delataba sus anteriores experiencias. Estaba cachondísima, se relamía los labios como deseando que una lengua o una gran polla se meta en su boca, parecía una gata en celo. Bailamos un buen rato y la vi bailar de una manera que nunca antes la había visto, totalmente sexy, con su musculosa roja y su minifalda negra, era el centro de atracción y yo que la miraba atónito intentando seguirla con los pocos pasos de baile que sé pero claramente se merecía bailar con alguien más acorde a su ritmo.

Era un espectáculo impresionante. Una vez que se cansó un poco decidimos ir a sentarnos y seguir charlando un poco, cuando nos sentamos me dijo que quería tomar más alcohol, ya estaba media borracha, pero conciente de sus actos. Me fui a buscar otro trago a la barra que quedaba a unos cuantos metros. Cuando volvía la encuentro sentada en nuestra mesa charlando con un chico que estaba parado a su lado, sonriéndole y riéndose de lo que decía. Cuando llego con el trago en la mano el chico ve que era yo su acompañante y se disculpa ante mí y ella se reía a carcajadas haciendo ver que ya estaba un poco tomada. Al volver con ella empecé a preguntarle indirectamente para hacer que me cuente los detalles de lo que había hecho con Pablo y con Ezequiel y me contó que Pablo besaba muy bien, que se excitó mucho estando con un chico unos 8 años mayor que ella y que se sintió muy poderosa. Me contó que bailaba muy bien y que después de bailar ella se sentó encima de él un buen rato en los reservados de la disco donde habían ido y que él le besó el cuello, las orejas, le tocó sus tetas por sobre la ropa (Esa vez tenía puesto un top sin corpiño y una minifalda que le había regalado) y que había tocado su cola por debajo de la mini y su ano, ya que corrió su tanguita. También me dijo que metió la punta de sus dedos en su vagina y que después se los llevó a la boca. Ella mientras acariciaba su pecho, que le pareció que tenía un buen físico y también acarició su polla por sobre el pantalón.

Para ese entonces estábamos bastante calientes y ella cada vez más ebria. Le dije que me cuente de Ezequiel. Me dijo que lo conoció en la disco donde estábamos, y que una de las tres noches se habían sentado en el mismo lugar donde ahora estábamos y acto seguido se rió a carcajadas. Evidentemente le daba mucho morbo a la muy puta, y a mí me puso más que caliente...

Después me siguió contando de el, que cuando bailaban ella le refregaba su culo por su polla de una manera muy sensual, meneando sus caderas al ritmo de la música. También me contó que el la tocaba desde el primer encuentro sin ningún reparo, sus nalgas sus tetitas y que la ponía a cien. A mí todo esto me estaba dando un morbazo tremendo y creció más cuando la veo saludar y reírse sin saber a quién, me llamaba mucho la atención. Miraba su cara y tenía un sonrisa muy pícara, notaba su cara diferente, con un brillo en sus ojos que antes no había visto. Le pregunté a quién miraba y me dijo que a nadie, que era por el alcohol, acto seguido me dijo de ir a la pista de baile nuevamente y fuimos. Bailamos otro buen rato, me daba mucha vergüenza ya que llamaba la atención de todos los que estaban al rededor por sus movimientos más que sexys. Media hora más adelante nos sentamos de nuevo y le di un buen morreo, estuvimos un largo rato allí mientras le acariciaba su conchita con mucho disimulo porque me daba un poco de corte hacer eso en la disco pero ella me lo pedía a gritos, decía que quería follarme allí mismo. Le dije que mejor nos vayamos a mi casa para estar más tranquilos entonces me dijo que antes iría al baño, quería ir sola pero con lo borracha y excitada que estaba decidí acompañarla porque la muy puta era capaz de ceder ante cualquier macho y en ese entonces recién iba descubriendo el morbo de los cuernos y me asustaba un poco. Así termino esa noche.

Días después reviso su mail y encuentro un mail que le envió Ezequiel a mi novia diciéndole que la había visto en la disco, que estaba muy bonita y le preguntó si el que estaba con ella era su novio. También le dijo que fue muy divertido cuando se puso a bailar solo a metros de el estando conmigo. Le mandaba muchos besos y le decía que la próxima vez que se vean que trate de no ir conmigo. Tenía mi polla a punto de explotar al terminar de leer eso.

Unos días pasado esto arreglamos con mi novia que no volvería a salir sola, y que no vería nunca más a ese chico. Se siguieron mandando mails durante dos meses pero luego ya no.

Estuvo unos seis meses siéndome fiel y en ese tiempo mi morbo por los cuernos empezó a crecer llevándome a preguntarle detalles sobre lo que había hecho mientras me la follaba y la verdad que nos poníamos cachondísimos. Ella acababa como nunca antes. Cada vez que me contaba las cosas que había hecho con Pablo y Ezequiel siempre aparecían detalles que al principio salteaba...

Me sorprendió mucho cuando me contó que el tal Pablo aquella noche la llevó a su casa en su auto y que le había propuesto ir a un hotel pero ella se negó. También me dijo que en la tercer noche que estuvo con Ezequiel se habían puesto muy cachondos en los reservados y ahí mismo, aprovechando la oscuridad él sacó su pene, luego se puso un condón y le dijo que se siente encima de él. Ella accedía a contarme estas cosas porque yo aprovechaba a ponerla bien caliente para ello y de paso le prometía que no me enojaría por lo que me cuente ya que el pasado es el pasado, de esa manera facilitaba las cosas.

Fue en ese entonces que empecé a leer relatos de infidelidades y me sentí aliviado al ver que había personas que compartían mis gustos y estaban tan locos como yo pero como pareja quería que solo quedara en fantasía y que dejara de ponerme los cuernos. Trate de no hablar más de ese tema por unos meses pero por dentro el morbo me mataba.

En ese tiempo tomé el hábito de revisar además de su mail revisar su mensajero electrónico tras averiguar nuevamente la contraseña que había cambiado la primera vez que le conté. Noté que en él tenía como contactos a Ezequiel a Pablo y a otros que no conocía pero no podía preguntarle nada ya que de hacerlo le haría saber que de nuevo estaba revisando sus cosas. Lo único que podía hacer para seguir pasando por desapercibido era mirar las frases que ponían en los nickname sus contactos y revisar sus perfiles a ver si tenían relación alguna con los lugares que frecuentaba ella entre otras cosas. Siempre encontraba alguna que otra coincidencia pero no podía hacer más que sospechar ya que no le quería decir nada a ella para no arruinar la relación.

Continuará.

Dudas y sugerencias a: andrizzipablo@hotmail.com