Mi caliente diario
Mi diario se ha chivado...asi que...disfrutad.
Siendo muy jovencita, trabaje en la librería de unos amigos de mis padres, me encanta el olor a libro nuevo. Tego que decir, que soy bajita y no muy guapa, pero tengo algo que encanta a los tíos, mis tetas, el uniforme del colegio y que soy bastante “sueltecilla”. Salí del cole, llegue corriendo y sudando. Allí estaba el dueño, Álvaro
- Hoy empezaras colocando estas cajas y así sabrás donde están las cosas. Todos estos libros van en esa estantería.
Sin hablar, Cogi la escalera y coloque según el me iba indicando, total 3 enormes cajas de libros, aquello me pareció un rollo. Pero la cosa empezó a animarse, cuando me di cuenta como me miraba, cada vez que subía un peldaño y se subía mi uniforme el miraba mas, como queriendo imaginar, que habria tras esa tela.
La tarde llego a su fin, la verdad que había aprendido poco, pero sabia que las miradas cachondas de aquel viejo, habían hecho que mis bragas estuvieran completamente mojadas.
- Si quieres, puedes refrescarte en el baño.
- Gracias.- Entre, me quite la camiseta, por supuesto deje la puerta abierta, sabia que estaría mirando.
Me quite el sujetador, y oí un gemido, aquello debía de ser demasiado para el. Me refresque, manoseando suavemente mis senos, que parecían mas grandes, bajo mis Pequeñas manos.
- Álvaro ¿puedes ayudarme?, ¿podrías abrocharme el sujetador?- pregunte sin ningun reparo.
Sin decir nada entro y directamente empezó a magrear los pechos yo le sentía tras de mi cada vez mas duro. Una de sus manos, fue bajando por mi cuerpo hasta descubrir lo que había bajo mi uniforme, fue acariciándome los muslos y subiendo, hasta palpar mis bragas mojadas, pero sin quitármelas, yo no podía aguantar mas, quería que sus dedos me poseyeran, tampoco podía pasar mucho mas, yo no dejaba de ser una cria, muy, muy cachonda, eso si.
¿No puedes mas eh? ¿Eres virgen?
Si, aunque ya se lo que es un orgasmo.
Tranquila que hoy vas a tener un orgasmo de verdad y vas a poder seguir siendo virgen. Pero el próximo día no te escapas. Y espero que dejes ese manjar para mí.
Y eso hizo, me dio la vuelta, en aquel estrecho baño, y empezó lamerme los pezones a mordérmelos suavemente, yo sabia que iba a tener un orgasmo, el froto y froto mi vagina, ya no podía mas. Se arrodillo levanto la falda, me bajo las bragas y lamió mi clítoris, notaba su lengua húmeda.
- Córrete, córrete, no te cortes grita si quieres aquí no nos oye nadie.
Y eso hice grite le mordí la boca y me corrí. Sabía que ahora me tocaba a mí. Y no tenía ni puñetera idea de lo que tenía que hacer, así que decidí dejar que me enseñara.
Pero el paro.
- Tranquila, ya me cobrare otro día mi recompensa, ahora vete, ya termino yo.
Ese día empezó, una larga lista de orgasmos, que plasmare en este caliente diario.